martes, 3 de diciembre de 2013

EL OBISPO DELGADO DE SAN JUAN ANTE BLASFEMAS MUJERES: “VAN A ENTRAR, ¡SALGAN!”




Se transcribe a continuación las apreciaciones de uno de los varones que concurrió a San Juan al Encuentro Nacional de Mujeres para enfrentar a las ultrafeministas. Se hace reserva de la identidad del mismo.
¿Sabe por qué el Obispo Delgado (que tiene dos hermanos desaparecidos) dejó salir a los muchachos de dentro de la Catedral? Sus palabras -según uno de los muchachos que viajó conmigo de regreso a La Plata-, fueron estas:
-         "Van a entrar, ¡salgan! ¡¡No dejen que entren!!".
Cuando salió el último de los muchachos para reforzar nuestra defensa afuera -y se abocaron a la defensa de imágenes en exteriores- el Obispo cerró la puerta con llave. 
Las afrentas al Nombre del Hijo de Dios y de Su Madre eran intolerables. 
No se debe responder más con el rezo, hay que pasar  a los hechos. ¿Obediencia debida...?. ¡¡Nooo. Basta!!
Hay que darle un punto final a estos felones de adentro y de afuera. Hay que hacerle entender  a la jerarquía (Obispos, curas párrocos, sacerdotes, diáconos, religiosas y religiosos) que son "intra muros", que los Seglares somos extra muros. Y si hay que fajar a estas atorrantas y a los degenrados que le acompañan, a fajarles, entonces.

En cuanto al Estado: afirmaron que había 600 policías custodiando, ¿dónde...?. Habría 40 ó 50, no más.
Digo, ¿para qué?, ¿para encanarnos a nosotros...?
Cuando una cuarta parte de esta canalla insinuó atacar la Catedral de La Plata, muchos menos éramos los católicos. El rol de la Policía fue amonestarnos permanentemente. Consideraban que rezar fuerte era una provocación. No lo era el orín, las puteadas, los escupitajos que recibíamos.

Dejémonos de joder con preocuparnos en ser noticia. A Cristo tenemos dentro quienes recibimos Su Cuerpo y Sangre consagrada en el Altar. La Iglesia es Su Esposa. Pues entonces, si somos de Cristo y Él quiere tanto que le llevemos dentro, por ello corre Su Sangre por la nuestra, y, si por una manga de comerciantes Él tomo un látigo y lo usó en el ingreso al Templo, pues entonces a dar garrote.

…Esa tarea habría que haberla hecho antes, como que antes debiera haberse elaborado un plan... No hay que tener prejuicios, ni miedos. Solo convicción.



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