jueves, 3 de enero de 2013

¿AÑO DE LA FE CON BENDICION DE SUPERSTICIONES?



Por M. Virginia O. de Gristelli

El Santo Padre, muy poco antes de inaugurar este Año de la Fe, hace cerca de un año, diagnosticaba muy oportunamente un verdadero analfabetismo religioso, en medio del cual “no puede crecer la unidad entre los cristianos”.  Y algunos nos preguntamos, bastante perplejos, cómo se puede sanar ese analfabetismo sirviendo al sincretismo o a la confusión entre fe y superstición. Como si los disparates del pseudoecumenismo no fueran suficientes...
Hace tiempo que entre las “devociones (o desviaciones) populares” de miles de argentinos, ha ido creciendo el culto de personajes que -sin juzgar sobre el destino final de su alma-, podemos decir que no han dejado huellas de  virtud en sus vidas, como es el caso de ciertos cantantes populares muertos en accidentes automovilísticos, o un poco más remotos, el “gauchito Gil”, especie de Robin Hood a la criolla, o adalid popular del cuatrerismo, en una época en que la injusticia social ofrece más que una ocasión para “inspirar” a sus devotos, buscando el reino de los Cielos con una brújula bastante desnortada, por cierto…
No hay duda de que estas situaciones deben ser atendidas en un plan misionero y pastoral, pero… ¿puede hablarse de “crecimiento en la fe” cuando en vez de corregir las desviaciones, se les tira agua bendita para disimularlas? Esto nos parece la reciente edición de una “Novena a la Cruz”, en memoria de este gaucho, que según el obispo de Corrientes podría “ayudar a su purificación y mejoramiento con la Palabra de Dios” (¿?). 
El personaje en cuestión era un ladrón, lisa y llanamente, y modestamente creemos que las tolderías de trapos rojos que jalonan las rutas de nuestro país tal vez  podrían ser mejor “purificadas” con un fósforo y kerosene, que editando nada menos que una novena en su homenaje, aprobada por un Obispo, y propagada por la agencia católica oficial del Episcopado (http://www.aica.org/4735-novena-la-cruz-recordando-antonio-gil-los-difuntos.html#), vinculando además a la Madre de Dios -Ntra. Señora de Itatí- a su maquiavélica figura.
La enemistad que existe entre la Mujer vestida de Sol y la Serpiente antigua, entre ambos linajes (Gen 3, 15), no puede ser suavizada con intenciones piadosas.
Porque entre todas las sombras que pueda haber en la vida de Antonio Gil, lo cierto es que su “culto” se vincula además estrechamente con el de “San la muerte”, y éste nada menos que con la venganza y los ritos umbanda [1], cuya relación con el satanismo debería ser bastante relevante para un pastor de almas...
Se nos dirá que Monseñor Faifer procura orientar las oraciones de los fieles dirigidas al gaucho a rezar por su alma[2], pero… ¿será prudente “acompañar” estas manifestaciones, pasando por alto, por ejemplo, que su figura ha sido ya “elevada a los altares por la Iglesia Católica Nacional”? ( http://www.gauchitogil.galeon.com/productos2020644.html  )
En un tiempo en que el mundo nos pide dar testimonio coherente de la fe que profesamos, este tipo de confusiones contribuyen tal vez a la idea de algunos observadores que creen que ser católico es sinónimo de armarse una religión “a la carta” [3], y cuando la Iglesia enseña con verdadera claridad, patalean como niños… porque se les alimentó el raquitismo con golosinas-veneno, en vez de darles leche.
M. Virginia O. de Gristelli

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los mensajes son moderados antes de su publicación. No se publican improperios. Escriba con respeto, aunque disienta, y será publicado y respondido su comentario. Modérese Usted mismo, y su aporte será publicado.