miércoles, 4 de enero de 2012

CRECEN SOSPECHAS SOBRE LA INTELIGENCIA ALEMANA PARA CRIMINALIZAR A NEONAZIS


En la foto: Beate Zschäpe, señalada como una de las integrantes de NSU, "Clandestinidad Nacionalsocialista"
  

Los "asesinatos del Bósforo", que la prensa denominó asesinatos del döner o asesinatos del kebab, fueron una serie de asesinatos en Alemania entre 2000 y 2007 atribuidos a la extrema derecha neonazi, pero que habrían tenido la participación y complicidad de los servicios de inteligencia alemanes.

LOS HECHOS
Diez personas fueron asesinadas a tiros y otra resultó gravemente herida por una célula en la que presuntamente participaban los activistas de ultraderecha Beate Zschäpe, Uwe Mundlos y Uwe Böhnhardt actuando bajo las siglas NSU (que traducida significa "Clandestinidad Nacionalsocialista"). En la investigación fueron implicados miembros de los servicios secretos alemanes.
Las víctimas del NSU fueron ciudadanos de origen turco y griego, países a ambos lados del Bósforo. En su mayor parte eran pequeños empresarios (vendedores de Döner Kebab, carniceros, cerrajeros o sastres) a quienes disparaban en la cara con una pistola CZ83 a plena luz del día, por motivos xenófobos. También asesinaron a la mujer policía alemana Michèle Kiesewetter en un atentado donde su compañero resultó gravemente herido, y reivindicaron el atentado con bomba en Colonia de 2004 en un DVD póstumo.
El grupo se autofinanciaba cometiendo atracos. Tras un atraco fallido, Uwe Mundlos y Uwe Böhnhardt se suicidaron el 4 de noviembre de 2011 para evitar su captura mientras que Beate Zschäpe se entregó a las autoridades una semana después.

¿OBRA DE SERVICIOS DE INTELIGENCIA?
Generó gran polémica en el país la razón por la que trama detrás de estos asesinatos no fue descubierta a lo largo de los años, en la que se sospecha connivencia de elementos en la policía y los servicios secretos. Anteriormente, los crímenes habían sido atribuidos a la delincuencia común de mafias extranjeras.
La canciller Angela Merkel declaró luego que el “terrorismo de ultraderecha” es “una vergüenza” para Alemania y propuso convertir en ilegal al Partido Nacional Democrático (NPD), de ideología ultraderechista.
El ministro de Interior Hans-Peter Friedrich había asegurado unos meses atrás que “en Alemania no hay indicios de terrorismo de ultraderecha”, pero tras el descubrimiento de los hechos calificó estos atentados como "una nueva forma de terrorismo".
¿Fueron los servicios de inteligencia quienes alentaron o produjeron estos asesinatos, para criminalizar y desprestigiar, y mantener la imagen de un fantasma que asuste a la sociedad? Es la pregunta que Alemania hoy debate.

SIN ACCESO AL EXPEDIENTE
A su vez, según un cable de la Agencia EFE fechado el 27 de diciembre de 2011 en Berlín, el abogado de la integrante de la célula neonazi recientemente descubierta en Alemania exigió la libertad para su cliente, Beate Zschäpe, en un comunicado de prensa, al tiempo que anunció que su defendida continuará sin hacer declaraciones. "Según los expedientes a los que hemos tenido acceso, no existen sospechas fehacientes de fundación ni participación en organización terrorista", subrayó el letrado Wolfgang Heer.
Al mismo tiempo criticó a la Fiscalía por limitar considerablemente el acceso de su despacho a los expedientes del caso en torno a la célula neonazi "Clandestinidad Nacionalsocialista", acusada de los asesinatos de nueve extranjeros y una policía entre 2000 y 2007.
"No hemos tenido acceso para nada a los expedientes de las investigaciones de los asesinatos", subrayó. Por estas razones, su cliente, Beate Zschäpe, continuará sin prestar declaración en relación a los hechos de los que se la acusa, agregó.
Zschäpe, acusada de haber fundado junto a Uwe Böhnhardt y Uwe Mundlos la célula "Clandestinidad Nacionalsocialista" y de haber cometido varios asesinatos y atracos a bancos, se encuentra en prisión preventiva desde el pasado 13 de noviembre de 2011.

INOCENTE
Los expedientes, según el Heer, no presentan indicios para estas acusaciones. El abogado aseguró que no existe ni una sola prueba de que Zschäpe participara en la creación de una organización terrorista.
Por el contrario, su cliente ha sido "calificada por varios testigos como una persona discreta, simpática y educada, que jamás manifestó ninguna opinión política de carácter extremista", agregó.
Subrayó, además, que según las informaciones a las que ha tenido acceso, su cliente no participó en el vídeo propagandístico en el que se ridiculizaba a las víctimas del grupo terrorista supuestamente formado por Zschäpe, Böhnhardt y Mundlos.

VARIOS DETENIDOS
La trama neonazi salió a la luz a raíz del descubrimiento a principios de noviembre, en una autocaravana incendiada, de los cadáveres de Mundlos y Böhnhardt, de 38 y 34 años, que aparentemente se habían suicidado cuando estaban a punto de ser detenidos por la policía tras atracar un banco.
Poco después, Zschäpe, de 36 años, se entregó a las autoridades tras prender fuego a la vivienda que había compartido con los dos presuntos terroristas, con el objetivo de destruir pruebas.
Actualmente hay otros cuatro detenidos como presuntos colaboradores de la célula terrorista, según indicó la Agencia EFE.

INTERROGANTES
Desde noviembre de 2011 Alemania debate la supuesta complicidad que pudo existir entre miembros de la Agencia Federal de Defensa de la Constitución de Turingia (LfV) y el grupo de neonazis que asesinó a diez personas y cometió varios asaltos bancarios a lo largo de una década.
Las sospechas cobraron actualidad después de que un periódico de Berlín revelara que el organismo secreto regional informaba a la banda sobre las pesquisas que realizaba la Policía para capturarlos.
Según el rotativo 'Berliner Zeitung', los agentes entregaban información a Tino Brandt, un infiltrado en la escena neonazi y que supuestamente tenía relaciones con el trío asesino. Varias veces fue avisado de que las fuerzas de seguridad estaban vigilando su vivienda, y que miembros de la Agencia Federal también seguían sus desplazamientos. Aún no están claros los motivos que impulsaron a representantes del servicio secreto a sabotear el trabajo de vigilancia de la Policía.

¿QUÉ PASÓ CON EL DINERO?
Recientemente otro medio, el dominical 'Bild am Sonntag', reveló que agentes del servicio secreto de Turingia habían entregado la suma de 2.000 marcos (unos 1.000 euros) al infiltrado para que la banda pudiera obtener nuevos documentos de identidad poco después de que el trío asesino pasara a la clandestinidad.
En opinión de las autoridades, que admitieron haber entregado el dinero, la acción había sido aprobada para detectar el paradero del grupo, una medida que fracasó rotundamente, ya que la suma nunca llegó a las manos de los neonazis.
Las indagaciones periodísticas, que no han sido desmentidas, reforzaron la sospecha de que la sección regional de la Agencia Federal de Protección de la Constitución -un organismo cuya función es luchar contra los grupos que pueden poner en peligro el orden público- podría haber protegido a la banda en sus acciones, que llegó a su fin el pasado 4 de noviembre de 2011 en Eisenach y Zwickau. Ese día, Uwe Böhnhardt y Uwe Mundlos se suicidaron después de cometer un atraco a un banco. Poco después, el tercer miembro de la banda, Beate Zschäpe prendió fuego a la vivienda que compartía con sus cómplices con el objetivo de destruir pruebas, y posteriormente, se entregó a la Policía.

CLANDESTINIDAD
Las sospechas de que la banda terrorista podría haber recibido ayuda o protección por parte de los servicios secretos de Turingia cobraron fuerza cuando varios medios recordaron que el antiguo responsable de la sección regional del LfV, Helmut Röwer, había gastado una fortuna para pagar a varios líderes neonazis para que se convirtieran en agentes infiltrados al servicio del Estado alemán, como Tino Brandt, que recibió unos 100.000 euros.
Con el dinero, el infiltrado fundó la organización Thuringer Heimatschutz, donde figuraban como miembros activos sus amigos Beate Zschäpe, Uwe Mundlos y Uwe Böhnhardt.
Cuando la banda decidió pasar a la clandestinidad, en 1998, obtuvo dinero extra con la venta de un juego copiado de Monopoly, pero afín a su ideología. El producto, que era vendido por 100 marcos (51 euros), se llamaba Progromly, y en lugar de edificios ponía a la venta estaciones de ferrocarriles ubicadas en los campos de exterminio nazi. La Agencia Federal de protección de la Constitución de Turingia compró diez juegos a un vendedor conocido por ellos, el infiltrado Tino Brandt.
Fuentes: 
DW, ABC,

http://www.elnortedecastilla.es/v/20111220/mundo/servicio-secreto-aleman-protegio-20111220.html

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