domingo, 15 de diciembre de 2013

CAUSA ARGENTINA: REFLEXIONES AL PUEBLO DE LA NACIÓN



 

- La argentina es un proyecto nacional inconcluso.- Repetido fracasos políticos y económicos han debilitado la confianza en nuestro destino, postergando el logro de los ideales que llevamos en la memoria colectiva de la Nación.-

 - Muchos argentinos están como resignados a renunciar a su ambición de vivir en una república, libre, justa, próspera y soberana, cuya realización se posterga.-

 - Los grupos dirigentes enfrascados en sus luchas por el poder carecen, en su gran mayoría, de la estatura moral que la responsabilidad política requiere en esta hora crucial de la historia política argentina.-

 - La discordia que fracciona la sociedad desde el siglo XIX, continúa frenando la expansión de la Nación y hace casi imposible la acción colectiva del pueblo en la unidad de una visión estratégica a largo plazo.-

 - Cambiar el rumbo de esta argentina, cuya declinación, año tras año, comprobamos en los mas variados órdenes, es el principal desafío que enfrenta el país.- Un desafío interior, para modificar nuestra condición de vida colectiva; un desafío exterior, para recuperar un camino ascendente en el rango de las naciones del mundo.-

 - Finalmente, y para concluir esta somera descripción de la realidad, compartimos el juicio generalizado en los sectores académicos, según el cual la argentina a descendido a un estado de anomia en el cual el Estado, los actores sociales y los individuos, han perdido los vínculos asociativos y de convivencia regido por la ley, para transformarse en una sociedad de hecho, donde se vive una permanente emergencia, y donde es posible que cualquier capricho del poder sea impuesto a los ciudadanos sin respetarse las garantías de sus derechos.-

 - Los argentinos, en este contexto, han perdido su auténtica libertad y, por lo tanto, han sido desposeídos de su dignidad.-

 

Archibaldo Lanús, Octavio Frigerio, Carlos Mastrorilli, Antonio Calabrese, Teresa Gonzalez Fernández, Ricardo Saldaña, María Elvira Camozzi, Gustavo Druetta, Carlos Goldstein, Andrés Poggi, Norman Vieytes.-

 

C.A.B.A, 12 de diciembre del 2013

http://causa-argentina.com.ar/

MONS. AGUER: EN ADVIENTO CELEBRAMOS “UN HECHO SIEMPRE ACTUAL: CRISTO VIENE CONTINUAMENTE A NOSOTROS CON LOS DONES DE SU GRACIA”



MONS. HÉCTOR AGUER, Arzobispo de La Plata, dedicó su reflexión televisiva semanal, en el programa “Claves para un Mundo Mejor” (América TV), al Adviento que afirmando que es el tiempo litúrgico que “ayuda a prepara la Navidad” y lo definió como “una parábola de la Existencia Cristiana”.

 

Señaló que es necesario comprender que “la Navidad no es el simple recuerdo de un hecho del pasado. Cuando la Iglesia la celebra, en el misterio de la celebración, sobre todo de la celebración litúrgica, la gracia de la Navidad se hace presente nuevamente” y recordó “en este período la Iglesia quiere que nos preparemos dignamente para celebrar la próxima Navidad y nos invita a que actualicemos aquella prolongada expectativa y preparación espiritual del pueblo de Israel, y también de algún modo de todas las naciones de la tierra, para recibir la salvación”.

 

Explicó que el Adviento presenta “dos miradas sobre Cristo: la primera que se dirige a su primera venida en la humildad de la carne, su venida para traernos la gracia de la redención. Y la mirada en la segunda venida, que es la de Cristo en la gloria, cuando vendrá como Juez”. Añadió que existe “una conjunción de esas dos venidas que aparece clara en la espiritualidad del Adviento. San Bernardo, en uno de sus sermones sobre este tiempo, habla de un tercer Adviento, de un Adviento intermedio. Se refiere a la venida constante del Señor a las almas, a la venida de Cristo por medio de su gracia, por medio de los dones de su Espíritu, para habitar en nosotros”.

 

Mons. Héctor Aguer manifestó que “tanto la primera venida como la segunda aparecen actualizadas en esta especie de Adviento intermedio. Al prepararnos a la Navidad, no nos preparamos para la conmemoración de un hecho pasado, sino que estamos celebrando un hecho siempre actual: Cristo viene continuamente a nosotros con los dones de su gracia. La vida de la fe es, entonces, salir al encuentro de Cristo que viene a nuestro encuentro. El cristianismo se caracteriza porque no es simplemente el resultado de la búsqueda de Dios por el hombre, sino la búsqueda del hombre por parte de Dios”.

 

Adjuntamos el texto completo de la alocución televisiva de Mons. Héctor Aguer:

“Nos encontramos ya en el último tramo del tiempo litúrgico de Adviento. En este período la Iglesia quiere que nos preparemos dignamente para celebrar la próxima Navidad y nos invita a que actualicemos aquella prolongada expectativa y preparación espiritual del pueblo de Israel, y también de algún modo de todas las naciones de la tierra, para recibir la salvación”.

 

“En el período de Adviento nosotros evocamos aquella larga espera y eso tiene que animarnos a preparar la Navidad con una especial intensidad espiritual. La Navidad no es el simple recuerdo de un hecho del pasado. Cuando la Iglesia la celebra, en el misterio de la celebración, sobre todo de la celebración litúrgica, la gracia de la Navidad se hace presente nuevamente”.

 

“Pero en el período de Adviento también la Iglesia enfoca la segunda venida de Cristo, su venida gloriosa al fin de los tiempos. La primera generación cristiana, tal como aparece en los escritos del Nuevo Testamento, tenía la mirada del corazón puesta en el Cristo glorioso que vuelve para juzgar al mundo, para clausurar la historia humana y llevar a sus elegidos al Reino”.

 

“La inminencia de la segunda venida de Jesús es un dato que debe quedar en lo hondo de nuestra conciencia porque en realidad desde que el Señor subió al cielo, el día de la Ascensión, su segunda venida, aunque no sepamos cuando ocurrirá, es siempre inminente. No corresponde decir entonces: “Bueno, no sabemos cuando ocurrirá eso; además pueden pasar todavía milenios…”. Desde que ha partido, el Resucitado está, de algún modo, siempre viniendo”.

 

“Entonces el Adviento recoge estas dos miradas sobre Cristo: la primera que se dirige a su primera venida en la humildad de la carne, su venida para traernos la gracia de la redención. Y la mirada en la segunda venida, que es la de Cristo en la gloria, cuando vendrá como Juez”.

 

“También podríamos señalar una conjunción de esas dos venidas que aparece clara en la espiritualidad del Adviento. San Bernardo, en uno de sus sermones sobre este tiempo, habla de un tercer Adviento, de un Adviento intermedio. Se refiere a la venida constante del Señor a las almas, a la venida de Cristo por medio de su gracia, por medio de los dones de su Espíritu, para habitar en nosotros”.

 

“Tanto la primera venida como la segunda aparecen actualizadas en esta especie de Adviento intermedio. Al prepararnos a la Navidad, no nos preparamos para la conmemoración de un hecho pasado, sino que estamos celebrando un hecho siempre actual: Cristo viene continuamente a nosotros con los dones de su gracia. La vida de la fe es, entonces, salir al encuentro de Cristo que viene a nuestro encuentro. El cristianismo se caracteriza porque no es simplemente el resultado de la búsqueda de Dios por el hombre, sino la búsqueda del hombre por parte de Dios”.

 

“Podríamos decir desde esta perspectiva que el Adviento es una especie de parábola litúrgica de la existencia cristiana. Lo observamos con claridad en este período de cuatro semanas antes de Navidad, pero en realidad tendríamos que vivir continuamente en Adviento, es decir, en la espera del Señor, saliendo siempre al encuentro con él”.