domingo, 28 de julio de 2013

TRANSFORMACION Y CREACION CIBERNETICA (1)


Por Tcnl. José Javier de la Cuesta Ávila (LMGSM 1 y CMN 73)

El desafío de avanzar  hacia el mañana tiene una dimensión intelectual, que, lógicamente, precede a la acción práctica,  implicando la tarea inteligente y racional de transformación  de lo actual en lo futuro, para su exitosa oportuna implementación. El aceptar que la Cibernética está  condicionando las formas de los actos y los hechos, en esencia  iguales a lo que fueran en el pasado, pero en una forma diferente,  es la base racional del proceso lógico de construir al mañana. Todas las actividades humanas del presente están influenciadas por las ventajas e imposiciones de la Cibernética que, como técnica,  las modifica, dándoles, por ello, una nueva y diferente estructura  “virtual” que, según los ambiente de su realización, podrá ser una “transformación” o una “creación”.
      Las herramientas, a lo largo de la historia, han creado nuevas capacidades y posibilidades en el trabajo humano que, a su vez, han modificado la manera de hacer, lo que se expresa en la educación, bajo la que se preparara (instruye) para actuar usando nuevos medios y, al mismo tiempo, diferentes modalidades. Si en el pasado, la tecnología era un factor importante en esta evolución, en nuestros días, ella se ha convertido, netamente, en el medio impulsor. Su potencia, versatilidad, flexibilidad y adaptación, impone sus reglas o modalidades que, básicamente, en realidad, solo son formas de un igual anterior origen del pasado.
       Nuestra civilización se encuentra ante el más intenso, desconocido y desconcertante proceso de cambio y mutación, que tiene, como esencia, el mantenimiento de funciones originarias, en una nueva dimensión, mediante la “transformación” (2). Se entiende como transformación, a la metodología que modifica las formas, al tiempo que mantiene la esencia, en  el accionar, con consistencia permanente, para que lo actuado coincida con la realidad del momento, los ambientes y  escenarios. En síntesis, se trata de actualizar los hechos y  actos, conforme la evolución, para darles adecuada vigencia. Transformar es, en realidad, “ser actual”, conforme a las circunstancias. Lo interesante en este proceso es que, por su coherencia dinámica, no cubre etapas, sino que es una actividad permanente, que se ajusta constantemente, a un ritmo imprevisible y con alcances diferentes de muy difícil evaluación. Si se parte de esta idea matriz, será posible entender las acciones a desarrollar y, consiguientemente, comprenderlas en un escenario futuro.
    La historia mundial nos ofrece muchas y variadas experiencias de transformación, que surgen del esfuerzo creativo, y se alimenta de los desarrollos alcanzados. Es, de esta manera, la resultante de la  creatividad, que no es imaginación, por más que pueda inspirarse en la misma. La aplicación práctica, oportuna, de los diversos medios (3) que ofrece la evolución, motivando nuevas y diferentes posibilidades. El ejemplo clásico está en la “Revolución Industrial”, cuando la maquina reemplaza la fuerza física de los hombres, aumentando su productividad y, consecuentemente, la resultante de los esfuerzos. Lo que, en ocasiones no se cita, es que, al mismo tiempo del desarrollo industrial, se produce el intelectual (Fayol, Taylor, etc.), que aporta con sus ideas, los conceptos del nuevo trato de las organizaciones “transformadas”. A fines del siglo pasado, aparece la “Revolución del Conocimiento”, en la cual la maquina (ahora llamada  específicamente computadora), complementa e incrementa el potencial intelectual humano, ampliando las fronteras del saber y, consecuentemente, del hacer. En este devenir, también surgen nuevas formas de relación organizacional, que son requeridas para poder conducir adaptándose a estas diferentes capacidades. En la última década, al adquirir prevalencia la “Cibernética”, se nos ofrece lo que se ha dado en denominar la “Era Cibernética”.  En nuestra época, estamos cruzando el conocido “Tiempo de la digitalización” que es, en síntesis, el accionar técnico para “transformar” lo “analógico” a lo “digital”. El fin o el objeto de la acción (hecho), sigue siendo el clásico tradicional (analógico), que se “transforma”, por los nuevos medios que se disponen (digitaliza). Es decir, los médicos, los abogados, los ingenieros, los militares, etc. siguen siendo y haciendo lo que fueran en el pasado, en una nueva y diferente dimensión, con capacidades y posibilidades digitales e intelectuales, que les eran antes imposibles de materializar, pero, ahora sí, dándoles una nueva “forma” cibernética. El  objeto sustancial, no habrá variado y, por ello, su finalidad, seguirá siendo la misma. El Mundo, la sociedad, las organizaciones y las personas, están ante este arrollador proceso, que les impone el “transformarse”, para ser parte del mismo, en concurso real y efectivo, con las circunstancias. En general, este movimiento es aceptado, naturalmente, por aquellos, cuya actividad, para existir, requiere innovar, pues, la competencia, se lo impone o lo sanciona, anulándolo. Ello no se da igual, en los que su accionar reposa en las tradiciones del pasado, lo que les resta flexibilidad adaptativa. Es así, que las actividades de los “particulares”, que están en la lógica de los mercados, evolucionan, en cambio, las “oficiales”, supeditadas mas a los enfoques de las políticas, quedan rezagadas.  Sin embargo, los países que “viven” situaciones de alta competitividad, están obligados a “salir” de la rutina  (transformarse) y, aun, ser lo oficial, el iniciador de los cambios. Los que no, no están bajo tal presión, pero, finalmente, debido a ello, padecen la concreta indefensión del subdesarrollo. Este tema se evidencia, preferentemente, en las actividades criticas,   sensibles y/o estratégicas, que hacen al potencial soberano de las naciones, y, por lo tanto, a su existencia, en un mundo globalizado, con interdependencia creciente, y que, en síntesis, separa los países desarrollados de los que no lo son. Aquella comunidad que no ingresa y actúa conforme la evolución, es superada por sus entornos, decae en sus realizaciones y corre el riesgo de agotarse por su propia inacción comparativa.
    Uno de los fenómenos de nuestro tiempo, que su impacto fue asimilado por la Humanidad de manera espontanea, fue, por ejemplo,  el efecto en los transportes provocado por  el automóvil que, en poco más de medio siglo, pasó a ser de “uso común”. Otro, no percibido, quizás en su real dimensión, ha sido el “enlace” (4), cuya esencia lo facilita la Cibernética y, su instrumento aplicativo actual, las computadoras. El efecto más conocido, es la creación “virtual” de las más diversas actividades, pero, el más aplicado, es la “digitalización” de los instrumentos que, en formato de los más variados soportes, artefactos, maquinas, equipos, etc., brindan sus capacidades y calidades, al quehacer de la Humanidad. Es así que, bajo la denominación de “aplicaciones”, apoyándose en los desarrollos del “hardware” y el “software”, se producen las “transformaciones” del accionar en las más diversas profesiones, tareas y actividades. La realidad, en nuestros días, es que la Humanidad ha aceptado e incorporado culturalmente, como una realidad actual y presente, a toda esa serie de instrumentos, artefactos o “soportes”, que configuran la era Cibernética. Esta situación, simple en el individuo, no lo es tanto en las organizaciones.  Los dirigentes, en  esta evolución, deben determinar, con adecuada precisión, el momento en el cual cada “aplicación”, deja de ser un “proyecto” o, en toda caso, una “aplicación en experimentación “ y se “transforma” en una “tarea” o “actividad”, es decir, deja de ser  “especialidad” y se convierte en un medio de “uso común”. Esto es muy importante ya que la operación y uso del artefacto (aplicación) ya no corresponde a los técnicos, sino a sus operadores y usuarios naturales
     En el mundo real, como también en el virtual, al partir de la esencia de una acción, sistema o actividad (aplicación), encontramos en su “periferia” a los “usuarios”, en su sector “medio”, los “operadores” y en su “núcleo”, los “profesionales”. Cada uno de estos, tiene una diferente acción participativa, que será simple en los usuarios, específica en los operadores y compleja en los profesionales. Estas acciones, en el escenario Cibernético, nos está entregando capacidades virtuales diferentes que se agrupan por su forma de accionar. Es así, que tenemos la “Informática”, como un medio de enlace, la “Automación”, en una forma de acción, o la “Robótica”, que es una manera de actuar de maquinas como si se fueran humanos, etc. En algunos ambientes, debido a la falta de divulgación, se confunden las acciones (aplicaciones), no dándoles identidad propia. Sin embargo, en todas ellas, existe una combinación de equipo con el usuario (personal que usara y/o operara) junto a  un partícipe necesario, que es el profesional en “hardware” y “software”  (Ingeniero de sistemas) (5)  actualizado por los avances de la evolución, que, en trabajo en conjunto con los operadores “reales”, desarrollan la aplicación sistematizada. Es así, que en los ejércitos, los “enlaces” se desarrollan junto con el personal de cada profesión, la microcirugía en los médicos, los cálculos en los matemáticos, los equipos “automáticos” con los Ingenieros, los “dromes” con los aviadores y los “robots”, de acuerdo a su escala y tamaño, en las más variadas actividades, que, una vez aceptados, convertidos en equipos y/o armamentos, pasan a ser sus usuarios y/o operadores. Como ejemplo, por su divulgación, alcance y constante crecimiento potencial, se puede mostrar la aplicación conocida como “Internet”, una especie de “enlace digital”, que erradamente operan  en ocasiones los técnicos pero que, por lo que es su uso y operación, corresponde ser de un uso general.
      Es importante no confundir la “transformación” con la “creación” cibernética, ya que la primera seguirá en los escenarios clásicos (aire, tierra y mar), en cambio, la segunda, se ubica en uno diferente de carácter virtual, el “ciberespacio”.  Ello ha  dado este nuevo escenario de conflictos y actividades, diferente a la tierra, mar  y aire , que se conoce como el “ciberespacio”. En las  estructura de defensa militar han nacido las Fuerzas Cibernéticas, para su actuación especifica en esta dimensión virtual. Es importante distinguir la “transformación” que actúa “digitalizando” (y, seguramente mañana, “cuantificando”), de la “creación” cibernética, que es la activación en un medio o escenario nuevo y diferente de actividades o acciones “virtuales”, conectadas o no, con lo analógico o “real”. La vinculación doctrinaria se ajusta al empleo y, normalmente, los medios (aviones) se relacionan con ello y, por lo tanto, su personal (aviadores) es instruido, capacitado y entrenado específicamente, para actuar dentro del medio clásico de tierra o mar, con el diferenciado, de aire. En este último tiempo, como un efecto de la Cibernética, aparecen, para el caso de la Aviación, los “dromes”, que son minúsculos medios  (soportes) que operan en el aire como si fueran aviones no-tripulados, pero que tienen, contenidos en ellos, una serie de capacidades del más diverso tipo, que amplia actividades y requiere nuevos sistemas de operación. Lo interesante, en esta cuestión, es que los “dromes” son operados por los mismos aviadores, entrenados y adaptados, que actúan como si estuviesen en un “simulador” pero están conduciendo en realidad al nuevo artefacto. Esta situación, ahora en operaciones especiales, como es la seguridad urbana, los desastres naturales, etc, muestra como su previsión y atención es seguida, conducida y apoyada por sus responsables jerárquicos, que están presentes a largas distancias, unidos por sistemas cibernéticos digitales.
   Es de destacar, la importancia que tiene en la secuencia de la “transformación”, el momento del “desacople” entre el “proyecto” y la “aplicación”, pues el mismo es una situación  de “tensión” operativa, cuyo éxito dará valía al mismo o sus errores crearan problemas a resolver. Esta situación  se puede encarar fácilmente, cuando existe continuidad en el equipo de personal que participa en la actividad ya que actuó en el tiempo “analógico”, y ahora, lo hará en el “digital”, con clara conciencia de que se lo ha “transformado”. En general, se  tiene adecuada experiencia, por lo realizado en el Siglo XX, en la “transformación” hacia la “mecanización”, que ahora puede repetir, como método, para lograr la “sistematización”. Se recuerda que a fines de la primera mitad del Siglo XX, aquellos que conducían un vehículo automotor, eran calificados como “especialistas”, pero que, ahora, pasaron a ser una actividad común, etc., situación que se repite actualmente en relación a los sistemas y las computadoras generales o especificas. Es difícil no encontrar en las empresas, fabricas, escuelas, comercios, etc. maquinas computadoras, en sus diversos tipos de soportes y en las más variadas actividades. El uso cada vez mas difundido de “celulares” convertidos en reales “computadoras de bolsillo” es el ejemplo clásico.
      Si bien, por las más diversas razones, el proceso de “transformación”, puede presentar dificultades para su implementación, ello no debe ser óbice para que el mismo no se inicie en tiempo razonable. En particular, en los aspectos de la enseñanza, ya que es necesario lograr, a lo menos intelectualmente, en las generaciones  actuales y futuras, la aptitud para entender y atender los nuevos desafíos que la Cibernética ofrece a la Humanidad. Se entiende y sugiere, dentro de esta idea, que en las escuelas de formación se capacite, a lo menos teóricamente, en las nuevas capacidades y, al mismo tiempo, se inicie, francamente y concretamente, la digitalización de los medios (herramientas) hacia la necesaria “transformación laboral”. Es evidente que este proceso tendrá dos programas diferenciados, uno destinado a la “digitalización” de cada actividad (transformación) y otro con el objetivo de crear la nueva tarea Cibernética (creación). Lo interesante y conveniente de este accionar, es que  en Argentina, ya se  cuenta con el personal adecuado y especializado, lo que conformaría el núcleo sustantivo, que solo tiene que ser organizado dentro de la estructura correspondiente.
     El tema de la “creación” de una actividad Cibernética, para que actué en el escenario específico, debe surgir como un desarrollo particular especial que, desde el inicio, se apoya en las capacidades y posibilidades de la tecnología mencionada, con nuevos desarrollos evolucionados, conforme los progresos en permanente innovación.
    No se puede dejar de mencionar, en lo que es la evolución del “hardware”, de los efectos de la “física cuántica” que, a su vez, motivara nuevos desarrollos en el “software”, lo que implicara, lógicamente, nuevos instrumentos y artefactos cibernéticos, con sus propios “software”, en este constante, acelerado y profundo proceso clásico de la Humanidad en el futuro. Hechos a nivel mundial, como el tema de los “topos” (divulgación de la WEB) y/o los “gusanos” (penetración maligna en sistemas), expuestos no como temas circunstanciales, sino como el origen de situación de crisis internacionales, avalan la necesidad y conveniencia de iniciar acciones en nuestro medio donde, como ya se señalo, se cuenta con las capacidades requeridas y para su activación solo se requiere darle la adecuada estructura y organización.
   Es importante, finalmente, reiterar, a afectos quede aclarado, que se debe  distinguir los procesos de “transformación” (nuevas formas en los escenarios clásicos) de los de “creación” (formas aplicadas en el escenario Cibernético), que podrán parecer similares, y, hasta idénticos, pero que se diferencian por el carácter real o virtual de sus manifestaciones. En la idea de que se está actuando con vistas al futuro, posiblemente, la frase que se agrega, quizás, es un simple y claro mensaje y resumen que debe ser tenido en cuenta:
       “Hoy los cambios  son tan rápidos que la adaptación, modernización y transformación, deberá ser una actividad permanente y no resultante de planes, adaptándose periódicamente” (Gral. Covarrubias – Ejercito de Chile).

Notas:
(1)   El término “transformación” hace referencia a la acción o procedimiento mediante el cual “algo” (Organización, sistema, instrumento, etc.) se modifica, altera y/o cambia manteniendo su “identidad” (Wikipedia). Los avances de la Cibernética hacen que se “digitalicen” las actividades a un ritmo acelerado constante lo que impone aceptarlas en su nueva dimensión.
(2)   El aporte de nuevas “herramientas” son la clásica de la evolución, así vemos, por ejemplo, lo que sucede en la “prehistoria” (Fuego, arado, hacha, rueda, cuchillo, lanza, etc.), en la Edad Antigua (Polea, ábaco, pólvora, etc.), la Edad Media (Energía, Astrolabio (telescopio), reloj, imprenta, telar, barómetro, termómetro, gramófono, telégrafo (teléfono, etc.) y Edad Contemporánea ( Fotografía, avión , helicóptero, submarino, bicicleta, automóvil, cohete, birome, plásticos, cinematógrafo, televisión, laser, computadoras, satélites, etc.).
(3)   El enlace es un proceso interactivo de acción entre supuestos y realidades, que confieren estabilidad entre sus componentes, caracterizándose por convocar y luego entregar, en forma sumaria, mutuamente, acción sobre un objetivo o causa. El enlace, también conocido como vinculo, es la esencia fundamental de la arquitectura de la WEB ( WWW - World Wide Web), que lleva, técnicamente, aquel a un ámbito de interacción humana que, por su amplitud, modularidad y flexibilidad, genera, propicia y facilita, desde su propio interés, efecto y resultados. 
(4)   La complejidad de los sistemas y los avances de las aplicaciones cibernéticas están motivando en las universidades de avanzada a su inclusión “adaptada” en las diferentes carreras profesionales y, a su vez, el “fraccionamiento” en especialidades (Informática, automación, robótica, etc.) de la “Ingeniería de Sistemas”.
(5)   En la NASA en el operativo “Curiosity” (Exploración a Marte) por primera vez, se integro como un solo equipo a los especialistas de diseño, construcción, lanzamiento y, finalmente, operación, logrando así un valioso éxito comparado al anterior método de “etapas” en una suerte de “cadena de montaje”.