sábado, 26 de marzo de 2011

BERGOGLIO LLAMÓ A CUIDAR LA VIDA Y CONTRA “LA SOMNOLENCIA DE LOS BUENOS” CITANDO AL PAPA PÍO XI EN EL VIII ROSARIO POR LA VIDA

Misa Bergoglio

En la foto: Feligreses durante el Rosario. La Catedral estuvo llena y desbordada de creyentes y militantes provida (foto de Página 12)

El día 25 de marzo de 2011 fue convocada la feligresía para rezar el Rosario por la Vida a las 18 horas, pero a último momento decidieron los organizadores dar comienzo con la Misa, seguir con el Rosario por la Vida, y culminar con la Exposición del Santísimo.

El Ave María del Mesías de Haendel, entonado por el afinado coro el Coro Regina Coeli y la soprano Adriana Bustos, dio inicio de la Misa rezada en el día de la Anunciación. La información brindada por Página 12 resulta falsa cuando afirma que los concurrentes eran “una feligresía nutrida en su abrumadora mayoría por monjas y señoras mayores”, puesto que la mayoría de los presentes eran jóvenes, incluyendo también algunas monjas y personas de todas las edades. Las monjas presentes fueron muy minoritarias. Sucede que la mayoría de los jóvenes son provida, y de ahí la repercusión de la convocatoria. Adolescentes y jóvenes eran los mayoritarios, que son mencionados en la nota de dicho medio izquierdista.

"No nos damos cuenta de la fragilidad de la vida, de los peligros que tiene que atravesar. ¿Sabemos acompañar la vida? De los chicos que son nuestros y los que no lo son. ¿Los chicos de nadie me preocupan o me preocupa más cuidar a mi mascota?", dijo el Cardenal.

Bergoglio se refirió a “la cultura de la muerte” y previniendo a los fieles: “¿Tenés coraje o estás somnoliento? ¿Qué te anestesia? (La Virgen) María no tenía anestesia alguna. Tenés que sacudirte esta anestesia que nos presenta esta civilización decadente” que “tiene los valores trastocados”.

Al finalizar la Misa, entre la Catedral y la Plaza de Mayo, se registraron escenas confusas entre unas 10 mujeres abortistas que tenían un cartel identificándose como “las rojas” y “algunos jóvenes que vivaban a Cristo Rey. La gresca duró poco, pero alcanzó para exaltar a los muchachos que, al retirarse hacia la escalinata del templo, señalaban con desconfianza, ante la policía, a los periodistas presentes allí”, informa Página 12, que continúa afirmando en la nota: “Luego de disculparse, algunos explicaron que su inquietud obedecía a la “provocación” de esos grupos alineados con “organizaciones internacionales a favor del aborto, como la OMS, la ONU, esa mierda. Todos sabemos que el mejor anticonceptivo es una aspirina entre las piernas”.” Suponemos que estarían refiriéndose a la castidad de un modo gráfico e indirecto, ya que el referido medio no lo aclara.

Dice la periodista de Página 12 que “Bergoglio definió como “santuario” el “seno de María”, quien “acompañó a la vida que acababa de concebir” y que, “esperó como toda madre espera a un hijo, con mucha ilusión”. Jesús, aseguró, “nació sin ninguna comodidad, en situación de calle. No había lugar para él, y ello acompañó”. También, siguió, lo hizo “en su soledad, esa noche que lo torturaron toda la noche (antes de la crucifixión). Acompañó la vida de su hijo y su muerte”. Esa, redondeó, es “María, la mujer que recibe y acompaña la vida hasta el final, con todos los problemas que se puedan presentar”. Tras unas preguntas retóricas acerca del cuidado por los ancianos y la unión familiar, Bergoglio definió: “Si no amamos, caemos en el egoísmo y uno se enrosca en sí mismo. En acariciarse a sí mismo”.”

 

Bergoglio llamó a cuidar la vida desde el principio y a amar sin anestesias

Buenos Aires, MAR 25 (AICA):

El arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Jorge Mario Bergoglio, consideró que en el Año de la Vida los cristianos deben preguntarse “cómo recibimos la vida, cómo la acompañamos, porque a veces no nos damos cuenta de lo que es la fragilidad de una vida”.

     “Quizá no caigamos en la cuenta de los peligros que la vida de una persona desde niño, desde su concepción hasta su muerte, tiene que atravesar entonces la pregunta que yo quisiera hacerles hoy, mirando a María que acompaña la vida, es: ¿Sabemos acompañar la vida? La vida de nuestros chicos, de nuestros hijos y de los que no los son. ¿Sabemos ponerle a los chicos alicientes en su crecimiento? ¿Sabemos ponerles límites a su educación? ¿Y los chicos que no son nuestros, aquellos que –y perdonen la expresión- parecen los ‘chicos de nadie’ me preocupan a mi también?”, interpeló en la misa que precedió el Rosario por la Vida en la catedral metropolitana.

     Ante un templo colmado de fieles, sobre todo familias, el purpurado porteño recordó que “en este Año de la Vida, el Papa quiere que veamos todo el curso de la vida, en cada paso esta María aquí. La que cuidó la vida desde el principio y la sigue cuidando en nosotros como Iglesia que está caminando. Lo peor que nos puede pasar es que carezcamos de amor para cuidar la vida y María es la mujer del amor. Si no hay amor no hay lugar para la vida”.

     “Sin amor hay egoísmo y uno se enrosca para acariciarse a sí mismo. Amor le pedimos hoy a María para cuidar la vida. Amor y coraje. Alguno me podrá decir: ‘Pero Padre, en esta civilización mundial que parece apocalíptica, ¿cómo podremos llevar el amor en medio de tantas contradicciones y cuidar la vida hasta sus últimas consecuencias? El gran papa Pío XI dijo una frase muy dura: ‘Lo peor que nos pasa no son los factores negativos de la civilización sino lo peor que nos pasa es la somnolencia de los buenos’”.

     Por último, el cardenal Bergoglio interrogó: “¿Tenés coraje para asumir este camino que asumió María de cuidar la vida desde el principio hasta el final? O ¿O estás somnoliento? Y si lo estás. ¿Qué es lo que te anestesia? Porque María no conocía anestesias al amor. Y hoy le pedimos a ella: ‘Madre, que amemos en serio, que no seamos somnolientos, y que no nos refugiemos en las mil y una anestesia que nos presenta esta civilización decadente’”.

     Tras la celebración eucarística, se rezó un “Rosario por la vida”. Esta oración comenzó a rezarse el 25 de marzo de 2004 por iniciativa de un grupo de mujeres. La fecha se eligió en coincidencia con la fiesta religiosa de la Anunciación a María Virgen. La Iglesia recuerda esta jornada la presentación de la encíclica “El Evangelio de la Vida”, de Juan Pablo II (1995), y en el país, la fecha fue elegida desde 1998 como Día del Niño por Nacer.

    El primero “Rosario por la vida” tuvo lugar en la plaza Pizzurno, frente al Ministerio de Educación, luego continuó en la parroquia Nuestra Señora del Pilar, del barrio porteño de Recoleta, y con el tiempo, la devoción mariana se extendió a otras diócesis para pedir el respeto de la vida naciente.

   Los fieles que participaron de la misa y la oración en el templo porteño llevaron leche en polvo para bebés, que será donada a los hogares de madres solteras “Amparo Maternal” y “Nuestra Señora de Nazaret”.

Año de la Vida

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