martes, 12 de enero de 2010

LA FRATERNIDAD SAN PIO X OBJETO DE DIFAMACIONES MEDIATICAS


"Tradición, Familia y Fraternidad" (parodiando a "Tradición, Familia y Propiedad"), es el título de un artículo que desinforma sobre el seminario de la FSSPX/SSPX en La Reja, publicado en el ejemplar N° 97 del periódico Crítica de Argentina, en una nota firmada por Pablo Corso.

En la nota se afirma que el seminario Nuestra Señora Corredentora, ubicado en el partido bonaerense de Moreno incluye en su espacio la iglesia Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción.
La nota afirma: "curas, seminaristas y feligreses de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X custodian una verdad monolítica: el tradicionalismo que rechaza las reformas progresistas del Concilio Vaticano II y defiende a ultranza la liturgia medieval. Es un micromundo sin televisión y con misas en latín, donde los fieles tienen tantos hijos como posibilidades de embarazo".
Tal afirmación puesta en boca de un católico practicante y ferviente, sería una cosa. Pero en boca de un no creyente o practicante no suena bien, o más bien suena a calumnias e injurias. Para dilucidar esto, debería conocerse cuál es la visión religiosa del autor de la nota, que no es revelada.
El articulista comenta que "el obispo británico Richard Williamson, a cargo del seminario, relativizó la gravedad del Holocausto ante la televisión sueca. El 1 de noviembre de 2008 dijo: "Perecieron entre 200 mil y 300 mil judíos en campos de concentración nazis, pero ninguno en cámaras de gas. Si el antisemitismo es malo, está en contra de la verdad. Pero si algo es verdad, no es malo".
La afirmación de Mons. Williamson afirma la existencia de un genocidio, pero ateniéndose a la postura revisionista, la cual respalda las afirmaciones con documentación e información conexa que permite distinguir las afirmaciones con intencionalidad política de las afirmaciones reales e históricas. Por ejemplo, datos científicos, pruebas demográficas, documentación concreta y otros elementos que no son exclusivamente testimonios muchas veces poco certeros. Mons. Williamson no realiza sus afirmaciones de mala fe, y acreditados los extremos de modo científico y certero e indubitable los aceptaría (consideración que realizamos desde nuestro punto de vista).

Continúa el artículo: "Difundidas el 21 de enero siguiente, sus palabras desataron furias diplomáticas -Angela Merkel instó al Papa a rechazar el negacionismo-, crisis interreligiosas -el Gran Rabinato de Israel rompió relaciones con Roma- y la decisión gubernamental de expulsarlo de la Argentina. Mientras tanto, la Fraternidad resiste, con 493 curas y 400.000 fieles en todo el planeta."
Cabe destacar que la postura de Mons. Williamson no es "negacionista", que las crisis interreligiosas fueron inoportunas y que además han sido superadas. Por otra parte, se debe resaltar que la cifra sistemáticamente divulgada de 6 millones de judíos muertos en genocidio no es ni matemática ni certera, sino simplemente simbólica y carente de veracidad en sí misma (tanto como la cifra de un millón y medio de víctimas del genocidio islámico turco otomano contra los cristianos armenios que tuviera lugar a partir del 24 de abril de 1915 o el de 300 mil a fines del Siglo XIX).

Nadie lee ni conoce los textos del Concilio Vaticano II, y mucho menos sus fuentes y el contexto de sus fuentes. Dicho Concilio era para refutar las posturas modernistas condenadas por San Pío X en la Encíclica Pascendi. Sin embargo En 1965 lo que se propuso fue un Concilio Pastoral, no dogmático. Falsa es la afirmación del articulista al afirmar que "en 1965 el Vaticano II dio vuelta los paradigmas que el Concilio de Trento había fijado para el catolicismo a mediados del siglo XVI. La misa tradicional fue derogada y muchos seminarios abandonaron el pensamiento tomista (la integración de las Sagradas Escrituras con Aristóteles) en pos de una teología revolucionaria".
Es cierto: nadie lee el Concilio Vaticano II y sus fuentes, ni los "tradicionalistas" ni los "progresistas". El grave error de la frase citada, es presentar como una "ruptura" o una "revolución" en la Iglesia, afirmando que hay "dos Iglesias", una anterior y otra posterior al Concilio Vaticano II. Esto es absolutamente falso. Hubo infiltración del humo de Satanás en la Iglesia Católica, tal como lo dijo Pablo VI, de quien es tributario el articulista junto con todos los "teólogos revolucionarios", modernistas, progresistas y deformadores de la Fe y la Liturgia. El abandono del pensamiento tomista, sustituido por el existencialismo cristiano sin bases en la realidad, ha tenido como consecuencias las graves defecciones en las vocaciones, el colapso de los Institutos, Congregaciones y Ordenes religiosas, y la falta de Fe en la feligresía. Sobre todo, la sustitución de la Verdad del Catolicismo por el reprobado sincretismo. Una razón que busca construirse al margen de la realidad (filosofía aristotélico-tomista) y de la idea de Bien que reside en Dios mismo (platonismo agustiniano), no hace más que quedarse en un sentimentalismo sin fundamentos al viento de cualquier cuestionamiento al cual no puede responder por su alto grado de sensiblería. Y los abusos litúrgicos son consecuencia de ello.
El Concilio Vaticano II no ha derogado ni revertido la Tradición de la Iglesia, ni ha prohibido la Misa de San Pío V, tal como pretende el articulista, sino que los ha reafirmado. El autor de la nota no se limita a decir semejantes disparates, sino que pretende dar validez en la Iglesia Católica a la condenada "Teología de la Liberación", como si el sr. Corso fuese el Sumo Pontífice, al afirmar: "en lugar de considerar la inmutabilidad de las verdades cristianas, la nouvelle théologie se adaptaba a la mentalidad del hombre contemporáneo, que incluía curas obreros y teologías marxistas. Más de 100 mil sacerdotes dejaron los hábitos y los seminarios entraron en crisis".
¿son estos los frutos del Concilio Vaticano II? No, son los frutos de su falsa interpretación, y de alguna frase pasible de mala interpretación también. El Concilio Vaticano II fue manipulado ideológicamente. ¿Dios tiene que rendir culto al hombre, o es el hombre quien tiene que rendir culto a Dios? La respuesta a esta pregunta es la misma que hay que ofrecerle al sr. Corso.
La inmutabilidad de las verdades cristianas perduran en el tiempo, la mentalidad del hombre contemporáneo apartado de Dios y que repudia a Dios no puede ser base de la Fe, porque la odia desde una satánica soberbia. El hombre contemporáneo vive en la angustia existencialista y quiere imaginar que no hay Dios para poder condenar su alma con la serenidad de un kamikaze que se hace un harakiri. El Magisterio de la Iglesia ha enseñado en la Doctrina Social pautas en favor de los trabajadores que ningún régimen comunista o liberal implementaría jamás, porque son de un nivel tan avanzado que las legislaciones aun no han contemplado de tal modo los derechos que la Iglesia defiende. Pero a su vez, corresponde la labor a los laicos, y no a "curas obreros y teologías marxistas".

"En 1988 Lefebvre nombró cuatro obispos -entre ellos al británico y al hispanoargentino Alfonso de Galarreta- sin el permiso del Papa", dice la nota para continuar: "harto de los rebeldes, Juan Pablo II decidió excomulgarlos y abrió un cisma en la iglesia católica". Toda la frase es difamatoria y falsa en su conjunto.
Efectivamente, Mons. Marcel Lefebvre nombró cuatro obispos de los cuales sólo uno estaba habilitado para ser ordenado por Juan Pablo II (se trata de Mons. Fellay). La situación no provocó un cisma, sino un problema disciplinario, puesto que en la Fraternidad Sacerdotal San Pío X no se ha sostenido el cisma ni herejías, sino la Tradición. Benedicto XVI ha definido que el Rito de la Misa de San Pío V no ha sido derogado ni prohibido jamás, y que por tanto es plenamente válido, y que los sacerdotes pueden rezar la Misa según dicho Rito (llamado ahora Extraordinario). Por otra parte, el Rito Extraordinario a causa del Motu Proprio debe ser enseñado a los Seminaristas en las clases de Liturgia.
En la actualidad, Benedicto XVI está trabajando en solucionar la cuestión disciplinaria con la Fraternidad San Pío X, y ésta en que se esclarezca la unidad de la Tradición y del Magisterio, para que sea transmitido con la misma fuerza de los Apóstoles hasta el día de hoy.
Por eso, en estos tiempos en que llega el carnaval, en la comparsa hay que mirar en qué sentido va el corso... no vaya a ser que pase de contramano.
Y para terminar, muchos creen que el Concilio Vaticano II es la aceptación del modernismo condenado por San Pío X en la Encíclica Pascendi, cuando aun hoy siguen diciendo que la Iglesia no se adapta a estos tiempos: quieren una Iglesia de la comodidad, "políticamente correcta", sincrética, llena de "respeto humano", abortista, homosexual, pedófila, libertina, lujuriosa, materialista, marxista, liberal y temporal, llena de abusos litúrgicos, despojada de toda referencia espiritual, a la Verdad, sin transmisión del mensaje de Jesucristo, y siempre habrá más para acusar a la Iglesia de "atrasada". Eso es precisamente el modernismo. Si algo así llegase a suceder, si la Iglesia Católica traicionara explícitamente la Tradición, se produciría un gran cisma donde la Iglesia "oficial" sería la cismática, ante la Iglesia de la Verdad en las neo-catacumbas... algo que está anunciado en el Apocalipsis.
NOTA: Este artículo no ha sido redactado ni desde el progresismo, ni desde las afirmaciones "políticamente correctas", ni desde el "tradicionalismo" o desde la Fraternidad San Pío X, sino desde la postura de la Iglesia Católica en comunión con el Papa y con la Tradición.

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