miércoles, 22 de junio de 2011

EL PAÍS DE LOS LOCOS



 
Por Rolando Hanglin
                    
                    La semana pasada, vino a verme el señor González. Traía una gran carpeta con el original de su novela “El país de los locos”. Quería conocer mi opinión. Al ver que era un volumen de muchas páginas, le rogué que me hiciera el resumen del contenido. Respondió lo siguiente...

                    -Es una historia surrealista, fantasiosa, de una nación donde todos se van volviendo locos. Al principio, de a poquito, y luego a toda máquina. Los protagonistas de esta historia son Shock y el Dentista.
                    Shock es un muchacho que asesinó a su padre y a su madre. La justicia lo condena a cadena perpetua, pero en este país lo perpetuo dura poco tiempo, de modo que Shock sale en libertad. En la cárcel, donde algunos presos son violados por otros presos, algunos se amotinan, otros se convierten en criminales aún peores, en cambio hay también presos que estudian carreras universitarias. Es el caso de Shock, que se recibe de abogado. Una vez excarcelado, asume el comando de una organización llamada "Las Madres", que agrupa a unas señoras cuyos hijos han sido secuestrados y asesinados por una dictadura, 35 años atrás. Justamente, Shock viene a resultar el coordinador o gerente general de "Las Madres". ¿No le parece genial?

                    También está el Dentista. Este hombre es un odontólogo de la Plata, tímido y silencioso. Pero un día tiene un acceso de furia, o algo, y agarra una escopeta. Asesina a sus dos hijas, su mujer y su suegra, que vivían con él en su casa. También le dan cadena perpetua, pero ya le expliqué lo que pasa en este país con lo perpetuo. Durante sus años de cárcel se pone de novio con una señora llamada Pochi. Luego sale en libertad con su correspondiente título universitario. En este caso, el Dentista se ha recibido de director técnico de fútbol, y sueña con ser el entrenador de su adorado equipo, Estudiantes de La Plata. El Dentista pasea por las calles de su ciudad y la gente le grita: ¡Idolo, maestro, genio!. Se ha hecho muy popular. ¿No le parece increíble, Rolando?

                    Toda la novela está mechada de pequeñas historias. Por ejemplo: un ingeniero viola a sus dos hijos de 5 y 6 años. Lo condenan a 14 años de prisión, pero le conceden la libertad bajo palabra porque el ingeniero presenta el testimonio de 714 familiares, amigos y compañeros de trabajo, quienes afirman que es buen tipo.

                    En otro pasaje de la novela aparece una chica, Laura, que es la revelación teatral del año. Pero no se trata de una mocosita, como podría creerse por lo de "revelación", sino de una mujer hecha y derecha de 35 años. Un periodista le pregunta si tiene pareja y ella responde que sí, que hace ya seis años vive con un hombre. Otra pregunta: ¿Piensan casarse? Respuesta: "No tengo esa fantasía".
                    Para que vea lo genial que es todo esto, Rolando, tenga en cuenta que en este país existe una ley de matrimonio para homosexuales. Ellos sí se casan con toda alegría y salen en las revistas, felices de encarar un proyecto de vida en familia. Pero para los jóvenes heterosexuales, el matrimonio es "una fantasía". ¿No le parece fabuloso?

                    Otro hombre es sometido a juicio. En esta novela hay muchos juicios. A este tipo lo acusan de haber cometido crímenes durante aquella dictadura que ya le mencioné, hace unos 35 años. Se celebra el proceso y el hombre es condenado, como siempre, a prisión perpetua. Pero como es un hombre de 69 años que está con un derrame cerebral, el acusado asiste al juicio. ¡En camilla, postrado!
                    Hay un momento genial: una de las acusadoras es una señora llamada Estela, que exclama furiosa: "¡Me da risa lo que dice este tipo!¨. Y resulta que el tipo en realidad no dice nada, porque no puede. Antes del accidente cerebro-vascular sí que decía cosas. ¡Si hasta fue político y ganó un montón de elecciones!

                    Hay una historia paralela, que tiene que ver con las drogas. Esta nación se había hecho famosa en el mundo por la abundancia de sus ganados y cereales, sus carnes y cueros. Pero ya no. Ahora exporta otras sustancias.
                    Incluso aparece un juez federal que lo explica así: "Este es un país atractivo para los narcos. Tenemos excelente comida, excelentes mujeres, un clima y paisajes maravillosos y una legislación endeble que les ha permitido hacer lo suyo. Aparte, los detenidos extranjeros que son aprehendidos, a la mitad de la condena se van expulsados, en libertad. Por ejemplo, una persona que transporte 10 kilos de cocaína es detenida, pacta con el fiscal un juicio abreviado y al cabo de dos años y tres meses se vuelve a su país. Yo he escuchado grabaciones telefónicas de serbios que decían a sus colegas: ¡Vengan aquí, este es un país bárbaro!... Es asombroso ver que aquí tenemos detenidos de todas las nacionalidades: lituanos, letones, rusos, ingleses, tailandeses, holandeses, españoles. Todo el planeta está acá, entrando o sacando cocaína. El año pasado tuvimos en mi juzgado 270 detenidos por narcotráfico. Sumando los tres tribunales penales económicos, rondaron los 800 detenidos. El 80 por ciento es extranjero. En resumen, estamos exportando mucho a Europa".
                    Es genial lo que explica este hombre, porque al mismo tiempo se desarrolla una fabulosa agroindustria con la exportación de soja, y algunos critican este fenómeno porque dicen que la soja. ¡Es tóxica! ¡No la cocaína, la soja! Es extraordinario. ¿No le parece, Rolando?

                    En este país raro y loco, las personas de 40 años todavía son consideradas jóvenes. Pero a los 50 ya son viejos y no les dan trabajo.
                    Si dos jóvenes cuarentones forman pareja y quieren comprar una casita, no pueden, porque no les alcanza el sueldo ni les alcanzaría en un siglo. Entonces se quedan a vivir cada uno con su papá y su mamá, que son jubilados.
                    En cambio, hay hordas de centenares de personas que invaden campos o terrenos y levantan sus casas en dos días. Pueblos enteros. Misteriosamente, aparecen los ladrillos, el cemento, los caños, las chapas, las vigas, el dinero, el tiempo. Todo es mágico.

                    En este punto tuve que interrumpir el relato de González.

                    -Basta, señor González, ya me doy una idea. No me cuente más cosas porque me aturde. Yo encuentro que su novela es demasiado fantasiosa. Perdóneme, no soy ninguna autoridad, es una opinión personal. Las novelas pueden contener mucho delirio y mucha magia, pero todo tiene un límite. La historia tiene que ser creíble. Verosímil. Y todo esto que usted cuenta, perdóneme González, no se lo cree nadie.

Nota marginal: Los datos sobre tráfico de drogas corresponden a declaraciones del juez federal Claudio Gutiérrez de la Cárcova, que lleva 36 años en el fuero penal, hechas a las revista Rumbos, 16-17 de abril de 2011.

Fuente: http://www.politicaydesarrollo.com.ar/nota_completa.php?id=14996

PARA LOS CHICOS DE LA PRIMARIA, APARECIÓ ¡¡¡¡¡¡¡"LA CAMPORITA"!!!!!!!

A IMAGEN Y SEMEJANZA DE LAS JUVENTUDES HITLERIANAS

Por Jorge Boimvaser

El rito iniciático fue el pasado 24 de marzo, aniversario del golpe de Estado de 1976. Una formación a paso militarizado de niños menores de 10 años, fueron llevados a un macabro escenario montado en las afueras del Congreso de la Nación. Inodoros simbólicos, gigantografías de personas públicas no digeridas por el kirchnerismo (Mirtha Legrand, Ernestina Herrera, Joaquín Morales Solá, Chiche Gelblung y otros), y un lema macabro al que fueron llevados esas pobres criaturas: Escupí tu bronca.
Quienes llevaron a ese bárbaro acto fue una organización que su momento se llamó “ La Poderosa ”. Para los jefes de esas tantas organizaciones kirchneristas financiadas por dineros públicos, el escupidero público de esa tarde se convirtió en un éxito. Querían provocar a los medios de prensa y a la oposición al lanzamiento de ese kínder fascista que salivó decenas de imágenes. Ni siquiera periodistas que ahora se congracian con los K. se salvaron: Mauro Viale fue una de las víctimas del escupitajo público aunque ahora trata de hacerse meritorio a los ojos oficialistas, y declama a los cuatro vientos su amistad con Anibal Fernández.
Todo parecía haber quedado allí, como un nuevo eslabón de la cadena de odios que sustenta sociológicamente Cristina Fernández y su séquito en pos de degradar cualquier manifestación de independencia política y periodística.
Pero no quedó allí. Hace unas semanas, la organización que produjo el show de escupitajos cambió su nombre y ya comenzó a operar políticamente en las escuelas primarias. Su nuevo nombre: La Camporita.
Una madre estaba revisando el cuaderno de clases de su hijo de diez años, cuando descubrió aterrada un panfleto escrito y dirigido para niños en un lenguaje que rebasaba odio por los cuatro costados.
“¿Qué es esto..?” , le preguntó a su hijo. Con toda la inocencia de la edad, el chico contestó: “mamá, soy de La Camporita…” y continuó con un petit discurso de adoctrinamiento fascista recién asimilado.
La madre fue al otro día a hablar con las autoridades del colegio, indignada y a la vez aterrada con esa insólita aparición de propaganda kirchnerista junto al cuaderno de clases del niño.
La directora del colegio titubeaba, no sabía bien qué responder. Le explicó que los propios compañeritos del colegio (hijos de padres que militan en La Cámpora) llevaban propaganda con el sello de La Camporita y adoctrinaban a los pibes del colegio. Todo fue en un tono de mucho miedo (por eso obviamos mencionar más datos que puedan poner en riesgo a la madre y a las propias autoridades del colegio).
Los padres cuyos hijos están siendo víctimas de este pretendido lavado de cerebro no saben aún si cambiar a sus hijos de colegios o realizar la denuncia judicial. Esta maniobra atroz es muy reciente, se está conociendo no hace más de quince días y si bien se realizan encuentros de padres en domicilios particulares, reina el temor y la desconfianza a qué pueda hacer la justicia manejada por el kirchnerismo.
“Si mi hijo tiene que declarar aunque sea en una cámara gesell, queda expuesto y nadie nos asegura imparcialidad del proceso y mucho menos garantía de qué no habrá represalias”, decía la madre que contó este episodio.
Un kirchnerista que comienza a formar parte de los “arrepentidos”, dijo a este periodista que el posible organizador de La Camporita es el subsecretario para el Fortalecimiento de la Democracia , Andrés “El Cuervo” Laroque.
Esta aberrante forma de adoctrinamiento infantil (no se trata de chicos que quieren inducir a sus compañeritos a ser hinchas de un club de fútbol, sino una maniobra de lavado de cerebro infantil alentada desde las altas esferas oficiales), recuerda episodios de los cuáles la historia recuerda con bronca y miedo a la vez.
En 1936 la Alemania nazi reclutó obligatoriamente a niños en edad escolar formando las Juventudes Hitlerianas. Tres años después del incipiente movimiento, ya eran siete millones de niños los que formaban parte de esos núcleos a los que el propio Adolf Hitler saludaba en persona en celebraciones y actos muy parecidos a esos “Escupí tu bronca” que tuvo lugar en el Congreso el 24 de marzo pasado.
Las Juventudes Hitlerianas fueron llevadas a formular declaraciones como éstas: “…vosotros los viejos habéis de ser erradicados para que sea posible dar comienzo a la nueva era… y confesaban su apoyo incondicional al régimen nazi.
La higiene racial y la limpieza étnica nunca faltaban como conceptos elementales que daban lugar a la existencia de esos chicos inducidos al odio.
Es casi el discurso de la propaganda de “6,7,8”. La Camporita corre en aquella misma senda. Cada padre sabrá ahora cómo manejarse frente a la manipulación que se pretende hacer en la mente de sus hijos.

‘EL HAMBRE ES CONSECUENCIA DE UNA INJUSTA DISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA’, DIJO JULIÁN DOMÍNGUEZ SOBRE LA APERTURA DEL G-20



El Ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez, destacó que "el hambre en el mundo no es producto de la volatilidad de los precios, sino de la pobreza y una injusta distribución de la riqueza".La declaración fue realizada esta tarde desde Paris Francia, donde se realizó la apertura del G-20 en el que se desarrolla la reunión de ministros de agricultura.

En tal sentido, Julián Domínguez indicó que "en la historia de la humanidad ha habido grandes hambrunas con precios bajos y estables. Es mas, entendemos que los precios artificialmente bajos por los subsidios de los países desarrollados, han sido una de las causas que han desalentado la inversión de la agricultura en América Latina y África".

En el foro de Ministros de Agricultura del G-20, el titular de la cartera agropecuaria Argentina sostuvo que "más alimentos para más personas, pero no de cualquier manera, sino de forma sustentable. No podemos comprometer el medio ambiente a cualquier costo". 

"Hoy en nuestro país el 80% del área cultivada utiliza la siembra directa, lo que permite simplificación de los costos operativos, mejora en un 25% el uso del agua y reduce el uso de combustible fósil entre un 40% y un 50% en referencia a la labranza convencional. Además esta técnica permite también disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y mejora la estructura del suelo junto con sus nutrientes", afirmó Julián Domínguez.

JORNADA SOBRE LIBERALIDAD Y ECONOMÍA DEL DON EN LA UCALP


El próximo viernes 24 de junio, la Universidad Católica de La Plata, a través del Centro de Estudios de la Realidad Nacional y Facultad de Ciencias Económicas, invita a la “Jornada sobre Liberalidad y Economía del don”.

Las actividades se desarrollarán en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Económicas de la UCALP, 25 entre 47 y 48, y desde las 10 de la mañana se realizará la acreditación correspondiente. 

Entre los disertantes se encuentran Mons. Héctor R. Aguer, Arzobispo de La Plata y Gran Canciller de la Universidad Católica de La Plata, Lic. Francesco Vigliarolo de Universidad de Mesina, la Dra. Laura Corso de Estrada, del CONICET- Universidad Católica Argentina, Dra. María Idota Zorroza y el Dr. Miguel Alfonso Martínez-Echeverría y Ortega de la Universidad de Navarra y el Prof. Fernando de Estrada de la Universidad Católica de La Plata.   

Los temas a tratar serán “La gratuidad en la economía del don”, “Economía social y solidaria: desafíos y trayectorias para el bien común”, “Inclinación hacia sí y hacia el otro. Cicerón y Tomás de Aquino ante la vindicación y la liberalidad”, “Entre caridad y justicia. Reflexiones de Francisco de Vitoria sobre la liberalidad”, “Las consecuencias del individualismo en la teoría económica. Francisco Suárez como paradigma del cambio” y “Mercado, socialismo y gratuidad”.

Para más información deberán comunicarse a los teléfonos (221) 470- 8908 (Dto. Alumnos) o al 414 -0592 (Administración). 
Para confirmar asistencia se deberá escribir vía mail a economicas@ucalp.edu.ar

LA MALA FAMA TIENE CRÉDITO




Por Alberto Asseff *
Se podría titular esta nota ‘el prontuario es mejor’ o ‘el mérito es inútil’. Empero, más allá del encabezado, la alarmante realidad es que hoy los caminos y oportunidades que se le abren a la mala fama son abundantes, así como son cada vez más retaceadas las opciones que disponen el esfuerzo y el trabajo honrados.
Dice bien la sabiduría popular que “el pescado se pudre por la cabeza”. En nuestro país, la cabeza hace rato que ha devenido en un paradigma al revés. Es un modelo que descompone y disgrega, un antiejemplo, todo un contraste con lo que un pueblo requiere de sus mandos. Es un magisterio demoledor, lejísimo de su rol constructor.
Para colmo, nuestro cuerpo social pareciera que contenía genes corrosivos que favorecieron esa putrefacción originada arriba. Si no, ¿por qué son tan añejos la maligna ‘viveza criolla’ o el nefando ‘hecha la ley, hecha la trampa’? En la era colonial, de la mano de Bartolomé de las Casas y de muchos más, tuvimos una legislación indiana impecable, de avanzada. Hoy diríamos que fue progresista para su época. Protectores vanguardistas de los aborígenes. No obstante, rigió el lapidario e hipócrita ‘acato, pero no cumplo’. La ley estaba escrita, pero era letra muerta. ¡Qué lo digan los encomenderos! Así nos (des) formamos y así somos. Así forjamos una país plagado de adulteraciones.
No por conocida – y dolorosa -, la letra de Cambalache deja de ser como ‘anillo al dedo’ de estas notas: “Que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos…pero que el siglo veinte es un despliegue de maldá insolente…Lo mismo un burro que un gran profesor…Los inmorales nos han igualado…”.
En todos los tiempos hubo maldad y mentira, pero ahora nos invaden cual torrente o, peor, tsunami. A tal grado y dimensión que la honradez cierra puertas y sega carreras. Se ha trastrocado la naturaleza de las cosas: no pertenecer a alguna mafia aísla, arrincona, frustra, debilita.
El tejido político-social y económico se urde en torno de la ilegalidad. Es la imperante. La artimaña es el eje o viga maestra. No se prospera si no se opera sobre esa base de engaño y fraude. Y si por el milagro del trabajo, el empuje y la bendita tierra argentina se logran éxitos por dentro de la norma, llegará- inexorable, lleno de fiereza – el ‘rigor’ de la ley. Una situación diabólica: se aplica inflexiblemente la ley sólo a quienes la cumplen a rajatabla.
A quienes la infringen sistemáticamente, nadie los molesta ni nadie se mosquea, ni siquiera siendo fiscal del crimen. Salvo, claro está, que el tramposo yerre en las maniobras de ocultamiento o de falsificación y que la prensa las difunda. Sólo cuando estalla el escándalo, simulan una actuación correctiva, aunque siempre dándole la derecha a quienes obran por izquierda. ¿Cómo? Ensuciando el proceso penal, plagándolo de nulidades, apelaciones y dilaciones hasta llegar al ansiado puerto de la prescripción, es decir cuando el tiempo transcurrido hace cesar la pretensión punitiva fijada en el precepto violado.
Como cotidianamente se pergeñan tretas para hacer dinero defraudando a otro y, especialmente a ese gran bobo que es el Estado, bien de todos y por ende de nadie y sólo puesto a merced del más veloz en hacerlo propio, la mala fama es ganadora neta. Se la necesita para consumar las tropelías.
¿A quién buscar para mover o cajonear un expediente, para cerrar una causa, para obtener una ventaja, para lograr un subsidio, para conseguir una prebenda, para plasmar un acomodo, para nombrar en la burocracia a una amante o a un pariente? ¿A quien está arreglado con la ley o al influyente que tiene fama de manejar los hilos del poder, andando por la cornisa de la ley o directamente marginándola?
En la política – madre de los cambios soñados y también de las desnaturalizaciones y degradaciones que sufrimos – la honestidad despierta señales de peligro. ¡No vaya a ser que se agüe la fiesta!
Exponer esta realidad enrevesada, esta perversión, no desmorona las esperanzas, sino que puede contribuir a la mutación de actitudes y, sobre todo, a que la ciudadanía – conocedora del patético cuadro de situación – decida ponerse al hombro la cuestión e intentar cambiar el curso.
Por ahora, la que tiene reputación es la mala fama. Más allá de que algunos lo disimulen. ‘Algunos’, porque el mal avanza y ya estamos en las antepuertas del desembozo. En lugar de ocultarla, alardean de la mala fama. Es que tiene crédito. Por lo menos hasta que un gerente – o, más decisivamente, el presidente – diga basta. Y el crédito vuelva para el trabajo, el esfuerzo, el mérito, la iniciativa creadora en el marco de la omnímoda ley, esa que con solo cumplirla transformaría nuestra vida colectiva.
*Abogado, docente, escritor, político.
Presidente del partido UNIR de la Prov.de Bs.As