lunes, 30 de septiembre de 2013

ENTRE MATRIX Y TERMINATOR


Por Federico Gastón Addisi

¿Cómo conciliar? La esperanza nos alimenta el alma. 
Pero bien dice el dicho, que el que espera, desespera. ¿y qué es la desesperanza sino la falta de la primera? 
Y es sabido que la desesperanza conduce a la desesperación. Y ésta a la angustia. Y por definición, la angustia es ansiedad. Y vuelve a comenzar el círculo. Y no precisamente virtuoso. 
¿Conciliar? Más bien, ¿Cómo romper? 
Las cuatro "V" del mundo post moderno en nada ayudan a la instrospección. Velocidad, voracidad, vértigo y virtualidad. 
Vivimos conectados. On-line. ¿Conectados a qué? A la matrix. 
Y los efectos en el alma y en la psiquis son devastadores. 
Millones de hombres y mujeres que no pertenecen a la generación 2.0 sufren los cambios sin llegar a adaptarse mentalmente a los mismos. Lo cual genera una sensación de estar "fuera de la red". Y si estoy fuera, no tengo pertenencia. 
Por lo tanto estoy sólo. En un mundo que no comprendo ni me comprende. El hombre está alienado. 
¿Hay conciencia de ello? Creo que no. Salvo en una minoría lúcida y doliente, que aún toma sus tiempos para la contemplación. 
Y a esta altura uno comienza a pensar si no sería mejor que las propias máquinas tomen "vida". Y vengan por nosotros. Poniendo en riesgo la supervivencia humana... ¿o no está en riesgo ya? 
Tal vez, la fantasía de Terminator no sea tal y la lucha entre la vida trascendente, teocéntrica y humana; contra la artificialidad del mundo tecnológico, de la era tecnotrónica, inmanente y materialista; este por llegar.