jueves, 25 de julio de 2013

MURIÓ LEÓN FERRARI, EL PROVOCADOR BLASFEMO ANTICATÓLICO


Uno de los más importantes blasfemos de orientación anticatólica, un provocador inventor de bazofias el cual se autodenominaba “artista”, recibiendo semejante trato por los medios de comunicación, León Ferrari, falleció hoy a los 92 años en la ciudad de Buenos Aires. Había nacido el 3 de septiembre de 1920 en Buenos Aires.
Su retorcida mente giraba en torno a reiterativos temas: la religión (en particular la Católica, el poder y la lujuria como sentido en su vida). Empezó a pintar en 1946, el mismo año en que se casó con Alicia Barros Castro, de la cual tuvo tres hijos: Marialí, Pablo y Ariel.
Su obra se centró particularmente en destruir no sólo cualquier religión, sino en forma particular a la Fe Católica. Sus basuras fueron exhibidas en los museos más destacados del mundo, entre los que se contaron el MOMA de Nueva York, el Museo Reina Sofía de Madrid, España y en la Pinacoteca do Estado de São Paulo, Brasil... Algo así como comer salchichón barato y eructar jamón serrano como si fuese lo más refinado del mundo.
Bajo ese mismo criterio, en 2007 fue designado como mejor artista en la Bienal de Arte de Venecia, recibiendo el “León de Oro”, como premio a la porquería que exhibió en Buenos Aires, las cuales merecieron una crítica del entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio, hoy Papa Francisco. Según The New York Times, era al momento de su muerte uno de los cinco artistas plásticos más provocadores e importantes del mundo.
Su padre era un artista italiano que había realizado unos frescos en un templo de Turín y, una vez radicado en Argentina, reformó la iglesia de San Miguel, donde pintó 120 cuadros y también construyó iglesias en la provincia de Córdoba. "Yo no sé si lo que hago tiene que ver con que mi padre haya construido iglesias", decía León según informó Página 12, en una alusión indirecta a que él se dedicó a su destrucción en contraposición con la obra de su padre.
Una muestra de provocación fue cuando 1965, con motivo del Premio Di Tella bajo el lema "La Civilización Occidental y Cristiana", presentó una “escultura” que muestra a Cristo Crucificado sobre un avión bombardero estadounidense, que en su momento aludía a la guerra de Vietnam.
En 1976, recopiló un grupo de noticias sobre la acción contrarevolucionaria de la dictadura militar que publicó con el título de "Nosotros no sabíamos". Luego se exilió en San Pablo, Brasil, donde se enteró de la desaparición de su hijo Ariel.
En 1983 retomó lo erótico-político-religioso de blasfemias provocadoras, con collages e ilustraciones de la Biblia. En 1985 inició una serie de obras con caca de aves y expuso en el Museo de Arte Moderno de San Pablo una jaula con dos palomas que defecaban sobre el Juicio final de Miguel Ángel. Esa obra fue replicada con jilgueros y canarios en Buenos Aires.
Lamentablemente, Ferrari volvió a vivir en Buenos Aires en 1991, donde continuó con sus críticas infundadas a la Iglesia Católica a través de su expresión que es incalificable como arte, ya que no comunicó jamás con lo bello, lo bueno y lo verdadero. Para hacer arte, hay que ser artesano, y Ferrari era un “artenfermo”.
En 2004, expuso en el Centro Cultural Recoleta una retrospectiva de su obra que abarcaba 50 años de porquería, y que provocó la ira de numerosos católicos indignados por el hecho de que el Gobierno haya facilitado espacios para semejante asquerosidad que hería las más profundas convicciones religiosas argentinas, surgiendo protestas en las puertas del centro, la rotura de “obras”, con la clausura y reapertura de la muestra por decisión de la “justicia”.
En la Universidad Nacional de Córdoba, en el año 2007 se pretendió realizar una “exposición” en el marco de unas “Jornadas por la Libertad de Expresión”, donde tal “libertad” consistía en la ofensa a las más sagradas convicciones católicas, donde también tenía su lugar la ponzoña de Ferrari. Un grupo de católicos cabales obstaculizó la entrada a la muestra que se había instalado en el subsuelo del Pabellón Argentina, e impidieron, durante más de dos horas, el ingreso del público a la sala donde se realizó la muestra que incluía el video “León Ferrari: retrospectiva 1954-2004”, junto a obras de su “colega en la realización de asquerosas producciones” (porque su actividad es incalificable), Alfonso Barbieri.
En noviembre de 2012 recibió el premio Konex de Brillante. Fue premiado, alabado por los medios masivos de comunicación al servicio del odio anticatólico. Hoy se enfrentó al Juicio de Dios, de quien tanto se burló en esta vida.
Finalmente, transcribimos la siguiente noticia  publicada por 

Buenos Aires, 1 de diciembre de 2004 - Se están exhibiendo, en el centro "cultural" Recoleta, 400 obras blasfemas, directamente dirigidas a Nuestro Señor Jesucristo, a Su Santísima Madre y a la Iglesia de Dios. El autor es el blasfemo león Ferrari, autor de la secta anti-católica "CIHABAPAI" (Club de impíos herejes apóstatas blasfemos ateos paganos agnósticos e infieles, en formación).
¡Basta de blasfemias! Los derechos de los hombres no pueden pisotear los derechos de Dios. 
El "respeto a las religiones", parece no incluir a la Fe Católica, la de la gran mayoría del pueblo argentino, con cuyos dineros se costea esta exposición. 
Cuando no se posee talento, algunos tratan de sobresalir llamando la atención con inspiraciones diabólicas.
Entérese quiénes auspician esta exposición: SPONSORS DE LA BLASFEMIA


2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo con la nota. Ya se enfrento al juicio de Dios del cual nadie escapa.

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  2. Excelente crítica! ahora debe estar dandose cuenta el mal que hizo...

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