jueves, 9 de junio de 2011

UN NUEVO ACTO DESMALVINIZADOR

infante-de-marina-Carlos-H_-Robacio Heroe de Malvinas

Por Claudio Cháves

En mayo de este año el Ministro de Defensa Puricelli se enojó con los medios de comunicación, acusándolos de tener el alma colonizada. Extendió la imputación a los argentinos calificándolos de cipayos (ver diarios de esos días) y todo esto ¿porqué? Porque los medios le habían dado una enorme cobertura al casamiento del Príncipe Guillermo con Chaterine Middelton y ninguna al bautismo de fuego de la Fuerza Aérea, el 1 de mayo de 1982, ni al hundimiento del General Belgrano.

En las mismas declaraciones afirmó que Malvinas era una causa popular y no solo de las Fuerzas Armadas. ¡Bien!

Hoy nos enteramos por los diarios y los medios de comunicación que cuando las Fuerzas Armadas rinden un homenaje a los caídos y héroes de Malvinas, el Ministro sanciona con treinta días de arresto. ¿En qué quedamos?

Los hechos.

El Teniente Coronel Víctor Manuel Paz rindió un homenaje al Almirante Carlos Robacio, recientemente fallecido, por su notable actuación en la guerra, con su Batallón de Infantería de Marina 5.

Naturalmente Paz, como Jefe del Regimiento de Infantería Mecanizado 25 (donde se realizó el homenaje) no pudo dejar de hacer mención al Coronel Seineldín, en la medida que este militar había sido jefe de la unidad en las islas y había tenido una sobresaliente actuación en los combates.

Si se quiere fue un gesto de camaradería y reconocimiento al patriotismo, valores sustanciales en la vida militar. Lo que no quiere decir, necesariamente, que el Tcnl Paz avale el levantamiento de diciembre de 1990.

El Ministro Puricelli, como el conjunto de este gobierno, es maniqueo, arbitrario y binario. No son capaces de construir un pensamiento amplio y equilibrado, como por ejemplo reconocer abnegación y entrega a la patria en la Guerra de Malvinas y discriminar errores en la vida política del país.

La idea de que se es bueno y puro en todo, y malo e injusto siempre, es un pensamiento simple, infantil y por encima de todo, autoritario

¿Quién sería capaz de restarle valor al enorme patriotismo del General Lavalle, por su actuación en la guerra de la Independencia y al mismo tiempo, condenar su comportamiento en la guerra civil de los porteños, al fusilar al coronel Dorrego? Una conducta no opaca la otra, ni la resalta.

De manera que Puricelli en menos de un mes ha revelado su estrechez de miras, su menguada estatura política. No está a la altura de las funciones que desempeña.

¿Piensa de este modo el Ministro o tiene miedo de ser consecuente con las declaraciones de hace un mes? ¿Hay cobardía en su conducta?

Por si esto fuera así, le recuerdo, entonces, las palabras del Almirante Robacio:

“Yo no soy ni bravo ni valiente, ni nada por el estilo. Soy un hombre común. Tengo miedo cuando cruzo la calle. Pero en Malvinas no pude tener miedo. No pude tenerlo porque creo que Dios no me dejó tenerlo, y la preocupación por mis hombres, su entrega, obviamente no me podían permitir el privilegio de tener miedo”

¡Así es Puricelli! Dios, la Patria y sus soldados no le permitieron a Robacio tener miedo. Los hombres estamos hechos de antemano. Lamentablemente el pasar del tiempo ha sido cruel con usted.

EXPERTO DESMINTIÓ MITOS ANTI-CATÓLICOS SOBRE LAS CRUZADAS

Los Cruzados defensores de los peregrinos a Tierra Santa

  
El experto historiador Dr. Paul F. Crawford del Departamento de Historia y Ciencias Políticas de la Universidad de Pennsylvania (Estados Unidos), desmiente cuatro mitos anti-católicos sobre Las Cruzadas, como por ejemplo que quienes participaron se habrían llenado de riquezas cuando en realidad lo que sucedió es que muchos terminaron en bancarrota.

El investigador de las Cruzadas señala en un artículo publicado en abril de este año que con frecuencia "las cruzadas son mostradas como un episodio deplorablemente violento en el que libertinos occidentales, que no habían sido provocados, asesinaban y robaban a musulmanes sofisticados y amantes de la paz, dejando patrones de opresión escandalosa que se repetirían en la historia subsecuente".

"En muchos lugares de la civilización occidental actual, esta perspectiva es demasiado común y demasiado obvia como para ser rebatida", prosigue.

Sin embargo, precisa el experto autor del libro "The Templar of Tyre", la "unanimidad no es garantía de precisión. Lo que todo el mundo ‘sabe’ sobre las cruzadas podría, de hecho, no ser cierto".

Seguidamente rebate, uno a uno, cuatro mitos que terminan por mostrar algo que, en realidad, no fueron las Cruzadas.

PRIMER MITO:

“LAS CRUZADAS REPRESENTARON UN ATAQUE NO PROVOCADO DE CRISTIANOS OCCIDENTALES CONTRA EL MUNDO MUSULMÁN”

Crawford señala que "nada podría estar más lejos de la verdad, e incluso una revisión cronológica aclararía eso. En el año 632, Egipto, Palestina, Siria, Asia Menor, el norte de África, España, Francia, Italia y las islas de Sicilia, Cerdeña y Córcega eran todos territorios cristianos. Dentro de los límites del Imperio Romano, que todavía era completamente funcional en el Mediterráneo oriental, el cristianismo ortodoxo era la religión oficial y claramente mayoritaria".

Hacia el año 732, un siglo después, los cristianos habían perdido la mayoría de esos territorios y "las comunidades cristianas de Arabia fueron destruidas completamente en o poco después del 633, cuando los judíos y los cristianos por igual fueron expulsados de la península. Aquellos en Persia estuvieron bajo severa presión. Dos tercios del territorio que había sido del mundo cristiano eran ahora regidos por musulmanes".

Lo que sucedió, explica el experto, sí lo sabe la mayoría de la gente pero solo lo recuerda cuando se les "precisa un poco": "La respuesta es el avance del Islam. Cada una de las regiones mencionadas fue sacada, en el transcurso de cien años, del control cristiano por medio de la violencia, a través de campañas militares deliberadamente diseñadas para expandir el territorio musulmán a expensas de sus vecinos. Pero esto no dio por concluido el programa de conquistas del Islam".

Los ataques musulmanes contra los cristianos siguieron ya no solo en esa región sino contra Europa, especialmente Italia y Francia, durante los siglos IX, X y XI, lo que hizo que los bizantinos, los cristianos del Imperio Romano de Oriente, solicitaran ayuda a los Papas. Fue Urbano II quien envió las primeras cruzadas en el siglo XI, después de muchos años de recibir el primer pedido.

Para Crawford, "lejos de no haber sido provocadas, entonces, las cruzadas realmente representan el primer gran contraataque del Occidente cristiano contra los ataques musulmanes que se habían dado continuamente desde el inicio del Islam hasta el siglo XI, y que siguieron luego casi sin cesar".

En cuanto a este primer mito, el experto hace una sencilla afirmación para entender un poco mejor el asunto: "basta con preguntarse cuántas veces fuerzas cristianas han atacado la Meca. La respuesta, por supuesto, es nunca".

SEGUNDO MITO:

“LOS CRISTIANOS OCCIDENTALES FUERON A LAS CRUZADAS PORQUE SU AVARICIA LOS MOTIVÓ A SAQUEAR A LOS MUSULMANES PARA HACERSE RICOS”

"Nuevamente –explica– no es verdad". Algunos historiadores como Fred Cazel explican que "pocos cruzados tenían suficiente dinero para pagar sus obligaciones en casa y mantenerse decentemente en las cruzadas".

Desde el principio mismo, recuerda el Dr. Paul F Crawford, "las consideraciones financieras fueron importantes en la planeación de la cruzada. Los primeros cruzados vendieron tantas de sus posesiones para financiar sus expediciones que generaron una extendida inflación".

"Aunque los siguientes cruzados tomaron esta consideración en cuenta y comenzaron a ahorrar mucho antes de embarcarse en esta empresa, el gasto seguía estando muy cerca de lo prohibitivo", añade.

Tras recordar que lo que algunos estimaban iban a costar Las Cruzadas era "una meta imposible de lograr", el historiador señala que "muy pocos se hicieron ricos con las cruzadas, y sus números fueron empequeñecidos sobremanera por quienes quebraron. Muchos en el medioevo eran muy conscientes de eso y no consideraron a las cruzadas como una manera de mejorar su situación financiera".

TERCER MITO:

“LOS CRUZADOS FUERON UN BLOQUE CÍNICO QUE EN REALIDAD NO CREÍA NI EN SU PROPIA PROPAGANDA RELIGIOSA, EN VEZ DE ESO TENÍAN OTROS MOTIVOS MÁS MATERIALES”

Este, señala el experto historiador en su artículo, "ha sido un argumento muy popular, al menos desde Voltaire. Parece creíble e incluso obligatorio para la gente moderna, dominada por la perspectiva del mundo materialista".

Con una tasa de bajas que bordeaba el 75 por ciento, con una expectativa de volver quebrado y no poder sobrevivir, ¿cómo tenía resultado la prédica para que más personas se enrolaran?, cuestiona el historiador.

Crawford responde explicando que "las cruzadas eran apelantes precisamente porque era una tarea dura y conocida, y porque emprender una cruzada por los motivos correctos era entendida como una penitencia aceptable del pecado. Lejos de ser una empresa materialista, la cruzada era impráctica en términos mundanos, pero valiosa para el alma".

"La cruzada era el ejemplo casi supremo de ese sufrimiento complicado, y por eso era una penitencia ideal y muy completa", añade.

El historiador indica luego que "con lo complicado que puede ser para la gente actual creer, la evidencia sugiere fuertemente que la mayoría de los cruzados estaban motivados por el deseo de agradar a Dios, expiar sus pecados y poner sus vidas al servicio del ‘prójimo’, entendido en el sentido cristiano".

CUARTO MITO:

“LOS CRUZADOS LE ENSEÑARON A LOS MUSULMANES A ODIAR Y ATACAR A LOS CRISTIANOS”

Otra vez, aclara Paul Crawford, nada más alejado de la verdad. El historiador señala que "hasta hace muy poco, los musulmanes recordaban las cruzadas como una instancia en la que habían derrotado un insignificante ataque occidental cristiano".

La primera historia musulmana sobre las cruzadas no apareció sino hasta 1899. Por ese entonces, el mundo musulmán estaba redescubriendo las cruzadas, "pero lo hacía con un giro aprendido de los occidentales".

"Al mismo tiempo, el nacionalismo comenzó a enraizarse en el mundo musulmán. Los nacionalistas árabes tomaron prestada la idea de una larga campaña europea contra ellos de la escuela europea antigua de pensamiento, sin considerar el hecho de que constituía realmente una mala representación de las cruzadas, y usando este entendimiento distorsionado como una forma para generar apoyo para sus propias agendas".

Entonces, precisa el Dr. Crawford, "no fueron las cruzadas las que le enseñaron al Islam a atacar y odiar a los cristianos. Muy lejos de eso están los hechos. Esas actividades habían precedido a las cruzadas por largo tiempo, y nos dirigen hasta el origen del Islam. En vez de eso, fue Occidente quien enseñó al Islam a odiar las Cruzadas. La ironía es grande".

Para leer el artículo completo ingrese a: http://www.aciprensa.com/controversias/lascruzadas.htm

Fuente: REDACCIÓN CENTRAL, 09 Jun. 11 / 12:15 am (ACI)

CARLOTTO PIDIÓ QUE “NO CONFUNDAN” ABUELAS CON MADRES (¿DEBERÁN ABRIRSE CAUSAS JUDICIALES DISTINTAS?)

Las Abuelas de la NADA

Estela Barnes de Carlotto reconoció que es un momento "difícil" pero pidió que "no confundan" Abuelas con Madres.

DERECHOS DE LOS HUMANOS CORRUPTOS

La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, se refirió la polémica suscitada entre Hebe de Bonafini y Sergio Schoklender y afirmó que su entidad "es autónoma, tiene objetivos, tácticas, disciplinas y actitudes distintas" a las Madres.

Carlotto aseguró que es un momento "difícil y triste" por el escándalo que involucra a Sergio Schoklender y a las Madres de Plaza de Mayo, pero pidió que "no confundan" su organización con la que preside Hebe de Bonafini.

Además, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo afirmó que Hebe de Bonafini "es la que dirige" la Asociación Madres de Plaza de Mayo y "no puede estar ajena a lo que ha pasado" en esa institución, aunque advirtió que "eso lo tiene que decir la Justicia".

"Aún en dictadura, acudíamos a la justicia. Creemos en la justicia. Es ese poder el que tiene que investigar hasta las últimas consecuencias", señaló Carlotto en declaraciones radiales.

NI OLVIDO NI PERDÓN: ¡CORRUPCIÓN!

El clan Carlotto también vive del Estado… Durante el año 2002, siendo Remo Carlotto Secretario de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, designó como presidente de la Comisión Provincial de la Memoria a su propia madre, Estela Barnes de Carlotto, con un amplio presupuesto. En sí, se trata de un acto de nepotismo. A su vez, la actual legisladora porteña Gabriela Cerruti era la directora ejecutiva de dicha comisión.

Al poco tiempo se generó una serie de acusaciones entre Carlotto y Cerruti por la firma de unos cheques con destino desconocido. Se trató de públicos actos de corrupción, en el sentido de que llegaron a trascender incluso a la prensa.

Es público que tiempo después, Estela de Carlotto se alejó de la presidencia de la Comisión Provincial por la Memoria, por las “profundas diferencias que tenía con otros miembros”, especialmente con Cerruti. Tales “diferencias” surgieron del “manejo discrecional, sin rendimiento de cuentas”, que se realizaba entonces con los fondos presupuestarios de esa comisión, estimados aproximadamente en un millón y medio de pesos anuales.

CORRUPTO NEPOTISMO

Cabe señalar que la Comisión Provincial por la Memoria es un organismo público con funcionamiento autónomo y autárquico al gobierno bonaerense, creado por la Ley 12.483 en julio del 2000. Está integrada por representantes de organismos de Derechos Humanos, el sindicalismo, la justicia, la universidad, la legislatura, compuesta por funcionarios y profesionales, entre ellos, el Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel.

El caso fue silenciado, pero en materia delictiva, cuando el autor o alguno de los autores está vinculado a funciones públicas, la causa se suspende en su prescripción hasta que cese en sus funciones. Por tanto, y dado que la familia Carlotto está vinculada a funciones gubernamentales, siendo que organismos públicos están involucrados en la cuestión de los dineros referidos, la causa debiera estar suspendida para reabrirse una vez que cese el actual oficialismo en el ejercicio del poder. Remo Carlotto es hoy senador nacional.

Su hermano Guido (nombre del difunto esposo y del inexistente nieto de Estela de Carlotto) es diputado en la Legislatura bonaerense, y se candidatea a intendente de La Plata, y aunque le sobra dinero, le faltan cuadros.

La otra hermana del clan Carlotto, Claudia, es la presidente de la CONADI (Comisión Nacional Argentina por el Derecho a la Identidad).

NEGOCIANDO LA SANGRE…

Además, la presidente de Abuelas hace un manejo discrecional del poder. Por ejemplo, ha postulado y avalado como candidata a legisladora porteña a su ladera, Gabriela Alegre para el segundo puesto de la lista. No hay que olvidar que Estela de Carlotto tildó a los padres de las víctimas de Cromañón como “delincuentes”, quienes luego la acusaron de recibir millonarios subsidios por parte de su defendido, el socialista Aníbal Ibarra.

Por otra parte, la hija de Estela de Carlotto, quien se llamaba Laura Estela Carlotto (Alias Rita), durante el verano de 1974, vistiendo un uniforme de colegiala, asesinó por la espalda con cinco tiros a un militante de la CNU. Una semana después, los montoneros mataron a otro cuadro de la CNU y ahí se produjo la guerra. Laura Estela Carlotto estaba casada, había pasado a la clandestinidad para cometer actos de terrorismo, y además tenía dificultad para llevar a buen término los embarazos, un dato que su madre siempre se ha cuidado de ocultar para sostener el dato plagado de “pistas falsas” (según sus propios dichos) del inexistente nieto “Guido”. Años antes a 1977, cuando su hija no era subversiva y estaba aun normalmente casada, Estela Carlotto llegó a la casa de la madre del general Bignone, donde celebraban con algunas amigas el cumpleaños de la hermana del mismo, sumamente compungida porque "su hija casada no había podido tener familia"... Al parecer, estos hechos son parte de una Historia que no se cuenta.

No hay que olvidar que tanto “Madres” como “Abuelas” han recibido subsidios millonarios que han sido incluidos en el Presupuesto Nacional… más allá de las “indemnizaciones” que el Estado ha reconocido a las personas particulares. Y no confundamos tampoco la corrupción de “Madres” y “Abuelas” con la corrupción y los negocios de “La Cámpora”…

Finalmente, no se puede dejar de mencionar el horror vivido en la década de 1970, provocado por grupos terroristas, por grupos paramilitares, y también por funcionarios del Estado. La Guerra contra la Subversión tuvo excesos que son injustificables e inadmisibles desde todo punto de vista. Pero ello no exime de responsabilidad a los terroristas, ni los autoriza a tomar venganza ahora que están en el poder. El dolor vivido por los desaparecidos y por los familiares de los desaparecidos, fue cambiado por un negocio. Los familiares de las víctimas de la subversión no deben imitarlos ni tomar el mismo camino. La sociedad entera merece una pacificación y vivir en concordia y con justicia, evitando toda venganza.

INMORALIDAD Y DELITO

Sergio Shoklender y Hebe de Bonafini en Cuestion de Pesos

Por el Dr. Jorge B. Lobo Aragón

Que algunas inmoralidades se denuncien, se verifiquen, y que el Estado dé vuelta la cara como diciendo “nada tengo que ver con esto” es en la práctica, lo mismo que patrocinar, promover, apadrinar la inmoralidad, que queda expuesta ante la ciudadanía sin que nada la evite, la corrija ni, menos aún, la castigue.

Encontrar el modo de afianzar la moral, difundirla, prestigiarla, seguramente es difícil. Y aceptar, el mal es general, no lleva a la solución de nada. Podemos pensar que debiera principiarse por el delito, que tiene más fácil definición que la inmoralidad. Pero para luchar contra la delincuencia se precisa de una base moral. Entonces hay que comenzar por combatir la corrupción de la moral, acreditarla, esclarecerla, y recién estaremos en condiciones de encararnos con la delincuencia.

Una convención interamericana, aprobada por ley nacional, impone a los gobiernos su deber de adoptar las medidas para detectar, sancionar y erradicar la corrupción. No dice que se deba combatir el delito, pues  cae de maduro que los países aceptan la obligación de poner en vigencia su legislación, y todos tienen sus códigos penales para que se cumplan, no para adorno de bibliotecas.

Se pretende que el Estado sólo ha de investigar y sancionar conductas desviadas, procedimientos antijurídicos, prácticas delictivas. Ni se la menciona a la moral. Creo, al contrario, que si  hubiera denuncias contra el poder administrador debiera ser éste el que se apure a poner la uña para que baile el trompo, y no esperar que le acumulen pruebas de delitos y suficientemente graves  para condenar, sino que él mismo, con las herramientas que tiene en la propia administración, averigüe, investigue y sancione, reprima, corrija y escarmiente toda inmoralidad. Y entonces, si de la investigación surgiese, además, la comisión de delitos, se dé intervención, por supuesto, a la justicia para que haga lo que deba hacer.

El Estado debe aceptar su deber de comportarse con moralidad, y no sólo el de no delinquir. Y si a un administrador se le hace el favor de avisarle que en su área se cometen anormalidades, él mismo, agradeciendo al denunciante, debe buscar soluciones, no establecer requisitos ni vías judiciales para la presentación de pruebas.

En  distintas administraciones  que fueron ejemplos de corrección, se cometieron deslices. Que los presidentes se supone no conocieron, a pesar de ser responsables de la administración del Estado. Pero que, de conocer, debieron haber corregido. Si ante las irregularidades el poder administrador va a esquivar el bulto, pretendiendo que sólo se han de corregir delitos verificados por el Poder Judicial, no las simples corrupciones, entonces, por supuesto, la inmoralidad ha de proliferar al amparo de esta protección oficial.

DOS VIDAS Y UNA SOLA VERDADERA

Jesus Resucitado y el Apostol Tomas
Por el Dr. Francisco Bénard

Abogado-Periodista

pancho1947@gmail.com

Vivimos aferrados a la vida terrenal de manera tal que a veces solo pensamos en esta. El miedo a lo desconocido, a aquello que sobreviene con la muerte física, plantea lógicos dilemas que solo podremos comprender y superar con una idea de lo trascendental.

Esto me lleva a plantear que en realidad hay dos vidas en una sola vida, una la vida terrenal en la que pensamos con nuestras lógicas limitaciones por temor, por apego a lo material, entre otras cosas. La realidad ,es que para algunos,  hay dos vidas al mismo tiempo, la terrenal y la otra del más allá, que no conocemos, pero que se va construyendo en la medida que somos conscientes de la eternidad.

Sólo somos aves de pájaro que un día dejaremos  este mundo y pasaremos a transformarnos en algo , que aún no tenemos mucha conciencia. El cuerpo sufrirá una gran transformación con la muerte y la entidad del "alma" será como la estrella que desde el cielo brillará para proteger a aquéllos que habremos dejado en este mundo. Junto a Dios llegaremos a la vida plena y eterna.

III ENCUENTRO MULTISECTORIAL SOBRE SEGURIDAD PRIVADA BONAERENSE

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El día viernes 10 de junio a las 9 hs dará comienzo en la Cámara de Comercio e Industria de La Plata, sita en Av 53 N° 720 de La Plata, el III ENCUENTRO MULTISECTORIAL para debatir sobre la situación actual de la SEGURIDAD PRIVADA en la Provincia de Buenos Aires.

Del encuentro participarán el Ministerio de Justicia y Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, Legisladores bonaerenses, UPSRA, CARESEB, CASEL, y CEMARA.

CAESBA
Av. 51 Nº 775 | La Plata, Bs. As.
Tel./Fax (0221) 483-1860
info@caesba.org.ar
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CONTRALMIRANTE CARLOS HUGO ROBACIO, UN PROTAGONISTA DE NUESTRA HISTORIA GRANDE

infante-de-marina-Carlos-H_-Robacio Heroe de Malvinas

Por Gustavo Perramon Pearson

      El pasado 29 de mayo murió repentinamente en esta ciudad de Bahía Blanca, el Clte. (RE) Veterano de Malvinas, don CARLOS HUGO ROBACIO. El Señor Dios, en quien creía, le concedió la gracia de una “buena muerte”, lo que implica, además de la propia de las almas limpias, el irse de este mundo, silenciosamente, sin molestar a nadie, con la misma sencillez y modestia, el mismo perfil  bajo, que fue característica de su estilo de vida.

     Fue un distinguido oficial de la Marina de Guerra de extensa carrera, a quien le tocó intervenir en situaciones clave de nuestra historia contemporánea, particularmente en el hecho más importante del siglo pasado en nuestra Argentina: el intento de recuperar las usurpadas Islas Malvinas.

      Entre los cometidos más notorios -no necesariamente los más importantes- que asumió fue  integrante de la custodia personal del Presidente D. Arturo Frondizi, con quien mantuvo extensas pláticas sobre política continental y argentina. Lo principal de esa temática -excluido aquello sobre lo cual debió guardar la reserva propia del cargo y del  honor militar-, ya fue recogido por historiadores. Se desempeñó también  como Sub Director de la Escuela de Suboficiales de la Armada, y fue asimismo  Secretario Ayudante del entonces Comandante en Jefe de la Armada Almirante Lambruschini, cuya hija fue asesinada en un atentado de la guerrilla;  y  ya con el grado de Cap. de Fragata, cumplió como comando en  una de las más importantes unidades del arma, el Batallón de Infantería de Marina N°5 (BIM5), con asiento en Río Grande, en la isla de Tierra del Fuego.

           Fue este destino el que le permitió demostrar su capacidad de organización y su don de mando. Habiéndola recibido no en las mejores condiciones, la trasformó en una unidad de elite, conocedora del terreno, disciplinada, con equipamiento moderno y un alto nivel de adiestramiento.

             Luego del 2 de abril, producido el desembarco de nuestras tropas, se ordenó el traslado del BIM5 a nuestras Islas Malvinas. Iniciadas las hostilidades, tuvo esta unidad un brillante desempeño, reconocido principalmente por las  tropas enemigas.

               Sus integrantes fueron los únicos que llegaron a la lucha cuerpo a cuerpo y combatieron 5 o 6 horas más, hasta agotar la munición, desoyendo la orden de rendición (antes, habían solicitado apoyo para un contraataque que fue expresamente desautorizado). Luego, en ordenado repliegue, siendo el último en hacerlo su Comandante, volvieron a Puerto Argentino, marchando  con las armas al hombro y con el marco de hombres de los tres Regimientos con los que se enfrentaron, como homenaje al valor demostrado. Éstos estaban convencidos de haber logrado al fin vencer la formidable resistencia de por lo menos un Regimiento, y los miraban desplazarse en formación, asombrados al constatar que se trataba nada más que de un Batallón, integrado por conscriptos, y con escasas bajas en proporción a su número .

                Este desempeño mereció numerosas distinciones para la Unidad y para su Comandante, la principal de ellas, la Medalla de Honor del Congreso AL HEROICO VALOR  EN COMBATE.

                 El Almirante Robacio era  uno de los pocos argentinos vivientes que encarnaba en su persona todo lo mejor de nuestros ideales  de amor a la Patria, de heroísmo, de entrega  generosa y gozosa a la vez, de  todo su  ser;  de su VIDA si hiciera falta,  para servirla.    

                 Es imposible mencionar la gesta de Malvinas sin  que su nombre aparezca asociado de inmediato a  las acciones que demostraron la capacidad y el profesionalismo de  su gente.

                  El valor, la disciplina y el comportamiento en el campo de batalla de ese grupo de elite, se convirtieron con el tiempo en el paradigma de lo que puede lograrse, aun en inferioridad de condiciones, cuando se cuenta con excelente adiestramiento, una motivación superior y una excelente capacidad de conducción en sus mandos

                 Terminadas las hostilidades, volvieron las Unidades a sus lugares de origen y se fueron conociendo y divulgando los  pormenores de las conductas, tanto de la oficialidad como de la tropa. Grandezas y miserias, por supuesto. Tanto en la vida social corriente como en tiempos de guerra, las situaciones límite desnudan a las personas, y afloran juntos, por un lado, el pánico, los temores y la cobardía, por otro, los liderazgos, la valentía, el coraje y la generosidad. 

             El entonces Capitán de Fragata Robacio pasó a convertirse en un hombre-símbolo ante la opinión pública, resumiéndose en él -a más delas propias- las virtudes de todo el Batallón.

                Pero las  propias eran muchas. Era antes que nada una gran persona. Severo pero justo, inspiraba confianza y confidencia, lo que descongelaba la brecha jerárquica con los conscriptos, sin mengua del respeto y la disciplina. Conocía a cada uno de sus soldados por su nombre (eran varios centenares) y los cuidaba como si fueran sus hijos. Las cartas que aún hoy seguía recibiendo son conmovedoras. Expresan cariño y agradecimiento. Orgullo de haber servido en esa Unidad y bajo sus órdenes.

Por ellas nos enteramos de que, en las largas vigilias previas al combate, visitaba uno por uno en su “pozo de zorro” a sus soldados; que cuando escasearon las raciones ordenó servirlas en orden inverso a las jerarquías (más de una vez se quedo él sin comer); que buscó y enterró personalmente a “sus” muertos, llegando al extremo de despojarse de las insignias de su grado, para lograr vencer la resistencia de los británicos, que no autorizaban su presencia en una tarea “que no era para oficiales” y menos de su jerarquía. Y cuentan que se lo vio derramar lágrimas al besar una frente o cerrar los ojos de alguno de sus “hijos”. Retiró las identificaciones y objetos personales de cada uno de ellos y los entregó él mismo a sus padres, al regresar de las Islas.

                Su prestigio  y su autoridad provenían, mucho más que de su rango militar, de su ejemplaridad. Vivía como decía y pensaba que había que vivir. Era un hombre de Fe, lo que se descubría fácilmente por su conducta. Duro, severo y exigente podía reclamar esas conductas a los demás pues él mismo era ejemplo de ellas.

                Convertido sin quererlo en la cabeza visible de todo lo bueno de Malvinas, se sintió obligado a ponerse al frente de una nueva gesta: luchar contra la desmalvinización, y evitar que triunfara la Argentina cobarde y exitista.                                                               

                  Se   avergonzaba de esas autoridades que optaron por esconder a los combatientes que regresaban, en vez de acogerlos con el cariño y la gratitud que se merecían. Con lo que coincidimos, y agregamos: Y lo siguen mereciendo quienes, habiendo jurado defender a la Patria y seguir siempre su bandera hasta perder la vida, fueron fieles a ese juramento.

              Sus hombres después de su familia, eran su orgullo, y tomó sobre sus espaldas la tarea de reunirlos, aglutinarlos, e instarlos a mantener en alto el espíritu que los aunó durante su paso por el BIM5, y a reinstalar y acrecentar el orgullo de haber sido combatientes.

                Aceptó ese desafío, tarea que lo llevó a recorrer el país entero, aprovechando cada invitación, acto académico, o motivo de encuentro. Fueron más de un centenar los Centros de excombatientes que visitó o contribuyo a formar. Fácticamente, el último hace una semana, en Caleta Olivia, Provincia de Santa Cruz; viaje que le fue desaconsejado, pero que insistió en realizar.

            Fue objeto de agasajos, homenajes y distinciones de toda naturaleza. Hombre sencillo y humilde de corazón, no se cansaba de aclarar que no era ni debía ser su persona la destinataria de los homenajes, sino sus hombres, su tropa, de quienes fueron los atributos de  valentía y arrojo que se quiere honrar.

        Recibió como respuesta las más notables expresiones de respeto y cariño. Después de casi treinta años, más de 200 de sus veteranos del BIM5 se reunieron el año pasado en Río Grande, para recordar aquellos meses de 1982 y  reafirmar su orgullo como argentinos por haber participado en esa gesta.

                   Una vez retirado del servicio activo, el Almirante decidió radicarse en Bahía Blanca, en donde tenía ya parte de su familia y buenos amigos.

                  Lejos del fárrago porteño, acomodó sus papeles, sus mapas y sus notas y escribió, junto con el Encargado de su Batallón, el Suboficial  Mayor D. Jorge Hernández, un libro testimonial, “Desde el frente” (500 páginas y ya va por la 3ª edición), apasionante relato de las acciones de guerra en Malvinas.

             Resulta de lectura imprescindible para los que desconozcan por qué el BIM5 sí pudo, y otros no, luchar de igual a igual con el invasor inglés, y para apreciar lo que es un modelo de adiestramiento y conducción.

             Tuve el honor de colaborar con él, mientras lo escribía, y en la lectura final, asesorándolo en todo lo relacionado con el Derecho Internacional de los Conflictos Armados (D.I.C.A.), cátedra  de la que fui titular en el Instituto Universitario Naval, en Puerto Belgrano durante más de dos décadas. En el aspecto literario, había cumplido esta tarea nuestro común amigo, también fallecido, el miembro de la Academia Argentina de Letras, Doctor Dinko Cvitanovic.

              Este libro es hoy día parte de la bibliografía más analizada en las Escuelas de Estado Mayor de los principales países de América y  Europa.

              Pero no concluyó aquí su patriótico empeño. Mantuvo correspondencia con varios de sus homólogos británicos, para verificar sus datos sobre las operaciones, y ese epistolario generó una relación de mutuo respeto y simpatía, la que se consolidó cuando se produjo el encuentro personal.

              Fue invitado en 2006 para el coloquio organizado por las Universidades de Nottingham Y Bologna sobre “Las Bases comunes postconflicto en  las relaciones anglo-argentinas”, que reunió a diplomáticos, académicos, periodistas y escritores de veinte naciones con veteranos de Guerra de Malvinas. Allí hizo escuchar su autorizada voz cargada de experiencia, con la seriedad académica del caso, pero con su toque personal vehemente y apasionado, reafirmando nuestro indeclinable reclamo de soberanía sobre el archipiélago, Su firmeza y simpatía, arrancaron cerrados aplausos. 

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          Carlos Hugo Robacio fue un amigo entrañable. Nos conocimos hace más de treinta años, relación que se hizo amistad y fue creciendo desde su radicación en Bahía Blanca, luego de su retiro (¿Por qué será que la muerte nos obliga a usar el pretérito?).

           Nuestra amistad se hizo intensa, cercana, nuestros encuentros casi cotidianos. La ardua tarea que acometió con su libro nos unió mucho más, si se podía. Participó de mi pena cuando mi viudez, y de la alegría de mis segundas nupcias. No hubo tropiezos, ni  nubarrones, fricciones ni  descontentos que la quebraran.

    No se trataba de pensar igual y no tener diferencias, lo que sería absurdo. Hubo por supuesto, “peleas” muy duras, producto de dos caracteres fuertes y de la tozudez que ambos nos atribuíamos. Más de una vez nos despedimos “para siempre”, pero sabiendo que nos encontraríamos al día siguiente.

    Podemos preguntarnos cómo es posible que una amistad tan honda se haya gestado  en los años maduros, desmintiendo la tradición que afirma que los verdaderos amigos son los de “toda la vida”.

     La explicación puede surgir de lo que respondamos a otra pregunta: ¿Que es un amigo?  Un amigo es aquel a quien se lo siente siempre en comunión de vida, con quien, en el espíritu, las cosas esenciales están compartidas. Esto ocurrió desde el principio con Hugo Robacio.

               El afecto común es como un paraguas que ampara todo aquello que constituye la relación. Pase lo que pase ninguno se va a sentir juzgado por el otro sino mas bien comprendido y alentado. En la amistad viril –una forma también del Amor­- prima la satisfacción del bien del otro, aun a costa del propio. No  hay segundas intenciones.

      La amistad es un gran misterio de dar y recibir. Recibí de Hugo mucho más de lo que pude darle, pero no importa; la amistad no es un “do ut des” ni cuestión de suma-resta-saldo. Todo es suma.

      Puede parecer un lugar común, pero pocas veces resulta tan ajustada, como en el caso de Carlos Hugo Robacio, la cita de San Pablo en la Segunda Epístola a Timoteo:

    He peleado hasta el fin el buen combate,

  concluí mi carrera, conservé la fe.

  Y ya está preparada para mí la corona de           

  justicia,que el Señor, como Justo Juez, me dará.  

 

El Señor lo llamó hace dos días y ya lo extraño. Cuando se pronuncie mi nombre  - si supero el juicio - me estará esperando a la derecha del Padre.

   Con lenguaje terreno puedo decir que perdí un amigo. Sólo me consuela la convicción de que la Patria ganó definitivamente un prócer. 

 

“Los pueblos que olvidan sus tradiciones pierden la conciencia de su destino; mientras que los que se apoyan sobre tumbas gloriosas son los que mejor preparan su porvenir”.

PRESIDENTE NICOLÁS AVELLANEDA

EL LIDERAZGO MILITAR

Soldado probable Bim5 en Monte Tumbledown 

Por Emilio Nazar Kasbo

Un líder no es solamente quien sabe estimular y conducir grupos para que constituyan una unidad, para que sus esfuerzos que llegan al límite de las potencialidades les permitan alcanzar nuevas metas mediante el logro de objetivos comunes. Este liderazgo puede ser tanto civil como militar, pero se trata del aspecto material del líder, pero no agota la personalidad del líder, que incluso puede convertirse en indescriptible en ciertas oportunidades. Por eso, en este artículo abordaremos algunas facetas descriptibles, y también algunas “indescriptibles”, que dedico a los Héroes de Malvinas que nunca mueren, que por siempre serán temidos por toda alma usurpadora pirata y sus mercenarios, y también lo dedico a todos los que quieran seguir su ejemplo en las circunstancias que toque vivir, por más difíciles que sean sus circunstancias.

DE LO MILITAR A LO EMPRESARIO

Muchos libros de marketing, de gestión de empresas o de economía hablan de exigencias de un “liderazgo eficaz” en los directivos, y su modelo generalmente es el militar, ya que éste por esencia ha de tener una doble característica: obediencia y don de mando a la vez. En la Guerra de Malvinas hubo varios “líderes” que descollaron por su actuación, sorprendiendo a un enemigo mucho más numeroso y con alta tecnología a su disposición. Mohamed Alí Seineldín, Aldo Rico o Carlos Robacio han sido muestras de ello, quienes llegaron a hacer temblar a los más aguerridos militares al servicio de la Corona Británica.

El pensamiento habitual es que el líder es el más sagaz, más inteligente, maduro, cultivado, dotado de salud, descollante en todos los aspectos, hasta a veces tornarlos en modelos casi inalcanzables, en arquetipos considerados como personas que han sido o que son capaces de dar mucho más de sí, como dotados de capacidades sobrehumanas. Sus rasgos personales e intransferibles los convierten en seres que tienen un gran ascendiente sobre los demás, fundamentalmente en situaciones difíciles, motivo por el cual los subordinados y superiores depositan en ellos un grado de confianza que es acorde a tales capacidades.

La consideración habitual, también, es que el líder requiere de seguidores, lo cual puede incluso ser un error. El líder lo es independientemente de que tenga o no seguidores. En realidad, la cuestión del liderazgo se vincula con la autoridad y el origen del poder.

EL LÍDER “DE PLÁSTICO”

Hay líderes naturales y líderes “de plástico”. El líder natural logra ser seguido aun en las peores dificultades y sacrificios por personas que no esperan más recompensa que el cumplimiento de su deber. El líder “de plástico”  carece de cualidades personales, y logra seguidores en base a su “compra”, y por ello no puede tener más liderazgo que el de un grupo de mercenarios que esperan más la recompensa que la obediencia a quien saben que tiene el mando sin competencia para el cargo. No sólo es “de plástico” por lo endeble, ya que si aparece otro que sea un “mejor postor” perderá a sus seguidores, sino por el modo actual en que se representa el dinero: la tarjeta de crédito, que es tan “de plástico” como quien pretenda ejercer el liderazgo del dinero.

El General del Ejército de Venezuela Martín García Villasmil, afirmó que: "el líder es aquel capaz de inspirar, motivar e impresionar a los individuos, debido a las propias características personales, a la confianza que inspira, a su manera de lograr los objetivos, a la habilidad para actuar y expresarse y a la fe que genera en los otros. Por ello, es secundado en sus disposiciones, es guiado, es imitado, el líder es un maestro que es seguido espontáneamente".

Efectivamente, el líder goza de ciertas cualidades personalísimas e intransferibles, fruto de la experiencia de su propia vida y de sus propias circunstancias. En particular, han de ser cualidades de un líder militar: la Fe Católica que da el sentido de la vida y de la muerte, el espíritu patriótico para vivir integrado a la causa nacional, la inteligencia para determinar la verdad y la justicia de la causa que defiende, la decisión como parte de la voluntad para alcanzar los objetivos, la probidad como parte de su honra personal, la humildad para reconocer los propios defectos y para no sobreestimarse, la intuición para detectar aquello que muchas veces no aparece como evidente, la valentía para alcanzar los objetivos con arrojo, la velocidad en los aspectos de toma de decisiones y de pronta actuación para alcanzar las metas propuestas, la seguridad de pensamiento para carecer de dudas en la acción, y el sentido del humor para responder cuando nada parece tener sentido.

HMS-Sheffield-MoD-2-S hundido en Malvinas

LA SEGURIDAD DEL LÍDER

No existen líderes pusilánimes o inseguros. El líder es un hombre seguro de su origen y de su destino, de lo que se debe realizar y de lo que sus subordinados y superiores esperan de él. Es más, todo líder debe estar dispuesto incluso al martirio por su Fe y por su patriotismo en la Fe Católica, ya que quien no es capaz de morir por lo que cree, no cree en lo que predica. No hay mártires inseguros: el militar ha de saber morir por Cristo Rey y por la Patria. Todo líder ha de imitarlo si verdaderamente cree ser “líder”.

El desinterés, la competencia profesional, el “don de gentes”, la confianza basada en el conocimiento de las propias habilidades, la lealtad, la entrega, la energía y la firmeza son algunas de las características que hacen también al liderazgo.

El líder se destaca en los momentos difíciles, en las situaciones “de emergencia”. Allí el líder aporta su seguridad y coraje para afrontar todo peligro contra la integridad física o moral de una persona o de toda la comunidad a su custodia. Implica incluso el desapego de la propia vida, puesta a disposición de una causa superior. No hay peligro ni dolor físico o moral que le haga torcer el rumbo en la concepción de la Fe en la Iglesia Católica y en el cumplimiento de sus deberes patrióticos. Por ello, el líder asume la responsabilidad frente a los peligros que se presenten, y esa responsabilidad la asume tanto en la victoria como en el fracaso. Pero el líder no es un temerario, no asume riesgos innecesarios ni pone en peligro todo lo que está a su cuidado cuando sabe o presume según su prudencia que la acción irá directo a un fracaso casi seguro. La valentía no es temeridad.

El coraje no solamente se da en el aspecto físico, en el logro de metas materiales, sino también existe un coraje moral que implica la valentía en la acción al enfrentar peligros morales, y el coraje espiritual, que es la valentía para defender la Fe Católica y la propia alma intactos ante sus agresores.

ARA-Gral-Belgrano- hundimiento-crimen de guerra

CORAJE FÍSICO, MORAL Y ESPIRITUAL

Un líder militar que sólo posea aptitud física para obtener logros materiales, carecerá de coraje moral y espiritual, y por tanto de ascendiente en sus subordinados, o de confianza en tales aspectos por parte de sus superiores. No logrará ascendiente entre sus subordinados más que entre seres que hayan renunciado a rasgos de humanidad.

Llevar a sus subordinados hacia peligros físicos con una adhesión entusiasta implica infundir en ellos el temple suficiente para ser guiados por principios superiores que ha de saber explicar. Estos principios superiores son de orden espiritual en lo que hace al Catolicismo, y son de orden moral en lo que se refiere al patriotismo, palabra que utilizamos como sinónimo de nacionalismo.

El ser humano, por lógica, tiende a evitar el peligro físico. Ingresar en una guerra significa exponerse en un campo de batalla a ser herido o incluso enfrentarse a la misma muerte, para la cual se debe estar preparado debidamente en el ánimo y en las virtudes, conforme las enseñanzas de la Iglesia Católica.

El verdadero líder no es quien tiene confianza en sí mismo, sino confianza en Dios y en el Evangelio transmitido por la Tradición de la Iglesia Católica. Desde allí sabe reconocerse en sus propias capacidades, limitaciones y sabe además medir los recursos de los cuales dispone. Su humildad no le impide conocer sus potencialidades, tal como la humildad de la Virgen María no le impidió reconocer la importancia de su Misión y conocerse bendita entre todas las mujeres. Efectivamente, es esta confianza la que brinda seguridad a sí mismo y a los demás al momento de adoptar decisiones o de tender hacia los objetivos a pesar de todas las dificultades tácticas que se presenten. Su imagen aparece como sólida y confiable para los demás, para quienes lo siguen, o para quienes contemplan su acción desde fuera.

LEALTAD DEL LÍDER Y LEALTAD AL LÍDER

Existe además la lealtad militar, fruto de pertenecer a un mismo cuerpo como camaradas. Esto implica un repudio a la traición y a la indiferencia. Esta lealtad militar se observa como obediencia responsable a sus superiores, en el trato digno, noble y libre con los de su misma jerarquía, y en la firmeza con Caridad y comprensión al impartir las órdenes a sus subordinados. Esta lealtad militar se retroalimenta y hace reconocer de modo natural al líder como lo que es: el referente del alma de un conjunto de personas que se han planteado objetivos comunes.

Efectivamente, el líder despierta admiración no solamente entre los militares, sino fuera de su estructura jerárquica. La proyección del líder se ofrece a toda la sociedad, y no necesita de medios de comunicación que lo alaben o difamen, sino que su ascendiente supera incluso tales elementos. El líder es independiente de la “opinión pública” y del número de sus seguidores o de la cantidad de personas a su cuidado.

¿El líder nace o se hace? Tal pregunta muchos la formulan. El líder primero debe ser concebido y nacer, a fin de que pueda desenvolverse como persona. Cada persona crece desarrollando ciertas virtudes y condiciones, con una crianza y formación determinadas. Podrían darse casos incluso de personas que hayan sido entrenados para ser líderes, pero al momento de asumir responsabilidades no lo hagan. Por ejemplo, más allá de que se compartan o no las acciones de gobierno a las cuales no hacemos alusión, el Generalísimo Francisco Franco esperaba que su sucesor fuese el Rey de España, que asumiera la responsabilidad de los destinos de España y supiera gobernar como un Rey Católico. Sin embargo, tras la muerte de Franco, el Rey Juan Carlos entregó el país al régimen democrático que en la actualidad ha sumido a tal Nación en un estilo de vida anticatólico y antinatural desde todo punto de vista, llegando él mismo a aprobar leyes antinaturales. Como se percibe: el liderazgo se puede elaborar intelectualmente, pero tiene una faz práctica personal, y quien busca evitar los problemas de asumir la responsabilidad ocasionará problemas un mayores.

El líder tiene ciertas dotes naturales, pero a la vez tiene ciertas dotes adquiridas, a las cuales sabe justipreciar. Un líder deportivo reduce su liderazgo a ese deporte, pero desde sus propias habilidades entrenadas logra una sinergía en el equipo haciendo que rinda en todos los aspectos de sus potencialidades.

EL LÍDER DEPORTIVO

El liderazgo deportivo implica la atención y obediencia a las instrucciones del Director Técnico, el trato de camaradería con el resto de los jugadores mientras rinde al máximo él mismo desde su puesto haciendo rendir a los demás en la misma proporción, y acaba teniendo un carisma para con la hinchada y su público, llegando a trascender no solamente entre los fanáticos de su propio equipo sino entre los integrantes de equipos ajenos. Su fama se expande, y en los encuentros deportivos los equipos contrarios saben a quién deberán marcar con especial atención, e incluso reforzar la marcación, para evitar sus desbordes y que logre marcar los tantos. Los equipos contrarios deben destinar incluso varios jugadores a tal marcación, abriendo flancos a su contrincante. Así es el ascendiente del líder deportivo.

Durante el Mundial 2010 que se desarrolló en Sudáfrica, Diego Armando Maradona fue designado Director Técnico del equipo argentino. El había sido en tu tiempo un líder en el fútbol, pero no fue ni es un modelo como persona a seguir, ya que sumió su vida en la infelicidad que provocan las adicciones, arruinando no sólo su vida sino también la vida de su familia. Fue bueno jugando al fútbol, arruinó su carrera futbolística por las adicciones… y luego lo pusieron a dirigir el equipo de Argentina. Como director técnico fue un fracaso total, y Argentina quedó en el camino. Maradona, como Director Técnico, carecía de estrategia, y se limitaba a entusiasmar el ánimo de los jugadores diciéndoles “ahora vayan y metan goles”. Pretendió que el entusiasmo que lo movía personalmente, que lo hizo descollar de pequeño y que luego durante los gobiernos militares de Argentina lo llevaron al encumbramiento de la fama, desde el Mundial Sub-20 de 1979, era suficiente para que los jugadores vencieran. Como planificador y estratega de los partidos, fue un táctico reducido al voluntarismo de la acción en el momento, como si un partido se redujera a sortear obstáculos para llegar al arco contrario y meter goles con gran facilidad.

La escisión del liderazgo de Maradona como jugador, del Maradona como ejemplo y modelo de vida a seguir, lo descalifica como arquetipo en los aspectos moral y espiritual. La mística del líder es confundida con el voluntarismo, ya que sólo se reduce al aspecto material o al aspecto de la fuerza. Visto así, no se trata más que de un grotesco del liderazgo.

Hay personas que pueden ser buenos “comandos”, pero llevados a cargos estratégicos o de planificación pretenden llevar esa visión “cortoplacista” e inmediata a fines que son de mediano y largo plazo.

Existen incluso instituciones donde se pretende formar líderes. Pero muchas veces los líderes no son los que obtienen un certificado, un mero cartón que les reconoce que han aprobado tales cursos, sino que precisamente es en su personalidad independiente de tal formación, y hasta logra superarla en la faz práctica. No existe un “manual” para el ejercicio del liderazgo.

infante-de-marina-Carlos-H_-Robacio Heroe de Malvinas

LA FUERZA DEL LÍDER

Un líder se reconoce a sí mismo como una persona común y corriente. Fuera del campo de  batalla, del campo de juego o del sitio en que le toca desenvolverse, él es consciente de que otras personas podrían realizar sus mismas actividades si se lo propusieran. Sin embargo, los demás no lo ven así.

En una oportunidad, Carlos Robacio, el contralmirante fallecido que tuviera participación en la Guerra de Malvinas, ofreció una conferencia precisamente sobre el liderazgo militar en la Escuela de Guerra en la que estuve presente. La situación del conflicto bélico ya no estaba presente, y por tanto viviendo en tiempos de paz sus dotes de mando y liderazgo sobre los subordinados ya no se ejercían en la misma medida, puesto que la situación de tensión había cesado. Sin embargo, él se reconocía justamente como un soldado más que cumplía con su deber. Mohamed Alí Seineldín, otro de los fallecidos héroes de Malvinas, a quien también tuve oportunidad de conocer y escuchar, también repetía los mismos conceptos. Lo que para otros sería “todo un mundo”, para ellos era un simple episodio.

El liderazgo es la base sobre la cual se forjan los sabios, los héroes y los santos. Si el líder alcanza semejante Sabiduría, semejante capacidad de donación incluso de la propia vida por causas nobles y justas, y semejante nivel de virtudes espirituales conforme lo enseña la Iglesia Católica, no habrá más que admiración de quienes sepan reconocer tales condiciones, independientemente del número de quienes las reconozcan. Y resulta evidente que ningún santo en los términos que estamos expresando, atentará contra la Sabiduría o contra el heroísmo.

El líder más fuerte es quien está absolutamente convencido y no tiene duda alguna de la Verdad que es transmitida por Tradición por la Iglesia Católica, con una Fe que es “a prueba de balas”, pero que además tiene el arraigo y sabe defender el patriotismo (nacionalismo) guardando el honor personal y defendiendo el honor ajeno, es hombre prudente y justo, y no solamente es íntegro sino que es coherente en lo que cree, lo que piensa, lo que dice y lo que realiza. Todo ello en su conjunto hace a su carácter, a su propia seguridad que transmite en el trato con los demás.

LA MÍSTICA DEL LÍDER

Y abordamos así la cuestión espiritual. El líder en su nivel más elevado, en el que referimos de la santidad por coherencia de vida con la Tradición de la Iglesia Católica, alcanza un nivel místico.

Muchas veces se habla del misticismo del líder, pero se lo confunde con elementos ajenos a la Tradición Católica. El misticismo del cual hablan muchos manuales o cursos de liderazgo, no hace más referencia a una especie de “energía” o de “convencimiento psicológico” de un grupo de personas para alcanzar una meta común, que por lo general es material, pero que incluso puede ser de orden moral, tal como la defensa de la Patria.

La confianza del líder en sí mismo y en sus posibilidades materiales, es mero voluntarismo dañoso, que puede atentar incluso contra las mismas realidades que toca afrontar, no reconociéndolas como tales. El verdadero líder, como hemos expresado, debe tener un don de Sabiduría, y ésta se basa en el Temor de Dios, que es su principio y sin el cual la Sabiduría no se alcanza.

MÍSTICA CATÓLICA

La confianza del líder ha de estar puesta en Dios, conforme lo enseña la Tradición de la Iglesia Católica. Hacia allí se dirigen sus acciones, incluso en la defensa de la Patria. Dios mismo es su límite, a cuya luz busca Justicia y no venganza, absteniéndose de cometer abusos en el ejercicio del mando. La fuerza del líder es la Fuerza de Dios que le ha concedido de modo directo autoridad para disponer de ella conforme a Su Providencia. Es la Parábola de los Talentos, de quien rinde al máximo el máximo de sus talentos y los multiplica ofreciéndolos a Dios, en quien tienen sentido absoluto.

Un líder militar con confianza en sí mismo, en un conflicto cometerá crímenes de guerra, cometerá actos de venganza, se enceguecerá en la acción y buscará aplastar y exterminar a sus enemigos violando incluso sus derechos. El hundimiento del ARA General Belgrano durante la Guerra de Malvinas es una muestra de ello. En cambio un líder militar con la Mística Católica, sólo realizará actos que impliquen daño al enemigo en tanto deba defender a la Patria y en caso de defensa propia, no cometerá abusos de poder ni de autoridad, buscará reducir al enemigo tratándolo con justicia pero jamás con venganza, y todo ello porque sabe que sus actos serán juzgados por un Tribunal que no es humano: serán juzgados por Cristo mismo y el destino de su alma dependerá de la justicia de sus acciones.

Esta mística es la mística católica: la del militar como Caballero Católico que defiende de modo justo y noble causas justas y nobles. Y no hay causa más justa y noble que la de Dios. ¿A qué se debe esto? A que sólo ha de reconocerse un solo liderazgo en el sentido íntegro de la palabra, a quien se debe seguir en todas sus enseñanzas y en toda su vida: Cristo Rey. La mística del verdadero líder no es la de su propio voluntarismo, sino la de Santa Teresa y de San Juan de la Cruz, ya que sus acciones son realizadas por Dios y por la Patria: por Cristo, con Él y en Él.

Mohamed Ali Seineldin en combate