viernes, 14 de septiembre de 2012

¿CAMBIARÁ CRISTINA...?




Por Carlos Manuel Acuña

Muchos analistas se preguntan que hará Cristina Fernández a raíz de la exitosa jornada de ayer que permitió a una oposición variopinta expresar su repudio a la política que desarrolla el kirchnerismo.
A pesar que la inteligencia oficial apreció de antemano que sería exitosa, los asesores presidenciales y la misma Cristina quedaron sorprendidos por la importancia de las concentraciones en todas las plazas del país. Desde Bariloche hasta las ciudades del Norte y en los pueblos menores como sucedió en la provincia de Buenos Aires, las expresiones de repudio al Kirchnerismo reflotaron las dudas sobre el 54 por ciento de los votos -un tema siempre esgrimido por Cristina al recordar los resultados de las elecciones del año pasado- y abrió el interrogante acerca de si el oficialismo persistiría en mantener los puntos más neurálgicos de su política.
Los más ingenuos mantienen una expectativa esperanzada que de movida no más la resolvió la propia Cristina al reiterar que nada la haría cambiar y que por consiguiente se entienden los motivos por los cuales acelera la marcha hacia una un socialismo singular que mantiene el llamado "capitalismo de amigos". La "misión" de jóvenes Camporistas seleccionados para aprender de las próximas elecciones venezolanas y de paso gozar de vacaciones caribeñas, es nada más que una expresión menor de todo un sistema de control estatal apurado desde la Casa Rosada.

También es una expresión menor pero de mayor contenido ideológico, el inicio de una minuciosa exploración sobre la forma de vida de los residentes o propietarios de casas en los llamados barrios cerrados. Los interrogatorios de la AFIP van desde la superficie de los predios y construcciones hasta los establecimientos educativos a los que concurren los hijos, las diversiones cotidianas y otros aspectos que hacen a la intimidad de los ciudadanos.
Contra todo esto salió ayer la gente a la calle y contribuyó al éxito de múltiples concentraciones que reunieron a sectores de diversos sectores sociales que sintetizaron sus ideas y sentimientos en pocos reclamos: libertad, anticorrupción, seguridad y una temática que giró alrededor del respeto individual agredido por los planes gubernamentales.
Lo más interesante, es que esos temas formaron parte de los alertas que desde tiempo atrás surgieron cada vez con mayor insistencia para no ser atendidos, como realmente sucedió ayer. En síntesis, lo ocurrido marca con total precisión que desde el punto de vista institucional la sociedad argentina llegó a un punto en la bifurcación entre la realidad y lo que la gente quiere y necesita.
Podemos vaticinar entonces -siempre con relación al interrogante con que titulamos este artículo- que el cristinismo no abandonará su ideologismo aunque disminuirá el ritmo con que lo aplica, al mismo tiempo que utilizará artilugios para disimularlo. Así, lo más probable es que suspenda transitoriamente su proyecto de reforma constitucional para darle más adelante un nuevo impulso.

 Obviamente para ello necesitará un vigor político del que carece y nada permite apreciar que lo obtendrá para pensar en la reelección de Cristina. Ayer, toda la gama de los integrantes de la Clase Media rompió definitivamente con el gobierno e incluso niveles más populares como el sindicalismo opositor, se hizo presente con sus estribillos que en alguna oportunidad -como se registró cerca de la Catedral- se convirtieron en la letra de marchas militares. San Lorenzo hizo vibrar muchos corazones y el tono de algunas expresiones opositoras se hizo más contundente y de drástico contenido.

Otro aspecto digno de ser tomado en cuenta, fue la anuencia de exteriorizaciones partidarias y la ausencia de dirigentes o simpatizantes reconocidos de los partidos políticos.
¿Que sucede en la Argentina? ¿Llegó el momento de las respuestas a tantos interrogantes lanzados al ruedo de la decadencia sin suerte ni reconocimiento alguno...?
Podría ser, pero como en la cima del poder político se anticipó que nada cambiará y que únicamente regirá un breve espacio táctico, todo indica que la próxima concentración prevista para el cercano 1° de octubre, reiterará una respuesta popular que tendrá como sustento temas específicos e igualmente convocantes.
De allí que el proceso abierto en el día de ayer será bien importante con miras al futuro aunque no sólo por el contenido que aportará la marcha popular que comentamos, sino también porque para entonces el deterioro económico e institucional tenderá a agravarse y a exigir definiciones que jamás llegarán.
Podemos decir, en consecuencia, que para la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, ya es tarde para cambiar.
En realidad, sus adláteres no la dejarán hacerlo, y ella misma tiene como única voluntad insistir por el camino elegido.
 Por lo tanto y por decirlo de alguna manera, el futuro que se aproxima más rápido de lo que parece, se muestra incierto y peligroso, aunque estimulado por la presencia popular que volverá a reclamar la libertad como un desafío superior.

PÁNICO DE CRISTINA ANTE EL CACEROLAZO DEL 13 DE SEPTIEMBRE





Por Emilio Nazar Kasbo

“Yo nerviosa no me voy a poner ni me van a poner, que se queden tranquilos”, dijo la Presidente Cristina Wilhelm con un dejo de aire sobrador y como riéndose en medio de obsecuentes y mercenarios que la aplaudían por algún beneficio recibido o que esperaban recibir.
Efectivamente, lo que tiene Cristina no es nerviosismo, sino pánico, que es fácil de acreditar.
"¡Siempre Volvemos y Volveremos; una y otra vez! ¡Una y otra vez! Por más que algunos se pongan nerviosos, yo nerviosa no me voy a poner, ni me van a poner. Que se queden tranquilos", dijo la Presidente. De ese modo, respondía indirectamente desde su discurso en San Juan al pueblo que salió pacíficamente haciendo escuchar sus reclamos en distintas ubicaciones de Argentina con el cacerolazo organizado a través de las redes sociales para el 13 de Septiembre de 2012 y que diera inicio entre las 19 y las 20 hs.
Ya es la segunda manifestación de la cual Cristina Wilhelm ha “escapado”. Efectivamente, ante el anuncio de cacerolazos que avanzan hacia la Casa Rosada, la Presidente elige ir a inaugurar algo (cualquier cosa) en alguna provincia lejana que considera afín, o menos riesgosa.
Anteriormente, había viajado a San Luis, desde donde hizo una referencia tangencial a una manifestación que había convocado el sindicalista Hugo Moyano con el gremio de camioneros. En aquella oportunidad, inauguró una planta procesadora de cerdos, con un grandilocuente discurso, pero luego se difundió la real capacidad de dicho establecimiento, que resulta ser insignificante para la dimensión del mercado argentino.
Esta vez, eligió la provincia de San Juan, pretendiendo inaugurar una empresa textil ¿La inauguración de una empresa textil es un acto de gobierno? Sin embargo, las protestas ahora se han extendido a todo el país, y mientras la Presidente realizaba su discurso, cientos de sanjuaninos autoconvocados se manifestaron en las inmediaciones de la Plaza 25 de Mayo de la Capital provincial para protestar contra el gobierno (que salieron a manifestarse sin percibir un solo centavo para hacerlo, tal como acostumbran los oficialistas).
En San Juan, desde donde habló la Excelentísima Señora Presidente de la Nación, hubo más de cuatro cuadras de manifestantes que llevaban sus carteles que decían: “contra la corrupción”, repudiando a su vez al gobernador local, José Luis Gioja.
La Presidenta aseguró que “nadie” la “va a poner nerviosa” y volvió a cuestionar a los integrantes de lo que llamó la “cadena nacional del desánimo, el miedo y el pesimismo” (entre quienes solapadamente incluye a medios de prensa no oficialistas).
En Rosario, los manifestantes se concentraron frente al monumento a la Bandera, donde gritaron consignas contra el gobierno nacional, y de una eventual reforma constitucional que habilite la re-reelección presidencial.
A su vez, en Mendoza, el cacerolazo se registró en el cruce de San Martín y peatonal Sarmiento, tradicional escenario de protestas en la capital mendocina, donde los asistentes mostraron carteles que rezaban “Paren de robar; el Gobierno no admite competencia” y “No a Venezuela y Cuba”.
En Salta, una extensa caravana de vehículos y numerosas personas se concentraron frente a la Legislatura provincial, mientras las cacerolas y las bocinas acompañaban en su ritmo los estribillos que aludían en forma reiterada al cese de políticas que los manifestantes calificaban de “opresivas” y “similares a las que aplica Hugo Chávez en Venezuela”.
En San Miguel de Tucumán, también se concentraron miles de personas en la Plaza Independencia. Bariloche tuvo su protesta sobre la plaza del centro cívico de la ciudad; y en Mar del Plata, frente al Hotel Hermitage.
Cristina en su discurso sostuvo que "estamos en una Argentina diferente", y agregó que "lo peor que le ha pasado a nuestro país, han sido los cataclismos de horribles gobiernos que hundieron a los argentinos en crisis institucionales, sociales y culturales". ¿A caso no fueron autoreferenciales semejantes palabras?
Entre algunas protestas se encuentran la hiperinflación, la inseguridad, la desvalorización de la moneda nacional, el cierre a la importación cuando es la fuente principal para que la industria se desarrolle, la mentira del INDEC, el enriquecimiento ilícito, las privaciones, la reforma del código civil y comercial, la ausencia de política educativa, la falta de presupuesto para la salud, los injustos haberes de los jubilados, y numerosas consignas más.
Según fuentes de la Policía Metropolitana, frente a la Casa Rosada se congregaron unas 200.000 personas. Ya hay anunciado un próximo cacerolazo para el próximo 1 de octubre de 2012 ¿Dónde irá la Presidente esta vez a dar un discurso? Es la Presidente de todo el país, y esté donde esté, al igual que en esta oportunidad, un cacerolazo la estará siguiendo…