miércoles, 10 de junio de 2015

GUERRA EN EL FUTURO - UN ENSAYO PARA UNA RACIONAL PREVENCIÓN




Por Tcnl José Javier de la Cuesta Ávila (LMGSM 1 - CMN 73)

    El Papa Francisco, en ocasión de recordar el "Genocidio Armenio" (12 abril 2015), dijo: Parece que el entusiasmo surgido al final de la Segunda Guerra Mundial está desapareciendo. Parece que la familia humana se niega a aprender de los propios errores causados por la ley del terror. No hemos aprendido  que la guerra  es una locura... ¿Por qué? La maldad humana puede abrir en el mundo abismos, grandes, vacíos de vida... El Santo Padre se estaba refiriendo a la guerra, como una realidad que la Humanidad desea terminar,  pero que aflora continuamente, sin sentido o piedad. Massino Introvigne  (La Nación 04-05-2015) afirma: Occidente y Oriente están viviendo en tiempos diferentes y librando una guerra asimétrica. La cuestión es que, en realidad,  la acción violenta subsiste, pese que ella se manifiesta de nuevas maneras. Una de ellas, que se la siente como la más perversa, es el terrorismo, que, para analizarlo, debemos saber que es una forma de guerra asimétrica, que se produce entre un débil, casi anónimo, ante fuertes estructurados.  Los subversivos (terroristas) no tienen ley, lugar u oportunidad para actuar, en cambio, los ejércitos están obligados a tenerlo y, especialmente, respetarlo. Ello los pone en una condición que los disminuye, traba y, posiblemente, les impide vencer, ante adversarios versátiles, anónimos y con una crueldad inusitada- Los conductores de esta lucha larvada, seguramente, saben que no llegaran al éxito total (El triunfo absoluto) como los otros tipos de conflagración pero, aun ante ello, persisten con marcado odio, pues creen que luchan por una verdad  absoluta concreta,  contenida en su aliento y mensaje. Esto hace que algunos, los califican equivocadamente, como   "idealistas".
    Sobre este tema se ha escrito mucho, algunas veces militares, pero, últimamente, sociólogos. Se ha aprendido que la guerra de ejércitos en los campos de batalla, es, en nuestro tiempo, solo una expresión de la violencia en los conflictos. El enfrentamiento de las grandes potencias, dada la mutua capacidad destructiva (guerra nuclear), es poco probable, pero no descartable en absoluto. La realidad de la existencia de las  diferencias y  el mutuo temor a la destrucción total mutua,  llevan  al mundo a la "guerra fría" entre ellas,  alentando la subversión en las periferias, pero, también,  en formas comerciales, culturales, tecnológicas, financieras  y, con pesar, religiosas. Ya no basta con tener ejércitos pertrechados con las armas más poderosas. Alarma, la aparición creciente de las acciones asimétricas con una crueldad inusitada. Hasta el Papa Francisco, un verdadero e indiscutible apóstol de la paz,  ha levantado su voz ante el crimen que ensangrienta sin razón a los pueblos y comprende que no se lo puede aminorar solo con la palabra. La lucha en Ucrania, está mostrando acciones y actividades que mezclan sus efectos, de una manera tal, que desconciertan. La aparición de "células dormidas" suicidas, son una realidad concreta de la forma y metodología de la guerra en sus tipos variados diferentes del futuro. Algunos, recordando a la "guerra fría", están llamando a la situación actual como "guerra híbrida", porque no tan solo incorpora nuevas formas, sino que modalidades que, en ocasiones, son extrañas al sentir humano.
    Los gobiernos recurren a los pactos, partiendo de la majestad  sagrada de los compromisos. Se da el caso de la creación  de fuerzas armadas multinacionales, como  lo han logrado 23 naciones árabes.  Alemania propuso un "Ejercito Europeo", que no se ha concretado aún, por la oposición de algunos, como es el caso de Inglaterra y Francia. Además, se da el extraño fenómeno de la transformación del personal militar, que deja de ser exclusivamente nacional e incorpora a las filas a extranjeros. Se  observa la creciente participación de "voluntarios extranjeros" y, aun, la presencia de "empresas militares", con armamentos de "punta” y una preparación y formación profesional de excelencia. Ello significa la pérdida del "espíritu nacional"  (Patriotismo) clásico del soldado tradicional. Dentro de esta tendencia, aparece la creación de "sindicatos militares", como un tema laboral, que, en realidad, se debe a la perdida de la relación de "soldados" que vincula al subalterno con su superior y de este con aquel. Si a este proceso, agregamos los efectos de la  Cibernética, que, con la robotización, vemos que el ser humano se aleja del combate directo y personal, que hacia al guerrero campeón tradicional, y se convierte en un operador de sistemas.
    Ignacio Sotello, en un artículo titulado "Terrorismo" (Diario EL País) lo cierra diciendo: esto no quiere decir que los ejércitos no se vayan adaptando a las exigencias operativas de los nuevos conflictos, sobre todo al auge  del terrorismo. Además de unos servicios de información muy eficientes, son cada vez más necesarios cuerpos especialmente preparados para este tipo de operaciones, en las que  lo decisivo es disponer de las mismas cualidades personales que distinguen a los terroristas: óptimas condiciones físicas, arrojo y un alto grado  de convencimiento. Su lectura, en particular las condiciones similares que debe tener el personal militar con los terroristas, en especial, el "convencimiento" a la acción, impone una revisión de las reglas y usos de la guerra convencional, con las que nos regimos en la actualidad, para evitar que los militares, al final, resulten tan bandoleros o criminales, como son los agresores y los califiquen dentro del "terrorismo de estado".
    Dados los nuevos temas, recientemente, casi 2.000 expertos han debatido la forma de conciliar la libertad digital con la seguridad en Internet. El Ciberespacio pasó a ser un lugar de creciente importancia, que aumenta a medida que la digitalización incorpora actividades. Cada día aparecen nuevas amenazas, que ya no se limitan al espionaje, sino que avanzan en las acciones. La delincuencia se confunde con la agresión guerrera, al ampliar los objetivos y mezclar lo económico con lo ideológico, El cibercrimen avanza en materia de seguridad y defensa, sin distinción a la diferencia moral, que debería ser su esencia. Los efectos destructivos  de un virus pueden ser superior a una acción atómica. Esta situación, motiva nuevas fuerzas, altamente especializadas, no tan solo técnicamente, sino con un espíritu total de dedicación (Patriotismo).
    Es evidente que las posibilidades de conflictos siempre estarán presentes en la vida de la Humanidad, tipos, pese a que la civilización rechaza a la guerra armada, la realidad muestra que ello es solo una utopía. La guerra, como medio político, subsistirá, no tan solo como necesidad propia, sino, como consecuencia del accionar de terceros. Cuando los países fronterizos se rearman, el accionar de los conflictos no respeta fronteras, las formas de la violencia se multiplican y el mundo permanece en dudas del más diverso tipo, los gobiernos no pueden ignorar esta realidad y tienen la obligación de prevenir la protección en el mañana de sus pueblos. Aquel que no lo haga o ignore, pese a que se cubra con el manto de la paz,  puede ser responsable de un  mal que destruya a sus pueblos inevitablemente.
     La crisis del mal es una realidad absoluta. En el libro "Las Caras de la Historia" (Vicente Massot - Ed. El Ateneo) se señala la existencia de una "enemistad" absoluta, como un sentimiento que se ha vuelto global. El señala la existencia de dos extremas acciones actuales de conflagración: la que justificaba la guerra fría con la amenaza nuclear y  la subversión asimétrica basada en el odio. Esta última, aparece como una criminalidad creciente, que imposibilita reglas razonables. La política cede ante conceptos que fijan un antagonismo que contrapone seguridad social con derechos humanos. Esta situación, según el autor, ha dejada sin  efecto el principio de la disuasión, ya que, el encubrimiento de las ofensas, hace que ellas se diluyan en los espectros y, debido a esto, no se puede acordar su complementación, por la lógica de la razón.
    Como se puede colegir, el tema no es fácil de resolver, pero si es una obligación encararlo. En principio, los conflictos son parte de la vida y no pueden ser eludidos por voluntad propia. pues pueden originarse en terceros. La guerra convencional, que se desarrollaba en los clasifico teatros de la tierra, el agua y el aires, tiene que incorporar al ciberespacio.  La guerra asimétrica (conocida como subversiva o terrorismo), que impone contar con medios especiales,  tiene que adoptar  la metodología de ella, para poder lograr alguna posibilidad de vencer, pero requiere un elemento espiritual que preserve la ética y la moral.
    Como estamos en el tiempo de la "cultura del conocimiento", las acciones a tomar tienen que estar necesariamente basadas en ella. Es posible que el Ciberespacio parezca difícil por ser algo nuevo. La experiencia actual, en este campo de avanzada como es la Cibernetica, señala que su desarrollo tiene que tener, desde el inicio,  una necesaria protección. Los sistemas del pasado iniciales, que solo se atenían a su desarrollo, han sido los blancos naturales de los ataques. La primer acción, por lo tanto, es la necesidad de contar con los medios para saber cómo actuar en el nuevo escenario del Ciberespacio y, al mismo tiempo, como hacerlo en el tema asimétrico (terrorismo). Ello impone la creación de órganos y sistemas nuevos, similares a los actuales para los espacios convencionales (tierra, mar y aire), y adaptar el elemento coordinador superior a este nuevo esquema. El plan debe ser audaz, simple y honrado, ya que los escenarios serán variados y mutantes, pero pueden ser supuestos con inteligencia e información. Los organismos de la defensa y la seguridad de Argentina, tienen en su esencia medular, reconocida capacidad y calidad, que puede (y debería) ser complementada con expertos, con la decida experiencia, rescatándolos, si ello fuera preciso, del pasado.
    El mundo contemporáneo, se encuentra en una crisis de su evolución, que eclosiona en  forma de violencia. Perece que se ha retrocedido y olvidado las experiencias. La guerra, en sus ama variadas formas, subsistirá y, sin dudas, la mejor manera de eludirla será preparándose para ella.