sábado, 15 de agosto de 2009

¿EN QUÉ ANDA HOY LA IZQUIERDA?

En la foto: Víctor Emil Frankl, quien en busca del sentido del hombre halló la Cruz del Amor de Dios al hombre y del hombre a Dios en un sentido vertical, y del Amor al Prójimo en un sentido horizontal


Por Emilio Nazar Kasbo

La izquierda hoy está muy lejos de ser una ideología clasista economicista materialista. Sin dejar el materialismo, es una ideología inmanentista lujuriosa.
Hoy los zurdos son lujuriosos, drogadictos, abortistas, putos, lesbianas, desviados sexuales, adictos, engendros marginales del resentimiento y el odio, enfermos psicológicos que pretenden que esa es la vida "normal", a pesar de su intrínseca infelicidad. Ningún ánimo discriminatorio hay en estas palabras, sino que se trata de describir una triste realidad. Almas necesitadas del Amor al Prójimo que enseñó Jesucristo, pero que desprecian cualquier intento de cicatrizar sus heridas. Toda persona busca la Felicidad, con mayúsculas, pero no todos saben dónde hallarla.
Prefieren el dolor de la angustia existencial, en la certidumbre de la propia muerte y en la insatisfacción vital en lo cotidiano, a emprender el camino de la Virtud.
La izquierda hoy se manifiesta en un cuadro horripilante lleno de manchas amorfas, en lo inaudible de recitales donde lo que menos existe es la armonía, en una literatura carente de sentido, en la expresión de lo feo, lo asqueroso... lo infernal.
La Historia se divide no solamente en Antes de Jesucristo y Después de Jesucristo, sino principalmente Con Jesucristo o Contra Jesucristo. Y esa historia no es solamente personal, sino también social.
El desprecio a la vida es lo inmediato. El primer Derecho Humano es violado sin que los Gobiernos alcen su voz. Es una señal de "progresismo", de "izquierdas", de lo "políticamente correcto". Total, el bebé concebido no se va a poder quejar, ni podrá hacer denuncia alguna. Despreciada la vida de quienes fueron concebidos, despreciada también la vida de los ancianos, a quienes se les propone la eutanasia.
Carentes de una visión cristiana, consideran su vida idéntica a la de cualquier animal, mientras se convierten en algo peor, porque rebajan el espíritu humano a su mínima expresión, degradando a la imagen y semejanza de Dios que es cada persona. Y así como se consideran animales, piensan que lo mejor en la vida es el goce: gula y lujuria serán sus principales vicios, pero también la ambición, la envidia, el odio, la ira, la pereza y todo aquello que produce daños al alma.
El mal hábito se apodera de quien pierde la Gracia de Dios, la angustia, la incertidumbre. ¿Por qué no legalizar la droga, si es lo único que le permite salir de una realidad que ahoga sus inquietudes? La izquierda plantea un paraíso inexistente: como decía Gramsci, el marxismo es una droga porque ofrece un paraíso al que jamás se alcanzará.
De Carlos Darwin se adopta la visión evolucionista en que el Universo es fruto de una gigantesca coincidencia y el hombre un mono evolucionado; de Carlos Marx la visión de que el ser humano es un animal económico cuyo destino es social; y de Segismundo Freud se adopta la visión de que no existe enfermedad psicológica sino represión de conductas, y que quitar todo tipo de represión y límites hace a la salud psicológica (igualando al enfermo psicológico con una persona sana) inmerso en un destino pansexualista.
Gratificación es la palabra que define hoy a la izquierda, o a la "nueva izquierda" como la denominan los seguidores de Herbert Marcuse. Pero la gratificación mundana, sea por el vicio que fuese, sea con el exceso que fuese, no alcanza a dar Paz y Serenidad al alma, que busca siempre algo más en dimensión de infinito.
El alma tiende hacia el infinito, y por eso no se sacia jamás. Tal proyección al infinito es su contacto con la búsqueda de Jesucristo que es verdadero Dios encarnado. Pero su desprecio a Cristo lleva al alma de semejantes personas a una incansable búsqueda de sustitutos: droga, alcohol, adicciones de toda clase, a la lujuria y a todo vicio.
El materialismo además lleva a ver en todo una cuestión económica y política. Pero ambas dependen de una cosmovisión filosófica, y la filosofía implica una postura teológica (aunque sea para descartarla para sustituirla por nuevos postulados). El materialismo deja el alma vacía.
El cinismo es la consigna, y la soberbia su arma. La burla de la Fe Católica y su desprecio, producen una infelicidad sin escape. Ese desprecio es la soberbia, y ya que se trata de una postura carente de fundamentos, basada en pura mentira o "idealismo", tampoco es dialogante. O tal vez asume postura de dialogante, pero jamás en un pie de igualdad, jamás prestando atención. Como decía Jesús: "tienen ojos y no ven, tienen oídos y no oyen".
Atrapados en la infelicidad, nada ya le resta a la izquierda, o a la "nueva izquierda" sino esperar la propia muerte sin sentido. Una vida sin sentido para una muerte sin sentido, pues cada uno muere en general según ha vivido, y obtiene el destino que ha buscado: al Cielo en la Gloria de Dios, o al infierno en la desgracia demoníaca.
Y mientras proclaman defender la libertad, más repudian a Dios. Y quien deja de creer en Dios empieza a creer en los dioses fabricados por sí mismo, según afirmaba Chesterton.
Víctor Frankl describía la presecia escondida de Dios en el alma humana, y su ansia de trascendencia. Pero hay que saber escuchar para descubrirlo. Frankl también habló de la represión del sentimiento religioso, que puede aflorar de repente y de modo inesperado. Reprimir el catolicismo, puede traer una explosión católica que no se puede frenar, en la búsqueda de la santidad.
Frankl describió una relación horizontal de Amor al Prójimo y una relación vertical de Amor de Dios al hombre y del hombre a Dios, configuran una Cruz de sentido de la persona humana. Y Jesucristo, verdadero Dios, fue crucificado como verdadero hombre para redimirnos. Su Resurrección es nuestra alegría y nuestro gozo, es nuestra Esperanza. Y el Espíritu Santo es quien ilumina a la Iglesia Católica y a los Papas, más allá de sus falencias como seres humanos.
Mientras tanto, el Catolicismo ofrece la vida en las virtudes, acorralar los vicios, y potenciar la Gracia de Dios. Y siempre sabiéndonos imperfectos. No necesitamos disimular nada, solamente precisamos humildad para reconocer la realidad: y Dios es real, Jesucristo es real, y la Iglesia Católica es real.
Ser de izquierdas hoy no tiene sentido. Mejor, ser católico. Seamos católicos, vivamos como católicos. No tenemos de qué avergonzarnos.

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