martes, 24 de agosto de 2010

MANIFESTACIÓN PROVIDA MIERCOLES 25/8/10 A LAS 18.30 HS ANTE EL CONGRESO DE LA NACIÓN

Yo_soy_PRO-VIDA.jpg

 

Marcha de los Escarpines

Miércoles 25 de Agosto · 18:30 - 20:30

Congreso de la Nación

 

Si querés hacer algo bueno y darte cuenta que no sos el único, venite a las 18:45 hs a la Marcha de los Escarpines frente a las puertas del Congreso de la Nación (Callao y Rivadavia), CABA.
La Marcha de los Escarpines se hace el último miércoles de cada mes desde el 2006. Te invitamos a ser tu también “Voz de quienes no tienen Voz”.

La Vida importa a la Familia SIEMPRE
Adhesiones: fampaz@fibertel.com.ar ; marchadelosescarpines@hotmail.com

Grupo del Facebook: http://www.facebook.com/group.php?gid=27885801646
Evento del Facebook: http://www.facebook.com/event.php?eid=134073376628489

Algunos rezaremos el rosario, pero la marcha es abierta para todo el mundo ya que con tu sola presencia podrás representar a miles y miles de personas que les gustaría haber estado ahí y no pudieron.
Esta vez es más importante porque el Ministerio de Salud de la Nación emitió un protocolo de interrupción de embarazos que obliga los hospitales a abortar a todos los bebes cuyas madres juren que fueron violadas. Esto es legalizar el aborto de hecho y por una vía administrativa.
Te esperamos.

LOS “DERECHOS HUMANOS” NO SON SÓLO DE LOS DIARIOS

image

Por Cosme Beccar Varela

e-mail: correo@labotellaalmar.com

Buenos Aires, 24 de Agosto del año 2010 - 994

 

La tiranía ha iniciado otro de sus audaces golpes para asumir la totalidad del poder. Se propone apoderarse de la empresa “Papel Prensa” la mayoría de cuyas acciones pertenecen a los diarios “La Nación” y “Clarín”.
En una impresionante protesta de primera página ambos diarios, con idéntico texto, denuncian que "controlar el papel es controlar la información"
Lo que no dice la denuncia es que controlar el diario es controlar la información y ese control ya lo tienen los dueños de ambos matutinos hace rato. Y lo curioso es que, aunque no sea directamente el gobierno el que los controle, los dos sirven a los fines políticos del oficialismo.
Los redactores de los diarios, con la complacencia de sus directivos, son los que hacen y deshacen reputaciones, mienten, silencian, instalan “slogans”, avalan injusticias, y silencian lo que no coincide con su ideología o con su calaña. En ambas se asemejan a la tiranía.
La maniobra “Papel Prensa” parece ser, por lo tanto, superflua. No creo que sea necesario quedarse con “Papel Prensa” para que los diarios sean todavía más oficialistas de lo que ya son.  
Tal vez alguien objete que Kirchner considera a “Clarín” y a “La Nación” como opositores y que las denuncias de algunos de los innumerables peculados cometidos desde el poder, molestan al gobierno. Se trataría de acabar con esas denuncias.
No lo creo. Cualquiera puede ver que esas denuncias no tienen ningún efecto. La opinión pública está siendo acostumbrada a considerar la corrupción como un fenómeno natural de la política y no reacciona en absoluto.. Mientras tanto los jueces, con Oyarbide a la cabeza, se ocupan de apagar todos los fuegos, excepto en el caso de algún “chivo emisario” como Jaime que bien puede salir airoso, a pesar de todo.
* * *  
"En los últimos días –sigue diciendo la denuncia-, esta intención de avasallar el derecho de la sociedad a la libre elección y expresión se reveló de manera muy clara con la cancelación de la licencia de un proveedor de Internet."  
Ese “derecho” de la ciudadanía, a los diarios les importa muy poco. Nunca lo han reivindicado efectivamente. Pretenden que se identifica con la "libertad de prensa" que los favorece sólo a ellos, es decir, a sus redactores, casi todos pertenecientes a una ideología de izquierda o de un centro colaboracionista con la izquierda, o con el peronismo (lacayo ladrón de la izquierda).
¿Acaso el "derecho de la sociedad a la libre elección y expresión" fue tenido en cuenta –por ejemplo-  cuando durante siete años "La Nación" publicó una serie de entrevistas  en su sección "Intelectuales" eligiendo sólo a los de izquierda y a los enemigos del catolicismo, con algún centrista políticamente inofensivo como relleno?
Para colmo, en su edición del 18/8/2010, al dar por terminada esa sección "La Nación" dedicó una página entera a exaltar a sus quinientos cincuenta entrevistados en siete años designándolos como "los intelectuales de siempre" (podría haber agregado: “y para sempre”). No hay ni un solo intelectual católico tradicionalista, ni siquiera un "derechista" del nacionalismo, ni un pensador independiente de los clichés que la izquierda acuña, mal denominados "politically correct".
¿No sospecha "La Nación" que al actuar con esa unilateralidad férrea ha contrariado el "derecho de la sociedad a la libre elección y expresión" ? ¿Supone "La Nación" que el 99% de los argentinos está expresado por sus "intelectuales de siempre" que son un 99% de izquierda?
Es obvio que el diario sabe que no es así, pero su sectarismo ideológico le hace actuar de esa manera con total desprecio del "derecho de la sociedad a la libre elección y expresión".
¿Sólo ahora que la tiranía ha decidido cancelar la licencia de Fibertel y amenazar su cuota de papel se acuerda de que ese derecho existe? Sin embargo, ni aún ahora reconoce que el diario mismo lo ha violado sistemáticamente en todo momento.
* * *
Se indigna por que el matón Guillermo Moreno, Secretario de Comercio, pretende "arrogarse facultades judiciales y liderar una falsa investigación sobre la historia de la compañía ("Papel Prensa") buscando convertirla en un caso de derechos humanos, algo que le fue ordenado desde lo alto del poder y que resulta inconcebible hasta en las especulaciones más maquiavélicas. Para eso viene distorsionando con alevosía hechos históricos, manipulando dolosamente personas y situaciones, reclutando aliados de sugestiva plasticidad y reescribiendo la historia, en lo que constituye una de las prácticas más deleznables del kirchnerismo".
El matón Moreno no es el único que revista en las filas del poder. Los hay en el Ejecutivo, en el Judicial y en el Legislativo y todos ellos usan el que tienen, desde que Kirchner usurpó la presidencia, para destruir las Instituciones, en especial las FFAA y de Seguridad.
Los matones que actúan como jueces de los tribunales prevaricadores que fingen juzgar a los militares y policías acusados de haber violado los derechos humanos durante el combate contra la guerrilla en los años 70, son una de las más repulsivas formas de matonismo y se cometen todos los días sin que "La Nación" haya protestado ni una sola vez contra esa horrenda profanación de la Justicia.
Testigos parciales, que pertenecieron a grupos terroristas o que son notoriamente de izquierda y solidarios con aquellos, son admitidos como testigos en esas parodias de juicio y en base a esos testimonios, en audiencias calentadas por "linchadores" envenenados, se dictan sentencias feroces contra acusados ya juzgados y sobreseídos o indultados hace decenas de años, por delitos archi-prescriptos de cuya autoría no tienen otra prueba que la señalada, o sea, ninguna.  
No sólo eso. "La Nación" jamás se refiere a esos militares sino como "genocidas" o "represores" y jamás ha defendido el elemental derecho que tienen casi todos ellos a no ser enjaulados en cárceles comunes sino en sus domicilios, si es que existiera algún fundamento para semejantes acusaciones.
¿No es esto una forma de  "manipular dolosamente personas y situaciones, reclutando aliados de sugestiva plasticidad y reescribiendo la historia, en lo que constituye una de las prácticas más deleznables del kirchnerismo"? ¿No es mucho peor perder la libertad y la vida (ya hay 107 muertos por homicidio entre esos secuestrados de la tiranía, cometidos por malos tratos y vejaciones) y sin embargo "La Nación" no ha dicho una palabra sobre esa enormidad que es mil veces peor que perder la propiedad de una empresa papelera, sin dejar de tachar esta confiscación como injusta?
¿Qué dicen “La Nación” y “Clarín” sobre su propia y “sugestiva plasticidad” al consentir esas monstruosidades?
Yo estoy dispuesto a defender el derecho de "La Nación" y "Clarin" contra la tiranía confiscatoria, en cambio, ninguno de los dos diarios está dispuesto a defender los derechos humanos de los secuestrados ni de los 40.000.000 de argentinos sometidos a una tiranía de inspiración marxista que avanza inexorablemente hasta la dominación total del país y la negación de todos los derechos.
Por el contrario, aunque en sus editoriales algunas veces ataquen una que otra arbitrariedad de las muchas que comete el gobierno, en sus notas "informativas" lo favorecen en aquello que más solidez política le puede dar: su pretendido éxito económico.
Véase, por ejemplo, la primera página de la edición del 17/8/2010 de “La Nación” con el siguiente gran título: "EL PAÍS VOLVERÍA EN UN MES A LOS MERCADOS INTERNACIONALES".
"Volvería", es un verbo hipotético que no quiere decir nada, pero crea la impresión en la mente del crédulo lector del diario, que el gobierno es confiable y que la economía está sana y prosperando. Falsas las dos cosas y el diario lo sabe. Sin embargo, le presta a la tiranía esa ayuda inestimable.
* * *
"La empresa (“Papel Prensa”) nació en 1972 de la mano de Editorial Abril, de César Civita -sigue diciendo el texto- luego fue adquirida por el grupo Graiver y en 1976, cuando éste último atravesaba graves problemas financieros con la quiebra de dos de sus Bancos en el exterior, fue ofrecida por dos de sus dueños a Fapel, sociedad constituida por los diarios “La Nacion”, “Clarin” y “La Razón”…La compraventa  se llevó a cabo el 2 de noviembre de 1976.."
"Qui s"excuse, s"accuse", dicen los franceses. La excusa de "La Nación" y de "Clarin" no puede haber sido más torpe.
Lo que pasa es que cuentan con la poca memoria de los argentinos y con la ignorancia de los más jóvenes. Ocurre que Graiver era el "banquero" de los montoneros que el 19 de Septiembre de 1974 habían secuestrado a los hermanos Born, dueños de Bunge y Born, y habían cobrado un rescate de u$s60.000.000 (equivalentes a unos u$s150.000.000 de hoy), el mayor de toda la historia de los secuestros.
Esa plata la debía "colocar" Graiver. "Papel Prensa" fue iniciada por Civita en 1972 . Supongamos que Civita hubiera sido amenazado por los montoneros para vender a Graiver la empresa y que éste la hubiera comprado con parte de aquel enorme rescate. Supongamos todavía que cuando los militares tomaron el poder (en un operativo que siempre consideré ilegítimo, artificial y tortuoso) es posible que uno de sus objetivos fuera asegurarse el apoyo de la prensa. ¿Qué mejor medio que darles “Papel Prensa” que, de todas maneras, no era de Graiver sino de los montoneros autores del secuestro extorsivo?
No digo que eso ocurrió, digo que la excusa imprudente de "La Nación", al remover viejas cosas, levantó la duda en mi cabeza. La defensa ha sido muy poco hábil y tan poco hábil que, dados los antecedentes "colaboracionistas" de esos diarios con la tirania es hasta probable que le hayan servido a ésta el argumento en bandeja para dejarle abiertamente la llave de la prensa.
Uno de los métodos de los soviéticos para eliminar camaradas ya inservibles o molestos era obligarlos (mediante extorsiones u otras amenazas) a confesarse culpables de delitos que no habían cometido o que habían cometido con la complicidad de sus acusadores. Así se simplificaban enormemente las condenas.
* * *
El artículo termina diciendo: "Es de esperar que la manipulación de los derechos humanos, la mentira lisa y llana y la persecución de raigambre autoritaria encuentren rápidamente un freno decidido en las instituciones de la democracia".
Una de esas instituciones es la prensa y, ¿qué freno ha encontrado esa " persecución de raigambre autoritaria" en "La Nación" y en "Clarin"?. Ninguno. Ellos, como dije más arriba, han sido colaboradores incondicionales de la más repugnante persecución contra ancianos militares y de la destrucción de las FFAA, contribuyendo con miles de palabras impresas a crear la leyenda del horror militar en ancas del cual cabalga la más audaz intentona del marxismo internacional para apoderarse de nuestra Patria.
Dios quiera que esos diarios se salven de este ataque contra “Papel Prensa”, siempre que sea para cambiar de rumbo y cesar en su solapada colaboración con la tiranía y en la apertura de sus paginas al pensamiento verdaderamente patriótico y afín a las tradiciones de la Patria, cristianas y respetuosas del Derecho, teniendo en mira la derrota de los tiranos.
Los “derechos humanos” no son sólo de los diarios sino de todos los argentinos, especialmente de aquellos a quienes hoy les son perversamente negados sin que a los diarios parezca importarles un bledo.

EL VASCO RAÚL DE SAGASTIZÁBAL HIZO CAMPAÑA POLÍTICA EN CORRIENTES

image

En la foto: El Vasco Raúl de Sagastizabal con Veteranos de la Provincia de Corrientes movilizados al Teatro de Operaciones Atlántico Sur durante la Guerra de Malvinas

 

El ex Prefecto Raúl de Sagastizabal estuvo en la Ciudad de Corrientes donde el martes 17 brindó una conferencia en el Sindicato de Madereros, en la que expuso sobre “Inseguridad e indefensión nacional, reforma política y participación ciudadana”, invitado por el “Centro Educativo de Política Estratégica Iberoamérica”, que preside el Suboficial de Prefectura José Luis González.

En su introducción se refirió al General José de San Martín destacando “su honradez, su visión política y su sensibilidad social”, y entrando en los temas previstos para el evento, cuestionó las políticas de defensa implementadas desde el retorno de la democracia explicando que “la derrota militar en Malvinas marcó el inicio del estado de indefensión en que se encuentra hoy la Argentina”, y responsabilizó al poder político por “el desmantelamiento de nuestro desarrollo científico, tecnológico e industrial que giraba en torno a la defensa nacional”, y por el estado de indefensión en que nos encontramos.

Agregó que “tenemos un país dotado de innumerables recursos naturales vitales para la subsistencia del ser humano, con un extenso territorio para albergar y dar de comer a más de 200 ó 300 millones de habitantes y apenas llegamos a 40 millones, y no contamos con fuerzas armadas en capacidad de disuadir a cualquier potencia extranjera que apetezca nuestras riquezas naturales, y mucho menos en capacidad de defender nuestra soberanía”, y destacó que “todos nuestros vecinos compran cada día más armamento” y que “Argentina es hoy el país más indefenso del continente”.

Pasando al tema de la seguridad ciudadana se refirió a las Fuerzas de Seguridad y dijo que “se ha desnaturalizado las funciones de Prefectura Naval y Gendarmería Nacional, y es por eso que hoy encontramos patrulleros de Gendarmería controlando las autopistas privatizadas, y a la Prefectura patrullando las villas de emergencia en San Isidro”. Y refiriéndose a la Policía de Buenos Aires dijo que “las sometieron a innumerables purgas en las que generalmente pagaron buenos por pecadores, se les quitó todo poder de policía y la delincuencia tiene hoy más derechos que los servidores de la ley”.

Comentó que “en estos días han sido asesinados cinco policías en menos de una semana, y que año tras años la cantidad de policías muertos a manos de la delincuencia y el crimen organizado se cuenta por centenares” a los que calificó de “decentes servidores públicos que no dudaron en ofrendar lo más valioso que tiene el ser humano que es la vida, por servir y proteger a sus conciudadanos”

En otro pasaje criticó la actuación de jueces y fiscales diciendo que “no hay seguridad en las calles pero tampoco en los hogares porque todos los días vemos noticias de asaltos a casas de familias y de toma de rehenes, y también vemos como fiscales y jueces se preocupan más por garantizar derechos de los malvivientes que por la seguridad e integridad de quienes resultan víctimas de esos delincuentes que no dudan en aplicarnos la pena de muerte”. Y sostuvo que eso ocurre porque “no existen en nuestro país políticas de estado para combatir la delincuencia y garantizar la seguridad y el bienestar de la gente”.

Puso de ejemplo la Provincia de Buenos Aires y aseveró que el gobernador “Scioli y sus colaboradores no tienen la menor idea de cómo resolver este problema, son tan improvisados en este tema como lo son en las demás cosas del gobierno, pero en estas cuestiones de seguridad es más grave porque la incompetencia de nuestros gobernantes se traduce en vidas que se pierden”. Y agregó “he visto a Scioli en televisión contando su viaje a Colombia, donde descubrió que para combatir a los que aquí llamamos motochorros, el gobierno colombiano había implementado el uso obligatorio de chalecos en los que estaba estampado el número de patente de la moto, al igual que en el casco, y entonces Scioli anunció que lo pondría en práctica de inmediato para combatir la delincuencia en el conurbano bonaerense, pero todavía lo estamos esperando”.

Concluyó el tema explicando “que combatir la delincuencia no es tarea fácil y mucho menos para improvisados, pero alguien algún día va a tener que asumir esta responsabilidad que conlleva instrumentar y aplicar una adecuada Política de Estado en materia de seguridad ciudadana, que involucra integrar al Poder Legislativo, que debe revisar los códigos y crear la legislación que se requiera tanto en materia de represión de ilícitos como en materia de régimen carcelario; el Poder Judicial, que es quien debe aplicar las leyes; las Fuerzas de Seguridad y de Policía que son quienes tienen la obligación de hacer respetar y cumplir las leyes en las calles, los Servicios Penitenciarios que tiene a su cargo la custodia de procesados y condenados”, agregando que “delinear esta política, instrumentarla y aplicarla sólo requiere de voluntad política del Ejecutivo nacional y de los distintos ejecutivos provinciales”.

En el tramo final de su exposición de Sagastizabal habló sobre la necesidad de una reforma política “porque está visto que con esta democracia no se come, se educa y se cura, porque en Argentina el resultado de 25 años de democracia es devastador: 30% de los argentinos no tienen trabajo, 15% son pobres y hay 4 millones de compatriotas indigentes; no hay seguridad, ni salud o educación pública, ni transporte decente y todos los días un compatriota muere a manos de la delincuencia”. Y enfatizó que “esta tragedia es responsabilidad de toda la clase política, oficialista y opositora, que derrocha energías en una eterna pelea por el poder, por el recambio político, en lugar de ocuparse de los problemas estructurales del país y de la gente”. Sostuvo que sin cambios no hay certeza de que alguna vez alguien se ocupe de estos temas. “Hoy, sin ir más lejos, tenemos una larga lista de candidatos para el año próximo y no tenemos idea de que harán si ganan, solo sabemos que quieren ganar”.

Finalmente resaltó que “es imprescindible contar con un Poder Judicial auténticamente independiente, dotado de jueces que hagan del ejercicio de la justicia un culto a la honradez y al respeto de la Constitución y las leyes. Resulta imperioso refundar el poder judicial como el poder político más fuerte de la Nación, y crear la carrera judicial para que los jueces no puedan ser manipulados por el poder y los amigos del poder”, y puso como ejemplo a Uruguay en donde existe desde hace muchos años la carrera judicial.

Al término de la conferencia los asistentes, notablemente motivados, aplaudieron de pie y la reunión se prolongó por casi una hora debido al intercambio de opiniones y abrazos con el Vasco de Sagastizabal, quien vivió un momento muy emotivo al reencontrarse con compañeros de promoción y con ex Suboficiales de la Agrupación Albatros.

LA VENTA DE LAS ACCIONES DE PAPEL PRENSA SEGÚN CAMPS

image

Por Carlos Tórtora

Fuente: El Informador Público

El general Ramón Camps condujo la investigación del caso Graiver como Jefe de Policía de la Provincia de Buenos Aires. Su versión del tema la volcó en el libro “El poder en la sombra”. En relación al punto crítico de la actual ofensiva del gobierno contra Clarín y La Nación, Camps describe que la venta se aceleró ante la investigación que el gobierno estaba realizando sobre el patrimonio de Graiver. Es decir, que Lidia Papaleo vendió -sin coacción alguna- para evitar que sus empresas fueran intervenidas por los militares, ante la evidencia de que eran en parte el producto del lavado de los fondos de Montoneros. Éstas son algunas partes claves del testimonio de Camps.

La fortuna de Graiver

“La investigación que inicié en 1977 descubrió que los terroristas Montoneros habían entregado a Graiver 17 millones de dólares para que los trabajase. Este capital negro aumentó enormemente las posibilidades de maniobrar en el mercado financiero. Por esta “atención”, Graiver pagaba mensualmente U$S 133.000, que la organización gastaba en armas, explosivos, sobornos y viajes al exterior para recibir instrucciones e informar a sus dirigentes sobre el desarrollo de la guerra. Parte de los fondos provenían de los incontables secuestros extorsivos que habían perpetrado hasta entonces”.

Las confesiones de Lidia Papaleo

“Quizá haya algo de verdad cuando Lidia me dijo que no sabía nada de la relación entre Graiver y Montoneros hasta después de la muerte de David, pero también es cierto que jamás se le pasó por la cabeza ponerse bajo la protección de las autoridades legales, sino que siguió manejando las cosas por su cuenta: la relación con los subversivos fue una herencia que aceptó íntegramente”.

La venta de las acciones

“En mayo de 1976 reaparece en escena Francisco Manrique, que venía de los EEUU, donde había conversado con Graiver y le dijo que éste tenía una propuesta importante. Graiver se había comunicado con Miguel de Anchorena dos meses antes, exactamente el 24 de marzo y desde los EEUU le preguntó telefónicamente y muy preocupado “si era verdad que se había ido el Ministro de Economía”. Los que se van son todos, contestó Anchorena. Graiver aprovechó la oportunidad para ofrecerle un cargo de director de banco, pero recibió una negativa. David insistió con otra llamada y después con una carta. Gracias a la intervención de Manrique, de quien Anchorena es muy amigo, éste aceptó la propuesta y Silvia Fanjul le informó superficialmente sobre las empresas que componían el holding. Después los acontecimientos se precipitan: en una nueva llamada, Silvia Fanjul le avisa que al Banco Comercial ha llegado una inspección de la Comisión Nacional Investigadora y otra del Banco Central. También se estaba tramitando un proceso que la Asociación Bancaria había iniciado en un juzgado de instrucción reclamando la inversión de fondos que había hecho en el Banco Comercial de La Plata. Con semejantes novedades, Anchorena desistió de los planes de jerarquizar los directorios. Después del accidente aéreo, el Dr. Rubinstein le propuso que se hiciera cargo de la sucesión. Anchorena aceptó y nos contó cómo estaba llevando el asunto. Había hecho tres ventas importantes. Una de acciones de Galería Da Vinci a los diarios La Nación, La Razón y Clarín por ocho millones trescientos mil dólares, operación mediante la cual los diarios citados tomaban el control de Papel Prensa. La venta requería la aprobación del gobierno nacional, el representante de menores (por haber menores de edad con derechos sucesorios) y el juez. También había tratos para vender el Banco de Hurlinghan en tres millones de dólares, previa autorización del Banco Central y del juez. En cambio, Anchorena no participó en la venta de acciones del Banco Comercial de La Plata, porque cuando se realizó la operación él se había tomado unas vacaciones, pero creía que de todas maneras el precio del banco había quedado “terriblemente bajo” por las intervenciones y los rumores que corrían.”

“Según sus palabras, los conocimientos que tenía sobre el patrimonio de los Graiver eran bastante vagos para un abogado que está tramitando la sucesión de ese patrimonio. Jamás había sabido que podían pertenecer al grupo las empresas Ultima Hora, La Opinión, Diario de la Tarde, Criagro, Kerik Publicitaria y varias más. Nunca había oído una palabra de las inversiones en el exterior, salvo una en Brasil, otra en Paraguay (la compra de un campo) y un grupo internacional de bancos. De todo lo demás no sabía nada”.

  

LAS MIL CARAS DE DAVID GRAIVER, EX DUEÑO DE PAPEL PRENSA Y BANQUERO DE MONTONEROS

Fuente: Urgente24

image

Restaurada la democracia, en 1983, el gobierno de Raúl Alfonsín indemnizó a los herederos de David Graiver con US$ 84 millones y la devolución de 40 inmuebles, en calidad de compensación por los daños y perjuicios ocasionados durante el régimen militar. Así se terminaron los reclamos judiciales por la usurpación de sus bienes. El monto fue concertado entre el Estado y los damnificados, y pareció cerrar las causas judiciales. Sin embargo, todo está abierto hoy día, con el tema Papel Prensa. Pero ¿quién fue 'Dudi' Graiver?

Juan Gasparini escribió 'David Graiver: El banquero de los Montoneros' (Grupo Editorial Norma, 2007). Aqui un fragmento (muy interesante lo de cómo consiguió Graiver quitarle a los Civita las acciones de Papel Prensa: un ahogo financiero que produjo José Ber Gelbard, por entonces ministro de Economía de la Nación):

"(...) Al volante de un Mercedes Benz 220 gris metalizado, Franco Grimaldi, el chofer portugués de Graiver, lo conducía al dúplex de dieciséis habitaciones de los pisos 7º y 8º de la Quinta Avenida y 81, pagadero en cuotas hasta completar su valor de 300.000 dólares.

En el asiento de atrás, el financista de 35 años se arrancaba distraídamente algunos pelos de la espesa barba. Trataba de imaginar los interrogantes que Gelbard podría llegar a presentarle.

Al costado izquierdo, los árboles del Central Park desfilaban sin ser vistos.

A diferencia de Gelbard, María Estela Martínez de Perón y los dirigentes del peronismo, Graiver consiguió que sus firmas no cayeran bajo el control de las Fuerzas Armadas después del 24 de marzo de 1976, cuando se identificó como enemigos a “los subversivos y los corruptos”.

Aquel esquive al golpe militar fue el asidero para reunirse expresamente con dos de los más duchos abogados de los círculos políticos nacionales, a los que encargó terminaran de sanear su imagen, poniéndola a tono con el cambio de gobierno.

Con tal propósito convocó a una reunión en el Hotel Copacabana de Río de Janeiro a los doctores Mariano Montemayor e Hipólito Jesús Paz, a quienes encomendó un plan de acción para minar en sus raíces la usina de rumores que lo presentaban como protegido de Gelbard.

El “Tuco” Paz había sido director de Institutos Penales de 1943 a 1945, asesor legal del Ministerio de Justicia de 1945 a 1949, canciller de Perón entre 1949 y 1951, y embajador en Washington desde 1951 hasta 1956. Su misión era podar la hojarasca en medios justicialistas de forma que la desgracia de Gelbard no ensombreciera el nombre de Graiver.

El abogado Mariano Montemayor, un amigo del ex presidente Arturo Frondizi, debía ocuparse de similar cometido en el frente militar, donde contaba con los mejores contactos.

A las relaciones del mismo Graiver en el Ejército, Montemayor contribuía con el ingrediente de ser asesor político del nuevo hombre fuerte de la Junta, el almirante Emilio Eduardo Massera.

El cónclave había tenido lugar semanas antes. ¿Se habría enterado Gelbard?

Una vena palpitaba en la sien derecha de Graiver. ¡Cómo le hacía falta Lidia a su lado en un momento como ese!

No confiaba en nadie más que en su mujer. Licenciada en Psicología en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de La Plata en 1967, poseía un intrigante conocimiento de los vericuetos del cerebro humano.

No por casualidad Lidia era la psicóloga preferida de los intelectuales de la farándula, como el clan del cineasta David Stivel. Graiver analizaba con ella cada entrevista difícil. Gelbard era un animal político intrincado. Más allá de la objetividad de las técnicas y de las relaciones de fuerzas determinantes de los negocios que unían a los dos, estaba el factor psicológico. Cada uno lo escondía en los pliegues del inconsciente. Las circunstancias le mudaban
permanentemente el aspecto.

Descubrirlo y sojuzgarlo era parte del oficio, hacía al dominio de uno sobre los otros, significaba recorrer desapasionadamente esa especie de misterioso sendero que conduce a las profundas verdades del alma. Había que abrirse paso con seducción, desafío, ansias de poder, hundiéndose en la mente de los mortales según la personalidad de cada uno.

¿Cuál sería el secreto, ese mismo día, para que Gelbard capitulara?

Un dibujo de Hermenegildo Sábat mostraba a Graiver más gordo de lo que era. Acaso para significar todo el poder económico y político que reuniera en la meteórica carrera de nueve años, amalgamando bancos, compañías de seguros, empresas constructoras, explotaciones mineras, diarios, el Canal 2 de la televisión de La Plata, hoteles, sociedades import-export, agencias de PRODE, e industrias varias. También propiedades inmobiliarias de todo formato, como el Bristol Center de Mar del Plata de un costo superior a los 60 millones de dólares, varias estancias, decenas de departamentos, y un centenar de predios, cocheras, locales y otras fincas.

Graiver miró por enésima vez el cartón del festejado dibujante uruguayo, colgado en la penumbra del living, en el deshabitado piso. Sonrió. ¡Cuánta agua había pasado bajo los puentes desde que en 1967 se filtrara en las grandes empresas y en las finanzas!

Ese año, su padre, Juan Graiver, acababa de fracasar con el Banco Popular Argentino, acoplado al avis satanica de la curia platense: el arzobispo Antonio Plaza.

El Banco Central lo cerró cuando la quiebra golpeaba a las puertas de la inmobiliaria familiar, cuyo pasivo de 10 millones de dólares no encontraba dinero fresco que la rescatara de la ciénaga. David decidió tomar el toro por las astas. Su progenitor no tenía la capacidad, la energía, ni la edad para transformar ese revés en victoria y resolver la crisis creciendo.

Aquel inmigrante polaco que empezó vendiendo corbatas por la calle, transfigurándose luego en prestamista y más tarde en rematador y constructor, para llegar a ser síndico titular de la Cámara de Comercio Argentino-Israelí, había alcanzado su tope. Sangre nueva debía reemplazarlo.

Isidoro, el hijo menor, no poseía muchas luces. David, el mayor, apuntaba alto. Traía ideas innovadoras, mucha imaginación y no menos apetito de poder y, tal como ordena la tradición, todo cuadraba para que el primogénito hiciera el relevo.

La lucha que David entabló con los bancos para salvar a Juan Graiver Inmobiliaria de la desintegración, grabó con letras de molde la divisa que guiaría su carrera.

En la Argentina, el atajo para consolidar el poder económico pasaba por la posesión de bancos, pues el 75 por ciento del aparato productivo estaba en sus manos.

En vez de ir a pedir créditos, nada mejor que tener la estructura apta para hacerlos otorgar cuando se los necesitaba, ahorrando los trámites. La oportunidad de llevar esa convicción a la práctica se presentó el 15 de octubre de 1968 al morir el doctor Héctor Isnardi, dueño del Banco Comercial de La Plata y de la concesionaria de automóviles Chevrolet. David lo conocía pues una de las primeras actividades que acometiera independientemente de su padre fue la compra-venta de autos.

Por esa razón también había trabado relación con José Iturreria, miembro del directorio del mismo banco, concesionario de Dodge en La Plata.

La viuda de Isnardi no quería seguir y la institución se deslizaba por la pendiente: o se le incorporaban nuevos capitales, o se transferían las acciones a otro propietario, de manera que se rehiciera la solvencia necesaria para recuperarlo del puesto 158, el último entre los bancos argentinos de tercera categoría.

El grupo financiero Santamaría, subsidiario del complejo Techint, había hecho una oferta. Graiver se adelantó. Obtuvo avales del Crédit Suisse de Zürich gracias a Martín Antonio Aberg Cobo, del Banco Torquinst, y lo arrebató por el equivalente a 3 millones de dólares.

La familia vació sus bolsillos, los amigos, entre ellos el padre de Susana Rotenberg, la primera esposa de David, y Enrique Brodsky, el suegro de Isidoro, ayudaron como pudieron.

Corría 1969. “Dudi” Graiver acababa de cumplir 28 años. Luego todo pareció sobrevenir sin esfuerzo, tal vez porque, como suelen repetir los hombres de empresa, un negocio trae otro.

El Banco Comercial de La Plata dejó de ser provincial. Cobró estatura nacional, con cabecera en la Capital Federal, y triplicó el número de sucursales. Le confiaron sus cuentas corrientes desde el Arzobispado de la Provincia de Buenos Aires hasta el Hipódromo de La Plata, pasando por grandes gremios de trabajadores como la UPCN (Unión Personal Civil de la Nación) y SMATA (Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor).

La inmobiliaria platense se reprodujo en Buenos Aires y Mar del Plata. Construyó edificios por doquier, consiguió muchas licitaciones de obras públicas, compró y vendió casas, campos, chacras, pisos y terrenos. Y con la misma astucia aplicada en la apropiación del Banco Comercial de La Plata, o sea comprar una institución con dificultades para luego revalorizarla sacándola adelante, David Graiver –también con sostén del Banco Torquinst– se aventuró adquiriendo el Banco Hurlingham.

En 1970, por 6 millones de dólares, lo incorporó a su grupo. Rápidamente lo hizo escalar posiciones gracias a los aportes de la comunidad judía, que se había quedado sin un banco de confianza al desaparecer el Israelita.

El Hurlingham fue el banco dominante del barrio comercial de Plaza Once, en Buenos Aires.

Rememorar el andamiento que había posibilitado en 1973 su propulsión al exterior, expandiendo sus dominios financieros a bancos en Israel (Swiss-Israel Bank), Bélgica (Banque pour l’Amérique du Sud) y los Estados Unidos (CNB y ABT), renovó la confianza de Graiver.

Decidió no llamar a Lidia a Acapulco como se le cruzó por la mente en el ascensor. Ahora estaba seguro de que se hallaría disfrutando de la playa con María Sol, restableciéndose de la interrupción de su segundo embarazo en noviembre de 1975 y de los malestares intestinales posteriores que le impedían recobrar su peso normal. No iba a preocupar a Lidia por una charla con Gelbard que finalmente podía dominar sin ayuda.

Una oleada de ternura lo invadió al fantasear con su esbelta mujer en bikini, jugando con la niña en las aguas de Acapulco. ¡Cómo había costado que quedara embarazada!

Tuvieron que encerrarse un fin de semana en el Sheraton de Bruselas cuando Lidia calculó que estaba ovulando. Dejaron plantados a empresarios europeos ansiosos de conocer al banquero prodigio del Cono Sur. Se deslizaron entre las sábanas, lamiéndose estremecidos por el deseo de un hijo.

Fogosos, unieron sus cuerpos hasta que el cansancio pegoteó sus huesos. Mientras se sumían en el sueño, en el vientre de Lidia maduraba María Sol, la heredera de David.

La evocación de los prolegómenos sexuales de la apertura de su banco belga, persiguió a Graiver hasta el dormitorio.

Cambió de camisa. Huyó del espejo ni bien se anudó la corbata. Le disgustaba encontrarse con sus propios ojos.

Puso los regalos semanales para la familia y algo de ropa deportiva en la valija Gucci de cerradura con combinación de seis dígitos. Se sentó en la cama. Desde el teléfono de la mesa de luz marcó el interno de su auto.

–¡Franco!

–Sí, señor.

–Suba a recoger la valija y después la lleva al banco. Cambié de parecer: iré a pie al Cirque. Pase a buscarme por allí a las 14.

El mediodía neoyorquino no estaba desagradable a pesar de la calidez del verano. Una brisa refrescaba la transpiración que la temperatura y la tensión nerviosa derramaban en las axilas y en la frente de David.

El cómodo traje de fina gabardina gris confeccionado por Ignacio Jorge Mazzola, “George”,su sastre de Buenos Aires, lo enflaquecía. Nueva York apasionaba a Graiver. Allí serpenteaban los meandros de la banca mundial, la estructura por excelencia del capitalismo, la que decide la vestimenta, la comida y el techo de miles de millones. Ahí estaba el dédalo del poder donde él entraba para quedarse.

Resopló excitado. Los 96 kilos abultaban su estatura mediana.

Enfiló por Quinta Avenida. Adoraba el Upper East Side, su nuevo barrio, abarrotado de supermillonarios, con sus mansiones de cincuenta habitaciones estilo ítalofranco- británico de finales del siglo XIX, su concentración de un tercio de las galerías de arte de la ciudad, sus casas de antigüedades y tiendas excéntricas.

Siendo la pintura una de sus pasiones, David de tanto en tanto encontraba un hueco en su agenda para regalarse con alguna exposición. Y si perseguía serenidad, remontaba la Quinta Avenida hasta la 103 para visitar el Museo del Ayuntamiento, haciendo escala en el Metropolitan, el Guggenheim, el Jewish Museum y el Centro Internacional de Fotografía.

Ahora sus pasos se dirigían en sentido inverso. Descendió hasta la 78. Al doblar hacia Avenida Madison, vio el Museo de Bellas Artes y su memoria se abrió como una flor. ¿Qué sería de la vida de Nelson Blanco, Dalmiro Sirabo, César Paternostro, Alejandro Puente, Lalo Panceira y Horacio Elena, los principales integrantes de “SI”, el primer grupo de 18 pintores informalistas de la Argentina que se estructurara en La Plata a principios de los 60, del cual David fue el mecenas?

Imágenes de otra década, de sitios lejanos y de amigos perdidos le impidieron ver el Sotheby Parke Bernet, en Madison y 77, una de las galerías de arte de mayor prestigio en Nueva York, y, dos calles más abajo la pirámide invertida del Whitney Museum of American Art.

Siguió caminando por Madison. Antes de cruzar la 65, una nota de desesperación despejó su mirada acuática. Se dio cuenta de que había recorrido trece manzanas como enajenado. Emergió del letargo girando la cabeza hacia Park Avenue, buscando el 58 East de 65. En diagonal, divisó el restaurante.

Al abotonarse el saco se sintió relajado por la caminata, aunque la camisa de seda celeste estuviera empapada. Dio cuerda al Blancpain de oro, una reliquia que se había dejado de fabricar en 1970 cuando el cuarzo desbarató la tradición en la industria relojera suiza. Marcaba las 12 y 34. Giró el picaporte y entró. Gelbard no había ido con Dina Askell.

Los hombres se abrazaron. El de más edad era bajo y rollizo. Vestía un clásico saco azul y pantalón gris, camisa blanca y corbata de seda roja, con lunares negros y celestes.

–¡José!, ¿cómo estás?

–Bien. ¿Y vos, “Dudi”?

–Muy bien. ¿Por qué no trajiste a Dina?

–Dice que se aburre en las conversaciones de negocios.
Prefirió quedase en el hotel. Te agradece las flores.

–¡Por favor! –exclamó Graiver mientras se sentaban.

Cada uno abrió un menú y ambos se abstrajeron del murmullo ambiente. En el “4º restaurante” de Nueva York, según las recomendaciones de la guía Michelin, ¿quiénes podrían imaginarse que esos dos anónimos comensales, algo trabajados por la obesidad, habían hegemonizado la economía argentina durante tres años? Uno como ministro y dirigente empresario. Otro como asesor del Banco Central y factotum de un líder en la economía y las finanzas.

Los dos treparon a las cumbres empezando prácticamente de la nada.

A sus 59 años, Gelbard podía pasar por el padre de Graiver, con apenas 35. De allí que lo tuteara paternalmente y lo llamara con el sobrenombre de David en idisch: “Dudi”.

Las alianzas políticas y económicas, y las rivalidades por mayores fracciones de poder, los unían y los enfrentaban.

Los dos supieron servirse del apogeo de la dictadura del general Lanusse, maniobrando con éxito la transición hacia el gobierno peronista.

Gelbard logró conseguir el monopolio de la fabricación de aluminio a través de la compañía Aluar, en 1971, y Graiver aparejó sus iniciales armas políticas como
subsecretario de Francisco Manrique en el Ministerio de Bienestar Social, haciendo adjudicar licitaciones a granel a su empresa constructora Fundar.

David supo retribuir. Colaboró financieramente con la campaña presidencial de la oficialista Alianza Federalista Popular de Manrique-Martínez Raymonda mediante la “Fundación del Palo”, en la que todos los meses reunía gente importante que pagaba un millón de pesos por una comida.

Ello no le impidió arrimar fondos a la fórmula peronista Cámpora-Solano Lima, o contratar a los hijos del dictador amigo: Marcos Lanusse en el directorio de Electro Erosión, una fábrica de jeringas descartables, y Virginia Lanusse, su primera secretaria privada.

A ella la nombró empleada jerárquica en la sección personal del Banco Comercial de La Plata, y lo asistió en armonizar la labor de 600 empleados distribuidos en 18 sucursales desde Sarmiento 372, sede en la Capital del “banco fuerte” como se jactaba su eslogan publicitario.

Virginia Lanusse sería esposa de Mario Bartolomé, de la Policía Federal, jefe de la custodia de los Graiver, el mismo Bartolomé que integraría más adelante la protección personal del siguiente dictador, general Jorge Rafael Videla.

Decididamente David Graiver era de aquellos que no ponían todos los huevos en una sola canasta.

Valiéndose de prestanombres diversos, Gelbard y Graiver estaban asociados en inversiones varias: Sabina Siegler, Juan Manuel Palli y Mario Seoane en Rivadavia Televisión (Canal 2); Manuel “Lito” Werner en tres campos en Carlos
Tejedor, General Villegas y La Pampa (Santa Cecilia, Indalco y Timbo).

En el avión “Criagro”, tuvieron por piloto al vicecomodoro Jorge Alezza. Y el general de Brigada (RE) Delfor Félix Otero, los unió a Héctor Ricardo García en los cotidianos Última Hora y Crónica.

Por otro lado se involucraron con el ahogo “reglamentario” que el Ministerio de Economía habría impuesto al Grupo Civita de Editorial Abril para que cediera a Graiver, en diciembre de 1973, el 26 por ciento de las acciones de Papel Prensa.

Este era un proyecto para monopolizar la fabricación de papel de diario en la Argentina con tecnología nacional, combinando la pasta química (fibra larga obtenida de coníferas) con pasta mecánica (fibra corta obtenida de salicáceas).

El Estado era socio en el 25 por ciento y tutelaba aquel diseño para producir 105.600 toneladas anuales de papel, programando invertir en 30.000 metros cuadrados de usinas y 150 hectáreas de forestación evaluadas en 62 millones de dólares. El 49 por ciento restante del paquete accionario lo ampararon unos 30.000 anónimos accionistas.

A poco andar, Graiver otorgó parte de las grandes obras de construcción (3.000 toneladas de hierro y 20.000 toneladas de hormigón armado) a Ingeniería Tauro, Rey y Loreti, uno de cuyos directivos era el antes mencionado Werner, quien con la venia de Gelbard pasó a integrar el directorio de Papel Prensa con Graiver.

El traspaso de Civita a Graiver del 26 por ciento de acciones necesarias para el control de la sociedad se concretó con créditos del Estado que Gelbard hizo acordar a Graiver, quien también obtuvo que los pagos regulares de impuestos fueran varias veces diferidos.

La trama se extendería a la CGE, donde Gelbard reinaba sobre dos mil cámaras afiliadas y 1.200.000 empresarios a través de Julio Broner.

Entonces Graiver capitaneaba la corriente de mayor peso interno, la Confederación Económica de la Provincia de Buenos Aires (CEPBA), encabezada por Juan Ramón Nazar, uno de sus fieles lugartenientes, a quien David facilitara los fondos para editar el diario La Opinión de Trenque Lauquen.

Como pasa a la mayoría de los argentinos, por las venas de ellos circulaba sangre extranjera: uno era polaco naturalizado argentino, el otro hijo de polacos naturalizados.

Gelbard se parecía en algo al padre de David: ambos eran vendedores ambulantes que hicieron fortuna, estableciéndose en el país durante la década de los 30, tras huir del nazismo que devastaba Europa.

Al igual que Juan Graiver, José Gelbard contrajo matrimonio con una judía y trajo dos hijos a este mundo, Fernando y Silvia.

Paradójicamente David se asemejaba a Gelbard no en el éxito sino en una desgracia que los marcara por igual, pues habían sucumbido a la voluntad de José López Rega, consejero de “Isabelita” Martínez de Perón, la efímera presidenta argentina.

Gelbard fue eyectado del Ministerio de Economía el 21 de octubre de 1974. Graiver se alejó antes del Banco Central. Escapó de Buenos Aires cuando Osvaldo Papaleo, uno de sus cuñados –marido de la actriz Irma Roy, secretario de Prensa y Difusión de Isabelita– le sopló que figuraba en las listas de futuros blancos de la Alianza Anticomunista Argentina, la Triple A.

Días antes, el 14 de mayo de 1974, hacia las 9 de la noche, su hermano Isidoro se libró por milagro de que lo raptaran mientras caminaba por la calle Ayacucho entre la Avenida Corrientes y Lavalle, en el centro comercial de Buenos Aires. David tuvo la certeza de que no eran guerrilleros quienes estaban detrás de él.
Gelbard culminaba su ciclo y lo aquejaba una dolencia cardíaca. Iba para los 60 años, había sufrido un infarto en 1974 y varias veces debió internarse preventivamente por dolores torácicos, ahogos y transpiraciones repentinas.
Graiver gozaba de buena salud y se postulaba como su sucesor. Los cortesanos de la época afirmaban que David era para José el hijo varón que le habría gustado tener. El suyo, Fernando, estaba todavía lejos de abandonar la música y el cine por la diplomacia, decisión que tomó en 1989, cuando aceptó la embajada argentina en Francia, invitado por el presidente peronista Carlos Menem.
Mientras Fernando Gelbard prefería tocar la flauta o el piano con Jorge López Ruiz, el ChivoBorraro o el Pocho Lapouble en las cuevas de la bohemia del jazz porteño, y su hermana Silvia se enamoraba de Juan Pablo Warroquiers, dueño de la boîte de moda en Punta del Este, David Graiver seguía a “don José” hasta las madrugadas diseñando el futuro del empresariado argentino.

Para llegar hasta allí el joven se supo mantener en un segundo plano, eludiendo conductas que pudieran contrariar a quien amaba como a un padrino. Poco a poco consiguió que lo tratara de igual a igual. Las suspicacias se despejaron. El segundo apuntaló decididamente el crecimiento del primero a cambio de contraprestaciones políticas y un porcentaje en las ganancias.
Cuando Perón ofreció a Graiver la presidencia del Banco Central, éste declinó, aunque no se apartó del caudillo justicialista, proponiéndose como asesor ad honorem de la entidad bancaria estatal. De ese modo no haría sombra a Gelbard ni disgustaría al general, con quien había compartido fatigantes caminatas, ganando su confianza en la quinta “17 de Octubre”, de Puerta de Hierro, en Madrid.

Gelbard devolvió el gesto. No pocas licitaciones de obras públicas recayeron en las constructoras de Graiver. El Banco Industrial dio un préstamo para levantar la planta impresora de La Opinión –diario que asociara a Graiver con Jacobo Timerman– y gran parte de las cartas de crédito de los 1.200 millones de dólares de exportaciones que produjo la reanudación de relaciones con Cuba, luego del giro diplomático de 1973, se tramitaron por el Banco Comercial de
La Plata, que se convirtió así en el primer corresponsal del Banco Nacional de Cuba en América Latina.

Dividendos equivalentes produjo el establecimiento de vínculos comerciales con los países socialistas del Este europeo.

Graiver supo hasta jugar de instigador de la venalidad, como a la sazón pregonara la prensa. En el vestíbulo del poder se habrían repartido con Gelbard 5 millones de dólares con los que la CIFARA –el organismo de los representantes de la industria automotriz y productores de repuestos– consiguió que un impuesto del 15 por ciento que deberían pagar sólo las empresas sin que se transfiriera al precio de los autos, se transformara en otro de 10 por ciento que en cambio recayó exclusivamente sobre los compradores. ¿Cuál fue el ardid?

¿Tal vez el asesor del Banco Central ofició de mediador convenciendo al ministro de que la carga fiscal bien podía cambiar de espaldas por la friolera de 2,5 millones de dólares para cada uno? Ni uno ni otro despejaron la duda jamás.

La defenestración de Gelbard del Palacio de Hacienda pospuso el negociado que hubiera barnizado con otros nombres el final de la compañía de la Compañía Ítalo-Argentina de Electricidad (Ítalo), abastecedora de corriente eléctrica en Buenos Aires y subsidiaria de la helvética Motors Columbus.

Mientras el ministro instaba al gobierno a tasar alto, David Graiver en su nombre y Manuel “Lito” Werner en el de Gelbard, habían comprado 125.000 acciones baratas en la bolsa de Ginebra. Desalojando a Gelbard, López Rega interrumpió la maquinación. La retomarían los hermanos Juan y Roberto Alemann, Francisco Soldati –director del Banco Central y, justamente, hijo del presidente de la Ítalo– y José Alfredo Martínez de Hoz, ministro de Economía de la dictadura a partir de 1976, quienes consumarían el latrocinio al nacionalizar la Ítalo el 31 de octubre de 1978 por 394,5 millones de dólares. Estos esquilmaron a los contribuyentes de la Argentina en 155,5 millones de dólares, tal como probó la comisión parlamentaria que investigó esa operación en 1984.

Ni Gelbard ni Graiver sacarían tajada pues ya no estaban en este mundo y porque habían vendido con antelación, a 100 francos cada una, las acciones que les costaron 55, ganando 5.625.000 dólares. Comprador: José Klein, el banquero húngaro-chileno que se incorporó a esta crónica cediendo a Graiver el Swiss-Israel Bank, de Tel Aviv, y el ABT, de Nueva York.

El gusto, compartido, por los desafíos en la conquista de más poder, revivió con el arrojo que evidenció David acaparando bancos en Israel, Bélgica y los Estados Unidos.

Gelbard se tentó. Aceptó asociarse con 7 millones de dólares en la primera extensión de envergadura del banquero argentino en el exterior. Los dos sabían que 4 de esos 7 millones eran la comisión secreta que la sociedad italiana Italimpianti y la canadiense Atomic Energy habían depositado en la cuenta cifrada de Gelbard en el Trade Development Bank de Ginebra. Era una remuneración oculta por la autorización de compra, rubricada por el ministro Gelbard, de la planta nuclear de Embalse Río Tercero.

Lo que sólo uno de los dos hombres sabía era que 16.825.000 de los 28.500.000 dólares que costaron inicialmente los títulos de los bancos CNB y ABT, provenían de una inversión de los Montoneros en el grupo Graiver.

Ese dinero era parte de los rescates pagados por Bunge & Born (U$S 63.600.000) y Mercedes Benz (U$S 4.000.000) para liberar a sus directivos, Juan y Jorge Born, y Henrich Franz Metz, respectivamente, secuestrados por la guerrilla peronista el 19 de septiembre de 1974 y el 23 de octubre de 1975.

Del primer rapto, 14 millones de dólares entraron en las arcas de Graiver, en un cinematográfico traspaso de valijas rebosantes de billetes que cambiaron de manos en Ginebra, a mediados de junio de 1975.

Otros 2.825.000 provenían del segundo secuestro. A pocos días de comenzar 1976 los recibió en Buenos Aires el brazo derecho de David, el abogado Jorge Rubinstein, mientras comía langostinos en el restaurante Barrio Norte, de Sarmiento 643. Llegaron escondidos en el bolso de su invitado, Carlos Torres, alias “Ignacio”, jefe de finanzas de Montoneros, quien compartía periódicamente selectas mesas con el número dos del grupo Graiver.

Ignacio no pagaba jamás la adición.

Rubinstein –dirigía Empresas Graiver Asociadas, conocida por la sigla Egasa, el “control superior” que coordinaba a todas las compañías de “Dudi” en la Argentina– destinó 825.000 dólares a tapar huecos en el Banco Comercial
de La Plata, ocasionados por préstamos a varias de esas empresas (Construir y Fundar –constructoras–, Metropol –seguros–, Kerik y Helicón –publicidad y producción cinematográfica–, Círculo y Triángulo –inmobiliarias–, Euroexport y Daveexport –comercio internacional–, Complat –computación–, Bagual –agropecuaria–).

El ritmo vertiginoso de desarrollo que se les imprimía a estas no les permitía reembolsarlos a término. Los otros dos millones los hizo transferir al ABT de Nueva York, utilizando un procedimiento bastante común en el mercado negro de cambios.

Silvia Cristina Fanjul, una de las dos secretarias de Graiver en Buenos Aires, llevó la carga de billetes a la central del Banco de Galicia, en Reconquista 228. Allí, en el sector de los ascensores, al lado de la escalera que baja al Tesoro, la esperaba Francisco “Paco” Fernández Bernárdez, el cambista preferido de “Dudi” desde que, en octubre de 1974, había abandonado a Paz Mallmann, de cuyo trabajo estaba insatisfecho.

Fernández Bernárdez, subgerente de cambios del Banco de Galicia hasta julio de 1966, manejaba desde una cuenta del mismo banco una “mesa” de dinero “negro” con el exterior, cuyas riendas compartía con Ricardo Jorge Bertoldi y Ernesto María de Estrada, en la oficina 10, del cuarto piso de Lavalle 534.

En canje por aquellos dólares –de los que dedujo una comisión– “Paco” emitió un mensaje telefónico en clave a Manfra Tordella, conocida agencia de cambios neoyorquina, que debitó su cuenta por una suma ligeramente inferior, remitiendo el monto en un cheque bancario entregado por mensajero al ABT, a favor de la cuenta que allí tenía New Loring, una sociedad fantasma inscripta en Panamá.

La escritura y el anónimo paquete de acciones de New Loring dormían en una caja de seguridad a nombre de Graiver en el Principado de Liechtenstein. En el directorio servía de pantalla Alejandro Mujica, hermano del sacerdote tercermundista asesinado por la extrema derecha del peronismo el 10 de mayo de 1974, al conducir su misa en la capilla San Francisco Solano, en una villa miseria de Buenos Aires.

Así quedaron enmascarados el origen y el destinatario de aquellos 2 millones de dólares. Rubinstein, de 50 años, abogado de linaje israelita, militante del Partido Comunista en su juventud, profesor en la Universidad de La Plata, fugaz gerente de Wobron –la primera fábrica argentina de embragues, propiedad de Julio Broner, su cuñado– era el único subordinado de David Graiver que conocía la procedencia del capital montonero.

Además de Lidia Papaleo, que naturalmente estaba al corriente de todo desde siempre.

–¿Qué pasa en el ABT? –preguntó Gelbard, aguardando que sirvieran el lenguado al oporto–. Una gestión que generalmente tarda algunas semanas ha entrado en el undécimo mes de espera –agregó–. ¿No tenés un “topo” en el “Fed” que te husmee lo que está sucediendo? –El “Fed” era, en lenguaje de entendidos, seudónimo del Federal Reserve, el banco central del Estado de Nueva York.

–Esta tarde me entrevisto con Abraham Beame, alcalde de Nueva York, para ver que opina. Entre 1966 y 1969, cuando era tesorero del municipio, integró el directorio del ABT. Sin el sostén del banco Beame no hubiese llegado a intendente. Y a mí me debe un gran apoyo a sus obras de beneficencia municipal. Seguro que puede averiguar en qué estado se halla el trámite.

Gelbard paladeaba su plato sin replicar. Graiver se extendió en una reflexión para ser convincente.

–La actitud del Fed es por un lado preocupante. Pero por otro demuestra la importancia que he cobrado como banquero en Norteamérica, ya que con la compra del ABT, sumada a la del CNB que adquirimos con anterioridad, he
subido desde el puesto 312 del ranking, hasta el 129. Y vos sabés que al acercarte a la barrera de los 100 te ponen bajo la lupa. De todos modos no te preocupes por tus 7 millones. Tenés mis cheques certificados a la orden de Huescohills, tu sociedad financiera en Bahamas, que cubren esa suma en caso de que te quieras retirar del negocio. Y hasta que se defina lo del ABT te propongo que eso te produzca el 8 por ciento de interés, retroactivo al día que me diste el dinero, contrato garantizado personalmente con mi firma y la de
Kreitman, que está habilitado para comprometer al ABT.

–De acuerdo. ¿Y después? –Una de las cejas de Gelbard se enarcó, subrayando la ansiedad del interrogante. Siete de sus millones de dólares estaban en juego.

–Una vez que salga la aprobación, tendrás una posición destacada en la asamblea de accionistas y vas a cobrar regularmente las ganancias que producirán esos títulos. Tenés un puesto a tu disposición en el Consejo de Administración. Lo aceptes o no, quiero que acordemos juntos mis planes de desarrollo del banco, la política de inversiones, la posible fusión con el CNB, así que me ocuparé como corresponde.

David vació media botella de agua mineral. Se secó los labios con la servilleta blanca y siguió monologando.

–Para imponerme en el directorio necesito tu apoyo. No olvides que mi mayoría accionaria es relativa. Poseo el 51 por ciento adeudándole a Klein 11,6 millones de dólares. Además, cuando tenga la residencia, cambiará también mi situación impositiva. El fisco me va a apretar el torniquete. Por esas dos razones necesito hacer guita urgente; pero no tomaré ninguna decisión sin consultarte. Por ahora no tengo las manos suficientemente libres.

Graiver acometió con voracidad las costillas de cordero asadas, después de haber dado cuenta de tres rodajas de jamón con perejil. Gelbard rellenó las copas con Musigny Grand Cru, cosecha 1970, tinto en que coincidieran los gustos de aquellos dos argentinos. (...)".

LA B’NAI B’RITH Y LA ENSEÑANZA DEL GENOCIDIO

 image

En la foto: Una imagen del filme “La Casa de las Alondras” o “El Destino de Nunik”, en que se muestra con crudeza episodios del sanguinario, cruento y despiadado genocidio islámico turco otomano contra los armenios que diera comienzo el 24 de abril de 1915 en el marco de la Primera Guerra Mundial, constituyéndose en el primer Genocidio científico de la Historia. Se advierte que las imágenes de video del filme son de mucha violencia, y NO SE RECOMIENDA QUE SEA VISTO POR MENORES.

 

Por Emilio Nazar Kasbo

Abogado Especialista en Derechos Humanos UNLZ

 

En una Newsletter de B'nai B'rith Argentina distribuida el día 20 de abril de 2010, dicha organización difundió la disertación del Profesor Iehuda Bauer en el que analiza la enseñanza del genocidio. Analizaremos el texto, citando las frases del orador en cursiva para distinguir sus dichos de los comentarios.

 

SUFRIMIENTO EN GENOCIDIOS

- En su disertación, Bauer refirió que “el genocidio del pueblo judío perpetrado por la Alemania nazi y sus colaboradores, que comúnmente e incorrectamente llamamos Holocausto, es la forma más extrema de genocidio hasta hoy. No es el sufrimiento de las víctimas lo que hace que sea el caso más extremo: el sufrimiento no tiene gradaciones, y los judíos no sufrieron ni más ni menos que otras víctimas de otros genocidios. Tampoco es debido a la cantidad total de víctimas -quizá 5,7 o 5,8 millones- ni al porcentaje de judíos asesinados sobre el total de judíos en el mundo en ese momento: unos 17 millones. En el genocidio armenio, quizá 1 millón de armenios o más fueron asesinados o murieron como consecuencia de las atrocidades, es decir, más de un tercio de los armenios que vivían en Turquía. Entre 800.000 y 1 millón de tutsis fueron asesinados en Ruanda en 1994, y esa cifra representa el 90 por ciento de los tutsis que vivían en Ruanda en ese momento. Y en China, el Gran Salto Adelante, que constituyó un politicidio -el exterminio deliberado por motivos políticos, sociales o económicos- tuvo muchas más víctimas que el Holocausto”.

Cabe destacar que de las cifras divulgadas habitualmente referidas al genocidio armenio, se habla de un millón y medio, a los cuales se debieran sumar otros 300 mil de fines del Siglo XIX. Pero como bien dice el disertante, las cifras no son importantes, del mismo modo que habla de cifras no muy significativamente menores de judíos muertos durante el genocidio de la Segunda Guerra Mundial. Cabe destacar que el sufrimiento por la muerte no es distinto, pero el espectáculo en las calles de miles y miles de muertos, decapitados, torturados, masacrados… sí hace a una diferencia social, ya que cuando el Genocidio no se realiza en sitios apartados de la sociedad apenas llega a percibirse, pero cuando es en las calles, como en el caso armenio y tantos otros, implica un desquicio público inaudito. El hecho de que sea público y no silencioso, induce a la aceptación social de un hecho aberrante. Más allá de la opinión del disertante, un amigo de la colectividad judía húngara nacido en Goya, en la provincia de Corrientes, de apellido Kein, siempre que me encuentra hace la referencia de que el genocidio contra los armenios fue mucho más sanguinario y cruel que el de los nazis… una apreciación opuesta a la de Bauer.

 

UN GENOCIDIO MÁS

- En su interpretación, afirma que “el Holocausto es único por otros motivos: por primera vez en la historia, el objetivo era asesinar a cada una de las personas que los perpetradores consideraban que pertenecía al grupo designado, en este caso los judíos, por el "crimen" de haber nacido. Por primera vez en la historia, el objetivo era implementar este plan donde fuera que los alemanes se alzaran con el poder: finalmente, en todo el planeta. Por primera vez en la historia, la motivación tenía muy poco -o nada- que ver con factores económicos o sociales; era puramente ideológica, y la ideología no tenía ningún fundamento en la realidad...”
Sólo dos décadas antes, había dado comienzo el 24 de abril de 1915 el primer Genocidio del siglo XX, en que el objetivo era erradicar hasta la palabra “armenio” de la faz de la tierra, que no quedara ni uno, masacrar a todo el pueblo, a toda la cultura, su patrimonio, su Tradición, su Fe y su raza. Efectivamente, el crimen en este caso era haber nacido armenio. Pero no fue la primera vez en la Historia que se masacra a un pueblo, pero sí fue la primera vez del Siglo XX, y a su vez fue el primer Genocidio Científico de la Humanidad, calculado premeditadamente para que no quedara un solo sobreviviente. Por eso, si bien el orador se refirió al principio al Genocidio Islámico Turco Otomano contra los armenios, después lo olvidó, lo omitió. Si el mundo hubiese prestado atención a lo que sucedía, la prevención de los siguientes genocidios habría sido efectiva. Pero al presente el silencio y la negación continúan. El mismo Estado de Israel, tras más de 50 años de existencia, aun no ha reconocido el Genocidio contra los armenios ¿Cuál puede ser el motivo?

JUDAÍSMO Y MATERIALISMO

- Afirma Bauer que Adolf Hitler justificó los motivos de la guerra en una carta que escribiera a Goering en agosto de 1936, que puede encontrarse en los documentos de Nüremberg de 1945, en la cual afirma “que Alemania debe prepararse para la guerra porque de lo contrario el bolcheviquismo, que busca reemplazar a los dirigentes de todo el mundo por la judería internacional, no sólo pondrá en peligro a Alemania sino que aniquilará al pueblo alemán. Hitler y sus allegados más cercanos creían que una derrota del bolcheviquismo judío permitiría a Alemania expandirse hacia el este, poblar esos territorios con colonizadores alemanes y garantizar el suministro de alimentos y materias primas que asegurarían la supremacía de Alemania sobre Europa, y finalmente, con la ayuda de sus aliados, sobre el mundo entero. Todo ello, pensaban, solo sería posible derrotando a la judería internacional, que controlaba tanto al bolcheviquismo soviético como al capitalismo occidental”.

Existe una relación entre el mesianismo judío y el universalismo mesiánico del ideólogo del socialismo científico, Carlos Marx, quien también era de origen judío. Y no solamente eso, sino que su implementador en la práctica que convirtió a la Rusia del Zar en la Unión Soviética también fue judío, Vladimir Ilich Ulianov, conocido como Lenin, quien tuvo entre sus colaboradores a León Trotsky, Leo Kamenev y Yacov Sverdlo. Y no se redujo a eso, sino que la Escuela de Frankfurt estuvo impulsada y conformada en gran parte por judíos. No significa esto que no hubiese cristianos devenidos en marxistas, comunistas o en pensadores hedonistas políticos, como sucedió con la Teología de la Liberación, por ejemplo. Si el bolchevismo se hubiese impuesto, el sistema comunista se habría expandido efectivamente a escala mundial.

  

NEGACIONISMO INDIRECTO

-El Profesor Iehuda Bauer carece en su análisis de una perspectiva teológica o trascendente. Por ello afirma que la Segunda Guerra Mundial: “fue en esencia una empresa ideológica, y los elementos económicos y políticos, como factores instrumentales, tuvieron un papel secundario… el nazismo fue un fenómeno sin precedentes… El antisemitismo fue la motivación central de una guerra en la que murieron unos 6 millones de judíos y cerca de 29 millones de no judíos sólo en Europa. Por eso el antisemitismo, que ocasionó el Holocausto, provocó la muerte de muchos millones de europeos no judíos. Es, por ende, un tema central para toda la civilización, y en particular para la civilización europea; es la forma más extrema de genocidio que se ha conocido, repito, no porque las víctimas sufrieran más que otras víctimas de otros genocidios, sino por sus motivos y su índole sin precedentes, y por el impacto global que sigue teniendo como paradigma del genocidio. Es de suma importancia para todos, y por eso es que lo enseñamos”.

Hay una afirmación que se constituye en un negacionismo de todos los genocidios anteriores. Veamos: siempre hubo genocidios, sólo que quedaban ocultos por falta de registros, por falta de fotografías o filmaciones, por falta de documentación o de elementos históricos que acreditaran cómo se habían producido las matanzas. Simplemente revisando la Historia Antigua, e incluso leyendo la misma Biblia, es posible ver matanzas en campos de batalla y también en ciudades, matanzas de soldados y de civiles. El pueblo de Israel, el Pueblo Elegido por Dios, concretó masacres registradas en el Antiguo Testamento. El Siglo XX tuvo un primer Genocidio: el armenio, que fuera gestado desde fines del Siglo XIX por los denominados Jóvenes Turcos, y tuvo los primeros registros fotográficos, constituyéndose además en el primer Genocidio Científico de la Historia implementado con una gran planificación y meticulosidad. Afirmar que “el nazismo fue un fenómeno sin precedentes”, es un negacionismo de todos los genocidios previos, e incluso de su más claro antecedente: el Genocidio islámico Turco contra los armenios. El ingrediente ideológico de los Jóvenes Turcos estaba dado por su ideología panturquista, unida a una “guerra santa” islámica contra “los infieles”, en busca de exterminar los rastros de la religión cristiana del territorio, de exterminar asimismo una raza, una nación, un idioma y una cultura en particular: la armenia.

El nazismo tuvo precedentes, con una “empresa ideológica”, con “elementos económicos y políticos como factores instrumentales, tuvieron un papel secundario”, y en este aspecto, fue el Genocidio islámico Turco el “fenómeno sin precedentes”, y el genocidio judío (con los demás no judíos que sufrieron su misma suerte bajo el régimen nazi) fue uno de de los subsiguientes genocidios.

Otro gran olvido negacionista de Iehuda Bauer, es el genocidio implementado por Stalin con sus opositores, incluyendo muchas naciones de mayoría cristiana, como el Holodomor ucraniano que fue posterior al genocidio islámico turco contra los armenios, anterior a la II Guerra Mundial y al genocidio judío. ¿Cómo puede afirmarse entonces que el nazismo fue un “fenómeno sin precedentes”? El hecho de pretender centrar de modo exclusivo la atención de todos los genocidios en lo que hicieron los nazis solamente con los judíos, es el mayor negacionismo que existe, ya que no sólo niega al resto de los perseguidos por el régimen, sino que niega a todos los demás. ¿O acaso los no judíos son una “raza inferior” y por tanto no merecen el mismo trato?

En la II Guerra Mundial, murieron 27 millones de personas de la Unión Soviética y 15 millones de China. En ese marco, Stalin asesinó a 10 millones de ucranianos mediante la aplicación de una hambruna generalizada en la matanza denominada “Holodomor” de 1933 ¿Acaso este genocidio no tuvo móviles ideológicos, y de odio al cristianismo? Por ello, las afirmaciones de Bauer resultan negacionistas y minimizadoras de todo otro genocidio diverso del perpetrado por el nazismo y exclusivamente contra los judíos, porque minimiza y niega a los demás muertos por idénticas causas de persecución en el mismo contexto.

Afirma Bauer con falsa lógica que “el antisemitismo que ocasionó el holocausto, provocó la muerte de muchos millones de europeos no judíos”. Esto es absolutamente falso. El móvil del nazismo fue político-ideológico, de tendencia pagana y anticatólica. En ese marco, recibió las condenas de los Papas que advirtieron acerca de sus perversiones. Tales perversiones son las que produjeron la persecución de judíos y no judíos, originando un conflicto bélico mundial. Por ese mismo motivo hay santos como Edith Stein y Maximiliano Kolbe. Por ende, son las metodologías de manipulación de masas y la perversión antinatural los móviles de esas muertes, metodología e ideología sólo asimilables a las que actualmente impone la globalización mediante los dueños del poder mundial.

Considerar que “el Holocausto” es “un tema central para toda la civilización, y en particular para la civilización europea”, no es otra cosa que considerarse “el ombligo del mundo” y el desprecio de todos los demás pueblos masacrados. Afirmar que “es la forma más extrema de genocidio que se ha conocido”, simplemente se desmiente con ver las imágenes de lo que hizo el Imperio Otomano con los armenios, griegos y otros pueblos en el Siglo XX. Afirmar que “sus motivos y su índole sin precedentes, y por el impacto global que sigue teniendo como paradigma del genocidio”, no es más que hacer alarde de la propaganda que discrimina y desprecia a todos los demás genocidios, ocultándolos para que sólo sea sinónimo de genocidio el que ocasionaron los nazis y exclusivamente contra los judíos. Esto no es más que falsear la Historia, a no ser que sólo el pueblo judío esté constituido por seres humanos y el resto seamos como animalitos con capacidad de hablar… los goim. Se trata del máximo racismo discriminatorio de todos los demás pueblos, denominado sionismo, y que oportunamente fue condenado por las Naciones Unidas.

LOS CUATRO GRUPOS

- Bauer afirma que hay “tres grupos de personas: los perpetradores, las víctimas y los observadores pasivos” y pasa a ejemplificar con el único genocidio que existió en la humanidad según él: “Por ejemplo, los kapos de los campos de concentración eran víctimas pero muchas veces también perpetradores. El término "observadores pasivos" incluye grupos tan diversos como los Aliados Occidentales, la Unión Soviética, organizaciones e instituciones judías fuera de las áreas controladas por los nazis, campesinos polacos (la mayoría de los cuales eran indiferentes, aunque algunos eran amigos y muchos eran hostiles, aun cuando no mataran judíos), miembros de iglesias cristianas que callaron mientras frente a sus ojos los judíos eran transportados a su muerte o asesinados, y gobiernos de países neutrales que podrían haber ayudado pero se abstuvieron.”

Como podemos observar, el reduccionismo de Bauer y la falta de referencia a otros genocidios le hacen hablar tal vez desde su propia experiencia o desde sus propios conocimientos. Además de los tres grupos mencionados, al que él añade el de “víctimas-perpetradores”, hay un cuarto grupo que es el de los delatores, quienes no actúan como perpetradores en la ejecución de los hechos, ni son observadores pasivos porque desarrollan actos concretos en contra del grupo que es víctima. Muchas veces el grupo de los delatores pueden ser parte del grupo de las víctimas, pretendiendo salvaguardar a algunas personas o bienes de la persecución a cambio de la información, y otros pueden no ser parte del grupo de víctimas ni de los perpetradores pero hacer la denuncia por ser “políticamente correcto”. Las observaciones de Bauer no son generales, sino exclusivas para el nazismo y su vinculación con los judíos. Cabe destacar que generaliza además al hablar de “iglesias cristianas que callaron”, puesto que la Iglesia Católica siempre ha manifestado por las vías correspondientes su oposición a los excesos de los Gobiernos y en particular a todo genocidio, sea de quien fuese, incluyendo a los judíos que los nazis persiguieron. Sin embargo, son los judíos quienes no se hacen eco de otros genocidios, quienes no los condenan, quienes se callan mientras frente a sus ojos los no judíos son transportados a la muerte o asesinados. Es más, a 95 años de haberse perpetrado el genocidio que fue antecedente del implementado por Hitler, el genocidio turco otomano islámico contra los armenios, el Estado de Israel aun no lo ha reconocido, convirtiéndose en un Estado Negacionista.

Entonces, ¿Qué se debe enseñar del genocidio judío? ¿Se debe ocultar la condena que el Papa hizo al nazismo y al fascismo? ¿Se debe omitir que Pío XII ayudó a miles y miles de judíos a salvar su vida y sus bienes? ¿Se debe olvidar que en los barrios católicos el nazismo perdía en las elecciones? ¿Hay que tapar que hay santos declarados por la Iglesia Católica que fueron víctimas del nazismo? ¿Se debe excluír de la enseñanza el contexto sociopolítico y los genocidios perpetrados por la Unión Soviética? ¿Hay que negar todo el resto de los genocidios que existieron en el Siglo XX, y todos los que han existido desde el inicio de la Humanidad? ¿Corresponde hablar de estos temas? ¿Debemos hablar de cómo se instalaron las colonias judías en Latinoamérica, y cómo se les ofreció refugio y un espacio donde pudieron desarrollarse hasta el presente, incluyendo la obtención de altos cargos públicos? ¿O cómo llegaron los armenios, los polacos, los ucranianos y otras colectividades al Continente Americano? ¿Hay que centrar todo en los judíos o en el tema humanitario que implica cualquier genocidio para los seres humanos? ¿Hay que ocultar que un importante rabino se convirtió al catolicismo y vivió eternamente agradecido a la Iglesia Católica y al Papa? ¿Hay que omitir lo que dijeron altos dignatarios del sionismo mundial sobre Pío XII, con grandes alabanzas y loas?

Por otra parte, lo que se enseña sobre el tema de los Genocidios debe ser adaptado a las situaciones e intereses locales. Pero siempre debe distinguirse de todo aquello que no es un genocidio, ya que se trata de situaciones diversas.

ENSAÑAR HISTORIA
Iehuda Bauer pretende convertir a todos los gobiernos, a todos los Estados, y en particular al alemán, en responsables por acción, por inacción o por omisión, sea por el motivo que fuese. Sin embargo, lo mismo se podría decir del Genocidio islámico Turco Otomano contra los armenios, con informaciones que se publicaban en los medios de comunicación de Argentina en su momento. ¿Fueron entonces Argentina, los gobiernos Latinoamericanos, Estados Unidos, Europa y Asia, y los mismos judíos que viendo las informaciones no intervinieron de modo alguno para frenar el Genocidio por el que cientos de miles de armenios estaban muriendo?

Pero Bauer se centra solamente en el pueblo judío, como si no hubiese otras víctimas del nazismo: “Si enseñamos en Grecia probablemente debamos enfatizar el destino de los judíos de Salónica, Atenas, Corfú y Rodas y hablar sobre los colaboradores y los movimientos de resistencia griegos, y el proceder de los dirigentes de la comunidad judía y de los judíos comunes. Debemos señalar las sutilezas y las diferencias, y al mismo tiempo tener cuidado de no disminuir la responsabilidad criminal directa de las instituciones, organizaciones y personas alemanas. En otros países, corresponde enfatizar los temas locales paralelos. Pero esto conlleva un peligro: que al ocuparnos de los árboles perdamos de vista el bosque. Debe surgir un panorama general como contexto de la historia nacional”.

El párrafo precedente no corresponde al marco de la enseñanza, ni de la Historia, sino a una política concreta de instalación del judaísmo en cada pueblo. El día contra los genocidios es la conmemoración de los sucesos contra los judíos bajo el régimen del nazismo… los demás, puede ir a recordar el día de la “no discriminación” para cada 24 de abril. Efectivamente, esto no es más que un concreto acto discriminatorio, por considerar que sólo existe un genocidio en la Historia Universal.

La propuesta de Bauer, además, no es de buscar la verdad histórica, sino de victimización, y desde la victimización a la imposición de su pensamiento hay un solo paso. Esto queda claro cuando afirma la necesidad de “tener cuidado de no disminuir la responsabilidad criminal directa de las instituciones, organizaciones y personas alemanas”. Su propuesta omite todo lo que pueda haber sido auxilio a los judíos prestado por otros pueblos, en una muestra de desagradecimiento.

  

GLOBALIZACIÓN JUDIA
Bauer omite a todos los demás pueblos víctimas de genocidios, y ya hemos visto que en muchos casos son muchísimo más numerosos, más crueles, y otros más actuales.

Indica el intelectual: “Debemos apuntar a la globalización de la educación sobre el Holocausto. Es decir, debemos describir y analizar el Holocausto en sus diversos contextos: tanto en forma vertical -es decir, históricamente- como en forma horizontal -o sea, poniéndolo en un contexto histórico, económico y político global, explicando sus antecedentes, sus acontecimientos y su impacto-.”

El tema central es el judío como centro de la Historia. Y esto no es casual, sino que responde a la mentalidad mesiánica, a que fue el Pueblo Elegido por Dios en su momento para el advenimiento del Mesías. Esto es lo que se encuentra en la raíz de su pensamiento y de su mentalidad, sobre todo después de que en el pueblo judío efectivamente nació el Mesías y algunos no lo siguieron. Pero este será el tema a analizar una vez

 

UN ANTECEDENTE REAL

Se dice que un judío comercia por dos cristianos, y que un armenio comercia por dos judíos. ¿A qué viene este comentario? A que los comentarios efectuados por Bauer resultan ser un calco de lo que sucedió con los Jóvenes Turcos en el islámico Imperio Otomano, donde fueron armenios los señalados como prósperos en una sociedad donde imperaba la desidia. Después de 40 años, tras cada Genocidio, los armenios siempre han vuelto a ocupar sitios predominantes en todas las sociedades, a pesar de que habían arrasado a todos sus familiares, todo su patrimonio y todas sus posibilidades de desarrollo intelectual y cultural.

Todo lo que afirma Bauer, no es más que un calco del negado antecedente del Siglo XX que los armenios debieron padecer, y se acredita con sus mismas palabras: “El elemento esencial de cualquier interpretación de las políticas nazis es la historia de la elite intelectual alemana. Desde mediados del siglo XIX se venía dando una radicalización cada vez mayor de la elite intelectual. El nacionalismo radical se impuso sobre la tendencia más liberal y se transformó, gradualmente, en patriotismo racista, no sólo en Alemania sino también en Austria. Esto se hizo evidente durante el Segundo Reich, entre 1870 y 1914. La derrota en la Primera Guerra Mundial exacerbó esta tendencia, y para los años 20 las universidades y las organizaciones de docentes estaban entre los principales seguidores del Nacional Socialismo. Sin el apoyo de los intelectuales, el régimen nazi no habría podido llegar al poder ni tampoco conservarlo. Fue de las filas de la intelectualidad de donde se reclutaron las personas que dirigieron los crímenes nazis. Obviamente, la conclusión es que el conocimiento por sí mismo no garantiza un enfoque humanístico de la vida, y que no hay nada tan peligroso como asesinos masivos inteligentes.”

Tal nacionalismo exacerbado, chauvinista y anticatólico, ha sido condenado por la Doctrina Social de la Iglesia y por su Magisterio. Pero lo extraño en el pensamiento de Bauer es el negacionismo de todo otro genocidio… incluso aquél del cual los nazis tomaron su inspiración.

CRUELDAD

Bauer pregunta: “¿Es, entonces, la historia del nazismo y del Holocausto una historia de burocracia, como tantos creen? …la burocracia en sus varios aspectos fue utilizada con éxito para matar. Pero son las personas, no las burocracias, las que matan. Los burócratas pueden dar órdenes o instrucciones, pero primero alguien tiene que decirles a los burócratas que lo hagan, y puede ser que algunos burócratas lo hagan por su cuenta. En otras palabras, la voluntad de matar tiene que estar dirigida por personas que saben lo que están haciendo y quieren hacerlo. La ideología, la racionalización ideológica o los intereses mueven a las burocracias; cuando decimos "intereses" nos referimos al hecho de comprender qué es bueno o malo a los ojos de los que toman las decisiones.”

Tal “burocracia” también existió en el Imperio Otomano, la ideología desencadenó una guerra santa planificada, capital por capital, ciudad por ciudad, pueblo por pueblo, casa por casa, exterminando a todos los armenios a su paso, en las vías públicas, en las calles, en todas partes. Sangre por donde se dirigiera la mirada.

Hubo un pensamiento, una intelectualidad que originó toda esa masacre inaudita, y hubo quienes lo ejecutaron. El pensamiento provino de una secta que hablaba idioma ladino, mezcla de castellano con turco, habitantes del noreste del Imperio Otomano, quienes siguieron a un falso mesías que tomó elementos religiosos de Medio Oriente, dando origen a los temibles “Jóvenes Turcos”. Esa fue su ideología que los llevó al poder, ingresando en la burocracia estatal y desencadenando la islámica “guerra santa” panturquista. Sí, hubo intereses materialistas e ideológicos, y también hubo un componente religioso, porque los armenios en su abrumadora mayoría se identifican con el cristianismo, mientras que un 15% minoritario pertenece a la Iglesia Católica, generando por ello mártires como el documentado caso de Mons. Ignacio Maloyan.

No hubo nada “burocrático” en el sentido de listados de personas que se separaban de la sociedad, no hubo “campos de concentración”, no hubo “ghettos”. Los armenios fueron todos masacrados en la vía pública, del modo más descarado que pueda imaginarse. Lo “burocrático” fue el decreto que ordenó la masacre y la planificación del modo en que avanzarían los militares para exterminar a la Nación Armenia.

LAS VÍCTIMAS

Bauer dice: “Considero que la historia de las víctimas es por lo menos tan importante como la de los perpetradores. Después de todo, las víctimas son siempre la mayoría, si las comparamos con los perpetradores, y todos tenemos más probabilidades de ser víctimas u observadores pasivos que perpetradores. Desde un punto de vista humanístico, es crucial comprender quiénes eran las víctimas, por qué fueron víctimas, qué hacían antes de ser víctimas, en qué momento comprendieron que estaban en peligro de ser víctimas de un asesinato en masa y un genocidio, y qué hicieron en respuesta a todo eso.”

En el caso armenio, muchos no tuvieron tiempo de nada. Algunos supieron huir a tiempo, otros se quedaron en sus hogares, otros se armaron para enfrentar el genocidio que se acercaba. Muchos eran inocentes niños que no llegaban a comprender qué estaba sucediendo. Aniquilados los varones en edad de ir al servicio militar, ya que esa fue la primera metodología por la cual desapareció toda una generación entre los 17 y los 25 años, quedaron personas mayores de edad, ancianos, mujeres y niños para masacrar.

¿Cuándo advirtieron las víctimas armenias que eran víctimas? Cuando ingresaban los militares turcos a su hogar, veían un crucifijo, un cuadro de la Virgen María, o cualquier elemento religioso cristiano y los masacraban, los decapitaban delante de su familia, los ahorcaban, los torturaban sanguinariamente en un dantesco espectáculo.

¿Cuándo habrán advertido los ucranianos que eran víctimas? Cuando empezaron a morir de hambre. Tan simple como eso. ¿Cuándo advertirán los argentinos que en la actualidad están siendo víctimas de un genocidio por hambruna y de un genocidio cultural a manos de un gobierno tiránico? Parece que aun no lo han advertido.

 

¿ANTISEMITAS O ANTIJUDIOS?

Afirma Bauer que “Cuando enseñamos sobre el genocidio de los judíos tenemos que abordar, obviamente, el antisemitismo, pero esto conlleva un riesgo porque el estudiante o incluso el maestro puede ver a los judíos simplemente como objetos de odio, persecución y muerte, no como sujetos de la historia con su propia cultura, tradiciones y aspiraciones; en otras palabras, menos que seres humanos. Por eso, se debe enseñar sobre los judíos como un pueblo histórico, y desde luego, lo mismo se aplica a otros grupos que fueron o son objeto de ataques genocidas. Es decir que el docente debe tener al menos conocimientos rudimentarios de la historia del pueblo judío”.

O sea, para enseñar sobre genocidios, primero hay que saber sobre el pueblo judío y su historia, y después hablar del único genocidio que existe: el de los judíos. Porque es como si fuese el único posible del que se pudiera hablar.

Por otra parte ¿Qué es antisemitismo? ¿Matar palestinos, que son semitas, es antisemitismo? ¿Genocidio es sinónimo de genocidio judío, y antisemita es sinónimo de antijudío?

Antisemitismo es la postura de odio a los semitas, los cuales son descendientes de Abraham. En su raíz, se trata de una postura anticatólica, ya que se trata de un odio infundado por ese solo hecho. Otra cosa es hablar de “antijudaísmo”, que debe ser visto desde los diversos ángulos que abarca.

Lo judío como descendientes de la esposa de Abrahám, es un concepto cuasi racial, abarcador de los sefardíes, que descartaría por ejemplo a los judíos no semitas, como los askenazis. Lo judío como religiosidad, es el mesianismo temporal mantenido después de la venida de Nuestro Señor Jesucristo por los que no se convirtieron, y aquí se trata de una cuestión religiosa. Lo judío como nacionalidad, hoy referida al Estado de Israel, pero diseminada en la diáspora en otras naciones.

Muchos autores calificados de “antisemitas” sólo exponen la visión religiosa sobre el judaísmo después de la venida del Mesías Jesucristo. El sostener una religión diversa al judaísmo, desde esta visión, es un acto de “antisemitismo” o de “antijudaísmo”, lo cual es lógico, porque el que practica la religión judía se convierte en “anti-no judío”, es decir, en odio o contrario a todo aquello que no sea judío. Desde el punto de vista religioso, se trata de una cuestión teológica, que en ningún momento hace llamamiento a la violencia. Sin embargo, muchos consideran que la cuestión teológica es antisemitismo, equivocándose en su apreciación.

  

ANTISEMITISMO SEGUN LOS JUDIOS 

Bauer sostiene, inventando una fábula antihistórica dirigida contra el cristianismo, que “es importante tratar de aclarar los orígenes del antisemitismo. La respuesta simple (y correcta) es que si bien los judíos no son mejores ni peores que cualquier otro grupo, su cultura y tradiciones son diferentes. En Europa eran el único pueblo no europeo hasta la llegada de los gitanos a los Balcanes en el siglo XIII o XIV, y tenían una cultura diferente, que se expresaba en una religión diferente de la que tenían las sociedades que los acogían. Desarrollaron también una estructura ocupacional diferente, porque las sociedades que los rodeaban los usaron con fines económicos específicos, limitando sus posibilidades laborales. …la historia de los judíos definitivamente no es la historia de sus persecuciones. En la mayoría de los lugares y la mayoría de las veces, convivieron con sus vecinos, no necesariamente amados pero tampoco necesariamente odiados. Eran útiles y a menudo eran invitados a residir en distintos países para desempeñarse en determinadas funciones económicas y sociales. Pero cuando una sociedad sufría una crisis, lo que sucedía con bastante frecuencia, a veces los judíos eran una especie de pararrayos: la crisis recaía en un grupo del que todos tenían conocimiento, un grupo conocido pero extraño, siempre minoritario y en consecuencia fácil de atacar. Estas diferencias básicas fueron acentuadas por la Iglesia y, luego de Lutero, por las Iglesias, por motivos teológicos combinados con motivos económicos y sociales. Puede ser incómodo enseñar esto pero es inevitable. El antisemitismo cristiano nunca planeó el genocidio de los judíos: los judíos, en la visión cristiana, habían rechazado al verdadero Mesías, pero eran seres humanos con alma, y matarlos era un pecado capital. Pero estaban poseídos por el diablo, eran en realidad una amenaza satánica para la cristiandad y por eso debían ser oprimidos, discriminados, perseguidos, explotados, expulsados y desposeídos siempre que surgiera la ocasión o la necesidad.”

Pretende el autor hacer una interpretación histórica basada en sus propios dichos y autoridad, como si él hubiese vivido en los Siglos XIII o XIV. Confunde además al catolicismo con la herejía protestante. Olvida además que los católicos seguimos al Mesías nacido en el pueblo de Israel, de la familia de David, proclamado Mesías por el Sumo Sacerdote de la Sinagoga. Exceptuando situaciones graves, jamás hubo “persecución a los judíos”, ni siquiera en su expulsión de España en la época de los Reyes Católicos, quienes les permitieron retirarse con sus pertenencias y sin quitarles la vida, es decir: no existió genocidio alguno. Y respecto de la Inquisición, la misma era exclusiva para los católicos, no para miembros de otras religiones, pero eso sólo para la Inquisición de la Iglesia Católica. Los protestantes tuvieron sí otra clase de inquisición e incluso la denominada “caza de brujas” la realizaron los seguidores de Lutero. ¿Qué tienen que ver los judíos en todo esto? Nada.

Bauer no especifica de qué hechos fueron inculpados los judíos como raza o como religión, y su manifestación se torna abstracta. Habla además como si el pueblo judío fuese impoluto, a pesar de reconocer que “los judíos no son mejores ni peores que cualquier otro grupo”, como si olvidara que toda persona es víctima del Pecado Original, del cual Jesús como Mesías vino a redimirnos enseñándonos el Evangelio. El cristianismo es presentado por Bauer como “antisemitismo cristiano”, dice que “nunca planeó el genocidio de los judíos”. Ahora bien, de allí a negar que haya judíos (al igual que cualquier otra persona) que cometen gravísimos delitos, o que teológicamente son adoradores del Becerro de Oro o de Satán, hay un gran tramo. Existen judíos que son posesos por el diablo, y muchos terminan incluso acudiendo a exorcistas católicos para ponerle fin. Pero sucede que los términos del mismo Bauer divide a la humanidad en judío-no judío, sin plantear la integración o la conversión del judío como una posibilidad, sino insistiendo en tales diferencias (judío-goim). Los ghetos no eran establecidos por los gobernantes, o era que los mismos judíos se congregaban en los mismos barrios para estar cerca entre sí, y muchos judíos como Bauer llevan el gheto grabado al menos en sus expresiones.

Bauer victimiza la figura del judío, extendiéndola a todo judío y a toda la Historia. “La historia de los judíos definitivamente no es la historia de sus persecuciones”, sostiene el autor, pero eso es justamente lo que pretende: convertir la historia de la humanidad en la historia de los judíos en un doble papel respectivo: de perseguidores y perseguidos. Su propuesta carece de asideros históricos, y por tanto sus dichos son presentados como una base dogmática e indiscutible sobre la cual cada docente, cada institución e incluso cada Gobierno deberá inventar su propio esquema, adaptándolo y dándole contenidos.

SIONISMO Y CONSPIRACIÓN MUNDIAL
Las acusaciones en su contra repetían siempre los mismos argumentos teológicos, pero las acusaciones no teológicas diferían en distintas épocas, y durante el nazismo alcanzaron un punto extremo: eran de índole contradictoria, pues acusaban a los judíos de ser tanto comunistas como capitalistas, una postura sostenible precisamente por las supuestas cualidades satánicas de los judíos. Sin embargo, todas estas acusaciones, incluso las racistas, se basaban en precedentes teológicos: la acusación de que hay una conspiración judía para controlar el mundo puede encontrarse en textos cristianos antiguos; de manera similar, la idea de que los judíos corrompen a las sociedades y sus culturas, o de que usan sangre de niños para preparar sus comidas especiales, provienen de la edad antigua o medieval.

¿Cuáles son “los mismos argumentos teológicos” contra los judíos? ¿El testimonio del Evangelio? Es decir, Bauer considera al Evangelio, a todos los dichos del Mesías Jesucristo como un elemento “antisemita”… que en realidad es producido por un descendiente de David, nacido de una Virgen en Belén de Judea según se había profetizado. ¿Se trata entonces de un antijudaísmo judaico, de un antisionismo judaico? El argumento utilizado por el autor es falso. No se detiene a reflexionar sobre las profecías y su cumplimiento en Jesucristo como el Mesías esperado, sino que dogmáticamente lo descarta a pesar de dos mil años de prueba de que efectivamente se cumplieron las Profecías.

El manejo de las finanzas internacionales por personas de extracción sionista es negado por Bauer. Los financistas de los Gobiernos y de los organismos internacionales parecieran no tener nombres y apellido, ni los dueños de los grandes paquetes accionarios de las multinacionales. Existe un Poder Internacional del Dinero que ha sido condenado por los Papas en su Magisterio. Cabe destacar que el capitalista liberal y el comunista tienen una esencia común: el materialismo y el manejo del dinero ya sea por parte de privados o del Estado. La pretensión de que el comunismo y el capitalismo son esencialmente diversos, y opuestos es falsa.

Por su parte, el nazismo fue un fenómeno no cristiano, sino pagano. Bauer habla de “la acusación de que hay una conspiración judía para controlar el mundo”. Sin embargo, este fue precisamente el motivo por el cual rechazaron a Jesucristo como Mesías, ya que tras haber visto el milagro de la multiplicación de los panes y de la resurrección de Lázaro, esperaban que se instaurara un gobierno mundial en que Israel estaría por sobre todos los pueblos dominándolos. Ese es un sueño sionista de aquellos tiempos, es el Mesías que aguardaban los judíos en tiempos de Jesucristo, quien les advirtió: “Mi Reino no es de este mundo”, y “¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma?”. ¿Importa el alma de cada judío a Bauer? De ninguna manera, cuando efectivamente se trata de ese problema teológico puntual, que no es enumerado. Precisamente, el combate a Jesucristo como Mesías trae como consecuencia: el apego a este mundo, la consideración de que la vida se extingue en este mundo y por tanto hay que vivirla como a cada cual le plazca, la burla a quienes busquen la santidad (como Herodes se burló ante Jesucristo pidéndole milagros), y la ambición desmedida de lucro y poder, del cual Satanás es dueño en este mundo. Finalmente, existen casos documentados de sectas judías que usan sangre de niños para sus rituales.

Ahora bien, Bauer presenta un estereotipo de judío no definido. Es decir, confunde sionismo con judaísmo, confunde la religión y la raza, el Estado de Israel y el judío de la diáspora, y todo ello entre sí. El fruto es que vale tanto el judío que comete delitos como el honrado que gana el pan con el sudor de su frente, al ambicioso avaro o lujurioso que el recto y virtuoso, el que cumple con los Diez Mandamientos buscando alabar a Dios, que el adorador de Satanás. Son todas cosas diversas, en que pone en un dilema la acción contra el judío que resulta ser un delincuente, y si la Justicia lo busca será tildado de acto antisemita, involucrando a todo el judaísmo en la delincuencia.

Efectivamente, no todo judío es delincuente, sionista, vicioso o satánico. Pero los hay, así como hay judíos honrados, antisionistas, que viven las virtudes naturales, y que repudian el satanismo. No hay distinciones para Bauer.

NAZISMO ANTICRISTIANO

En el siglo XVI y en adelante, la pureza o limpieza de sangre, la prueba de que la persona no descendía de judíos o musulmanes, era obligatoria para cualquiera que aspirara a un cargo público en España. La noción de que el nazismo era una ideología neopagana que no tenía relación con el cristianismo es cierta sólo en parte: el antisemitismo cristiano fue una condición previa necesaria, aunque no suficiente, del nazismo. El nazismo se volvió en contra del cristianismo, sobre todo porque se basaba en el judaísmo y contenía ideas humanísticas que los nazis consideraban detestables. Se volvió especialmente en contra de la Iglesia Católica, cuyas divisiones no eran de carácter militar. Pero los judíos quedaron atrapados en el medio: fueron asesinados por los nazis y no fueron protegidos por las Iglesias, aunque hubo muchos sacerdotes, pastores y altos funcionarios de las Iglesias que trataron de salvar judíos, y algunos de ellos sacrificaron su vida para lograrlo.

¿Puede un no judío ser presidente hoy en Israel? ¿Habrá que acusar al actual Estado de Israel de que una persona que no descienda de judíos no puede acceder a cargos de relevancia allí? Pues lo mismo sucedió en España, donde la monarquía era católica, al igual que en toda la Europa de la gloriosa Edad Media tan silenciada por muchos. Mil años de historia difamados en dos renglones por la ignorancia y la petulancia de pseudo historiadores o científicos.

Se ha aclarado que lo que llama Bauer “antisemitismo cristiano” es la desestimación de que Jesucristo es el Mesías anunciado al cual el judaísmo persigue dos mil años después de su venida. El razonamiento del autor es: existió el cristianismo y el Evangelio, y su existencia (definida como “antisemitismo cristiano”) fue una condición previa para el surgimiento del movimiento pagano nazi. Es decir, insinúa que el cristianismo dio origen a un paganismo que el Magisterio de los Papas ha condenado en 1937. Luego afirma que el nazismo se volvió contra el cristianismo por el Antiguo Testamento contenido en la Tradición, al cual Bauer llama “ideas humanísticas”. Concluye el autor sosteniendo que el nazismo se volvió contra la Iglesia Católica, y que en el medio quedaron los judíos. Es decir: los judíos fueron víctimas de la persecución contra la Iglesia Católica. Además, dice Bauer que los judíos “no fueron protegidos protegidos por las Iglesias”

Omite Bauer que la Iglesia Católica fue la que más hizo por los judíos, incluyendo al mismo Papa y la estructura del Vaticano, puesta al servicio de salvar la vida de numerosísimos judíos que fueron escondidos, protegidos y enviados a lugares seguros. El mismo San Maximiliano Kolbe ofreció su vida en lugar de un judío que era jefe de familia. Pero pareciera anecdótico en el texto del autor.

 

EL INVENTO DE VÍCTIMAS
Podría decirse que los nazis inventaron a sus víctimas, en el sentido de que los judíos a los que atacaron no eran necesariamente los que se veían a sí mismos como judíos. Por supuesto, y esto debe señalarse en todos los contextos educativos, los judíos no eran un colectivo político. En Alemania, por ejemplo, nunca existió un organismo que representara a todos los judíos antes del ascenso de los nazis al poder. Tampoco lo había en la Polonia de entreguerras. Había comunidades y organizaciones judías variopintas, ortodoxas y liberales y no religiosas, pero nunca unidas del todo, ni siquiera en un país como Francia, donde había una organización rabínica llamada Consistorio, que representaba a apenas una minoría de personas que se identificaban como judíos. En Polonia, por ejemplo, una mayoría relativa de judíos, cerca del 40%, se identificaba con el Bund, que era socialdemocrático, anticomunista, antisionista y antirreligioso. Los nazis, siguiendo precedentes anteriores, inventaron el colectivo político judío, que incluso era internacional, y luego, paradójicamente, los judíos trataron de crear organizaciones políticas e internacionales, en parte para luchar contra la amenaza del nazismo. Así, en 1936 se creó el Congreso Judío Mundial, que supuestamente representaba a las comunidades judías de todo el mundo. En realidad, sólo se incorporaron algunas comunidades judías; otras, no. El movimiento sionista, una entre varias expresiones del nacionalismo judío en alza, atrajo a una minoría de judíos.

Bauer expresa que hubo un “invento” de víctimas judías. Dice que fueron los nazis los responsables de ese invento. Reconoce además que un 40% de los judíos polacos se reconocían como anticomunistas, antisionistas y además como antirreligiosos.

Achaca el autor a los nazis la aparición de la figura de el judío “internacional”, el cual es fruto de la diáspora, de no tener un territorio propio donde residir. La internacionalidad es esencial de una diáspora. Hablar del judío “internacional” es como hablar del armenio “internacional”. El Sionismo tenía sus reuniones, a su vez, e iba planificando una organización política e internacional, independiente de las coyunturas políticas de cada país, como un órgano representativo pero de los judíos sionistas. Evidentemente, hay que tener en claro que sólo el sionista judío se ve a sí mismo como persona, en una ideología racista que fuera condenada por las Naciones Unidas.

En 1936 el Congreso Judío Mundial presumía la representación de todas las comunidades judías, el cual fue una continuidad del de Basilea. El Congreso Mundial Judío hoy es una de las mayores organizaciones judías del mundo. Su sede central se encuentra en Nueva York, EEUU (la ciudad con mayor cantidad de judíos fuera de Israel), pero su centro de investigación se ubica en Jerusalén, Israel. Cuenta con oficinas en Buenos Aires, Argentina (el sexto país con mayor cantidad de judíos, siendo los primeros Israel y EEUU); Ginebra, Suiza; París, Francia; y Miami, en el Estado de Florida de EEUU. Tiene representantes de comunidades judías de más de ochenta países y cinco ramas regionales: el Congreso Judío Estadounidense, el Congreso Judío de América Latina, el Congreso Judío Europeo, el Congreso Judío Euroasiático y el Congreso Judío de Israel.

Theodor Herzl convocó el primer Congreso sionista en 1897, y pensó que el lugar ideal para tal congreso sería Muních; pero los rabinos alemanes (los "Protestrabbiner") pidieron al gobierno bávaro que no se autorizase la celebración del Congreso sionista. Las poderosas organizaciones de "Joveve Zion" también se oponían, pero Herzl perseveró en su decisión y logró reunir el primer Congreso sionista en Basilea. A pesar de la oposición de los judíos "asimilados", se creó en el Congreso la Organización Mundial Sionista y se proclamó el programa, llamado "de Basilea", que reza: "El objetivo del sionismo es crear un hogar en Palestina para el pueblo judío, asegurado por el Derecho Público". Queriendo resumir los resultados de este Congreso, Herzl anotó en su Diario: "En Basilea fundé el Estado Judío; si yo dijera esto hoy, sería objeto de la risa universal; en cinco años, quizás en cincuenta, cualquiera lo verá".

Entonces, el judío con relevancia internacional, que toma decisiones de Derecho Público ¿existe o no existe? ¿No es el sionismo un instrumento que plantea la dominación de las Naciones?

Bauer omite el tema de los Protocolos de los Sabios de Sion, algo que debería supuestamente haber abordado, que no debiera ser omitido. Hay mucha discusión en torno a la autenticidad de Los Protocolos de los Sabios de Sión, que a veces hasta implicó la apertura de causas judiciales. Hay cantidad de literaturas tanto a favor como en contra, y algunos piensan que se trata de apuntes correspondientes a los originales del Congreso de Basilea convocado por Herzl, a quien algunos judíos consideran como un mesías (que les promete bienes temporales y el dominio judío sobre el mundo entero, lo mismo que esperaban de Jesucristo).

Un ejemplo además es la Alianza Israelita Universal que es una organización política sionista fundada en Francia en 1860 con el propósito de brindar ayuda a los judíos, desarrollando su acción en ese país. Sus fundadores fueron un grupo de judíos franceses con recursos económicos, quienes ofrecían a otros judíos respaldo político, y que creó programas de educación judía en la Europa oriental, Oriente Medio y África del Norte. En 1945 manifestaron su apoyo al sionismo, y en 1946 sus actividades diplomáticas fueron asumidas por el Consejo Consultivo de Organizaciones Judías en la ciudad de Nueva York.

La Alianza Israelita Universal fue fundada por Isaak Adolphe Crémieux, quien además de judío era un masón del Gran Oriente, donde "ascendió" para volverse un miembro del Consejo Supremo de una súper-masonería de 90 grados, llamada el Rito de Mizraim y siendo Gran Maestro en 1869.

Fue Cremieux que formó la Alianza Universal Israelita, una de las organizaciones más poderosas en el mundo para la extensión de poder sionista sobre las naciones Gentiles; este cuerpo fue representado oficialmente en el Congreso de Berlín (1878). La Alianza Universal Israelita frecuentemente ha interferido con la justicia en nombre de los delincuentes judíos culpables de Asesinato Ritual. Cremieux tenía un hijo adoptivo, también judío, llamado Gambetta, a quien promovió. Cremieux era el hombre de James Rothschild, y este lo financiaba a aquél, en tanto que Gambetta era el hombre de Cremieux, y estos dos fueron funcionarios en los gobiernos de Francia de su tiempo. Acerca de su obra de gobierno y gestiones financieras y políticas, hay que estudiar más Historia.

UN GENOCIDIO MÁS
Los nazis asesinaron personas cuyos abuelos se habían convertido al cristianismo, porque los veían como judíos. Mataron personas que habían nacido de padres judíos pero que se identificaban como polacos, o rusos, o italianos, y que habían cortado relaciones con otros judíos. El sentido de pertenencia al judaísmo ya no definía a todos los judíos, y hasta se podría decir que ya no definía ni siquiera a la mayoría de los judíos. La mayoría de los judíos se identificaban a sí mismos como judíos pero tenían distintas formas de interpretar lo que eso significaba. Los docentes deben explicar que se debe respetar la forma en que las personas se definen a sí mismas y no permitir que sean otros quienes las definen, como lo hicieron los nazis. Los nazis inventaron un pueblo judío que era sólo en parte el pueblo con el que se identificaba la mayoría de los judíos. Y sin embargo -y este es el punto principal-, la reacción de los judíos ante las persecuciones y luego ante la matanza fue cuanto menos sorprendente. Los judíos alemanes, la mayoría de los cuales eran no ortodoxos y acérrimos nacionalistas alemanes, se volcaron al pasado y trataron, con bastante éxito, de recuperar su identidad judía histórica y religiosa desarrollando una cultura judía en lengua alemana.

Efectivamente, como dice el autor, hay por ejemplo una santa católica, Edith Stein, quien era judía de origen, conversa al catolicismo y que se hizo monja. Los nazis la asesinaron. ¿Bauer considera a Edith Stein como judía o como no judía? Es decir, el asesinato de la monja católica, ¿fue un acto antisemita?

El genocidio perpetrado por los nazis fue uno más de los tantos cometidos en el Siglo XX, tampoco fueron solamente víctimas los judíos. No fue ni el primero, ni el más numeroso ni el más cruel. Fueron muchos más las víctimas del genocidio soviético, por ejemplo, o limitado a un espacio geográfico a Ucrania con el Holodomor, y fue mucho más cruel, violento y despiadado al grado de una visión infernal el perpetrado por los islámicos turcos otomanos contra los armenios, que fue además el primero del Siglo XX y el primer genocidio científico de la humanidad.

LA RESISTENCIA DESARMADA
La Biblia se tradujo al alemán y la vida intelectual y social prosperó en los años 30 a pesar de las persecuciones en aumento. Después del comienzo de la guerra, y especialmente en los grandes guetos de Polonia -pero no sólo allí- se formaron redes de organizaciones sociales, económicas y culturales, para mantener la moral y una apariencia de vida civilizada a pesar del hambre, las epidemias, las golpizas y el peligro de las deportaciones con destino desconocido. No había posibilidad de resistencia armada puesto que los judíos eran una minoría pequeña -incluso en Polonia eran apenas el 10% de la población general-, no tenían acceso a las armas y no habían desarrollado una clase militar; además, en la mayoría de los países europeos estaban excluidos del resto de la población y no contaban con el apoyo de los Aliados. Por eso, la resistencia desarmada era la única opción posible, y muchas comunidades judías eligieron esta opción. Por lo que sé, esto nunca ocurrió con otras poblaciones que hayan sido o sean actualmente víctimas de crímenes genocidas. Sugiero que la resistencia desarmada judía sea uno de los temas centrales de la educación sobre el Holocausto.
Por supuesto, la resistencia desarmada no se dio en todas partes. Bajo la tremenda presión de los nazis y sus colaboradores locales, hubo muchos casos de desintegración social, de colaboración forzada con el enemigo y de traiciones. Pero esas cosas son comunes en la mayoría de los casos de genocidio. Hay que tener cuidado de no catalogar de colaboradores a los Consejos Judíos, instituidos por los alemanes para facilitar las políticas alemanas relativas a los judíos. Es cierto que algunos cedieron a la presión alemana sin oponer resistencia -en Ámsterdam por ejemplo, o en Salónica o, posiblemente, en Lodz-. Pero en la mayoría de los lugares, según sabemos ahora, trataron de proteger a sus comunidades lo mejor que pudieron sin iniciar una resistencia abierta contra un poder imbatible. Siempre que se intentó oponer resistencia -y se intentó en muchos lugares- los Consejos Judíos fueron depuestos y en la mayoría de los casos, sus miembros fueron asesinados.

¿A qué llama Bauer una “resistencia desarmada”? Por otra parte, considera que fue la única “resistencia desarmada” del planeta y de la Historia, en lo cual se equivoca. El genocidio islámico turco otomano contra los armenios de 1915 tomó a muchísimos por sorpresa, no dando posibilidad de defensa propia. Con el avance del tiempo, hubo quienes pudieron armar una defensa de tipo militar, mientras duraba el genocidio, sobre todo en la parte oriental (que terminó configurando los límites de la actual Armenia de fines del S. XX).

Ahora bien, ante gobiernos tiránicos, hay dos tipos de resistencia que son la activa (tomando acciones concretas para derrocar al Gobierno) y la pasiva (que implica una desobediencia a las órdenes que sean impartidas). El autor aclara que sus dichos no gozan de una veracidad absoluta, ya que “hubo muchos casos de desintegración social, de colaboración forzada con el enemigo y de traiciones”.

LA RESISTENCIA ARMADA
Sin embargo, en muchos lugares estos Consejos trataron de resistir a pesar de todo, y en algunos pueblos y comunidades organizaron rebeliones armadas. Los alemanes también establecieron unidades policiales judías en los guetos, y la mayoría de estos oficiales hacían lo que les ordenaban los nazis, y en algunos casos, como es ampliamente conocido, entregaron judíos a los alemanes. Pero es un error generalizar. En la mayoría de los lugares, tanto en el este como en el oeste, los alemanes no pedían la colaboración de los Consejos ni de la policía sino que se ocupaban ellos mismos de los judíos, con brutalidad y sadismo. La imagen de la policía judía entregando a otros judíos es verdadera si hablamos del gueto de Varsovia, por ejemplo, pero no en el caso de Kaunas, y la mera noción de esa imagen es irrelevante si hablamos de Bélgica o los Países Bajos.

Va centrándose la atención de Bauer en los años de la II Guerra Mundial. Reconoce que hubo comunidades judías que se armaron, y que en los ghetos hubo autoridades policiales judías, que incluso entregaban judíos a los alemanes.

El autor no aclara si los judíos entregados por los propios lo eran por delitos, por merecer sanción, o por el simple hecho de ser judíos. En este último caso, sería indistinto que se entregara uno u otro, y al parecer no sería razonable. Da por ejemplo el gheto de Varsovia.

VINCULACIÓN EDUCATIVA

Las reacciones de las víctimas judías se deben enseñar vinculándolas con el contexto general de las relaciones entre judíos y no judíos. Obviamente, estas relaciones eran diferentes en los distintos países. Como bien sabemos, los judíos daneses eran tratados como daneses por la población de Dinamarca y en consecuencia muchos de ellos fueron llevados de contrabando a Suecia, país neutral. En Bulgaria, los judíos fueron rescatados por una inesperada coalición de miembros del Partido Fascista, la Iglesia Ortodoxa y los grupos clandestinos comunistas y socialdemócratas, o sea, por representantes de la mayoría de la población búlgara. Otras actitudes menos drásticas pero marcadamente pro-judías fueron las que demostraron los serbios, italianos, belgas y franceses. Había poca simpatía por los judíos en Rumania, Ucrania y los Países Bálticos. En los últimos años, textos revisionistas de Polonia y de la diáspora polaca acusan en cierta medida a los judíos de haberse matado ellos mismos o de haberse negado a ser rescatados por un gran número de polacos dispuestos a ayudarlos. Esto es no sólo una distorsión total de un hecho histórico sino que además minimiza el heroísmo real de miles de polacos que, a pesar de ser una minoría entre sus connacionales, hicieron todo lo posible para rescatar a los judíos, y en muchos casos lo pagaron con su vida. También ignora diferencias regionales: había una marcada actitud antisemita en el noreste y el centro-sur de Polonia, donde las poblaciones locales traicionaron a los judíos entregándolos a la policía alemana y polaca. Las razones precisas de esto todavía no han sido investigadas. Por otra parte, la minoría polaca en la Galicia del Este y Volinia era mucho más amigable hacia los judíos, y en algunos casos los judíos se unieron a ellos en la defensa contra los nacionalistas ucranianos y los alemanes. Para los educadores es importante señalar el peligro de las generalizaciones fáciles. Reitero, es imposible para los docentes entrar en detalles, pero se debe subrayar la amplia variedad de reacciones y se deben mencionar los motivos: los pasados diferentes de cada uno de los lugares habían creado bases diferentes para las actitudes que definieron las posibilidades de supervivencia de los judíos. En definitiva, las actitudes de los vecinos no judíos fueron en gran medida responsables de la muerte o la supervivencia de la minoría judía.

Bauer sostiene que “para los educadores es importante señalar el peligro de las generalizaciones fáciles”, pero es precisamente lo que él ha hecho en su exposición. Desmerece el auxilio que los no judíos han dado a los judíos perseguidos, pero a la vez reconoce que por ejemplo en Bulgaria el Partido Fascista rescató a judíos del peligro.

No especifica el autor qué es ser “pro-judío”, si es salvar la vida de quien injustamente se halla en un peligro, o si es compartir el ideario sionista.

De muchos de los temas que aborda el autor, él simplemente especifica la orientación para los que difundirán la información (docentes, instituciones o gobiernos), pero no indica los contenidos. “Las víctimas judías se deben enseñar vinculándolas con el contexto general de las relaciones entre judíos y no judíos”, es decir, estableciendo una discriminación previa y victimizando a los primeros a la vez que se resta todo mérito a los segundos.

RESISTENCIA ARMADA

Es importante señalar que si bien no había posibilidades objetivas de resistencia armada judía, a pesar de esto y al contrario de toda lógica, la resistencia armada judía existió, y fue de una magnitud mucho mayor de lo que podría esperarse. La historia de la Rebelión del Gueto de Varsovia es importante y no debe ignorarse, pero no fue en absoluto el único hecho de esas características. Hubo rebeliones o intentos de resistencia armada en Vilna (Vilnius), Kaunas (Kovno), Bialystok, Svencionys (Svenciany), Cracovia, Baranowicze, Lachwa, Tuczyn y en otros lugares del este. De hecho, sólo en Bielorrusia Occidental fueron cerca de 63 los pequeños poblados donde se intentó o se concretó la resistencia armada. Se calcula que entre 20.000 y 30.000 judíos fueron a los bosques a luchar junto con los partisanos soviéticos, aunque no muchos sobrevivieron. Hubo luchadores y partisanos judíos en Francia, Bélgica, Italia, Yugoslavia, Bulgaria y las áreas de Ucrania ocupadas por Rumania. En todos estos casos los grupos fueron pequeños, y lo importante no es el daño infligido a los alemanes y sus colaboradores sino el hecho de que existieron intentos de resistencia armada. Se trata de una importancia moral.

Ahora Bauer reconoce lo que antes había negado. Hubo según él numerosos poblados en que los judíos se armaron. Es más, llega a afirmar que unos 30 mil judíos se plegaron a los partisanos soviéticos, es decir, al comunismo. Menciona que hubo partisanos judíos en varios países, y en una actuación internacional.

La mención de que esto es algo con “una importancia moral”, contrasta con lo que antes había destacado de judíos pacíficos desarmados que fueron solamente víctimas llevados por la sola injusticia, por el solo hecho de ser judíos. Ahora que con las armas destaca todo lo contrario: hace suponer que fueron valientes y aguerridos en el frente. Pero… ¿un partisano es lo mismo que un militar? En realidad, un partisano es lo mismo que un delincuente usando un arma al servicio de una ideología revolucionaria, porque eso es lo que lo caracteriza.

¿Armados o desarmados? Ambas cosas. ¿Víctimas o militantes partisanos? Ambas cosas. Pero Bauer se queja cuando se afirma que hay identidad entre el dinero manejado en el sistema liberal por las multinacionales y el Poder Internacional del Dinero, que manejara a su vez las finanzas y el dinero de los países soviéticos y comunistas. Debemos aquí reafirmar también ambas cosas.

Es decir: hubo judíos con los aliados, del lado de los ingleses, franceses y estadounidenses, y también del lado soviético.

GUERRA MUNDIAL Y GENOCIDIO

Cuando abordamos el tema del mundo exterior, los poderes occidentales y la Unión Soviética, en realidad estamos hablando del presente, porque los grandes poderes de hoy están ante una situación parecida: son observadores pasivos de genocidios constantes. Las diferencias entre las distintas formas de genocidio son muchas. Una de ellas es que, con respecto al Holocausto, hablamos de la conducta de los países poderosos en una conflagración mundial, lo cual difiere evidentemente de la situación actual. Es innegable que si bien hoy vemos el Holocausto como uno de los eventos principales -si no el principal- de la guerra, no era más que un tema marginal en el momento en que sucedió. Los Aliados sabían, al menos en términos generales, lo que estaba pasando, pero estaban luchando por su vida contra un enemigo formidable. Muchos líderes simplemente no creían las informaciones que recibían. Además, y este es tal vez el punto principal, los oponentes al nazismo no comprendían la importancia central de la ideología nazi; la veían como un medio para ganar y retener poder y no como una convicción firme y profunda, que los nazis harían realidad si podían. Hoy en día estamos en una situación similar, cuando muchos creemos que la propaganda genocida del islamismo radical no son más que palabras y no nos damos cuenta de que es una ideología a la que muchos adhieren incondicionalmente y que los llevará a actuar si tienen la oportunidad.

Habla Bauer de “los grandes poderes de hoy”. ¿Cuáles son esos poderes? ¿Quiénes lo ostentan?

Sigue diciendo que esos “grandes poderes de hoy"… son observadores pasivos de genocidios constantes”. Veamos: si son poderes, tienen autoridad, y si tienen autoridad su pasividad es un consentimiento, por acción u omisión. Luego, no son observadores pasivos, sino activos. ¿Podemos identificar esos poderes? Sí: es la plutocracia internacional (a manos de sus autoridades) y la delincuencia internacional (a manos de los que lucran con ella). Organizaciones internacionales genocidas con explícitos planes antivida de masacrar a bebés concebidos por nacer, a ancianos con la eutanasia (a la que llaman “consentimiento informado”), difusores de lo antinatural, inventores de una religión sincrética naturalista, o los traficantes de armas y de drogas.

¿Es el caso de las víctimas judías del genocidio perpetrado por los nazis el único que acaeció durante una conflagración mundial? De ninguna manera. El caso armenio fue durante la Primera Guerra Mundial. Ambos casos difieren de otros que son focalizados dentro de un determinado país. En el caso del islámico Imperio Turco Otomano, iniciado el conflicto mundial que comenzó en 1914 se comenzó con la aplicación del plan genocida el 24 de abril de 1915, con hechos sistemáticamente omitidos al abordar cualquier texto común sobre la Gran Guerra como en ese entonces se la denominaba.

Bauer reconoce que la muerte de los judíos era un tema marginal en el contexto de la guerra. Afirma que los aliados sabían lo que sucedía, que había muchos líderes (judíos) que no creían las informaciones recibidas. Esa ceguera es desmentida por la primera voz que se alzó en la condena del nazismo de modo público en 1937: la voz del Papa y de sus encíclicas condenando los errores del nazismo y del fascismo, y augurando la caída de esos regímenes cuando estaban en lo más sólido de su apogeo y nada hacía pensar en su desaparición.

Bauer quiere asimilar y adaptar cada hecho nacional a los judíos y su situación en el denominado “Holocausto”… excepto con la cuestión palestina. Habla de la “propaganda genocida del islamismo radical”, que asimila al pensamiento nazi, pero no mira a la propaganda del sionismo que en Israel comete también genocidios contra los palestinos. ¿Cómo explicar estas contradicciones del sionismo, en un marco donde los judíos deben ser presentados como víctimas, cuando acaban siendo los verdugos victimarios?

¿CAMPOS DE EXTERMINIO?

Hay otro aspecto en esta cuestión: en muchos libros se ha acusado a los poderes occidentales de mantenerse en silencio frente al genocidio que sucedía frente a sus ojos y de no usar su poderío militar para el rescate de los judíos. Pero los hechos son muy diferentes. No hubo silencio. Cuando en noviembre de 1942 finalmente fue confirmada la información sobre la aniquilación masiva de los judíos, los Aliados -incluyendo a la Unión Soviética- declararon, el 17 de diciembre de 1942, que los alemanes estaban asesinando a los judíos y que los responsables serían castigados. Por supuesto, el castigo fue impuesto en una pequeña proporción. No se censuró ninguna noticia llegada de Europa sobre estos temas -que la gente creyera o no lo que leía es otra cuestión-. Un segundo tema es que los alemanes comenzaron a asesinar en masa a los judíos tras la invasión a la Unión Soviética en junio de 1941. Estados Unidos era neutral, y los ingleses se habían visto obligados a retirarse a sus islas, donde luchaban por su propia supervivencia. Los soviéticos estaban siendo derrotados, y de todos modos no tenían interés en los judíos como tales. Estados Unidos no declaró la guerra a Alemania; lo que ocurrió fue que los estadounidenses se vieron obligados a entrar en la guerra a causa del ataque japonés a Pearl Harbour, y luego Alemania le declaró la guerra a Estados Unidos, no al revés. Si esto no hubiera ocurrido, no hay forma de saber si Estados Unidos habría intervenido en la lucha, ni cuándo. Durante el período de las grandes operaciones de exterminio, en 1941, 1942 y varios meses de 1943, no había ejércitos aliados cerca de los sitios de destrucción, y los ejércitos alemanes controlaban la mayor parte de Europa. Los únicos bombarderos occidentales que podrían haber llegado a los campos de exterminio de Polonia eran los Lancaster británicos, pero no había aviones de combate para acompañarlos a esos lugares. La situación recién cambió cuando los Aliados ocuparon los campos de aviación italianos cercanos a Foggia en noviembre de 1943. Llevó algunos meses preparar esos campos para que fueran utilizables, y por eso no fue posible bombardear los campos de exterminio hasta 1944. Para entonces, sólo Auschwitz-Birkenau seguía funcionando. Birkenau podría haber sido atacado después de mayo de 1944, especialmente luego de conocerse, en junio de 1944, un informe detallado sobre Auschwitz de dos judíos eslovacos que habían escapado, Alfred Wetzler y Rudolf Vrba. Pero entonces los líderes militares occidentales consideraron que el sitio era un blanco civil, y sólo estaban dispuestos a usar sus fuerzas aéreas contra blancos militares.

Bauer hace una interpretación propia de los hechos, alude a que Estados Unidos no habría ingresado a la conflagración bélica, y que hubo un gran exterminio de judíos a partir de junio de 1941 hasta varios meses de 1943. Sin embargo, dice que “no fue posible bombardear los campos de exterminio hasta 1944” ¿Qué significa eso? Supuestamente lo que más había en esos lugares según la “historia oficial” eran judíos, y dice el autor que… ¿había que bombardearlos?

Además, consigna que para 1944 “sólo Auschwitz-Birkenau seguía funcionando” y que se conoció en junio de 1944 un informe de dos judíos eslovacos que habían escapado. ¿En ese momento solamente había dos testimonios cómo era y qué sucedía en ese lugar?

Pareciera que hay muchas piezas faltantes en un rompecabezas mal fabricado… ¿Y esto es lo que se debe enseñar a niños en el aula y en presentaciones ante todo tipo de autoridades?

SIONISMO Y PALESTINA
Si las fuerzas aéreas occidentales -a los soviéticos no les importaba en absoluto- hubieran atacado Birkenau, ¿eso habría hecho que los alemanes dejaran de matar judíos? No lo creo. Los perpetradores alemanes habrían continuado lo que estaban haciendo: fusilar a sus víctimas al borde de zanjas o, como hicieron después, hacerlos marchar hasta la muerte. La idea de que Occidente podría haber salvado a los judíos es popular y populista, pero para nada convincente. Por otra parte, aunque Occidente no podría haber salvado a los millones que murieron, podría haber salvado a miles, tal vez más. Occidente cerró las puertas de Palestina a los judíos que trataban de escapar por los Balcanes y se negó a prometer a los neutrales -Suiza, España, Turquía, Suecia y Portugal- acoger a los refugiados que pudieran llegar a esos países y encontrar otros sitios para ellos después de la guerra, porque los neutrales no querían judíos en sus territorios. La actitud de los soviéticos todavía se está investigando, pero está claro que la cuestión judía era, cuento mucho, marginal para ellos.

El tono académico ha sido dejado de lado, y Bauer dicta pareceres, opiniones. ¿Será o no será? Es un modo de tender un manto de sospechas sin elemento alguno que justifique las sospechas. Habla de millones de judíos muertos, pero después habla de miles, en una contradicción permanente. Que si a los soviéticos no les importaban los judíos, que si Occidente podría haber salvado a los judíos…

Sólo la Iglesia Católica actuó de modo claro defendiendo la vida de judíos inocentes, en una gran obra de Caridad cristiana. Es más, hubo conversiones a raíz de la ejemplaridad de los católicos.

Pero el centro del texto no es la salvación de la vida de los judíos, que debería ser el tema central… sino Palestina, el territorio que el sionismo decidió usurpar. “Occidente cerró las puertas de Palestina a los judíos que trataban de escapar por los Balcanes”, afirma contradiciendo la Historia, ya que precisamente fueron los británicos quienes facilitaron la toma de posiciones por tropas israelíes en Palestina, para ocupar de ese modo lo que se convertiría en 1948 en el Estado de Israel, avalado desde las Naciones Unidas.

Fue el modo sionista de concretar su primer postulado: ocupar Palestina y proclamar la independencia del Estado de Israel. Pero el sionismo se ocupa no sólo de eso, sino de mantener a raya a todo tipo de amenaza… y de continuar con el plan para que sea el sionismo dominador del mundo entero e imponer tiránicamente su dominio a quienes no son considerados como humanos por los sionistas, es decir al resto de la humanidad.

PEDAGOGÍA JUDÍA

Estos problemas, repito, se pueden traducir en preguntas para debatir en clase. ¿Cómo enseñamos el Holocausto? No soy pedagogo profesional ni experto en didáctica. Pero creo que el Holocausto debe, en principio, enseñarse analíticamente, y por otra parte también debe enseñarse como la historia de las personas que se vieron involucradas en él sin remedio. Un historiador es alguien que cuenta historias reales. Si un docente no usa esta herramienta, no causará ninguna impresión ni ningún efecto. Por otro lado, limitarse a contar historias es contraproducente. Se debe estimular a los alumnos a que investiguen los hechos, las relaciones, los contextos. Creo en la combinación de estrategias educativas. Otro punto importante para considerar es la necesidad de adaptar la enseñanza del Holocausto al contexto social, cultural e histórico de los alumnos. Si se enseña en la República Checa se debe tener en cuenta el destino de los gitanos, que sufrieron un genocidio diferente del Holocausto pero paralelo a él, cuando fueron asesinados casi todos los gitanos checos que vivían en lo que actualmente es la República Checa. Habrá que subrayar el hecho de que Terezín jugó un papel central en el Holocausto en tierras checas y que un gobierno colaboracionista checo con autonomía limitada ayudó a los nazis a implementar sus políticas. Si se enseña en los Países Bajos habrá que enfatizar la colaboración de la administración nacional con el genocidio, y al mismo tiempo describir el rescate de unos 16.000 judíos holandeses por parte de la población local. En ambos casos habrá que subrayar las características de las comunidades judías locales y observar la conducta contrastante de los Judenraete en Terezín y en Ámsterdam. Pero en todos los casos y en todos los países donde enseñe, el docente habrá de presentar el panorama total del Holocausto y no ceñirse a la historia local. El Holocausto no fue un acontecimiento checo, holandés ni polaco; fue un acontecimiento global que sucedió en Europa, en toda Europa y más allá de Europa. Esto requiere adaptaciones pedagógicas, y eso es lo que está haciendo el ITF y lo que le corresponde hacer.

Un historiador no es alguien que cuenta historias reales, sino alguien que detalla científicamente la verdad de hechos ocurridos, teniendo pruebas fehacientes de los mismos. Lo contrario es un cuentista literato que inventa una historia en un marco de historia verídica, pero no es más que una ficción literaria, o una ficción histórica imaginativa.

En un genocidio existen historias reales de personas y de familias. Pero también existe la Historia de una Nación en cuyo marco se producen los hechos. ¿Hacia dónde se dirige la pedagogía de Bauer? El mismo lo denuncia: a causar impresión y efecto usando la herramienta del cuento.

“Se debe estimular a los alumnos a que investiguen los hechos, las relaciones, los contextos”, dice el autor, pero si los alumnos abrevan en el Revisionismo Histórico él los condenará. Es decir, lo importante es causar el efecto de que los judíos son las únicas víctimas de un genocidio, y que todos los genocidios pasados, presentes y futuros se deben relacionar con los judíos muertos bajo el régimen nazi, y que ascienden a la científica cifra de 6 millones (ni uno más ni uno menos). Así es la historia oficial. Y aunque Bauer admita que hayan sido menos de 6 millones, su visión no se basa en argumentos científicos sino declamativos. Dice además que “la enseñanza del Holocausto” se debe adaptar al contexto social, cultural e histórico de los alumnos, que se traduce en la práctica por ejemplo, en la República Checa con los gitanos, en los Países Bajos que el Gobierno era genocida pero que la población local salvó a 16 mil judíos holandeses. Exige Bauer subrayar las características de las comunidades judías locales, remitiendo todo a la identidad judía, a la admiración e imposición de su identidad, la cual el alumno jamás llagará a tener, a no ser que efectivamente sea judío. Así, se educará en la inferioridad de todos los pueblos con respecto a la identidad judía, que será conocida y dominará al resto. Por ello, la enseñanza en la línea que indica Bauer no se debe ceñir a lo local, sino que debe describirse “El Holocausto” como un acontecimiento global que sucedió en toda Europa y más allá de Europa”. ¿Se trata de una Guerra Mundial? Pues la Primera Guerra Mundial también lo fue, y Bauer no dice que el genocidio contra los armenios debe gozar de las mismas características. ¿O es que acaso los armenios somos menos que los judíos, inferiores a ellos?

ENSEÑAR DILEMAS IMPOSIBLES
Al final, lo que se enseña son dilemas, dilemas imposibles que nadie debería tener que plantearse. Déjenme darles un ejemplo conocido: en el gueto de lo que hoy es Vilnius en Lituania, había una organización de resistencia llamada FPO, que surgió de una coalición de movimientos juveniles judíos que abarcaban desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha. El comandante elegido fue un comunista judío, Itzik Wittenberg. Las razones de la elección fueron, por un lado, que era un muchacho muy popular y carismático, y por el otro, que la única esperanza de ayuda para la resistencia era el Ejército Rojo. Se creía que elegir a un comunista ayudaría a establecer buenas relaciones con los soviéticos. Los alemanes capturaron a un comunista lituano en el lado ario de Vilnius que, al ser torturado, dio el nombre de Wittenberg como miembro del partido y de la resistencia. Los alemanes no sabían de la existencia del FPO, pero ahora sabían sobre Wittenberg y exigieron su entrega al líder del gueto, Jacob Gens. Gens, que tenía contactos con el FPO, invitó a sus dirigentes a una reunión en el Judenrat a la medianoche, y una unidad colaboracionista lituana que estaba escondida en el edificio irrumpió en la sala y arrestó a Wittenberg. Cuando iban camino a la puerta del gueto, los lituanos fueron derrotados por miembros del FPO, quienes liberaron a Wittenberg y luego lo ocultaron en una pequeña habitación en el gueto. Los alemanes anunciaron que si Wittenberg no era entregado, asesinarían a los habitantes del gueto. Gens apeló a la población para encontrar a Wittenberg, así sus vidas serían perdonadas, y los judíos del gueto, temiendo por la vida de sus familias, buscaron a los miembros del FPO -en el pequeño gueto, no era muy difícil identificar a los jóvenes que pertenecían al FPO- y los atacaron, los golpearon y les exigieron la rendición de Wittenberg a los alemanes. Los dirigentes del FPO debían decidir si iban a entregar a su comandante o a usar sus armas para luchar contra los judíos desesperados. Finalmente recurrieron a la célula comunista del FPO, formada por dos mujeres jóvenes y un hombre, para que tomaran la decisión. La célula decidió que Wittenberg debía rendirse por su cuenta. Le entregaron una cápsula con cianuro y él caminó con orgullo hasta las puertas del gueto ante la población que lo observaba en silencio. Fue arrestado, y cuando llegó a la prisión, se suicidó. ¿Acaso había una manera de salir de este dilema? ¿Cómo juzgamos a Gens, a la población, a los dirigentes del FPO, todos los cuales, excepto Wittenberg, eran sionistas? ¿Qué decimos sobre los tres miembros de la célula que decidieron el destino de Wittenberg? Dos casos paralelos ocurrieron en Minsk y en un pueblo de Bielorrusia llamado Baranowicze. En Minsk, el Judenrat usó el cadáver de un judío en cuyo bolsillo colocó el documento de identidad del comandante de la resistencia, para engañar a los alemanes y salvar al comandante. En Baranowicze, donde la población actuó de la misma manera que los judíos de Vilnius, el Judenrat sobornó al comandante de policía alemán y consiguió así rescatar al miembro de la resistencia. Tenemos aquí tres casos, tres dilemas. Uno terminó trágicamente, los otros dos menos trágicamente. La intención de los alemanes de asesinar a todos los judíos que pudieran encontrar era la misma. ¿Quién tuvo razón? ¿Es posible comparar? Esta es la verdadera historia del Holocausto, y ese es el tipo de historias que deben acompañar su enseñanza.

La reivindicación del sionismo racista es sistemática en el texto de Bauer. Pero la historia es contada desde una sola campana, y silenciada la otra sólo se contará media verdad. Y la media verdad es una media mentira. ¿Esto entra entre los dilemas que el autor plantea? No tenemos más elementos de juicio que aquellos que brinda Bauer en su texto para analizar, desconociendo la historia puntual y los personajes referidos.

Bauer de este modo ejemplifica el modo en que se debe causar efectos en los oyentes. La historia desgarradora vista desde el judaísmo sionista. ¿Quiénes son las víctimas? Los defensores del sionismo. No los judíos en general. “Esta es la verdadera historia del Holocausto”, afirma al relatar una anécdota de la cual se carece de fuentes y referencias.

El autor ofrece las indicaciones para recrear las líneas del historicismo liberal, en que una finalidad política o ideológica deforma los hechos en el relato histórico, con tendencia hacia los propios fines. ¿Cuál es el fin de Bauer? Ensalzar el sionismo, y esto será aplicado por cada docente inadvertida que siga las instrucciones del texto original sin analizar lo más mínimo la veracidad de los hechos relatados, o la certeza de la orientación impartida dogmáticamente.

COLOFÓN

En la tradición judía, le pidieron al sabio Hilel, unos 200 años antes de la era común, que resumiera todas las enseñanzas de la Torá parado en un solo pie. Su respuesta, ampliamente conocida, fue: "No hagas a los demás lo que no te harías a ti mismo. Esta es toda la Torá, y el resto es comentario. Y ahora", dijo, "ve y aprende". Entonces, amigos, vayan y aprendan.

Disertación de Yehuda Bauer en la Conferencia sobre Bienes del Holocausto (Holocaust Era Assets Conference)
Praga, 29 de junio de 2009

“Vayan y aprendan”, dice Bauer. ¿Cómo resume la Torá? La expresión del sabio Hilel, fue repetida por Jesucristo, pero perfeccionada. ¿Cómo lo resumiría Jesucristo? Con una respuesta, ampliamente conocida: “Sed perfectos como Mi Padre en los Cielos es perfecto”, es decir, con la perfección del Absoluto que es Dios.

Los sionistas debieran saber que existe un reinado espiritual de Jesucristo sobre el mundo, que abre la perspectiva a dos Ciudades: la Ciudad de los hombres con el amor a sí mismo y el desprecio de Dios, y la Ciudad de Dios, con el desprecio de sí mismo y el amor a Dios. No hay muchas opciones en eso.

Los judíos de hoy debieran reconocer al leer las Profecías a Jesucristo como el Mesías, y empezar a cuidar el alma tal como fue revelado en el Evangelio. Los judíos no son las únicas víctimas de genocidio, sino que se trató de un genocidio más en medio de tantos otros. No fue el primer Genocidio, ni el primer Genocidio científico, ni tampoco el único Genocidio perpetrado en el marco de una Guerra Mundial, no fue el más sanguinario, cruel y despiadado, no fue el más numeroso, y no es el único pueblo que quedó en una diáspora por el mundo. Es más, ni siquiera es un genocidio negado, ya que si bien se discute la cifra más aproximada a la realidad, no se niega que en los hechos hubo un Genocidio… Otros pueblos pueden contar su Historia, y es independiente e inconexa con la historia de los judíos.

Mi propia familia fue masacrada en Mardin de múltiples modos, mis abuelos sobrevivieron a la “Caravana de la muerte”, y debieron recomenzar una vida como niños huérfanos sin bienes, y sin sus padres que los cuidaran. Todo se perdió, excepto la vida y la Fe Católica, porque quienes murieron lo hicieron como testimonio, porque no aceptaron negar a Dios que nació como hombre hace dos mil años en Belén de Judea: Jesús de Nazaret. La muerte ha sido vencida, sólo resta a cada persona el intento de vivir en Gracia de Dios en este mundo, para alcanzar la Gloria que Jesús prometió en las Bienaventuranzas. Nuestra Esperanza es Sobrenatural, y por eso hasta la masacre familiar se convierte en un acto de Esperanza que confirma la Fe, para vivir en este mundo abiertos a la Caridad.