viernes, 31 de enero de 2014

ENTRE LOS PLANES DEL IMPERIO Y LAS VENGANZAS DE LOS IMBERBES DE “LA CÁMPORA”



FUENTE: Nota difundida por Facebook

     Cuando uno observa esa vieja foto de Evita abrazando, llorando, a Perón en el balcón de la Casa Rosada en una de esas tardes aciagas de renunciamiento, rodeados de rostros compungidos y serios hay un hombre a pocos pasos de ellos aplaudiendo con la sonrisa de oreja a oreja. 
     La primera pregunta es de que se ríe; la respuesta viene del más allá sesenta años después: de todos nosotros, del pueblo argentino en general y del pueblo peronista en particular. 
     Héctor José Cámpora, “el tío” de la juventud maravillosa; el presidente de los poco más de treinta días; quien el mismo día de su asunción permitió que se abrieran las cárceles para que salieran los guerrilleros que se alzaron luego contra el gobierno constitucional del General Perón, primero y de Isabel, después; comenzando por la matanza de Ezeiza y generando las condiciones para que un grupo de iluminados con uniforme protagonizaran los ocho años mas trágicos de la historia argentina: 10.000 desaparecidos; 5.000 muertos por la subversión; aumento diez veces de la deuda externa y la derrota de Malvinas. 
     Este es el gran legado de Cámpora y aquí caben los interrogantes; el tío fue desbordado por las circunstancias o lo hizo convencido. Es importante conocer esto para saber si la izquierda panfletaria colaboracionista reinvindica un personaje manejable sin carácter y comparar si ahora no está haciendo lo mismo. 
     Perón lo echa a Cámpora cuando percibe como se había infiltrado la izquierda en el movimiento. Su último acto de gobierno, el 27 de junio de 1974, a cuatro días de su muerte, fue aceptarle la renuncia a su cargo de embajador en México, dejando expresamente citado que “no se le reconocen sus servicios a la patria”. Quiere decir que Perón creyó que lo traicionó. 
     Podemos argumentar, en este caso; que la reivindicación de los stalinistas es hacia un traidor; cosa que también cierra, puesto que los sobrevivientes de la guerra de los ´70 que ocupan cargos en el gobierno están en estas condiciones por ser topos que traicionaron a sus compañeros entregándolos a los militares en la contra ofensiva del los años 1979 y 1980. 

     Hace varios meses, luego de la muerte de Néstor Kirchner escribimos que este elenco gobernante dominado ideológicamente por Montoneros stalinistas estaba a un paso del poder y que no iban a renunciar a ese objetivo, puesto que es la última oportunidad. El acto del estadio de Huracán fue una señal que transmiten a la nación: AQUÍ ESTAMOS Y VENIMOS POR TODO Y POR TODOS. 
     Tienen casi todas las estructuras sociales infiltradas; si a algunos personajes no los tocan, es porque los necesitan por ahora. Pero una vez consolidados en el poder VIENEN POR TODO Y POR TODOS; no les quede la menor duda. 

     ¿Cuál es el destino final de toda esta movida? Hay dos hechos que no se pueden negar; uno es el Plan Andinia que es la secesión de la Patagonia y otro, mas grande es la división de la Argentina en cinco repúblicas. 
     Se llega de dos formas; una es incentivando movimientos separatistas como Patagonik Republic que hace cinco años, en Trelew declaró la independencia de la Patagonia ante 300 personas; que no tuvo mayor repercusión. Pero tengamos presente que la separación de Panamá de Colombia comenzó con 140 separatistas. 
     Otra es la balcanización de la Nación, como se había en 1985 en una reunión de la Comisión Trilateral en Costa de Marfil: O LA ARGENTINA ACEPTA SU MISION DE PROVEEDORA DE MATERIAS PRIMAS O PROCEDEREMOS A SU BALCANIZACION. 
     Para llegar a esta situación necesitamos del conflicto interno que, en un territorio desarticulado como el actual es presa fácil de los planes imperiales. A tal efecto circula en la Universidad de Harvard un trabajo donde habla de las cincuenta banderas de Latinoamérica; y en la Sorbona otro similar acerca de las pocas banderas de América Latina. 
     Ahí van las cinco repúblicas: 
N.O.A.: Catamarca, Tucumán, Salta, Jujuy, Santiago del Estero. Ya hubo un intento con la FERINOA de Salta; esto incluye el Sur de Bolivia y Antofagasta en Chile. 
N.E.A.: Misiones, Corrientes, Chaco, Formosa, Entre Ríos. Bajo la influencia de Brasil. Se necesita levantar el nivel del río Uruguay para hacer el canal navegable a Porto Alegre. Ya está en la agenda de ambas presidentas la firma de los convenios de construcción de las represas del Alto Uruguay. 
CUYO: Mendoza, San Juan, San Luis, La Rioja. Bajo la influencia de Chile, recomponiendo la vieja Capitanía de Cuyo que dependía de Santiago antes de la formación del Virreynato del Río de la Plata. 
PATAGONIA: Bajo la influencia y colonización del estado de Israel con apoyo de Gran Bretaña. 
PAMPA HUMEDA: Lo que queda de la República Argentina, netamente agrícola.  

     Habrá lectores que dirán que es un delirio; les sugiero busquen la conferencia brindada por el rabino Michel Gordon del Kahal de Nueva York el día 23 de marzo de 1963 en el templo de la calle Paso 423, de Capital Federal. Este señor regresó en 1971 y dos veces mas. 
     Cualquiera que circule por la Patagonia verá los espías de la Mosad y del MI6 británico. Sigan el derrotero de los araucanos (mal llamados mapuches) y observen cuales son sus intenciones. 
     En cuanto a Brasil, el plan hídrico que contempla el canal sobre el Río Quaral hasta el Lago de Los Patos tiene mas de treinta años 

     El conflicto interno se crea destruyendo instituciones infiltrándolas o reduciéndolas a la nada. Ninguna queda en pie. Generamos inseguridad, desborde juvenil, facilitamos el tráfico de drogas; destruimos la educación. Mezcle esos ingredientes y la guerra civil está a la vuelta de la esquina; basta de decir: Yo no lo voy a ver. No solo lo va a ver, será protagonista del desguace de la nación. No funcionó una grande con todos los recursos, van a funcionar cinco con los recursos divididos? 
     Esta gente saboteó el gobierno constitucional de alguien que ganó las elecciones con el 63% en 1973. 

     Usted decide en que país quiere vivir. Eso sí, guarde este mensaje para recordar que cuando sea tarde: ALGUIEN LE AVISO EL 11 DE MARZO DE 2011 LO QUE IBA A PASAR.
      
NOTA: El original del texto (el transcripto se encuentra modificado en las redes sociales) es atribuido al: M.U.N.I. - Carlos A. Díaz Busti - Presidente
        

jueves, 30 de enero de 2014

CONVOCAN A UN CACEROLAZO EL 13 DE MARZO



Por las redes sociales se está difundiendo la convocatoria a un nuevo cacerolazo. El evento se ha planificado para el día 13 de marzo a las 20 horas en todo el país.
En los avisos se informa: "Porque nuestra Patria no es kirchnerista ni montonera, el 13 de marzo Argentinazo. 20 Hs en todo el país. Marcha y Acampe".
La novedad en esta convocatoria, que se realizará en todas las plazas principales del país, está dada por el acampe frente a los edificios gubernamentales, cuyas consecuencias resultan imprevisibles.
Desde Indignados de Argentina, por ejemplo, en Facebook, es difundida esta marcha, con gran número de adherentes virtuales. Se desconoce al momento si habrá una efectiva adhesión de personas como sucedió en otras oportunidades, o si la convocatoria será de escasas personas como en convocatorias recientes.

martes, 28 de enero de 2014

¿HAY QUE LLEVAR A LOS NIÑOS PEQUEÑOS A MISA AUNQUE LLOREN? UN SACERDOTE RESPONDE CON ARGUMENTOS

Aciprensa   
¿Hay que llevar a los niños pequeños a misa aunque lloren? Un sacerdote responde con argumentos
El padre Ramírez apuesta por educar con fe, paciencia y sin ofender


“Un niño pequeño llorando en la Misa, es una señal que la Iglesia sigue viva y continúa con su misión de evangelizar a las naciones”, señaló el sacerdote José Ramírez en Idaho Falls (Estados Unidos). 


Ramírez explicó que el llanto no es excusa para no llevar a los niños a Misa, y que los padres deben aprender a disciplinarlos con paciencia y respetando la solemnidad de la celebración.

La Iglesia del mañana 
“¿Si no hay niños en la Misa de hoy, entonces dónde estará la iglesia del mañana?. Los niños pueden ir integrándose a la comunidad de fe, y al principio va ser difícil”, expresó el Ramírez en su artículo titulado “Los Niños en la Misa” para el sitio web de la Diócesis de Idaho.

El sacerdote advirtió que los padres dejan de llevar a sus hijos a Misa porque tienen miedo de llamar la atención, o que “el padrecito los vaya a regañar”, mientras que existen otros que “convenientemente” no van con la excusa de que irán cuando los niños sean más mayores y sepan comportarse.

Años importantes
Los padres no se dan cuenta de que “estos años en la vida de un niño son sumamente importantes para que vayan descubriendo lo que es la Misa, y puedan ir modificando su comportamiento para participar activamente” de ella, exhortó el sacerdote.

La forma como está estructurada la Misa “puede ser difícil para cualquier niño” indicó el presbítero, podrá llevar tiempo y dedicación a los padres y no será fácil, “pero con una disciplina de fe y un buen ejemplo la lección será bien aprendida”.

Bienvenida a familias jóvenes
Recordó que mientras se busca “mantener la solemnidad de la Misa, por el otro lado tenemos que tener un ambiente de bienvenida para las familias jóvenes. La vía media no es dar licencia para que todo pase”, explicó que se debe educar desde pequeños con fe, paciencia y sin ofender. “Yo agradezco familias jóvenes que vienen a la iglesia a pesar de tener a varios niños pequeños”.

El presbítero, al contar su experiencia de niño aseguró que “gracias a Dios yo pude aprender la lección rápido, pero no quiero imaginarme qué hubiera pasado si un sacerdote hubiera parado la Misa para regañarme, posiblemente no hubiera regresado a la iglesia”.

Resaltó la importancia de los consejos de la familia que “me fui dando cuenta de que la iglesia no era un lugar para jugar sino para orar”.

Al concluir escribió las palabras del Señor en el Evangelio de San Mateo “Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el Reino de los Cielos es de quienes son como ellos”.

lunes, 27 de enero de 2014

LOS INGLESES Y NUESTRA DESTRUCCION COMO IMPERIO



Entrevistado en el programa “Bipolar”, conducido por Nicolás Fuks, el periodista Patricio Lons expresó los siguientes conceptos abordando el tema del Imperio Español y la identidad Hispano-Católica. A continuación la transcripción de la entrevista:
Llevamos 200 años de conflictos internos y de no encontrar un destino común. Todos los períodos han sido fuertemente conflictivos. Esta democracia que tenemos también es conflictiva, siempre creando enemigos internos, y demás. Yo creo que se parte de un error histórico: no pueden hacer algo bien cuando lo fabrican de afuera. Nosotros, el 25 de mayo, bajamos nuestro pabellón que en aquél momento era el pabellón español, y se subió el pabellón inglés en el fuerte de Buenos Aires. Cosa que la mayoría de los argentinos desconocen. El 25 de mayo se hace no por requerimiento popular sino por una presión concreta de la flota británica, que estaba en el Río de la Plata, que estaba amenazando con disparar y que tenía concretamente agentes incluso adentro de la Primera Junta. Sospechoso de ser agente británico, estaban Mariano Moreno, Miguel de Azcuénaga. Domingo Matheu era un representante de los propios intereses. Fray Alberti tenía intereses propios, decía defender intereses del clero pero en realidad defendió más sus propios intereses. Juan José Paso es una figura un poco misteriosa que siguió trabajando tras bambalinas en todos los Triunviratos, en todos los gobiernos, en la Junta Grande también, es de esos políticos de corcho que no hay manera que lo hundan, y lo termina echando Rosas. Una parte de los miembros de la Primera Junta termina mal. Castelli, que se burlaba mucho de la hispanidad, sería porque era de origen italiano, siempre hablaba en contra de la hispanidad, que es nuestra raíz, es nuestra identidad, se muere al año siguiente el 12 de octubre, el día de la raza, y de cáncer de lengua, una cosa rarísima. Fray Alberti, que era un sacerdote, muere impenitente. Tres veces los médicos le advierten en tres oportunidades que está en riesgo de morir, y que pida los Sacramentos. Era la cultura, decían “mire, usted está grave, sugiero que llame un sacerdote para confesarse” y las tres veces rechaza el llamado al sacerdote, siendo él sacerdote. Yo creo que ni siquiera, no sé cuánto creería en Dios. Dentro del clero de aquella época hay personas muy sospechosas también. Se empiezan a borrar todas nuestras tradiciones. Después de echar al Virrey Cisneros, que es también una figura bastante discutible. Porque él viene con intereses de Cádiz, y el puerto de Cádiz en España respondía mucho a los intereses británicos que está ahí nomás en Gibraltar. De ahí salen buena parte de los personajes históricos que vienen al país, las logias y todos los intereses. Pero se nota concretamente que él no hace mucho para organizar la defensa del régimen. Se lo saca a Liniers. Él viene con la idea de que Liniers se vuelva a España.
- ¿Qué hace Liniers, un francés, defendiendo?
- Porque era el Tratado de Familia. En Francia y España gobernaba la misma familia, los Borbones, que eran primos. Por ese tratado, un oficial francés podía formar parte de las fuerzas españolas, y un oficial español parte de las fuerzas francesas. Tiene que ver con un sistema más propio de un origen medieval, que era así donde las fronteras cambiaban también por casamiento. Liniers demuestra ser el hombre más coherente, y que ve lo que iba a pasar. Él se opone a la Primera Junta porque le “calzaba los puntos” (N del E: conocía la orientación) a todos los personajes de Buenos Aires. Sabía a quién respondía cada uno. Por eso incluso la idea es detenerlo, pero matarlo, no juzgarlo. Y los fusileros, eran fusileros ingleses que habían quedado prisioneros de la Primera y Segunda Invasión Inglesa, que no estaban prisioneros, ellos estaban trabajando para el nuevo régimen. Hubo ingleses que incluso se quedaron en Mendoza y cuando el Ejército de los Andes cruza la Cordillera se quedan para vigilar un poco la retaguardia. A los ingleses los ves en todos lados, los ves en el combate de San Lorenzo, los ves operando en Córdoba, en Mendoza, en Chile y en Perú. Cuando se toma el Puerto de El Callao (Perú), el mismo agente inglés que estaba en San Lorenzo, estaba en El Callao. Evidentemente, había intereses concretos de Gran Bretaña. La idea de algunos intereses británicosaclaro que yo no soy anti-inglés, me encanta su literatura, el mito artúrico es importante, de hecho los escritores ingleses católicos diría que son más nuestros que de los ingleses hoy en día. Chesterton es más nuestro, porque responde más.
- Y Borges es más inglés
- Claro, ahí, está. Chesterton nunca se identificó con esta política imperialista británica.
- O Kipling
- Podría ser, con otro estilo. Bueno, sí, Kipling culturalmente podría decir que responde más a una identidad hispanocatólica. Pero ¿Por qué no hay que romper el Imperio Hispano-Español? ¿Viste que todo el mundo hoy habla del mercado del área Asia-Pacífico? En el mercado del área Asia – Pacífico, quien tenía mayor influencia era el Imperio Español. Eramos compatriotas con los Mexicanos, con los españoles, también con los filipinos y con Guinea Ecuatorial. En toda el área Asia-Pacífico, la moneda que imperaba era la onza de plata castellana, que era la moneda de Las Indias, y Las Indias éramos nosotros, es decir, el Imperio Español en América. Y con esa moneda se comercializaba en China, en las islas Marshal, en Indonesia, en Japón, en la India. Los ingleses querían quedarse con ese mercado. Los ingleses tuvieron una política de siglos. Alrededor de mil seiscientos y pico logran penetrar en la India, producen grandes hambrunas para evitar la siembra de cereales y que se sembrara opio, y con el opio penetraron en China, ya que los chinos no querían comercializar con Inglaterra. Inglaterra iba con sus hilados de Manchester y los chinos tenían la seda
- ¿A qué se debe la penetración inglesa?
- Yo creo que hubo un proyecto completo de poder global. Con la capitalización que ellos hicieron en la India y China se hace buena parte de la banca moderna que tiene algunos nombres chinos pero en el fondo son bancos ingleses.
- ¿Y a quién responden?
- Terminan respondiendo a algún sector de la city londinense.
- ¿Masones?
- Puede ser, grupos de poder siempre existen. Buena parte de esa banca está formada por la Falkland Islands Company, que está relacionada con el Barkley Bank de Londres que está relacionado con la Barrick Gold que explota toda nuestra minería. En el fondo siempre estuvieron detrás de grupos subversivos y demás, tanto en el Siglo XVIII, XIX como en el Siglo XX. En el año 1974 hubo un escándalo durante el gobierno de Perón con la Embajada Inglesa, con un diplomático llamado Bishop, porque en buques y aviones ingleses se había encontrado armamento que estaban destinados a grupos subversivos. Hoy en día, la embajadora británica dijo que ella apoya a las Abuelas de Plaza de Mayo para mejorar la custodia de los militares presos que combatieron la subversión. Lo dijo ella, no es que lo dice otro. Hay una política tenaz durante siglos. Tan fuerte era nuestra moneda, que incluso también había otra moneda que se llamaba el Thaler Español que fue la base del dólar norteamericano. ¿Qué hacen los ingleses cuando las 13 colonias se independizan? Lo primero que hacen es sacarles metálico, el circulante, la plata. Así que los norteamericanos al quedarse sin dinero, al pararse la economía, toman el Thhaler Español. Luego empiezan a emitir una moneda basada en el Thaler Español que duró hasta 1854, o sea era muy fuerte la economía nuestra. Lo que pasa es que hay toda una leyenda negra que si los españoles abusaban, esto o aquello.
- ¿Los españoles abusaban? Porque tienen mala fama
- Eva Perón dijo: “esa leyenda fue para engañarnos, y se engaña el que quiere ser engañado”. Porque primero hay que tener una dimensión: nosotros teníamos un Imperio que llegaba desde el Misisipi hasta el Pacífico y desde Oregon y parte de Canadá, y podemos decir hasta la Antártida porque fue descubierta por un marino español, y después llegaba desde el Reino de las Dos Sicilias y Flandes hasta Filipinas. Y se intercambiaba, porque entre nosotros había un fuerte intercambio. Martín de Álzaga, una de las figuras en las Invasiones Inglesas, era como el presidente de la Cámara de Comercio de Filipinas. Hubo 10 gobernadores mexicanos que fueron filipinos. Como también hubo un criollo colombiano, consideremos que éramos todos compatriotas, no se puede ver al colombiano en el S. XVIII como un extranjero, el cual fue regente de España. El Regente es el que cumple la función del Rey cuando el Rey está incapacitado. Hubo muchísimas figuras que se intercambiaban. Nosotros éramos compatriotas con Guinea Ecuatorial, pero eso un argentino no lo sabe. Y nosotros, cuando nos deslumbramos, nosotros vemos a la Argentina como un triangulito. Perdimos la Banda Oriental aunque tenemos más parecido con un uruguayo que con un habitante de otra Provincia. Perdimos el sur de Brasil, perdimos Paraguay, perdimos el Alto Perú, perdimos regiones que estaban arriba de Bolivia y Paraguay que eran parte del territorio brasileño, perdimos la salida al Pacífico que había por Bolivia, el sur de Chile, perdimos la posibilidad de hacer un Estado con Chile, de un Estado común con Perú y con Ecuador –ahí tenés diez-, perdimos también Guinea Ecuatorial. Perdimos las islas Georgias, Sandwich, las Malvinas, perdimos el Mar Argentino, y por último perdimos en febrero pasado (2013) prácticamente la Antártida Argentina. Porque Inglaterra desconoció el Tratado Antártico, la sede del Tratado Antártico Internacional está en Buenos Aires. Ellos dijeron que la Antártida Argentina se llama Tierra de la Reina Isabel II y desconocen totalmente nuestros derechos. Vos podés decir: “pueden cambiarle el nombre pero sigue siendo nuestra”; no, porque la están ocupando con bases, con rompehielos, y la política de nuestros gobiernos en estos últimos 30 años ha sido de destruir todo el aparato militar, incluyendo todo el servicio antártico, el rompehielos Irizar todavía está ahí medio abandonado, los aviones que van a la Antártida tienen problemas para viajar, en las Islas Orcadas dijeron que tienen problemas para alimentarse porque no están llegando los alimentos. Cuando fue el tema de la Antártida, un grupo de argentinos fuimos a protestar a Cancillería y éramos 50, y diputados creo que había uno solo de mandato cumplido. Forma parte de estos 30 años de una democracia completamente colonial y desmalvinizadora. La Thatcher dijo “los argentinos me tienen que agradecer porque tienen la democracia gracias a mí”. No tenemos una democracia real. Perón mismo advirtió, si a nosotros nos derrocan, si nos sacan, Perón advierte que si el último gobierno peronista era derrocado la democracia años después iba a volver, pero iba a ser una democracia completamente al servicio de intereses foráneos. El ya veía que iba a venir una dictadura en el medio que iba a ser una dictadura completamente entreguista.
- Hay versiones que dicen que Hebe de Bonafini responde a intereses británicos.
- Todo grupo que sea disociante en el país, que en vez de buscar una identidad fuerte…
- ¿Vos considerás a Madres y Abuelas, disociantes?
- Está permanentemente enfrentando, persiguiendo, su objetivo es la supresión de las Fuerzas Armadas, no el encarcelamiento de un grupo de militares. Es un permanente ataque incluso a oficiales jóvenes que han nacido mucho tiempo después de la dictadura. Hoy tomás un General y como mucho debe haber sido cadete en la última dictadura militar. Se va buscando un desprestigio permanente, entonces eso no es búsqueda de justicia, eso es búsqueda de venganza. Inglaterra concretamente ha operado contra nosotros desde 1711. En 1711 se publica un Tratado en Londres sobre cómo humillar al Imperio Español. Y nosotros éramos eso. Y de hecho tenemos influencia hasta en lo que hoy es Estados Unidos. Quedan resabios en nuestra simbología. El Regimiento I de Patricios todavía desfila con las aspas de Borgoña, esa bandera blanca con la Cruz de San Andrés roja, que esa es una bandera común a toda América. Incluso en Estados Unidos, ellos también tienen banderas por estados, el Estado de Alabama la bandera que tiene son las aspas de Borgoña, pero como ellos habían sido parte de Españas, dejaron esa bandera. En seis Estados de Estados Unidos tienen simbología hispánica. En el mismo dólar, el signo Pesos, esa “S” con dos barras, quiere decir Spain, España, y las dos columnas son las dos columnas de Fernando el Católico que puso Plus Ultra, o sea más allá de las columnas Hércules que son Gibraltar y Ceuta, que había que llegar más allá. Y España tuvo una vocación realmente civilizadora. Antes de España, el planeta era un planeta inconexo, no se conocía. Había alguna idea de que había algo, Marco Polo, pero no se sabía que había un continente al medio.
- Y no fue un español el que llegó, fue genovés
- No hay que verlo con la mentalidad moderna que nació en tal país y es de tal país. Es una empresa española. Que haya sido un marino genovés, incluso sobre eso hay discusión. Hay una línea histórica que dice que es genovés y hay otra línea histórica que dice que era español, no es algo seguro. Se están haciendo todavía investigaciones de ADN con sus descendientes, hay descendientes de Colón que son herederos de todos los títulos nobiliarios de Colón aunque no se ejerzan. En realidad éramos un Imperio poderoso. Hay casamientos entre dinastías españolas y dinastías incaicas. Felipe V cuando asume como Rey de España, también asume como vigésimo segundo Emperador de Perú, porque los peruanos lo reconocen. Los peruanos son más inteligentes, ellos cuando hablan de su Historia son más inteligentes, ellos hablan de la parte aborigen, del Imperio Español y de lo que vino después. Todo eso forma parte de la riqueza histórica peruana, nosotros hacemos un corte. Tenemos un gobierno que dice que nacimos en 1810. Eso ha llevado a tal mezcla de ideas, que el otro día escuché a una chica que dijo que en 1810 Cristóbal Colón invadió Buenos Aires, hay una suerte de delirio y de desconocimiento con una ignorancia supina.
- Que es adrede
- ¡Pero por supuesto! Si te hacen ver y te dicen mirá: vos en realidad eras mucho más grande, en realidad eras un Imperio, en realidad eras bioceánico, en realidad estabas en todos los Continentes, vos tomás conciencia de grandeza, y decis “bueno, entonces yo puedo recuperar esa grandeza y puedo enfrentar a los grandes poderosos”. En cambio, te convencen de que tenés que ser chiquitito y de que tenés que ser más chiquitito. O sea, podés perder la Patagonia, podés perder el noroeste argentino que hay un proyecto ahí con tufo a secesión. La Patagonia prácticamente está desguarnecida.
- ¿Conoce el tema del sur, de Malvinas?
- Sobre las Malvinas, yo recomiendo el blog de El Malvinense que es lo más completo que hay, que han hecho una investigación hasta el Siglo XV. Las Malvinas siempre fueron del Imperio Español y las heredamos nosotros como corresponde. Lo que pasa es que hubo ingleses, holandeses, que anduvieron, era una zona en que se podía meter cualquiera. Vernet, cuando era gobernador, pide que le manden un destacamento soldados y por lo menos un buque de guerra, porque permanentemente estaba capturando bucaneros y pesqueros ilegales ingleses u holandeses. Las islas Seebald eran por un holandés, Holanda y Francia también. Francia reconoce la soberanía y las devuelve. Tuvieron su impronta, está la historia del Conde de Buganvielle.
- ¿Es cierto que Rosas quiso entregar las Malvinas? Canjearlas
- No. Rosas concretamente fue el hombre que se puso de pie. Algunos hacen la crítica, idiota, dicen que en la Vuelta de Obligado él no peleó. Pero el jefe de Estado nunca va y pelea en la trinchera ¿vos lo viste a Churchill, a Hitler y Stalin con una bayoneta en la mano? Pero es un absurdo.
- ¿Y qué dice de que fue justamente a Inglaterra, que era el país enemigo por antonomasia?

- Yo creo más bien que fue en calidad de rehén. Era un hombre que incluso logra un acuerdo con los indios, incluso con una campaña que fue severa. Murió más gente en la campaña de Rosas contra el indio que en la de Roca. En la campaña de Roca se habla de 2.800 indios muertos, en la de Rosas, que fue cincuenta años antes, 3.500. Sino, la Patagonia sería inglesa, holandesa o chilena. Los indios del sur firmaba tratados. La Iglesia había evangelizado y había vuelto letrados a una parte de ellos. Los indios del sur firmaban tratados con España, muchísimos, con el gobierno argentino obviamente, pero también tienen tratados firmados con Holanda, con Francia, con Inglaterra y con el insólito Antoine de Tounens que se hizo llamar el Rey de la Patagonia, aquél francés loco que se hizo llamar Rey de la Patagonia y la Araucania. En eso hay que hacer una reivindicación del verdadero indigenismo. Cuando después de la Primera Invasión Inglesa vinieron 16 caciques al Cabildo de Buenos Aires y dicen “le reprochamos al Rey Fernando VII que no nos tomó en cuenta para echar a la canalla inglesa”. Y para la Segunda Invasión Inglesa, los indios prepararon 30 mil indios y 100 mil caballos para pelear, y se los destinó a toda la custodia de la costa Atlántica, y se dice que algunos de ellos atacaron a caballo parte de la tropa de Whitelock. Los indios siguen fieles al Rey hasta 1834, permanecieron fieles en contra de la Revolución porque perdieron todos sus derechos. Hay tribus que con documentación de Carlos III reclaman las tierras que les corresponden. Pero la Revolución de Mayo les quitó a todas las tribus aborígenes todo tipo de derechos territoriales. El conflicto del indio con el blanco comienza a partir 1810, no antes. De hecho, el ejército realista estaba formado casi todo por indios.


EL OCASO ESPAÑOL Y EL AMANECER BRITÁNICO EN AMÉRICA SEGÚN EL VIRREY ABASCAL


Por Fernando de Estrada

“Realismo mágico” es una expresión difundida en el mundo para calificar a la literatura contemporánea de los países latinoamericanos. Si se tratara de su historiografía y su política difícilmente podría conservarse el primer término del binomio, mientras el segundo ahondaría su sentido. En efecto, existe en esas naciones una tendencia vehemente a interpretar la política y la historia política como instrumentos de transformación de la realidad, de considerarlas herramientas para dar forma a un deseo, o sueño, o proyecto. Este “idealismo mágico” antecede al análisis de las cuestiones y las predispone para ser entendidas como la paulatina realización de alguna ideología, sea cual fuere el contenido de ella. No es extraño así que sucesos y figuras con densidad importante queden postergados en la medida que no calcen dentro de tales explicaciones evolutivas.
Y tampoco es extraño, por consiguiente, que en las recordaciones de fecha redonda de las independencias de los países iberoamericanos quede en muy módico rincón José Fernando de Abascal, virrey del Perú entre 1805 y 1815. Pese a su exclusión del grupo protagónico entre los evocados, Abascal representó la posición más auténtica del partido realista en lo que comenzó como guerra civil y acabó como guerra de emancipación; su figuración y sus ideas merecen, pues, atención más concienzuda a la hora de interpretar aquellos acontecimientos. Un acercamiento a esta tarea se logrará con la lectura de la “Memoria de Gobierno” que este enérgico virrey presentó ante la Corona española al cesar en sus funciones.
Éstas no suponían originalmente dirigir el gobierno del Perú, sino encabezar el del Río de la Plata como reemplazante del virrey Gabriel de Avilés. El cambio de destino lo sorprendió iniciado ya el viaje hacia Buenos Aires, desde donde continuó por tierra hasta Lima, a la cual arribó el 26 de julio de 1806. El largo trayecto no le significó un disgusto, pues, como buen funcionario real, lo aprovechó para familiarizarse con la realidad americana. En sus palabras, el viaje terrestre de mil trescientas leguas “me dio a conocer con anticipación una parte muy considerable del territorio que venía a mandar, su local situación, el carácter y costumbres de sus naturales: y finalmente me hizo capaz de sus más precisas y urgentes necesidades, para poder hablar de todo de una manera que no es fácil ejecutarlo quando se procede con relaciones”.
La experiencia no resultó alentadora. Abascal había llegado con la convicción de que el sistema de Intendencias, establecido unos treinta años antes por los Borbones de España a imitación de los Borbones de Francia, era una institución muy eficaz; así se opinaba en la metrópoli, pero una visión más aproximada demostraba que la burocracia había malogrado las posibilidades del sistema. Las partidas presupuestarias solían derivarse a gastos diversos de los establecidos y ello iba en detrimento de la organización general del virreinato. Pero instituciones más tradicionales como los Bienes de Comunidad y la Caja General de Censos de Indios colmaban mucho de aquellas deficiencias y, señala Abascal, “una ligera idea sobre tan ventajosos establecimientos...hubiera bastado para destruir la injuriosa nota que han esparcido contra nuestro Gobierno acerca de la estudiada rusticidad y barbarie en que dicen los extranjeros y aun algunos desnaturalizados españoles se ha procurado mantener a estos naturales, y (hubiera bastado también) para hacer la apología de los soberanos de España”. Es evidente que la leyenda negra de la colonización española ya estaba suficientemente desarrollada.
La jurisdicción que correspondía gobernar al nuevo Virrey se había estrechado con relación a sus antecesores. La autoridad que Lima ejerció originalmente sobre las posesiones españolas de toda América del Sur fue reduciéndose hasta la situación que encontraba Abascal, poco después de la separación de la Capitanía General de Chile y de Guayaquil; el Río de la Plata constituía desde 1776 un virreinato aparte en el cual se había integrado la región del Alto Perú, cuya pérdida ocasionaba consecuencias económicas a las autoridades y el comercio de Lima. Pero el pasado casi imperial del primer virreinato se negaba a marcharse del todo y pretendía mantenerse con las formas de una burocracia arcaica, cuyos vicios había advertido Abascal ya en su largo viaje terrestre de arribada.
“El celo de mis predecesores para extirpar semejante abuso no fue bastante a conseguirlo ni lo podrá ser nunca si en los Jefes Subalternos de Rentas, encargados de la ejecución y que son el órgano por donde el Superior puede encaminarse para realizarlos, reina la indolencia y les falta el amor al servicio y a la Patria”, se lee en la Memoria, que casi enseguida agrega: “La muchedumbre de estos (empleados) hace que sirva cada uno en particular por un corto estipendio, que apenas puede sufragar a sus propias necesidades, y una dolorosísima experiencia acredita que los hijos de éstos, por falta de educación, quedan sin destino alguno pues no hay que pensar que ellos desciendan al servicio de un particular; ni en el doméstico pueden tener lugar sus cortas disposiciones, porque... éste se halla enteramente resignado a la gente de color”.
La gente de color era en su mayoría esclava, y la mención de la esclavitud abunda en la Memoria pues para Abascal se trata de una institución que, al margen de los aspectos morales, resultaba desastrosa para la economía y la vida social del Perú. Según el virrey, las necesidades de mayor cantidad de mano de obra hubieran debido satisfacerse mediante el trabajo de hombres libres que con su esfuerzo obtuvieran propiedad y dominio de los oficios. “A vista pues de tantos perjuicios como la introducción de negros ha traído a la población, a la verdadera riqueza del país y a las rentas, manténganse enhorabuena los hacendados en la posesión de un permiso (de poseer esclavos) que los empobrece, en lugar de asegurar y adelantar sus capitales, pero no sea de ningún modo a costa del bien general, y aun del individuo en particular que no es propietario”.
Para Abascal, la esclavitud, el latifundio improductivo y la desocupación entre la población libre son problemas que se entrelazan estrechamente: “Los terrenos productivos se hallan repartidos en manos de grandes propietarios que para su cultivo los trabajan con negros africanos quedando muy pocos a los naturales (...). El mayor valor de estos fondos consiste en el número de esclavos, y consumiéndose éstos con el excesivo trabajo y malos alimentos, de muy ricos y poderosos hacendados vienen a quedar en la clase de indigentes cuando no tienen medio de reponer esos brazos en tiempo oportuno para continuar la labor de sus terrenos propios”. Y pasa enseguida Abascal a enumerar con minuciosidad de contable los costos económicos de la esclavitud, en comparación de los cuales el trabajo libre resulta más aconsejable también en este orden de las consideraciones materiales.
No estaba, ciertamente, en las facultades del virrey desarraigar enérgicamente estos males, pero no por ello omitió cuanto estaba en sus manos hacer, y que consistió en lo que actualmente se denomina obra pública, que en este caso fueron puentes y caminos. Comprobó sin asombro que la maquinaria burocrática no le proveería de fondos con la diligencia necesaria y recurrió a ese tipo de instituciones vecinales cuya eficacia había observado a lo largo de su camino a Lima: “El escollo en que se tropieza generalmente para la ejecución de estas obras es la falta de fondos para costearlos calculado el valor de ellas en todo; pero esto es una dificultad de muy poco momento, pues al principio bastaron sólo unas veredas seguras, y unos puentes provisionales construidos con la mayor economía, que el tiempo con mayores proporciones hará más cómodos y firmes. Los pueblos han tenido la obligación de asistir personalmente a estos reparos y lo han cumplido...”. “A beneficio de estas mejoras en los caminos se transportarán a mayores distancias los frutos peculiares de un suelo a otro, y el menor precio de las conducciones aumentará los consumos y el producto no sólo de los terrenos que ahora se hallan en cultivo, sino de otros muchos que en el día son eriazos por falta de exportación. Ni las tierras repartidas a los originarios del país han sido tan productivas como pudieron serlo, pues dificultándoseles a éstos su transporte, las cosechas se han limitado en general al preciso consumo de sus familias. La propiedad de esas mismas tierras que corresponde por derecho de reversión al Estado y sus muchos sobrantes son un medio que se presenta oportunísimo para colocar infinitas familias de mestizos, redimiéndolos de la miseria en que han vivido y de la mala reputación que se han granjeado por los vicios, y sobre todo el de la embriaguez, a que se han entregado por falta de toda ocupación”.
Como todos los caminos, los recomendados por Abascal llevaban a alguna meta, que en este caso era los puertos de la costa, pues el virrey era partidario de superar la economía de subsistencia y practicar la de exportación, lo cual le hacía “recomendar de nuevo lo más esencial, que consiste en la construcción de puentes y mejora de los caminos, mediante los cuales puedan extraerse las propias lanas y algodones en rama a menos precio que el que hoy tienen por los crecidos transportes, hasta ponerlos en estado de embarque. Estos nuevos artículos de exportación agregados a la quina, producción de las montañas de este Reino, al cacao de Guayaquil ...y otros que la prolija investigación del comerciante o su codicia adelantare, como son resinas, gomas, bálsamos y drogas medicinales; formarán una balanza de contraposición más ventajosa al comercio de él y a sus habitantes, para lo cual es necesario tener presente la bien sabida máxima que así como la ociosidad es madre de la miseria, del mismo modo el trabajo y útil ocupación de los hombres es la única fuente donde debe ocurrirse a buscar su verdadera felicidad”.
Este programa de reformas lo veía el virrey dificultado por el auge del contrabando, fenómeno muy difundido en los dominios españoles cuyo efecto perjudicial para el erario consistía no tanto en la introducción de mercaderías competitivas de la producción local sino en la pérdida de oro y plata, fundamento del sistema monetario de entonces. Resulta interesante cómo este fiel funcionario de la Corona formula con plena libertad y espontaneidad su crítica al importante Real Decreto que en 1778 había establecido la libertad de comercio en los puertos americanos. Según Abascal, esa norma tan preciada en la metrópoli contribuía a acentuar los efectos negativos del contrabando, y las cosas no podrían mejorar mientras no se contara con una flota mercante propia: “Pero si fue grande este error hablando en economía, aun es mucho mayor en política, porque dando campo abierto a los extranjeros para fomentar su Marina, la nuestra será tanto menor, cuanto las otras se adelanten y engrandezcan”.
Llegado a este punto, Abascal pasa a especificar sus quejas y califica de fatal la concesión adjudicada a Gran Bretaña para la caza de ballenas en los mares del Perú con el consiguiente uso de sus puertos. Y recomienda como “el único medio, el más fácil y el más proficuo para los intereses del comercio, a los de este Público y a los de Sus Majestades el establecimiento de una Compañía de Pescadores Nacionales, cuando no haya sujetos que se animen en particular a emprenderla, para que la ocupación sea libre y disfruten todos de ella”.
La reflexión de Abascal acerca de que los acuerdos con Inglaterra habían sido más funestos en lo político que en lo económico expresaba una convicción muy profunda. Hay que recordar que la Memoria fue redactada en época de relaciones cordiales entre España y Gran Bretaña, casi inmediatamente después de haber contribuido ésta en modo decisivo a la expulsión de Napoleón de la península. Sin embargo, tal cambio de circunstancias no opaca los recelos de Abascal, que no endulza retroactivamente sus percepciones experimentadas a poco de llegar a Lima: “La comunicación y frecuente trato con extranjeros desde el año de 789, época desgraciada en que se les concedió la entrada en estos mares para la pesca de ballenas y otras particulares licencias para la introducción y venta de algunas especulaciones mercantiles, hizo desaparecer también desde entonces la felicidad con que el Gobierno ordenaba y disponía sus providencias al bien común. Se han generalizado desde entonces las ideas de rivalidad cuya semilla si es cierto que está en el corazón de los americanos no es menos evidente que necesitaba avivarse con el soplo de los extranjeros porque es claro en que dado caso que en algún tiempo pudiesen conseguir el designio de la independencia de España ese mismo momento sería el de su esclavitud para con los ingleses, pues con el estado inmaturo en que está la América coincide el despotismo de aquella nación en los mares por donde han de traficarse los frutos de las colonias a los lugares de su consumo. Entre los dos extremos de corresponder a una nación en una clase a la que impropiamente se le ha dado el título de colonos y la vergonzosa dependencia de otra que no conoce límites en su ambición no hay medio y nadie dudaría en decidirse por el primero como el más justo y benéfico, si no se hubiese trabajado sobre la ceguedad de los americanos para abrazar el segundo”.
Abascal aspiraba sin duda a desempeñarse como un gobernante reformista e ilustrado mientras tomaba el pulso a sus nuevas funciones virreinales, pero al tiempo que esto ocurría la ciudad de Buenos Aires capitulaba ante una fuerza militar inglesa, circunstancia que posiblemente no asombró al virrey de Lima pero sí le obligó a derivar su atención principal a las consideraciones políticas y militares. En su Memoria relata que su apreciación de la situación le hizo prever que las siguientes etapas de la invasión tendrían alcance continental y consistirían en la ocupación de territorio en Chile –menciona la isla de Chiloé- para proceder después a asaltar al Perú por vía marítima. Si bien las intenciones que en ese momento abrigaba el general inglés ocupante de Buenos Aires, William Carr Beresford, no podían ser ésas a causa de lo reducido de su ejército, los proyectos de la más formal expedición británica arribada al Plata el año siguiente correspondían completamente a las estimaciones de Abascal.
En la Junta de Guerra celebrada el 10 de septiembre de 1806, el virrey comunicó a los jefes militares su intención de adelantarse a la estrategia británica y dirigir él personalmente una fuerza que pasaría a Chile para obtener allí refuerzos, cruzar la cordillera de los Andes y desplazarse hasta Buenos Aires para reconquistarla. El plan se suspendió al conocerse la recuperación de la plaza por Santiago de Liniers, operada el 12 de agosto, pero la permanencia de la flota inglesa en el río de la Plata determinó que los preparativos bélicos continuaran y se prosiguiera con la organización de las milicias y otros cuerpos militares en el Perú, a la vez que se remitía una remesa importante de armamento a Buenos Aires, que llegó apenas a tiempo para su utilización en la exitosa defensa de 1807.
En la Memoria se aprecian las señales de perplejidad que manifestó entonces el virrey del Río de la Plata, Rafael de Sobremonte y que no escaparon a la perspicacia de su colega del Perú. Uno de tales indicios consistió en su no aceptación del armamento ofrecido, que de todos modos hizo su trayecto a Buenos Aires y tuvo el uso recién referido. Pero lo que mostró inconfundiblemente la debilidad que afligía a Sobremonte en aquellas circunstancias fueron las resoluciones del Cabildo Abierto reunido en Buenos Aires el 14 de agosto, según opinión de Abascal “celebrado sin previo conocimiento del Gobierno, bajo el especioso pretexto de afirmar la victoria obtenida sobre el enemigo, pero cuyo verdadero espíritu era la deposición del virrey”. Destaca Abascal que la autoridad de Sobremonte quedó mellada entonces, pero tanto que al conocerse en febrero del año siguiente la caída de Montevideo en poder de las tropas inglesas y la ineficacia demostrada nuevamente por el virrey, éste fue separado de sus funciones por una Junta de autoridades de Buenos Aires, que transfirió el mando político al Tribunal de la Real Audiencia y el militar a Liniers. La medida era de tipo provisional, para regir hasta que las autoridades centrales en España resolvieran definitivamente el escabroso asunto.
Los miembros de la Audiencia consideraron como un presente griego lo que a ellos se refería y participaron reservadamente al virrey del Perú su convicción de que se había dado un paso fuera de la legalidad y que por lo que hacía a soluciones provisorias lo más indicado sería que Abascal asumiera las funciones quitadas a Sobremonte en razón de la igualdad de jerarquía entre los cargos.
Abascal no precisaba la exhortación para sentirse preocupado con los acontecimientos, de manera que no vaciló en responder afirmativamente, aunque haciéndose presente de momento en el Plata a través de un representante sin duda ilustre, pues se trataba del marqués de Avilés, antaño virrey del Río de la Plata y luego del Perú, inmediatamente antes de Abascal.
Pero la iniciativa no contó con el apoyo del Cabildo de Buenos Aires, que objetó las condiciones militares de Avilés a la par que se derramaba en elogios para con las de Abascal, invitándolo a que fuese él quien se presentara y se pusiera al frente del gobierno en todas sus ramas. Avilés prefirió desistir de su intervención, y la llegada de los ingleses seguida por su derrota volvió ociosa de momento a la cuestión. No obstante, Abascal conservó sus recelos respecto a las intenciones separatistas que sospechaba en los porteños y esa misma desconfianza la extendió a Liniers, pese a los elogios que nunca le escatimó en el orden personal.
En este contexto, la actitud de Abascal con relación al partido nucleado en Buenos Aires alrededor de Martín de Álzaga desmiente una vez más la visión clásica de inveterado realista atribuida a este personaje. Por el contrario, su influencia sobre los autores de la secesión de Montevideo resultaba para Abascal prueba suficiente de que el alzaguismo conspiraba a favor de la independencia al procurar el derrocamiento de las autoridades legales del virreinato del Plata; mayor evidencia la encontró en la tentativa de golpe de Estado ejecutada por Álzaga y los suyos el 1º de enero de 1809. La separatista Junta de Montevideo, presidida por Francisco Javier de Elío, se ocupó además de rescatar a los vencidos de aquella asonada y darles generoso asilo en su ciudad amurallada. Esta escisión terminó superándola la Junta de Regencia designando a Baltasar Hidalgo de Cisneros nuevo virrey del Río de la Plata con la consiguiente jurisdicción sobre todas las regiones en pugna, cosa que no agradó del todo a Abascal por cuanto veía la decisión como debilitamiento del principio de autoridad. Tal sentimiento se le volvió más profundo al enterarse de que Cisneros entraría a Buenos Aires llevando junto a sí a Elío como jefe de las fuerzas militares del Virreinato, decisión que sólo serviría para agudizar las disensiones. A este respecto es interesante la observación de Abascal de que este error tuvo como peor consecuencia la reanimación de resentimientos entre criollos y peninsulares. A su juicio, en Buenos Aires estos acontecimientos preparaban la declaración de independencia para cuando se presentara una circunstancia favorable, la cual se manifestó en mayo de 1810.
Son interesantes los argumentos jurídicos opuestos por Abascal a los de la Junta de Buenos Aires para sostener su ilegitimidad. La discrepancia jurídica adquirió relevancia mayor al pretender la Junta extender su poder a todo el territorio del Virreinato. Abascal invocó entonces los pedidos que le formularon los gobernadores del interior del Virreinato del Río de la Plata para que, dada la situación extraordinaria, se volviera a la organización política anterior a la creación de este Virreinato en 1776 y pasaran sus provincias interinamente a la jurisdicción del Perú. Este enfrentamiento de criterios corresponde a las dos posiciones de derecho político que explican jurídicamente el conflicto iniciado en 1810 y concluido con la batalla de Ayacucho en 1824 que conocemos como guerra de la Independencia.
A lo largo de la Memoria de Abascal se destaca la profunda desconfianza del virrey para con la diplomacia de Portugal, país al cual considera firme aliado, casi satélite, de Gran Bretaña. En 1808, al producirse la invasión de Portugal por Napoleón, la familia real y su corte emigraron a Brasil, acontecimiento que merece este comentario de Abascal:
“Los anales de la América Meridional presentan como uno de los acontecimientos más notables y acaso como el más peligroso para su existencia política el de la imprevista traslación de la Real Familia de Portugal a sus Estados del Brasil. Este solo suceso sin antecedente orden ni prevención alguna por parte de nuestro soberano, y en tiempos tan inmediatos al de las mayores empresas de su aliado Inglaterra contra estas posesiones dan una idea bastantemente clara del apoyo de sus gobernadores para hacer variar el espacio pacífico de estas regiones y estar al reparo y a la defensa contra las asechanzas de una nación émula perpetua de nuestras glorias, y compañera inseparable de la que sin cesar ha aspirado a la posesión de nuestras riquezas”.
Que las aprensiones del virrey estaban justificadas se entiende cuando, renglón seguido, se lee en su Memoria que apenas establecida en Río de Janeiro la corte portuguesa propuso al gobierno de Buenos Aires un tratado que legitimara el sistema de contrabando que venían desde antaño practicando en el Plata tanto Portugal como Inglaterra. La iniciativa, que tendía a que el Cabildo procediera de por sí, hubiera significado una independencia de hecho en relación con España y el inicio de un protectorado portugués con apoyo británico. Pero de momento las cosas quedaron allí pues Napoleón inició su guerra contra España y ésta pasó a ser aliada de sus dos enemigos tradicionales Inglaterra y Portugal, sin que esto trajera alivio a Abascal.
En efecto, escribe, “de este modo, haciéndose comunes los intereses de ambas naciones, fue preciso que variase el plan de los proyectos combinados en aquel gabinete (el de Portugal) con precisa inteligencia de los ingleses en ellos...Suspendiendo por entonces las miras que podían haberse concebido contra la América española, nunca dejó- de trabajarse aunque de diversa manera sobre su aniquilación y ruina”.
Para Abascal esos peligros quizás hubieran sido suficientemente conjurados en caso de haber permanecido Liniers a cargo del Virreinato del Río de la Plata, pero Cisneros carecía de las condiciones necesarias y su ineptitud condujo a la formación de la Junta del 25 de mayo de 1810. A ésta la consideraba Abascal resultante tanto de la influencia extranjera como de la exacerbación de las diferencias fomentadas artificialmente entre peninsulares y criollos, o como expresa el virrey, entre forasteros y patricios. Juicio tan negativo lo ratifica de manera especial al recordar el pedido de auxilio que la Junta le formulara cuando su política en la Banda Oriental dio oportunidad a la entrada en ella de tropas portuguesas, primer paso de lo que algunos años después se transformaría en la ocupación del territorio y por tanto en confirmación de los ominosos pronósticos de Abascal.
Las ocupaciones de la guerra frustraron desde entonces las reformas institucionales proyectadas y en parte ejecutadas por el virrey del Perú. Pero las circunstancias hicieron de él un instrumento de transformación de la realidad americana hasta un punto que seguramente él no intuyó. Pues, sin quererlo y como efecto de la incomunicación con España, se desempeñó como un soberano independiente, inclusive asumiendo facultades prohibidas a los virreyes como la concesión de grados militares superiores. ¿Cómo no hacerlo si se había hecho cargo de una tarea mucho más importante como era la de organizar los ejércitos peruanos que estuvieron a punto de sofocar los movimientos de emancipación sudamericana y derrotar a San Martín y a Bolívar?
Abascal concluyó sus funciones virreinales en 1815, cuando podía suponer razonablemente que América y España volvían a su unidad en la monarquía. Sin embargo, se estaba abriendo entonces la segunda etapa de la guerra de la Independencia y es legítimo preguntarse, sin apelación ninguna al realismo mágico, si en caso de haber permanecido en el Perú ese gran defensor de la Corona hispana devenido soberano de hecho no habría debido anticiparse a la prudencia política de sus colegas de Méjico y fundar un Estado independiente para asegurar la paz entre españoles de una y otra orilla del Atlántico (*).

(*) Las citas han sido tomadas de la Memoria del virrey Abascal preparada por Vicente Rodríguez Casado y José Antonio Calderón Quijano y editada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Publicaciones de la Escuela de Estudios Hispano-americanos de la Universidad de Sevilla), Sevilla, 1944. 

FUENTE: 
UCALP - Instituto de la Realidad Nacional, Director: Fernando de Estrada
año 12 | noviembre – diciembre de 2013 Nº 56