sábado, 24 de septiembre de 2011

LA BATALLA DE LA PATRIA

Tucuman en su grandeza, 
fue la barrera sagrada, 
que en aquella alborada, 
detuvo al godo invasor 
y dio a la Patria naciente 
el derecho a su fulgor
Por Tcnl. José Javier de la Cuesta Ávila (LMGSM 1 CMN 73 VGB)

El 24 de septiembre de 1812 en el Campo de las Carreras, en la solariega ciudad de San Miguel del Tucumán, las armas del Ejército del Norte enfrentaron y vencieron a las aguerridas fuerzas hispánicas, en el combate que merece ser llamado la BATALLA DE LA PATRIA.

El año próximo 2012, se cumplirán 200 años de aquél momento, en el que una ciudad que amaba la libertad, fue la barrera sagrada que detuvo, para siempre, el avance de las legiones que buscaban restaurar en plenitud el dominio español sobre estas tierras. Los soldados de Belgrano, veniancubriendo las retaguardias de los sacrificados jujeños que dejaban arrasada su ciudad y marchaban escapando de los comandados por Pio Tristán. Cuando llegaron a Tucumán, sus pobladores lograron que el patriota general los escuchara y dejara de cumplir lo que le ordenaba Buenos Aires y, por qué no decirlo, lo aconsejaba la prudencia ante un enemigo claramente superior.

Mientras redoblaban los tambores, los tucumanos "bajaban" de los cerros las peonadas, que eran gauchos criollos, que poco sabían lo que pasaba, pero sentían que su deber estaba junto con aquellos que les daban vida y acción. Belgrano esperaba atraer a los españoles a la ciudad, donde sus habitantes emularían a los porteños de 1807, pero, también ocultaba en los pajonales, a esos soldados improvisados, que solo tenían en su mano facones y montaban sus caballos cubiertos con los cueros de los "guardamontes". Cuando la línea de ataque realista se quebró por la hondonada que bordeba el poblado, se desató la furia del gauchaje que cayó como hordas incontenibles, arrasando a su paso todo y dejando un tendal de muertos . El general patriota supo que el triunfo estaba de su lado cuando el campo de combate fue abandonado por los españoles dejando en el mismo cadáveres sangrantes y armas de todo tipo.

El exito parecía tan irreal que, en el corazón del prócer, surgió la idea que había sido obra divina, y que ello estaba originado en la Virgen tucumana que, ese día celebraba sus fiestas y por eso, dedicó el triunfo a la Virgen de la Merced, entregándole su bastón de mando y honrándola como Patrona de su Ejército. La Patria estaba salvada, ya que este triunfo fue coronado el 20 de Febrero siguiente en Salta y luego mantenido en los tiempos por el coraje de aquellos que siguieron al inmortal valor de Güemes.

Así, con sangre y coraje, con decisión y empuje, nacía a la faz de la tierra, lo que al correr de las décadas, sería nuestra Nación. VIVA LA PATRIA....!!!!!

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