El gobernador de Chubut, Mario Das Neves, pasó a disponibilidad al capellán de Esquel que conformó una escuela para inculcar la vocación policial a chicos de entre 9 y 14 años, hijos de miembros de la fuerza y de las barriadas pobres de la zona.
DESAUTORIZADO
El gobierno de la sureña provincia argentina de Chubut cesó al sacerdote Adrián Mari como capellán por haber creado "sin autorización" una brigada de "policía infantil". Mari "no contaba con ningún aval de organismos oficiales para realizar este adoctrinamiento policial a menores", dijo el ministro de Gobierno de Chubut, Héctor Castro, en declaraciones publicadas por la prensa.
El funcionario refirió que Asuntos Internos de la Policía de Chubut investiga ahora las actividades de Mari, que todos los sábados reunía a un grupo de 45 niños de 9 a 14 años al que había enrolado en la "policía infantil" en la ciudad de Esquel, ciudad que queda a 2.000 kilómetros de Buenos Aires.
A los niños se les enseñaba a desfilar "en honor" a las fuerzas de seguridad, hacían ejercicios de "salto de rana" y "cuerpo a tierra", recibían instrucción sobre seguridad vial y tomaban una merienda, entre otras actividades. Su actividad se asimila en gran medida a los de un grupo scout, o de exploradores de Don Bosco. Cabe destacar que Baden Powell era un militar ideó los scouts como un cuerpo militarizado de niños, adolescentes y jóvenes en Inglaterra.
Castro explicó que por orden del mandatario Mario Das Neves se dispuso "pasar a disponibilidad como capellán de la Policía en Esquel al padre Adrián Alberto Mari".
JUGAR A SER POLICÍA
"Lo que hacemos son juegos, quisimos generar un espacio para que haya un encuentro sistemático de los chicos con los policías", dijo el sacerdote a la prensa, lamentando el hecho de haber sido cesado.
El grupo de "niños policías" tiene un espacio en la red social de Facebook, donde se multiplicaron los mensajes de apoyo al capellán, cuyo cese fue repudiado durante una marcha llevada a cabo en Esquel por unos 70 manifestantes, entre adultos y niños.
El obispo de Esquel, José Slaby, defendió a Mari, a quien consideró víctima de una sociedad "intolerante, con demencia esquizofrénica".
"Esto es similar a los boy scout. Tomarlo como un reclutamiento o formación policial es descabellado y fuera de contexto. Por ponerle un chaleco de policía a un chico no se lo puede convertir en un racista o delincuente", sostuvo el obispo.
La prensa de Buenos Aires puso de relieve que en varias provincias argentinas hay brigadas de "niños policías" similares a la “desactivada” en Esquel, lo que ha sido motivo de múltiples protestas de organismos humanitarios.
"Calculamos que hay al menos 8.000 chicos" que forman parte de "brigadas de adoctrinamiento policial en todo el país, declaró Nora Schulman, directora del Comité de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, al diario Clarín.
CHALECOS ANTIBALA
Adrián Mari, de 35 años, era sacerdote de la Unidad Regional de Esquel, que inspiraba la formación de unos 40 chicos para que “valoren a sus padres y a sus familiares”.
En sus declaraciones periodísticas, el ministro de gobierno del Chubut, Héctor Miguel Castro, aseguró que "la formación de la llamada escuelita de policías en Esquel no tiene aval oficial y corre por cuenta del sacerdote". "Es una idea que ejecutó el padre Adrián Mari que no fue aprobada institucionalmente, y será bastante difícil que se apruebe con la imagen de un chico con un chaleco antibalas", adelantó el ministro.
El cura admitió que "una vez se les colocó a los chicos el chaleco antibala y fue una muestra, no es que se los tenga con formación castrense, lamento mucho el camino que tomó todo". Cabe destacar que no hay chalecos antibala confeccionados para el tamaño de niños o adolescentes, y que no pudo ser más que una muestra en conformidad con los dichos del sacerdote.
AYUDA A LA FAMILIA POLICIAL
Por su parte, el subjefe de la policía del Chubut, Néstor Siri confirmó que "está tomada la decisión de poner en disponibilidad al capellán de Esquel, quien cesará en sus funciones hasta que se diluciden los hechos investigados".
Mari sostuvo: "Hacemos actividades vinculadas con la policía porque queremos que valoren a sus padres y a sus familiares por la tarea que realizan, y que lamentablemente por hacerla están muchas horas fuera de casa".
En tanto, el jefe de la Unidad Regional Esquel de la policía del Chubut, Comisario Mayor Juan Carlos Espíndola, valoró la creación de la llamada "policía infantil", al considerar que "fue creada para ayudar a nuestras familias".
"Es triste hablar de esto pero es así, y lamentamos que se haya dado una difusión que no se ajusta a la verdad" dijo el policía, quien recordó que "existen formaciones similares en Mendoza, Salta, Corrientes y Misiones".
LADRONES SIN POLICÍAS
El capellán de la Policía de Esquel, Adrián Alberto Mari, finalmente fue echado de su cargo por el gobierno de Chubut acusado de impartir “adoctrinamiento policial” a niños de esa ciudad de entre 9 y 14 años. Además, la falaz información divulgada de que se trataba de un cuerpo “militarizado” o de una “brigada” (como si tuviera
El sacerdote "no contaba con ningún aval de ningún organismo oficial para realizar este adoctrinamiento policial a menores de edad en la ciudad de Esquel", aclaró el funcionario. Además, dijo que "hay en marcha una investigación".
El taller que el sacerdote llevaba adelante en un gimnasio los días sábado "respondía a una propuesta del padre. No hay aval oficial por parte de ningún organismo del Gobierno de la Provincia del Chubut", añadió Castro.
El capellán aseguraba que contaba con la autorización de la Unidad Regional local de la Policía provincial y el apoyo de las familias de la comunidad.
Muchos niños siempre han jugado al “poliladron”, pero en este caso no había ladrones, sólo policías. Los “organismos humanitarios” disponen que para ser “humanitarios” sólo deben jugar a ser ladrones.
Tal vez ahora el sacerdote tenga mayor libertad para continuar con la gran labor que emprendió, y sería interesante que numerosas Provincias lo inviten para implementar este proyecto, ya que es un modo de combatir la inseguridad.
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