lunes, 2 de marzo de 2009

La crisis estadounidense y sus consecuencias


Estados Unidos está viviendo un colapso financiero que aun no se ha extinguido, y que está llevando sus consecuencias al mundo productivo de esa Nación con proyecciones internacionales aun no calculadas. La crisis no se produjo: vivimos los preludios de una gran quiebra del sistema.

Los bancos de inversiones más grandes del mundo están cayendo, pero sucede lo mismo con otras instituciones como la reaseguradora más grande del mundo (AIG), la Washington Mutual que es la mayor caja de depósitos, y del IndyMac, que es un relevante banco hipotecario.

Mientras tanto, muchos bancos caen en el “dibujo” de sus balances, y simulan que “no pasa nada”, mientras ya no tienen recursos financieros. En Finanzas enseñan a los contadores que la función del balance financiero es producir confianza en el cliente o inversor, no generar pánico, aunque la situación real sea catastrófica, pues la pérdida de esa confianza acarrea el fin del negocio.   

    

Emisionismo estadounidense

Mientras tanto, el Tesoro estadounidense comienza a adoptar acciones intervencionistas, con asistencias monetarias que presumiblemente se irán reiterando.

Los analistas temen que los depósitos efectuados en las entidades con problemas, debido a su cantidad, no podrán ser garantizados la Corporación Federal de Seguros de Depósitos de Estados Unidos (FDIC- Federal Deposit Insurance Corporation).

Además especulan los economistas acerca de la insolvencia de la Reserva Federal (FED), que tiene una política monetaria clara para estímulo artificial de la economía, basada en la emisión de moneda. Y esta política lleva al sobreexceso de una oferta de dólares sumada a la que había antes del colapso económico, que produjo la caída internacional del dólar y que ahora verá su situación más comprometida aun.

La ayuda monetaria a todas las instituciones financieras resulta así un círculo vicioso que agrava más aun la situación, con dimensiones macroeconómicas que afectan a otras naciones, ya que el Dólar aun es utilizado como moneda de cambio internacional.

El dólar no tiene convertibilidad en oro ni posee respaldo alguno, mientras su devaluación es del 450 por ciento.    

    

Incobrabilidad de los préstamos

La Reserva Federal no ha incrementado su balance desde que se hizo pública la crisis, sino que debilitó la composición de su balance general por haber afectado cualitativamente su estructura. La Reserva Federal cambió bonos de deuda pública del Tesoro estadounidense (SHO, Securities Held Outright) por préstamos que han sido concedidos a bancos con problemas, y cuyo respaldo son activos ilíquidos y de dudosa cobrabilidad.

Es decir, se prepara una masiva incobrabilidad de los préstamos (mayor a la actual) que aun no resulta explícita, y que provocará una debacle mayor.

El sistema financiero estadounidense está quebrado y es insolvente. Sin embargo, parece que el único lugar del planeta donde el dólar sube, es Argentina.  

    

América Latina proveedora

Por no explotar sus propios recursos pensando en constituir una reserva para el futuro, cuando la escasez eleve los precios, en una decisión estratégica EEUU decidió importar el petróleo, hierro y otras materias primas desde América Latina y África.    

La fuerza del comercio y la industria estadounidenses se basa en los capitales que financian exportaciones de materias primas, las cuales se obtienen en general de América Latina a precios que son definidos por el mercado internacional (que utiliza como patrón al mismo dólar). Estados Unidos, como comprador, es quien acaba definiendo el precio a las materias primas latinoamericanas.

Las materias primas una vez elaboradas llegan luego a América Latina y al resto del mundo con productos varias veces más caros, en el marco del deterioro de los términos de intercambio.

Las materias primas son extraídas con los costos de cada país y según su propia realidad, pero en el caso de las multinacionales, para alcanzar rentabilidad, exigen “seguridad jurídica” a las naciones para invertir los dólares, a la vez que consiguen fondos públicos a mejores condiciones que las empresas locales, que quedan fuera de competencia.

      

Inteligencia económica 

Tras la denominada “Guerra Fría” y la caída del Muro de Berlín, el poderío militar y los servicios de inteligencia estadounidenses se pusieron al servicio de la economía de ese país, dedicándose a cuidar las empresas norteamericanas distribuidas por el mundo.

Mientras tanto, los organismos de crédito internacional otorgan créditos a los países con el solo requisito de que abonen los intereses (no el capital, por lo cual la deuda queda como una carga permanente), agravando la deuda externa de los países que aceptaban el crédito.

Estados Unidos hoy se presenta en un contexto de debilidad, por lo cual el momento es ideal para que la Argentina, al igual que el resto de los países latinoamericanos y africanos, replanteen las cuestiones de la Deuda Externa que en nuestro país tienen basamento en la causa de Alejandro Olmos, buscando la eliminación de cláusulas leoninas.

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