jueves, 6 de diciembre de 2012

EL ISLAM, LA POLÍTICA Y EL DERECHO DESDE EL CORÁN



Por el Dr. Bernardino Montejano
Primera parte de la intervención del Presidente del Instituto de Filosofía Práctica -INFIP-, el Dr. Bernardino Montejano, en el Instituto de Filosofía del Colegio de Escribanos, titulada “EL ISLAM, LA POLITICA Y EL DERECHO DESDE EL CORAN”.

a Madame Jacqueline de Vignau, a Rosalina Vivez de Visa y a Marta Ignatiuk, con gratitud.
I.                   Un tema muy serio.
Hoy, y en la próxima reunión, afirmaremos muchas cosas acerca de las cuales nos hemos enterado estudiando el tema, ampliando nuestra bibliografía durante nuestro viaje en septiembre a Francia. El tema es muy serio y rigurosamente actual. Se puede excusar a los ignorantes, incluso a los escribanos, no saber lo que es el Islam. Pero en los políticos, en los religiosos y en los integrantes de este Instituto, la ignorancia no es excusable.
Pero esto no debe tomarse a la ligera; recuerdo a una colega que ocupó varios cargos en el Consejo Directivo, que decía ser musulmana y que pretendía debatir temas teológicos, filosóficos y jurídicos mientras legalizaba firmas. Un día, la paramos en seco, y por respeto a los temas abordados, la invitamos a concurrir a este Instituto, a lo cual alegó su resistencia, pues en otro tiempo, tiempo de sacerdotes católicos y filósofos judíos, la habían querido convertir. Le dijimos que ahora no corría ese peligro, pero nunca apareció.
II.                La sumisión a Dios.
       Islam quiere decir “sumisión” a Dios. El que se somete a Dios es “muslim”, en castellano, musulmán, porque como está escrito en el Corán “La Religión, a los ojos de Dios, es verdaderamente la Sumisión”[1].
El Islam desconoce un gran progreso que el cristianismo trajo al mundo antiguo: la distinción clara entre el Reino de Dios y el Reino del César, sin negar por ello que, en última instancia, también el César debe responder a Dios, de quien deriva su autoridad política. En este sentido la “autonomía de lo temporal” no es un invento del Concilio Vaticano II, como sostiene más de un ignorante, sino una afirmación evangélica, ratificada cuando Cristo se niega a partir una herencia, asumiendo el papel de árbitro en una cuestión civil a pedido de parte. En este sentido el Islam constituye un gran retroceso. Volvemos a la ciudad antigua, en la cual lo político se confundía con lo religioso.
III.- El Corán se ocupa de todo.
         En el libro sagrado de los musulmanes, el Corán, encontramos, no sólo disposiciones religiosas y morales, sino también políticas y jurídicas. Por lo tanto a su texto recurriremos en esta exposición. Sabemos, como lo ha explicado en forma clara la escribana Marta Ignatiuk, que el Corán no abarca todo el derecho musulmán pues existen otras fuentes: los hadiths, la sunna o tradición, la charia (ley islámica), y la jurisprudencia, el fiqh.
         Un concepto clave es el de “oumma”, la comunidad de los creyentes, que instaura “una solidaridad superior a la de la sangre y del clan, a la de la tribu, la de la alianza fundada en el ideal común”[2].
         Pero el Corán se ocupa del matrimonio, de la situación de la mujer, del repudio, del concubinato, de la fornicación, del adulterio, de las herencias, de los huérfanos, del comercio, del peso justo,  de la usura, del depósito, de los indigentes, de la esclavitud, de la paz, de la guerra, de los castigos,
         Y también se ocupa de cuestiones que se encuentran por lo general regidas por los usos sociales como el vestido, la comida[3], la bebida, la cortesía, el ingreso a una casa[4], el saludo.
         El Corán es la palabra de Alá, Dios increado, trascendente, inaccesible. Como señala: “Nuestro Señor es el Señor de los cielos y de la tierra. No invoquemos ninguna divinidad fuera de él, sino proferiremos una abominación” (Sura XVIII, Aleya 16)[5].  Este texto que habría purificado al judaísmo y al cristianismo, establece como “día del Señor” al viernes, día en el cual Adán fue creado, el cual debe ser celebrado por medio de una plegaria solemne. Los fieles serán convocados a la oración por la voz del muezzin que reemplaza a la trompeta de los judíos y a la campana de los cristianos. Cada llamado será precedido por la invocación “Allahou akbar”, que significa Dios es el más grande.
         El Corán habría sido dictado a Mahoma por Alá a través del ángel Gabriel y recopilado dos siglos después. Tenemos la convicción que el texto, en sus aspectos fundamentales, es un invento del Profeta y creemos en su autenticidad, como si Mahoma lo hubiera mandado a la imprenta y corregido las pruebas (de galera y página) como se hacía en nuestros años juveniles, en los cuales, en general, las impresiones eran más prolijas y con menos erratas. Después, los recopiladores han agregado lo suyo, hasta llegar a la redacción actual, dos siglos más tarde.
         Fue escrito en árabe, idioma que habría que aprender, para poder interpretarlo bien, según sostiene el escribano Hernán de Pablo. Con el mismo criterio deberíamos aprender el arameo, el hebreo o por lo menos el latín, para entender algunos textos católicos. Y tendríamos que cerrar este Instituto porque el año que viene empezaremos a estudiar a los griegos y ninguno sabe griego.
         Nuestra crítica será severa en muchos aspectos, aunque tampoco ocultaremos nuestras concordancias, pues no hay duda que Mahoma fue una persona inteligente, polifacética, que en muchos casos no hace más que recoger preceptos de la ley natural grabados en los corazones de todos los hombres, más allá de ciertos oscurecimientos que pueden producirse en algunos pueblos en tiempos de costumbres degeneradas.
         Como señala Aïsa Moussa “los musulmanes no osarán jamás poner en duda la menor afirmación contenida en el Corán”[6].

IV.- Las obligaciones que surgen del Corán.
         La escribana Ignatiuk ha señalado con precisión las obligaciones[7] que para los musulmanes surgen del Corán: reconocimiento de Alá como único Dios, la plegaria, el ayuno, el peregrinaje a la Meca, la limosna; pero guardó silencio, con seguridad debido a quienes le suministraron información parcial e interesada, acerca de otra obligación que constituye un tema muy actual: la guerra santa, la jihad, que “un pequeño número de pensadores musulmanes definen como “una lucha del individuo por profundizar su propia fe y practicar mejor la virtud”[8]; para Mahoma y la inmensa mayoría de sus seguidores, es otra cosa, como veremos.
         La primera obligación se expresa en un reconocimiento, una expresión de fe: “No hay más Dios que Alá y Mahoma es el enviado de Alá”.
         Todo viene de Dios, en tanto Creador y vuelve a él como Remunerador. Aquí el Islam coincide con el Apocalipsis, según el cual Dios es Alfa y Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin (22, 13).
         ¿Cómo se nos presenta Alá? como un Ser poderoso, que hace misericordia, Maestro de la venganza, terrible en sus castigos. La peor de las impiedades es atribuir a Dios algún asociado, de allí el rechazo a nuestro Dios que es Uno y Trino. Y la amenaza del Corán: “No coloques ninguna otra divinidad al lado de Dios, sino serás precipitado en la Gehena, despreciado y reprobado” (Sura XXVII, Aleya 39)[9].  
         La segunda es la plegaria: se debe orar cinco veces por día mirando hacia La Meca. “La plegaria está prescripta a los creyentes en momentos determinados” (Sura IV, Aleya 103)[10]. El viernes, se recuerda la creación de Adán y es el día de la plegaria colectiva en todas las mezquitas[11], que son los lugares donde uno se postra[12]. En la oración se debe estar atento, por eso el Corán advierte: “Infortunio a aquellos que rezan siendo negligentes en sus plegarias” (Sura CVII)[13]. Y además los fieles deben lavarse antes de rezar; y si no tienen agua a mano, la pueden reemplazar por arena (Sura V, Aleya 6)[14]. Menos mal que la escribana Ignatiuk dijo que el Islam intentaba aligerar las cargas de los cristianos, pues entre ellos los únicos que rezan seis veces por día son los monjes (maitines, laudes, tercia, sexta, vísperas y completas).
         La tercera obligación es la limosna, que es de dos clases: la legal, que constituye un impuesto a favor del Islam y la espontánea. Respecto a la última, el Corán recomienda: Dad limosnas de aquello que Dios ha hecho de vosotros dispensadores (Sura LVII, Aleya 7)[15].
La cuarta, es la del ayuno durante el mes sagrado del ramadam. Del alba hasta la caída del sol no se come ni se bebe ni siquiera agua y uno se debe abstener de relaciones sexuales. A la noche, la cena puede ser opípara. Mucho más suave y equilibrado es el ayuno entre los cristianos; en primer lugar, el agua no rompe el ayuno; en segundo lugar, se pueden hacer al día dos comidas, una normal y otra ligera o sea una colación. En la Iglesia Católica la obligación de ayuno se reduce a dos días por año: el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.  Los hechos desmienten de nuevo a nuestra querida colega.
         La quinta obligación es por lo menos una vez en la vida peregrinar a La Meca. Es interesante señalar que ese peregrinaje está prohibido a todos los no musulmanes, quienes no pueden visitar La Meca ni Medina bajo la amenaza de la pena de muerte[16].
         Pero además, es interesante señalar el incidente producido este año entre Nigeria y Arabia Saudita. Un millar de mujeres deseosas de rezar en la Meca han sido bloqueadas en el aeropuerto de Djedda porque los sauditas exigen que sean acompañadas por un guardián varón, el marido, el padre, el hermano o un tío, en ese orden. De ellas, 159 han tomado vuelos de retorno y Nigeria ha suspendido las peregrinaciones[17]
Queda la sexta y aquí intentaremos llenar el vacío de las exposiciones anteriores.
V.- La Jihad o guerra santa.
Es a menudo presentada por los doctores del Islam como el “sexto pilar”. No tenemos que olvidar que Mahoma también fue un guerrero y que el Corán está plagado de contradicciones, pues es “un texto de una gran tolerancia que no cesa de prometer a los infieles un castigo terrible por su incredulidad. Es un texto de un pacifismo ejemplar que exhorta vivamente a la   guerra santa”[18].
Como señala el pensador islámico contemporáneo Alí Ramadan “el Islam toca todo, tanto el espacio público cuanto la esfera privada… Es religión y Estado, fe y ley, doctrina y modo de vida; comprende en su sistema los principios de gobierno y también las prescripciones de la guerra, convocando a los creyentes al combate para defender sus derechos”[19]
“El profeta usa buena parte de su tiempo en organizar expediciones y en saquear… La violencia es abiertamente valorizada en el Corán. Los 124 versos que apelan a la tolerancia religiosa fueron abrogados posteriormente por el verso ‘Matad a los idólatras donde los encontréis’. Morir por la causa de Alá en el campo de batalla es el acto de profesión de fe por excelencia”[20].
El botín consistía en camellos y mercancías y mejor todavía en mujeres y niños con los cuales harían lo que quisieran[21].
El Corán ordena, después de trascurridos los meses sagrados: “matad a los politeístas (los asociacionistas, los cristianos que dan “asociados” a Alá), por todos los lugares donde los encuentren; capturadlos, sitiadlos, preparadles emboscadas, pero si ellos se arrepienten, si satisfacen la plegaria, si practican la limosna, dejadlos libres, Dios es quien perdona, él es misericordioso” (Sura IX, Aleya 5)[22].
El Corán distingue entre la guerra entre creyentes, que llama “hermanos” y ordena entre ellos “restablecer la paz” Sura XLIX, Aleya 9)[23] y la guerra con los demás, en la cual los compañeros del Profeta “son violentos para con los impíos” (Sura XLVIII, Aleya 29)[24].
Pero además de profeta, jefe político y guerrero, parece que Mahoma era [25]médico y es interesante lo que relata Al Boukari muerto en el 870, el primer gran recopilador de los hadiths: un día cayeron enfermos ocho hombres de la tribu de los Oklites, que visitaban al Profeta para pactar una alianza y convertirse al Islam. Mahoma les prescribió sólo beber leche con orina de camello. Si el Profeta prescribía ese remedio era porque lo consideraba eficaz. Pero los Oklites, hombres de poca fe, no se curaron y emprendieron la huida, denigrando a la vez al Islam, al Profeta y a la orina de sus camellos.
Agrega Al Boukari que Mahoma “los hizo atrapar infligiéndoles el justo castigo proporcionado a su ignominia: les hizo cortar las manos, después los pies, les reventó los ojos con clavos enrojecidos al  fuego y después los dejó agonizar en una extensión de piedras volcánicas”. Menos mal que la colega musulmana ha perdido protagonismo y que Mahoma está bien muerto, porque si no fuera así, lo postularía para nuestra Obra Social. Y por si el inquieto colega de Pablo quiere verificar el texto, como quiso averiguar si Eva figuraba en el Corán, sin resultado, como se lo habíamos advertido, el texto está en el Hadith 56, 152, 1.   
VI.- La política de dhimmitude
Su origen se encuentra en el apoderamiento por Mahoma y sus huestes del oasis judío de Khaibar situado a ciento cincuenta kilómetros de Medina. El Profeta decide no masacrar a los vencidos ni expulsarlos, por motivos socio-económicos, ya que la última medida tomada en Medina había “suscitado una catástrofe. Las tierras y los palmerales no eran trabajados. Mahoma suscribe un tratado severo, pero que perdona las vidas y que servirá de modelo para ciertas conquistas futuras. Los musulmanes devienen propietarios de las tierras que los judíos continúan cultivando, con la condición de entregarles la mitad de la cosecha. Este es el acto fundador de la política de dhimmitude que regirá hasta nuestros días fuera de los tiempos de masacres, las relaciones entre “gentes del Libro” (judíos y cristianos) en los países dominados por el Islam[26].
VII.- Las mujeres.
       En un texto que se nos repartió en la reunión anterior, se afirma que “el Islam ha afirmado la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, subrayando en nombre de Dios que las mujeres son hermanas de los hombres”. Esto puede tener su fundamento en el Corán, el cual, al comienzo de la Sura titulada “Las mujeres” expresa: “¡Oh vosotros los hombres! Temed a vuestro Señor que os ha creado de un solo ser, luego, de éste ha creado a su esposa, y ha hecho nacer de esta pareja un gran número de  hombres y de mujeres” (Sura IV, Aleya 1)[27].
         Asimismo dicho texto acusa al cristianismo de haber denigrado a la mujer y cita a Tertuliano quien habría dicho “que la mujer es la entrada de Satanás hacia el alma del hombre”, omitiendo que dicho teólogo fue separado de la Iglesia por hereje.
         Además, falta a la verdad e induce a error, al olvidar el tema de las mujeres que han sido y son honradas por su santidad, que alcanzaron la plenitud humana y son figuras paradigmáticas, como las de la Virgen María, de Marta y María de Betania, de María Magdalena, de esas mujeres a quienes Jesús consuela camino al Calvario, de las santas de los primeros siglos del cristianismo, como Agueda, Inés, Cecilia, Elena, como muestra para refutar al hereje Tertuliano y al informante de la escribana Ignatiuk, quien agrega: “dos siglos más tarde se cuestionó si la mujer tenía alma, diciendo finalmente que no… Y así continuó la opresión y el desprecio de la mujer durante siglos y a lo largo de la historia el Islam fue la primera religión que reconoció un status humano a la mujer”. ¡Mentiroso!
         ¿Cuándo se cuestionó si la mujer tenía alma? Según el ex diputado Bernardo Salduna fue en el Segundo Concilio de Nicea; esto es falso ya que lo que consideró allí fue el tema de los conventos mixtos, que fueron prohibidos, de allí la sentencia: entre santa y santo pared de cal y canto. Lo que este representante del pueblo no sabía es que el Concilio lo convocó la emperatriz Irene, quien, si podía convocar a una asamblea de tanta trascendencia a fortiori debía tener alma.
          Además para acabar con ese embustero un buen argumento de comparación de pleno siglo XXI. En Italia, en la mezquita de Verona, el imán Wagdy Ghoneim expone una particular concepción del derecho, de lo que es justo y pontifica: “Es justo golpear a las mujeres, no tienen alma[28].
         Para el Islam sólo en un par de casos la mujer es igual al hombre: “el número de latigazos para la mujer adúltera es el mismo que para el hombre”[29]; asimismo a los ladrones se les cortan las manos sean varones o mujeres, siempre que no se arrepientan.
         En materia de herencia el argumento matemático destruye el texto aportado: dos partes para el hijo varón, una parte para la hija mujer (Sura IV, Aleya 11)[30]. Si un fallecido deja hermanos y hermanas, una parte igual a la de dos mujeres viene al varón (Sura IV, Aleya 176)[31].
         Se aconseja a todo musulmán esposar a una, dos, tres o cuatro mujeres, en cambio, la poliandria no está permitida, y se utiliza el argumento de comparación con algunos animales: “las vacas, las búfalas y las ovejas, tienen menos necesidad de sexo que el toro o el carnero”[32].
         El Corán autoriza desposar a cuatro mujeres, en cambio el profeta y modelo se concede once ¿Querría formar un equipo de fútbol femenino?
En nuestros días, la poligamia está prohibida en Turquía y Túnez ¿por cuánto tiempo?
           Pero, por otro lado está aceptada en Italia. Así, la sentencia del tribunal de Bolonia del 13 de marzo de 2003 ha reconocido indirectamente la poligamia en Italia sosteniendo que “el delito de bigamia puede ser cometido solo por el ciudadano italiano en el territorio nacional siendo irrelevante el comportamiento tenido en el exterior por el extranjero cuya ley nacional reconoce la posibilidad de contraer más matrimonios”. Hay unos 15000 casos en Italia[33].
         Y en el paraíso, esta especie de bestia, a quien reduce al hombre el Corán, gozará del último placer: deflorar sin cesar a las huríes que seguirán eternamente vírgenes.
          ¿Qué pasará con las mujeres? En el paraíso de Mahoma no hay visión beatífica; es la imagen de lo que amaba después de la guerra: hacer el amor. El Profeta había dicho: “No habrá solterones en el Paraíso”, ya que las mujeres que lo alcancen serán reforzadas por cortes de huríes “vírgenes buenas y bellas”, como describe el Corán, “serán huríes de ojos grandes, parecidos a la perla escondida” (Sura LVI, Aleyas 22/3)[34]. Será el amor eterno, pero también un banquete eterno, con frutos abundantes, jardines y fuentes de agua clara, con un vino maravilloso que no emborrachará jamás. Es todo lo que podían soñar los hombres del desierto y del oasis”[35].
         Un día, Saint-Exupéry conversaba en el desierto con un nómade; uno de esos hombres que generalmente despreciaban a los cristianos y a los europeos, y este hombre, sin embargo, reconoce la superioridad del Dios de los cristianos utilizando el argumento de comparación: el Dios de ustedes es más bueno que el nuestro. ¿Por qué? Le pregunta sorprendido Saint-Exupéry: Porque les da el agua,
             Porque, al fin y al cabo, según Mahoma en el mundo hay sólo tres delicias: las hermosas mujeres, los buenos olores y la plegaria santa”[36].
         La madre no cuenta. Los hijos son inscriptos a nombre del padre y como musulmanes en los matrimonios mixtos.
         Los hombres comen antes que las mujeres según el orden natural de las cosas[37].
         Además leemos en el Corán “que los hombres tienen autoridad sobre las mujeres en virtud de la preferencia que Dios les ha acordado sobre ellas y por causa de los gastos que hacen para asegurar su cuidado”; y continúa todavía: “Reprimiréis a las mujeres cuando tengáis miedo a la desobediencia; las relegaréis a sus camas aparte; las golpearéis” (El Corán Sura IV, Aleya 34) [38].
Se recomienda el uso de una toalla mojada y retorcida para “corregir” a la mujer[39]. En uno de los textos facilitados se afirma que el Islam “hizo de la convivencia matrimonial y del buen trato de la mujer uno de los más importantes deberes del esposo”.
En los 57 países que aplican la Charia la mujer es considerada como menor de edad[40].
         El Corán se refiere a las mujeres ingratas las cuales no muestran la menor gratitud hacia sus maridos por todo lo que ellas han recibido de él; asimismo “cuando durante toda la vida vos la habéis colmado con liberalidades, ella encontrará siempre alguna cosa insignificante para reprocharos y os dirá: jamás has hecho nada por mí”[41]. En esto, coincidimos por experiencia.
         Hemos leído el Corán entero y algunos hadiths; hemos visto un infierno lleno de mujeres: “Las que estaban suspendidas por sus cabellos por haberlos descubierto a la mirada de los hombres; las que estaban suspendidas por la lengua habían hablado mal de su marido; las que estaban suspendidas por sus senos habían amamantado a otros críos que los de su marido; las que estaban colgadas de los pies habían dejado su hogar sin permiso de su marido; las que estaban en tren de comer su carne eran las que habían mostrado sus formas embellecidas a las gentes”.
         Alá es un Dios de varones que prefiere a la mitad de la población humana.  Como nos decía una vez un mexicano mientras acariciaba sus gruesos bigotes: “Acá en México somos todos machos”, a lo cual le contestamos, en la Argentina somos mitad machos y mitad hembras y la pasamos bastante bien, lo cual no le gustó nada.
         El gran teólogo medieval del Corán Al-Ghazali  (1058/1111)  desarrolla la filosofía de la dependencia de la mujer: “Ella debe quedarse en el hogar e hilar la lana”, y nos pone en guardia al respecto de ellas “porque su astucia es inmensa y su malicia es nociva”[42].
VIII.- La moral y la moral sexual.
El contenido de la ley mosaica, se encuentra disperso pero presente en el Corán.
         Se prescribe el culto al Dios único, se prohíbe tomar su nombre en vano, se ordena santificar el viernes, se debe ser bueno con los padres, se prohíbe matar. El adulterio y el robo son castigados con severidad, se prohíben la mentira, la calumnia y la envidia.
         Se prohíben y reprimen severamente las relaciones sexuales fuera del matrimonio, salvo si ellas se producen con concubinas, esclavas o cautivas[43].
         Es ilícito para las mujeres tener relaciones sexuales con los hombres casados, excepto con esclavos masculinos.
         Los servidores de Dios “se atendrán fielmente a sus promesas, alimentarán al pobre, al huérfano y al cautivo” (Sura LXXVI, Aleyas 6, 7 y 8)[44]. Esa es la “vía ascendente”.
IX.- Los Evangelios han sido falsificados.
Mahoma recibió influencias de herejías judeo-cristianas aparecidas en el siglo I, como la de los ebionitas o nazarenos que aceptaban a Cristo como Mesías pero se negaban a creer en su divinidad. Como escribía, a principios del siglo V,  San Jerónimo a San Agustín: “ellos se creen judíos y cristianos, pero no son ni lo uno ni lo otro”.
El Corán falsifica al Evangelio y le atribuye a Cristo palabras jamás pronunciadas: “Jesús, hijo de María, dice: ¡Oh hijos de Israel! Yo soy, en verdad, el Profeta de Dios enviado hacia vosotros para confirmar aquello que en la Torah, existía antes que yo; para anunciar la buena nueva de un Profeta, que vendrá después que yo y cuyo nombre será Ahmad”(Sura LXI, Aleya 6) [45] o sea, Mahoma.
Y continúa: “Si el Misericordioso tuviera un hijo, yo sería el primero en adorarlo” (Sura XLIII, Aleya 81). Y sigue: “No digáis ‘Tres’, Dios es único. ¿Cómo tendría un hijo? (Sura IV, Aleya 171)[46].
La Virgen María es el único personaje no deformado por el Corán, por lo tanto la concepción inmaculada de la Virgen y el nacimiento virginal de Jesús son admitidos por el Islam.
Esto es gravísimo y el Evangelio está colmado por afirmaciones en las cuales Jesús afirma su carácter mesiánico y su identidad con el Padre.
Para el Islam, Jesús fue un gran impostor; un blasfemo, un gran mentiroso. Sin embargo, sigue resonando sus palabras en respuesta a la pregunta; “¿Tú eres el Hijo de Dios?... Vosotros lo decís; Yo soy” (Lucas, 22/70). Y la afirmación de su identidad divina con Dios Padre: “el que me ve a  mí, ve a aquel que me ha enviado” (Juan, 12, 45). Porque quien ve a Jesús, ve al Padre. En esto creemos.

X.- El tema del velo
         En principio, parece ser recomendado sólo para las esposas de Mahoma, quienes no pueden ser expuestas, por poco que sea, a hombres extranjeros a la familia[47].
             “La costumbre del velo es anterior a la Biblia y al Corán. En la antigua Babilonia las mujeres casadas no debían salir sin velo; a la inversa, el uso del velo estaba prohibido a las prostitutas. Mahoma no hace más que confirmar la práctica. El velo es el signo de apropiación de la mujer por su marido: él solo tiene derecho a ver sus encantos. El objetivo del velo consiste en sustraer a las mujeres de las miradas concupiscentes de los hombres”[48].
               Hace unos años estuvimos en un congreso en San Luis. En unas danzas criollas nos llamó la atención la hermosa sonrisa angelical de una mujer muy joven que bailaba con su novio. Cuando hicimos en las preguntas posteriores a nuestra disertación, una referencia a esa sonrisa al celoso pretendiente no le gustó nada, lo cual nos llevó a una reflexión: ¿No te das cuenta que la sonrisa de tu novia es un bien común del cual todos podemos participar sanamente como participamos de tantas bellezas de la hermosa creación. Si la quieres para vos solo te quedan dos opciones: el niqab o el burqa.
            ¿Cómo debe ser el velo? El Corán no lo precisa, pues sólo ordena: “Oh Profeta, di a tus esposas, a tus hijas, y a las mujeres de los creyentes de  cubrirse con sus velos: Es el mejor modo de hacerse conocer Y de no ser ofendidas” (Sura XXXIII, Aleya 59)[49].
              Entonces tenemos distintos tipos de velos: el hijab, el más liberal, es un pañuelo que cubre los cabellos, el cuello y la espalda; el chador, impuesto en Irán después de la revolución de 1980: la frente, los ojos, la cara están descubiertos. Los pelos, las orejas, la nuca, el cuello están cubiertos. Una especie de túnica cubre el resto del cuerpo, quedando descubiertos los pies y las manos; el niqab, cubre todo menos los ojos y es usado a menudo en Paquistán; y finalmente el burqa, cubre totalmente todo el cuerpo y el rostro con una rejilla tejida a la altura de los ojos; es la forma más conservadora, se usa principalmente en Afganistán.
               Hoy vivimos entre dos extremos viciosos: el velo y el nudismo. El último es peor y más grosero, porque como escribe Saint-Exupéry: “sólo en los lugares donde las mujeres llevan velo se arde en deseo de ver los rostros”.
                                          XI.- El tema del vino.
              Hace unos años, el saludo de este Instituto para las fiestas de fin de año se tituló “La filosofía y el vino”, una traducción que hizo la escribana Sinelli de un artículo de Armando Torno, publicado en el Corriere della Sera el 5 de septiembre de 2003: “Alza il gomito, filosofo se vuoi capire la vita”. Así que para nosotros, el tema del vino es muy importante.
            ¡El vino! ¡Prohibido en este mundo y bebida del paraíso! ¿Quién te entiende Mahoma?
            Según el Corán, el vino en esta tierra es para los hombres “un gran pecado” (Sura II, Aleya 217)[50]; en cambio en el Paraíso correrán “ríos de vino”[51], pero de vino también falsificado, parecido a las neo-bebidas, que no emborracha.
            Sin dar tantas vueltas, preferimos a la heterodoxia musulmana del sufí Ibn Al-Farid, del siglo  XII quien expresa en su poema “El vino místico”: “Dicen: has bebido el pecado. Nada he hecho, ¡he bebido aquello que sería pecado abandonar!”. Sin embargo, en los países musulmanes, incluso en los más antiimperialistas lo han sustituido por una informe gaseosa: ¡El vino reemplazado por la Coca Cola![52].
XII.-El tema de la pena de muerte.
            La escribana Águeda Crespo, que ha copiado del escribano de Pablo la mala costumbre de hablar del “profe”, está preocupada por la suerte de los perros en el Islam. Entendemos que sería preferible que empezara a preocuparse por los hombres, que esperan muchas muertes injustas.          
            El Corán prohíbe a un musulmán matar a otro musulmán[53]; pero esto no protege a los depravados.
             “No matéis al hombre porque Dios lo ha prohibido, salvo por una justa razón” (Sura XVII, Aleya 33)[54]. ¿Qué será lo de justa razón, será algo análogo a la legítima defensa?
    El Corán llama “abominación” a las relaciones antinaturales. “Vosotros que os aproximáis a los hombres prefiriéndolos a las mujeres para satisfacer plenamente vuestras pasiones, vosotros sois un pueblo perverso” (Sura VII, Aleya 81) [55]
             En Sudán, Irán, Pakistán, Arabia Saudita, Mauritania, Afganistán y Yemen se aplica la pena de muerte a las personas que tienen relaciones homosexuales, aunque pueden aplicarse penas menores (azotes, prisión)[56].
             Todo esto se agrava por la admisión de la responsabilidad colectiva: la ley del talión permite matar al autor de la muerte o a todo otro miembro de su familia o de su clan o de su tribu, del mismo sexo o de condición jurídica equivalente, incluso si éste último es inocente. Volvemos a encontrar aquí, la noción inicua de responsabilidad colectiva[57].
XIII.- La pena a los ladrones
            “Al ladrón y a la ladrona, cortadles las manos en punición por su delito y como sanción de Dios”[58], salvo que se arrepientan.  La ablación de las manos de los ladrones se practica hoy en algunos países musulmanes. Esperemos que se practique con anestesia, aunque sea local.
XIV. - El tema de amor.
             Mahoma “es el profeta de Dios. Sus compañeros son violentos con los impíos, buenos y compasivos entre ellos” (Sura XLVIII, Aleya 29)[59].
              Otro, totalmente distinto es el mensaje de la Buena Nueva del Evangelio: “Habéis oído que se dijo “Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir el sol sobre malos y buenos y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? No hacen lo mismo los publicanos Y… los gentiles. Vosotros sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial” (Mateo, 5, 43/48).
XV.- El derecho islámico.
               Otro de los textos suministrados se denomina “El derecho islámico” escrito por Ricardo H. Elía, Secretario de Cultura del Centro Islámico de la República Argentina[60].
                Entre otras manifestaciones que muestran su desmesura y su falta total de objetividad escribe respecto al Islam: “Jamás ninguna civilización ha acordado al derecho tal alta dignidad”.
                Un poco más adelante hablando de la Sharía afirma que “en el Islam no hay lugar para el legislador humano”; y esto es tan absoluto que “incluso los asuntos más insignificantes e íntimos (como, por ejemplo, bañarse, dormir, comer, defecar) están sujetos a la Sharía, ley que como vemos no nos deja siquiera bañarnos como queramos, de ducha o de inmersión, ni tampoco evacuar tranquilos, como lo hacía nuestro tío Alberto Linares, siempre con un libro, porque no sabía hacerlo de memoria..
            Es interesante cuando habla de las penas límites (hudúd), castigos previstos por el Corán para los crímenes contra la religión, ya que en estos casos el castigo, de carácter expiatorio debe aplicarse sin paliativos y el cadí, no puede apartarse un ápice de la prescripción.
            Según Elía los actos ilícitos por los cuales se incurre en estas penas son cinco: comercio sexual extramatrimonial, falsa acusación de relaciones ilícitas, consumo de vino, robo y bandidaje. Y luego agrega haciéndose el jurista bobo: “algunos juristas agregan la apostasía”.
            Este mentecato podría informarse con el Corriere della Sera y leer el artículo “Sciiti  e sunniti concordi: chi tradisce la fede va ammazzato  4/9/2003.
            O el de Andrea Nicastro, “diventato cristiano, debe morire”  del 21/3/2006. En el último leemos que sobre la base de la Sharia, la ley coránica en la cual se inspira la Constitución de Afganistán,  quien abandona el Islam y reniega de Mahoma, es pasible de la pena capital.
             El juez Abdul Wasi interroga al acusado, Abdul Rahman, denunciado por su suegro por haberles dado una Biblia a sus hijas: ¿Es verdad que has renegado del Profeta? Sí, ha sucedido hace 16 años. ¿Estáis dispuesto a corregir tu error? No. A matarlo entonces.
              Y ahora vamos a otro país, Malasia y el drama de Lina Joy, pasada del Islam al cristianismo. “es una tradición del Islam: va a ser ejecutada. Como su abogado: si lo veis morir, no lo ayuden. La Corte Islámica de Malasia pueden condenar a los musulmanes que quieren dejar el Islam a pasar años en los campos de reeducación religiosa. Uno de ellos se llama “Casa de la Fe”. Comentario: Hasta para los orangutanes, en la animalista Malasia, existen centros de rehabilitación, donde vienen reeducados a vivir en libertad. En ‘los campos de la fe’ ocurre lo opuesto[61].
              Un converso egipcio que vive esperando que algún día de estos lo maten, Magdi Cristiano Allam, se formula la gran pregunta: ¿Por qué el cristiano que se vuelve musulmán puede manifestar tranquilamente la propia fe sin arriesgar nada mientras el musulmán que se vuelve cristiano vive en el temor? Y se queja por el silencio de la Iglesia[62].
              Por otro lado, quienes se atreven a hablar son perseguidos en Occidente: Así,  Brigitte Bardot fue condenada al pago de Euros 5000.- por incitar al odio racial por el contenido de su libro “Un grido nel silenzio”, mayo del 2003.
            Y como bien afirmó la veterana actriz, todavía linda: “Estoy en contra de la islamización de Francia. Tenemos el derecho de estar escandalizados cuando clandestinos o mendicantes toman por asalto nuestras iglesias para transformarlas en pocilgas humanas, defecando detrás del altar, meando contra las columnas, difundiendo sus olores nauseabundos”.[63]
            La culpa es de los gobernantes renegados de esos países que integraron un día la Cristiandad, después sustituida por Europa que  “no es más Europa es Eurabia, que con su debilidad, su inercia, su ceguera, su servilismo al enemigo se está cavando su propia tumba”[64].
XVI. La lapidación.
            Ricardo Elía habla del tema en el judaísmo y en el Islam y sostiene que en los tiempos modernos ha sido suspendida por los judíos, pero se hace el otario; no dice una palabra acerca del cristianismo y de un pasaje evangélico que muestra como Jesús con su autoridad divina rectifica lo prescripto por la Ley Antigua: “los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio, la ponen en medio y le dicen: ‘Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices? Jesús, inclinándose, se puso a escribir con el dedo en la tierra. Pero como insistían en preguntarle.se incorporó y les dijo: ‘Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra’ E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra. Ellos, al oír estas palabras, se iban retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos; y se quedó Jesús solo con la mujer. Incorporándose Jesús le dijo: ‘Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?’ Ella respondió: ‘Nadie, Señor’ Jesús le dijo: ‘Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante, no peques más” (Juan, 8, 1/11).
                Respecto a los países musulmanes reconoce que la lapidación está hoy vigente en Arabia Saudita, Irán, Pakistán, Afganistán y Nigeria. Entendemos que se queda muy corto y queda para la próxima el estudio en otros países.
XVII. Menem y la Mezquita. Noruega.
             En principio, no les creo nada a La Nación y a Clarín, pero menos a Página 12, esa cloaca fundada por Lanatta. Pero como excepción que confirma la regla esta vez le creo al periodista Héctor D’Amico. Faltaba poco para las elecciones y en el departamento de la calle Posadas había terminado de entrevistar a Menen, quien vivía con su mujer Zulema Yoma. Entonces, ésta invita al periodista a tomar un café en la cocina y le pregunta: “Entendí mal o Carlos te dijo que es católico practicante” Respondí que sí. Zulema agregó: “Es raro, porque hasta hace unos días era musulmán”[65].
              Este falso converso, individuo despreciable, recién llegado al actual oficialismo, cuando gobernaba un país empobrecido, le regaló en Palermo, en el mejor lugar de Buenos Aires, a un país riquísimo, Arabia Saudita, los terrenos para construir la Mezquita y el Centro Cultural Islámico, sin la menor exigencia de reciprocidad. Por eso hoy acabamos rindiendo homenaje a Noruega por su utilización del argumento de reciprocidad, familiar para quienes asistimos al Curso de Argumentación: si no hay iglesias en Arabia, no hay mezquitas en el país nórdico, o sea que se rechazarán las donaciones de Arabia Saudita para financiar la construcción de mezquitas en Noruega.

Escribano Bernardino MONTEJANO. Instituto de Filosofía del Colegio de Escribanos, noviembre 22 de 2012.






[1] Le Coran, Sura III, Aleya 19,  Gallimard, París, 1967, T. I., p. 62. En adelante citaremos directamente en el texto al Corán para satisfacer el escribano de Pablo y en nota la edición usada. Utilizamos la excelente traducción de D. Masson con introducción, notas e índices del mismo y prefacio de Jean Grosjean. Ella ha obtenido un “brevet” de la Universidad de Al-Azhar, del Cairo, alto lugar de la cultura coránica.
[2] Antony,  Bernard, “L’Islam sans complaisance”, Bouillon, París, 2010, p.35.
[3] Así, están prohibidas: la bestia muerta, la sangre derramada, la carne de cerdo y lo sacrificado a los ídolos, Sura VI, Aleya 145, en edición citada, T. I. p. 174.
[4] Establece el Corán: “Cuando vosotros entréis en las casas, dirigidnos mutuamente un saludo venido de Dios… No os retiréis sin haber pedido el permiso”, Sura XXIV, Aleyas 61, 62 en edición citada, T. II, p. 440.
[5] En edición citada, T. II, p.356.
[6]Le Coran comme on ne l’a jamais lu” , de París, Versailles, 2004, p. 117-
[7] Esto significa una simplificación de los 613 mandamientos deducidos de la Torah por el judaísmo, en lo que tiene razón la escribana Ignatiuk, no así respecto al cristianismo para el cual toda la ley se resume en el amor a Dios y al prójimo.
[8] Moussa, ob. cit., p. 126.
[9] En edición citada, T. I, p. 345.                                         
[10] En edición citada T. I., p. 111.
[11] Viene del término árabe: masjid.
[12] En el Corán, se recomienda: “¡Oh vosotros, los creyentes!¡ Cuando se os llame a la plegaria del viernes acudid a la invocación de Dios! Interrumpid todo negocio, Sura LXII, Aleya 9, en edición citada, T. II, p. 694.
[13] En edición citada, T. II, p.769.
[14] En edición citada, T. I., p. 111.
[15] En edición citada, T. II, p. 673.
[16] Antony Bernard, ob. cit,  p. 21.
[17] Le Figaro, París, 28/9/2012.
[18] Clovis Clotilde, “Candide au pays d’Allah”, Dabel, Aubagne, Francia, 2011, p. 168.
[19] Boletín del Centro Islámico de Génova, diciembre de 1999, citado por Antony, ob. cit., p. 66.
[20] Clavis, ob. cit., p. 76.
[21] Antony, ob. cit., p. 40.
[22] En edición citada, I, p. 224,
[23] En edición citada, II, p. 640.
[24] En edición citada, II, p. 638.

[26] Antonhy, ob. cit., p.47.
[27] En edición citada, T. I, p. 91.
[28] Magdi Allam, “E l’imam disse in moschea: potete picchiare le moglie”, Corriere della Sera, Milán,  27/1/2007.
[29] Clovis, ob. cit., p. 94.
[30] Edición citada, p. 93.
[31] Edición citada, T. l, p. 123.
[32] Cuando nos ocupábamos de la administración de “San Joaquín”, por algunos problemas nos quedamos con un carnero y unas cien ovejas. Para colmo el carnero estaba lejos del rebaño. Lo tuvimos que llevar con el tractor, casi se ahoga al pasar un cañadón  y llegó bastante maltrecho. Pero al contemplar ese harén ovino para él solo se repuso con rapidez y sirvió a más de 70 ovejas, con lo cual le adjudicamos un apodo prócer, “Urquiza”. 
[33] Allam Magdi, La poligamia in Italia, Corriere della Sera, Milán, 25/9/2004.
[34] En edición citada, T. II, p. 669. Como agrega el Corán: “Las hemos hecho vírgenes, amantes y de igual juventud para los compañeros de la derecha” (Sura LVI, Aleyas 36/38). Pobres los zurdos.
[35] Antony, on. Cit., p. 76.
[36] Indro Montanelli,  Corriere della Sera, Milán, Piccola Stanza 24/5/2002.
[37] Clovis, ob. cit., 65.
[38] En edición citada, T.I., ps. 98/99.
[39] Clovis, ob. cit., p. 89.
[40] Clovis, ob. cit, ps. 111 y 113.
[41] Citado por Anttony, ob. cit., p. 73.
[42] Antony, ob. cit., p. 74.
[43] Moussa, ob. cit., p. 96.
[44] Edición citada,, T. II, p. 732.
[45] Edición  citada, T. II, p. 692.
[46] Edición citada, T. II, p. 612; T. I, p. 122.. En otro lugar: “No se asocie nada a Dios. El politeísmo es una injusticia”, Sura XXXI, Aleya 13, en edición citada, T. II, p. 506; y “Dios no ha dado hijos; no hay divinidad al costado de él”, Sura XXIII, Aleya 91, edición citada, T. II, p. 427.

[47] Antony, ob. cit., p. 55.
[48] Mossa, ob. cit., p. 183.de
[49] Edición citada, T. II, p.523.
[50] Edición  citada., T. I, p. 41. En otro lugar también condena al vino, a los juegos de azhar y a las flechas adivinatorias como abominación y obra del Demonio Sura V, Aleya 90 en edición citada, T.I., p. 143.
[51]Edición  citada, T. II, p.630.
[52] La Nación, Buenos Aires. 5/11/2006. Aquí en la Argentina han existido intentos de regular la comida. Así por una ley porteña del 2006 es obligatorio el menu light; también obliga a los comercios que vendan productos sin elaborar con sus propiedades y datos nutricionales.
[53] Edición  citada T. I, p. 98.
[54] Edición  citada., I, p. 344.
[55] Edición citada, T. I., p. 192.
[56] Uría, Leandro, “Donde ser gay puede llegar a costar la vidaLa Nación, Buenos Airs, 21/6/2005.
[57] Moussa, ob. cit., p. 87.
[58] Edición  citada., I, p. 132.
[59] Edición citada, T. II, p. 638.
[60] Este Ricardo H.Elía es el autor de un artículo muy interesante publicado en La Nación el 29 de enero de 2009, titulado “Musulmanes y judíos, por la paz y la justicia”, donde señala el apoyo de los judíos a los musulmanes en la España árabe, la participación de los judíos en el califato de Córdoba, incluso en el servicio de las armas para luchar contra los castellanos y acaba condenando los actos criminales del Estado de Israel que “jamás puede confundirse con el pueblo judío”.
[61] Farina, Micheke, “No al matrimonio della convertita”, Corriere della Sera, Milán, 25/8/2006.
[62] Allam Magdi, “Le nuove catacombe degli islamici convertiti”, Corriere della Sera, Milán,  3/9/2003.
[63]Grandesso Alessandro,  Incitò all’odio razziale”, Corriere dellsa Sera, Milán, 11/6/2004.
[64] Fallaci, Oriana, “Il nemico que trattiamo da amico”, Corriere della Sera, Milán, 16/7/2005.
[65] D’Amico Héctor “Que le cuenta la política a Dios”. La Nación. Buenos Aires, 13/9/2012.

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