domingo, 17 de abril de 2011

LA SEMANA SANTA ¿SEMANA DE VACACIONES O DE LUTO?

Sentencia de Pilatos

El Jueves Santo, el Viernes Santo y el Sábado Santo forman el Triduo Sacro. Son los días de la Semana Santa, de la semana más importante de la historia de la humanidad. Porque para nada hubiera servido la creación si no hubiera habido la salvación.

Cristo se hizo nuestro Cordero que carga con nuestros pecados. Cristo quiere “morir a fin de satisfacer en nuestro lugar a la justicia de Dios, por su propia muerte”, dice Santo Tomás de Aquino en su “Suma Teológica” (IIIa parte, cuestión 66, 4).

La Semana Santa es la Semana de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.

La Pasión significa los sufrimientos y la muerte de Cristo en la Cruz. Pasión, Redención, Salvación y vida eterna para nosotros están vinculadas. Sin los sufrimientos, la Cruz y la muer­te de Cristo no hay salvación para ti, pecador ingrato.

Cristo acepta ser maltratado, para que tú no lo seas eternamente; Cristo acepta ser flagelado para que tú no seas flagelado por los demonios y el fuego en el infierno.

Cristo acepta gustar la tremenda sed de la crucifixión; acepta gustar la muerte amarga de la Cruz, para que tú no gustes la sed eterna de Felicidad. Cristo acepta ser deshonrado en la Cruz para que tú no seas deshonrado y confundido en el día del Juicio Final.

Y tú, hijo ingrato, ¿qué haces en esos días de la Semana Santa mientras que tu Señor está muriendo en tu lugar para salvarte? ¿Cómo los utilizas? ¿A dónde vas? ¿Por qué los profanas?

Si en esos días tu patrón te dispensa de trabajar porque es Semana Santa, Semana de Luto, Semana de la Muerte del Hijo de Dios; tú deberías saber muy bien que esos días santos no son días de vacaciones, ni de disipación, ni de playa. Son días de penitencia, de oración y de lágri­mas.

El Hijo de Dios hecho hombre está luchando contra el demonio y la justicia divina para librar­te. Sí, para librarte a ti y a tu familia del más grande peligro que pueda existir: el de la perdición eterna. Sábelo, incúlcalo a tus hijos para que sean agradecidos con su Salvador.

La Sangre que borra tus pecados es la de tu Bienhechor: Nuestro Señor Jesucristo. Es Dios mismo Quien te lo dice: “Sin efusión de sangre no hay remisión de pecados” (Hebreos, 9, 22). Ningún hombre puede conseguir por sí mismo el perdón de sus pecados. Debe buscarlo en otra parte: ¿dónde? en la Sangre del Hijo de Dios que murió en la Cruz el Viernes Santo. San Pablo dice: “En Él, por su Sangre tenemos la redención, el perdón de los pecados...” (Efesios, 1, 7).

Sobre todo no digas que no has pecado y no necesitas del perdón. Si lo dijeras, manifestarí­as tu gran ceguedad e ignorancia. “Si decimos: «No tenemos pecado», nos engañamos y la verdad no está en nosotros. Si reconocemos nuestros pecados, fiel y justo es él para perdonarnos los pecados y purificarnos de toda injusticia. Si decimos: «No hemos pecado», lo hacemos men­tiroso y su Palabra no está en nosotros” (I San Juan, 1, 8).

El hombre no puede ofrecer sacrificio propiciatorio por sus pecados. Nuestro Señor Jesucristo se hizo propiciación por nuestros pecados. Él se ofrece el Viernes Santo en Sacrificio propiciatorio por ti. Sólo, mediante la Sangre de Cristo, puedes purificarte, puedes liberarte de las cadenas del pecado y de la "tiranía del demonio.

Y en estos días durante los cuales Cristo está en los tormentos de la Cruz para merecerte la salvación, tú, pecador necesitado, tú te vas a la playa, a pasearte, divertirte, quizás a acumular más pecados a los que ya hayas cometido. ¡Despiértate, hermano mío, despiértate de tu letargo! ¡Sé agradecido con tu Bienhechor!   ¡Actúa como católico verdadero!

Ve al templo a ver y a escuchar lo que en tu lugar está padeciendo Cristo. Has de saber que la ingratitud atrae el castigo de Dios más bien que su misericordia. No seas, pues, ingrato sino agradecido.

La gratitud cristiana consagra el Triduo Santo para conocer más lo que hizo Nuestro Señor Jesucristo por nosotros e impulsarnos a la penitencia, a la sincera conversión y a la enmienda de nuestra vida tibia y mediocre.

El Jueves Santo es el día en que el Señor Jesús antes de ir a su Pasión te dejó el Memorial de su Muerte. Para aplicar los frutos de su Pasión a tu alma, instituyó el Sacramento de su Amor que es la Sagrada Eucaristía y el Sacerdocio para consagrarla. Él dijo: “haced esto en memoria mía”, para recordarnos lo que padeció por puro amor hacia los ingratos que somos; para comu­nicar a nuestras almas la santidad y el remedio contra el pecado mediante la digna recepción de su Cuerpo.

Y  ¡tú irías a divertirle en ese día! No sabes que Cristo dijo: “El que come mi Carne y bebe mi Sangre tiene la Vida Eterna y Yo le resucitaré el último día. Porque mi Carne es verdadera comida y mi Sangre es verdadera bebida. El que come mi Carne y bebe mi Sangre esta en Mí y Yo en él” (San Juan 6, 54-56). Y tú que pretendes ser discípulo de Cristo ¿por qué te privas del Pan celestial que sana, purifica, santifica y pacifica tu alma y tu hogar? Si por tu culpa no apro­vechas del remedio que Cristo te ofrece ¿por qué te quejas de tener problemas en tu vida, fami­lia y trabajo?

El Viernes Santo es para que grites con y en la Iglesia misericordia para ti mismo y para todo el género humano. El Viernes Santo es para que participes en las exequias de Cristo, escuchan­do el Evangelio de la Pasión y las Siete Palabras que son las últimas recomendaciones de Cristo, Nuestro Redentor.

Aprovecha el Viernes Santo para confesar con lágrimas tus iniquidades, lavar tu alma de la lepra del pecado con la Sangre de Cristo, participar en la Pasión de tu Salvador, para tener parte con Él en su victoria.

El Viernes Santo, sufrió Cristo para merecerte el ser librado del pecado que es el más horri­ble cáncer que pueda existir, y del infierno, que es la más grande de las desgracias.

Y tú ¿irías de vacaciones con tantos otros neo-paganos quizás para matarte en el camino de la ingratitud? El Viernes Santo es para que hagas el Vía Crucis, medites lo que padeció por ti tu Señor, para darte cuenta de lo que merece el pecado.

Lee los últimos capítulos de San Mateo, Marcos, Lucas y Juan, o ve la Pasión de Mel Gibson para que te des cuenta del precio que Cristo pagó para librarte del poder del pecado y del demonio y hacerte hijo de Dios. El Viernes Santo es día de ayuno y penitencia, silencio y lágrimas y no día de playa y placeres.

El Sábado Santo es día de Luto. Hombres y mujeres deberían vestirse con ropa de luto para acompañar a la Santísima Madre de los Dolores. El Sábado Santo debería servir para meditar con espanto lo que merece el pecado, porque si al Justo que cargó con nuestros crímenes así se lo castiga, ¿que será del culpable si muere con su pecado?

En resumen, hermano mío, escucha a Dios mismo que dice a cada uno de nosotros: “No tar­des en convertirte al Señor, ni lo difieras de un día para otro; porque de repente sobreviene su ira, y en el día de venganza acabará contigo” (Eclesiástico, 5, 8.).

Aprovecha la Semana Santa para convertirte al Señor, porque la sincera conversión y el ver­dadero arrepentimiento aseguran el Perdón de los pecados; dan la Paz al alma y, al fin, la Vida Eterna.

Tomado del boletín dominical “Fides” Nº 900, año 2010.

Fuente: http://statveritasblog.blogspot.com/2011/04/la-semana-santa-semana-de-vacaciones-o.html

PRESENTARÁN EL MIN, MOVIMIENTO NACIONALISTA ARGENTINO, EL PRÓXIMO 4 DE JUNIO

Peron-Dios-Patria-Hogar

Según trascendidos, acompañados por la marcha compuesta en honor al 4 de junio de 1943, el Movimiento por la Identidad Nacional (MIN) hará su acto de lanzamiento el día 4 de junio de 2011.

Esa fecha conmemora la fundación del Grupo de Oficiales Unidos, del cual participara el Coronel Juan Domingo Perón.

El lugar del lanzamiento será en lugar a confirmar, y pretende constituir un espacio abierto al nacionalismo.

La referida marcha en honor al 4 de Junio tiene la siguiente letra:

Renació la esperanza en los hogares
brilla el sol con más fuerza y esplendor
ondea majestuosa en tierra y mares
la bella y arrogante bicolor

La justicia apoyada en fuerte brazo
une al grande y al pobre en su equidad
cobarde si no habéis de dar el paso
invencible de la argentinidad.

4 de Junio, jornada redentora de la Patria
el civil de bien y el soldado leal
guardan tu gloria inmortal...
4 de Junio, olímpico episodio de la historia
triunfa la razón, grite el corazón:
¡ honradez, libertad y honor!

HUMOR: LA PROPINA

cristina en cana

Un niño necesitaba $ 100, y rezaba todos los días para que alguien se los regalara.

Un día decidió escribir una CARTA A DIOS pidiendo los $ 100 y la mandó por el correo correo.

Cuando el Jefe de Correos vio a quién estaba dirigida la carta, determinó despacharla a la Casa Rosada, a la Presidente Cristina Fernández, ya que estaba cerca palacio de gobierno.

La carta fue recibida por Hebe de Bonafini, Aníbal Fernández y Amado Boudou que se encontraban en la entrada (pollos gordos), y fueron ellos quienes se la entregaron a la Presidente. Al recibirla, Cristina quedó gratamente impresionada de tan solo leer las primeras líneas (Dios Todo poderoso, dueño de Argentina y del universo, Vos que sos Todopoderoso, etc. etc...) e instruyó a su secretaria para enviar de inmediato al niño $ 10, pensando que para un pequeño esa cifra debía significar una gran cantidad.

El niño, feliz con los $ 10, se sentó rápidamente a escribir una carta de agradecimiento a Dios que decía:

"Oh Dios Todopoderoso, dueño del universo, Gracias querido Dios, por mandar el dinero a un niño tan necesitado como yo. Sin embargo, por alguna razón que no me explico, lo mandaste a través de la Casa Rosada, y como era de esperar, estos corruptos con cara de piedra... se robaron $ 90; seguro que pensaron que era parte de su comisión. Ni la correspondencia de Dios respetan estos ladrones... Al final, lo leí en una Revista Cabildo, y tiene razón: son todos unos chorros hijos de…”