jueves, 10 de diciembre de 2009

VERGÜENZA AJENA


Por Silvio H. Coppola


¡35 mil millones de dólares! ¡Cuántas cosas se pueden hacer con semejante suma!
Y no sólo en salud y en educación.
¡Más de la mitad del presupuesto nacional anual argentino!
Si bien no aliviarían todos los males de la sufriente humanidad, es indudable que en algo colaborarían y más que en nada, en dejar la certeza de que alguien o algunos, donando esa cantidad, ayudarían a sus hermanos con algo más que con palabras.
Pero el caso es que dicha suma, es la requerida por Estados Unidos, para llevar 35.000 hombres a Afganistán, para seguir devastando al asolado país.
El baladí pretexto de su presidente es que así combaten al círculo del mal. Claro, a 20.000 kilómetros de casa.
Es difícil que alguien pueda creerlo. ¿Dónde está el terrorismo y dónde están las muertes y el sufrimiento?
Los norteamericanos tienen sus intereses en todo el globo y el Medio Oriente, en una política conjunta con Israel, es el lugar donde existe el petróleo y en donde no debe haber ningún peligro estratégico para sus armas y para su influencia.
Nada que afecte, aunque sea remotamente su estilo de vida. Aunque ello cueste mucho más que ¡35 mil millones de dólares! Así “el mundo se desangra en enfrentamientos para que el ciudadano medio norteamericano no pase calor ni frío... para que sus automóviles funcionen y las industrias de la nación no se detengan” (José Pablo Feinmann, en Resumen de Prensa, año IX, n° 1038).
Pero lo que asombra y hasta se podría decir aterra, sintiendo vergüenza ajena, es que la Academia Sueca de Estocolmo, otorgue el Premio Nobel de la Paz, que acaba de recibir... al presidente de Estados Unidos.
Si esto es posible y si los asépticos suecos se prestan a esta farsa, no importan los motivos que aleguen, aunque sea el de recibir petróleo más barato, uno se pregunta qué se puede esperar de los demás países y de Europa en primer lugar.
Respuesta cruda que hace pensar que todo es mentira y que nada es verdad.
Así, estamos asistiendo a una crisis moral, que parece que no va a terminar nunca y donde la hipocresía y la mentira, se encuentran en todos lados y a todo nivel.



LA PLATA, diciembre 10 de 2009.

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