sábado, 8 de noviembre de 2008

Mons. Aguer: “En nuestra vida política, falta la verdad”

REFLEXIÓN TELEVISIVA DE MONS. HECTOR AGUER

POLÍTICA Y VERDAD

 

            En su reflexión semanal en el programa “Claves para un Mundo Mejor” (que desde esta semana se emite por AMERICA TV, los sábados a las 10.00 horas), Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, narró una experiencia de un joven que no quería ingresar en el ámbito político pues, le explicó, “para dedicarme a la política tendría que vivir en la mentira”.

 

        En nuestra vida política falta la verdad” y “ésta es una característica de nuestra decadencia cívica y cultural. Nos estamos acostumbrando a que así ocurra. Somos engañados y nos dejamos engañar, nos resignamos al engaño. Son muchos los que se dan cuenta de que las elecciones a las cuales nos sometemos periódicamente son engañosas y no responden a la verdad. Pero de acuerdo a la naturaleza de las cosas, la actividad política, precisamente, es obra de la virtud de la prudencia”.

 

        El prelado platense aseguró que “es tremendo que alguien preparado como para brindar ese servicio que la Iglesia considera que es un acto de caridad, porque la Iglesia habla de caridad política, no lo quiera hacer o no lo pueda hacer por una especie de traba moral, por un reflejo de honestidad”.

 

Dijo que la enseñanza de San Pablo sobre el crecimiento espiritual de los cristianos “requiere hacer la verdad, vivir en la verdad, practicarla en el amor. Pero vale también para la sociedad civil, en la que sólo la verdad y el amor pueden asegurar una convivencia sana, pacífica, que permita el crecimiento de todos”.

 

 

“Allí tenemos los elementos de una sana convivencia política. Tratar de hacer la verdad, de ser veraces en la acción y, de esa manera, hacer crecer a la comunidad promoviendo una auténtica amistad social”, manifestó Monseñor Héctor Aguer.

 

“Volviendo a la experiencia que he relatado al comienzo, concluyo: cuánto hay que hacer para cambiar este ambiente asfixiante de la política local. No se trata simplemente de convencernos de un modo superficial de que las cosas pueden ser de otra manera. Es evidente que tiene que haber gente que se arriesgue y que, en medio de la mentira generalizada, se atreva a decir y a vivir en la verdad. También en el ámbito político”, culminó.

 

Adjuntamos el texto completo de la alocución televisiva de Mons. Héctor Aguer:

            

             “Hace unos días tuve una conversación con un joven, dirigente social, que lleva adelante una tarea importante, valiosa. Es una persona muy bien preparada, generoso en su brindarse a los demás,, y en el curso de la conversación se me ocurrió sugerirle que él tendría que iniciarse en la acción política, que tendría que dar  un paso más adelante en su compromiso actual”.

 

            “¿Qué me respondió? ‘Mire, yo no podría hacerlo Monseñor, porque a mí no me gusta mentir’. Le respondí que no era necesario mentir y él me replicó todavía: Para dedicarme a la política tendría que vivir en la mentira”.

 

            “Es tremendo que alguien preparado como para brindar ese servicio que la Iglesia considera que es un acto de caridad, porque la Iglesia habla de caridad política, no lo quiera hacer o no lo pueda hacer por una especie de traba moral, por un reflejo de honestidad”.

 

“La realidad debiera ser exactamente lo contrario pero eso es lo que se piensa generalmente de la acción política, en concreto, en la Argentina, y tenemos que reconocer que con razón  se piensa así. En nuestra vida política falta la verdad. Es ésta una característica de nuestra decadencia cívica y cultural. Peor aún, nos estamos acostumbrando a que así ocurra. Somos engañados y nos dejamos engañar, nos resignamos al engaño. Son muchos los que se dan cuenta de que las elecciones a las cuales nos sometemos periódicamente son engañosas y no responden a la verdad. Pero de acuerdo a la naturaleza de las cosas, la actividad política, precisamente, es obra de la virtud de la prudencia”.

 

Tanto los ciudadanos que participan activamente de la vida de la comunidad como los políticos profesionales, con mayor razón los gobernantes o los que desempeñan algún cargo cercano a los que gobiernan deben caracterizarse por su prudencia y la prudencia es la capacidad tenemos de hacer la verdad, de realizar la verdad, de ponerla en la ejecución en bien de todos, a favor del bien común. Es todo lo contrario del escamoteo de la verdad. Aquí, en cambio, nos mienten y dejamos que lo hagan, que lo sigan haciendo una y otra vez”.

 

“Hay un verbo que usa San Pablo en la Carta a los Efesios, del que no existe en castellano una traducción exacta. El término es alethéuo. Este término podría interpretarse como ser veraz, o decir la verdad, pero también podría interpretarse en términos de acción equivale a hacer la verdad, a obrar de acuerdo a la norma de la verdad”.

 

“En el contexto que San Pablo lo usa, tiene que ver con el crecimiento de la persona y de la comunidad, con el aporte de la persona a la comunidad. Se trata de hacer la verdad en el amor. San Pablo habla en términos religiosos, eclesiales, se refiere al crecimiento espiritual de los cristianos y de la comunidad cristiana y ese crecimiento requiere hacer la verdad, vivir en la verdad, practicarla en el amor. Pero vale también para la sociedad civil, en la que sólo la verdad y el amor pueden asegurar una convivencia sana, pacífica, que permita el crecimiento de todos”.

 

“Allí tenemos los elementos de una sana convivencia política. Tratar de hacer la verdad, de ser veraces en la acción y, de esa manera, hacer crecer a la comunidad promoviendo una auténtica amistad social”.

 

“Volviendo a la experiencia que he relatado al comienzo, concluyo: cuánto hay que hacer para cambiar este ambiente asfixiante de la política local. No se trata simplemente de convencernos de un modo superficial de que las cosas pueden ser de otra manera. Es evidente que tiene que haber gente que se arriesgue y que, en medio de la mentira generalizada, se atreva a decir y a vivir en la verdad. También en el ámbito político”.